Children of the night [LIBRE]

[LIBRE para quien nos conozca, o llegue con alguien que nos conozca, o lo que sea]

Había hecho lo indecible: echar raíces. Ni siquiera recordaba dónde había escuchado que lo peor para el cambio de raíz era atarse con algo al mundo, pero al final atarse a algo había sido el sinónimo de sobrevivir, de tener razones para hacerlo. Hacía casi seis años se había casado, y tenía tres hijos. Si el fantasma del futuro le hubiera visitado a los 17, no lo creería.

No creería, por ejemplo, estar viviendo en la que fuera la casa de sus padres, sin Jens, sin Lars, con su propia familia. Tampoco creería que él mismo, por su voluntad, querría convocar a sus amigos y pasar una noche de viernes en casa, emborrachándose tranquilamente. Los niños estaban dormidos.

-Queda cerveza en el refrigerador ¿Verdad? Claro que queda, yo pienso en todo- dijo Tobias con la puerta del refrigerador abierta, proporcionándose a si mismo una lata de Grolsch de entre las otras tantas que había comprado. No se sentía tan culpable por seguir siendo un estudiante y padre de tres por que, bueno, faltaba poco tiempo para que trabajara y empezara a ganarse el pan. Por supuesto, al hablar se dirigía a Frances, también en la cocina. Había más gente ¿Quién hubiera dicho que Tobias Alechinsky tenía mínimo poder de convocatoria?

Abrazó torpemente a su señora esposa (por la universidad, quien no los conocía, los tomaba por unos novios de lo más casual) y le dio un beso pegajoso en la mejilla que seguramente se limpiaría.

-¿Qué te pasa, tu madre volvió a insistir en que anules nuestro matrimonio y te cases con un buen muchacho de familia? sabía que odiaba esas bromas, pero no podía evitarlas.

Se había enterado de la reunión en casa de Frances gracias a Kris unas horas antes y juntos como si fueran novios cayeron en el lugar. Agarrados del brazo incluso, pero solo porque Jessy necesitaba un punto de apoyo para arreglarse la hebilla de los zapatos, luego de haber caminado varios metros por entre las construcciones. Viejas paranoias que no la habían abandonado, la llevaron a pedirle a Kris de aparecerse en la esquina y caminar hasta la puerta trasera, tocar y luego si, dignarse a entrar. Desde la guerra se le hacía ominoso que alguien se materializara frente a sus ojos sin más. Así como ella solía reaccionar alzando la varita, los demás también podían hacer lo mismo aunque esperaran invitados. Sabía que eran sus mambos mentales, pero todos tenían secuelas y con Kris no iba a andar mintiendo esas tonterías. - estoy un poco loquita - le susurró divertida queriendo restarle importancia a todo en general.

Directo a la cocina, saludó a los presentes alzando la mano despreocupada, mientras buscaba como descorchar la botella de absenta que había comprado para la ocasión. - es difícil conseguir uno así hoy por hoy... los que uno pensaba decentesparece que solo estaban bajo la maldición imperius- acotó con ironía. Que impotencia daba saber quienes habían apoyado al señor oscuro en la guerra y que la justicia no hubiera hecho nada al respecto, que andaran por ahí como ellos, libres de culpa y cargo, como el enfermo de Holland. Pero bueno, por eso había que hacer las cosas uno mismo y no dejarse ilusionar con tribunales burocráticos. Tomó dos vasos pequeños y sirvió para ella y Kris el licor anisado con el que estaba fascinada. - si lo digieres bien te hace ver cosas alucinantes y sin resaca.... luego lo completas con un par de cervezas, unos tragos de ginebra y tienen una noche espléndida.... O más o menos...- Toda una receta.

Mirando a Frances preguntó - si uno de tus bebés sale squib lo querrás igual?... o peor aun podría salir jugador de quiddicht... - era su forma poco empática de querer saber de los hijos de sus amigos. No iba a preguntar directamente cosas como: que les gustaría para navidad? se la pasan todo el fin de semana como una familia tipo, tirados en la alfombra jugando con ositos de felpa? ya tuvieron su primera viruela de dragón o cuantos dientes se llevó el ratón perez, ya?

Al final, Kristján siempre se sentía mejor entre viejos conocidos, por decirlo de algún modo. En especial con Jessy, que parecía que nunca lo juzgaba por lo que hiciera o dijera, algo que había sido así durante muchos años ya. Por eso tampoco le importaban las paranoias que ella tuviera o  no e hizo su voluntad de aparecerse en la esquina y tocar como la gente antes de entrar.

Sonrió por la ironía de lo de la maldición imperius, a él también le jodía mucho pero no notaba que alguien quisiera hacer muchas cosas al respecto, ni siquiera por la propia mano. Kristján todavía no se acostumbraba a que fueran tiempos de paz, aunque hubieran pasado tantos años. Quizá era porque se sentía un tanto inútil ahora.

-Imagina, te casas con uno y descubres que tiene una bonita marca en su brazo. Sería como el cielo. Y tus hijos estarían muy bien criados, eso sí.- Se acercó a Jessy mientras le daba instrucciones de cómo beber esa cosa y aceptó el vaso brindando hacia ella, dando su primer trago de la noche.-Seguiré tus consejos al pie de la letra.-Le dijo respecto a las combinaciones y la digestión antes de plantarle un beso en la boca.

Se rió por la manera en que preguntaba por los bebés de Frances y Tobias. Ya conocía a Jessy y sabía bien sus modos así que solo miró a Frances esperando su explosión antes de dirigirse a Tobias, a quien le estampó en el pecho una botella de vodka islandesa que le había mandado una amiga hacia poco. Tenía la sensación de que Alechinsky no lo tenía en mucha estima y él tampoco se esforzaba por ser un encanto.

-Ven, que te cuenten en la sala de cómo sacrificarán a sus hijos squibs, estar en la cocina me hace sentir como una vieja. Solo espero que la squib no sea una de mis ahijadas, ¿soy padrino de una o estaba borracho?-Besó a Frances en la mejilla antes de tomar a Jessy de la mano y jalarla hasta la sala. Se sentó en uno de los sillones y le hizo una seña para que se sentara a su lado, extendiendo el brazo para abrazarla.

Efectivamente, había quedado en un principio en llegar con Amy a la casa Alechinsky, pero se le habían atravesado un par de cosas por resolver antes en Diagon. En Gringotts, si era más concreta. Cuestiones de burocracia bancaria que siempre terminaban poniéndola de malas, porque no importaba si se trataba de muggles o gnomos, el lidiar con ese tipo de trámites era siempre de lo más frustrante. Sus finanzas iban bien, sus inversiones daban fruto, y aunque en general se trataban de buenas noticias, siempre salía de aquel lugar con aquella misma sensación de clasutrofobia.

Así que habiéndole avisado a Amy que se adelantara se tomó el tiempo para dar una vuelta por ahí, en el callejón, para despejarse. Ahí mismo se encontró a James, con quien terminó yendo a por un par de tragos. Que entre conversaciones y cervezas Jasmine había terminado invitándolo a acompañarla a donde Frances y Tobias, olvidándose por completo de la trágica y muy muy triste historia (triste como quien dice absurda) de amor frustrado y unilateral que llevaba a cuestas porque... pues porque quien se acuerda de ese tipo de cosas.

Jasmine no, eso quedaba obvio. Pero aparentemente James si, porque ya cargados con licor para llevar y a punto de aparecerse por la red flu, en cuanto mencionó el nombre de Frances, la expresión en el rostro del chico se torció por completo. Cuando todo le hizo click al fin y unió todos los puntos, la única reacción de Jasmine fue la de carcajearse.

- ¡Ups! - Para cuando el fogonazo verde apareció en la chimenea - que los traumas de Jasmine como secuelas de guerra los había y muchos, pero las chimeneas no formaban parte de ellos - y ambos emergían en la sala de estar de esa casa más que conocida, la pelirroja permanecía con una sonrisa por demás maliciosa en el rostro.  - Ay bueno ya, no es para tanto. Saluda y no te quedes ahí como enfermito sin hablar. - Mientras se seguía aguantando la risa le dio una fuerte palmada en la espalda y se adelantó con las bolsa que llevaba cargando con licor mágico hasta la cocina, deteniéndose a saludar a quienes estaban ya en la sala. - Traigo tributo. Y un pobre incauto que necesita emborracharse hasta la inconsciencia. ¿Por qué hablamos de Finch? - Que por andar recreándose en la incomodidad de James no había prestado atención a la plática, pero vamos.

La verdad James no tenía ni puta idea de que Frances y su señor esposo estaban dando una fiesta y aun que se hubiera enterado era más que seguro que no estaba invitado, no por que guardara rencores de los años en Hogwarts (que la verdad, a pesar de todo, no los guardaba), si no porque su trato con ambos en la universidad era prácticamente nulo, sabía lo básico por las amistades que tenían en conjunto y esas cosas, pero nada más. La cosa con el destino es que no podía adivinarse (o al menos él no podía, siempre fue malo en esa materia) y dio la casualidad que se tomó con Jasmine en el callejón diagon, unos tragos tranquilos llevaron a hablarle de una fiesta y todo eso.

En realidad no pensaba que la cosa fuera a estar tan mal, era Jasmine quién siempre exageraba las cosas. Afortunadamente James había dado vuelta a la pagina hacía varios años del romance frustrado con Frances y aun que le seguía incomodando un poco la situación, en realidad no le importo hasta que estuvo ahí saliendo de entre las flamas verdes de la casa y con la risa de Jasmine resonándole en los oídos.

Bueno Jasmine, si sales de la chimenea es más fácil que pueda ir a socializar con la gente.. – Le dio un empujón leve por la espalda para que se adelantara, él tenía unas cuantas botellas que habían traído y las hizo flotar hacia una mesa mientras observaba a su alrededor. No le gustaba hacer ese tipo de entradas llamativas, de hecho le había dicho a Jasmine que fueran en auto al lugar pero como él ni sabía donde vivían, pues mejor fueron por chimenea. Salió de la chimenea justo cuando Frances estaba dando su discurso y lo primero que vio fue a Jessy y Kris en el sillón juntos. Por unos momentos pensó en darse la vuelta y hacer como que no había llegado pero ya varios lo habían visto, además que Jasmine no era una persona muy discreta.

Pudo ver varias caras conocidas inmediatamente en el lugar, en realidad todo parecía muy familiar y esas cosas, le gustaba y a pesar de todo estaba feliz porque las cosas le fueran bien a la pareja Alechinsky. Se acercó principalmente a saludar a Amy, pero no alcanzo a escuchar todo el discurso de Frances hasta lo del flinch, afortunadamente Jasmine se encargo de dejar saber las inquietudes de quienes iban llegando.

-Hey, no sabía que estarías aquí – Se puso al lado de Amy y luego saludó desde su lugar a la anfitriona de la noche – Hola Frances, espero no te moleste, tenía que venir con Jasmine, esta tan borracha que no podía si quiera bajarse de la chimenea, era por su seguridad. – Exageraba, aun que en realidad la pelirroja si se veía algo pasada de copas, él no, aguantaba unas rondas más. Saludó solamente de lejos a Jess y Kris, se le hacía algo incomodo acercarse.

Lo bueno de estar entre viejos conocidos era la naturalidad con que se daban las cosas. Incluso con Frances con quien tenían sus problemas, entablar un dialogo bueno o malo, salía sin más. Y más sencillo aun era llevarse con Kris. Mucha agua bajo el puente había pasado, y quizá era él, al único que podía besar una y otra vez cada mil años, sin quedarse con la desilusión de que las cosas no habían funcionado y por eso no la buscaba al otro día.

Con la botella en una mano, se dejó llevar hasta la sala, tímida sonrisa incluida. Mientras se acomodaba, buscó la varita para atraer las copas, y seguir tomando. Esquivando la cabeza de Amy que se hacía presente y arrimándose más a Kris para dejarle un espacio a la Gryffindor a su lado. – Llevas toda la razón – Flich era un amargo y eso no cambiaría jamás. Dijo a Amy extendiéndole un vasito del licor y golpeando luego el almohadón a su lado para animar a la morocha a que venga de una vez. La tenía en estima porque juntas habían soportada a la insufrible de Marie como prefecta y a la ñoña de Bloom como compañera de cuarto. Aunque claro, Amy era amiga de ellas y Jessy las esquivaba generalmente.

- Te vas a emborrachar con nosotros? – preguntó a Amy, mientras recargaba el vaso propio y el de Kris, y aparecía Jass con James… James… Ups! Respondió a su saludo tímido, con una sonrisa y quizá se pasó un poco al guiñarle un ojo. No quería que las cosas se pusieran raras solo porque se había acostado con él unos días atrás y ahora andaba abrazada a Kris. Lo de Kris era circunstancial y con James no había quedado en nada, así que nadie tenía porque ponerse raro. Y PUNTO. Suerte que había invitado a Amy a su sillón y ya no cabía más gente allí.

- Hablamos de Fich porque añoramos Hogwarts. – Ay si, como no?... La uni era una porquería pero volver a Hogwarts sería mil veces peor. – planes para navidad?... – tiró al aire. Faltaban pocas semanas y siempre era un buen tema de conversación liviano mientras todos se acomodaban, llegaban los que faltaban y se rellenaban las copas.

Mientras se buscaba algo de beber, porque a fin de cuentas eso es a lo que iban, alzó el puño al aire con eso que decía Frances de pelear por los derechos de los squibs. El dedo medio de ese mismo puño se alzó al escuchar luego a James que de borracha de lo peor no la bajaba, quizá en venganza por burlarse de él, pero estaba bien. Jasmine seguía sonriendo, no le ofendía nada porque se sentía lo bastante en confianza con todos ellos como para que le importara poco o nada el ridículo.

- Soy caso perdido, no insistan. - Dijo por lo de la rehabilitación antes de beber de su cerveza, que el licor más fuerte se lo dejaba para más tarde.

- No realmente. - Planes especiales para navidad, ninguno. Sus planes consistían en esos mismos que tuviera la persona con que fuera a pasar las fiestas. - Esta es la parte en la que alguien me invita con él o ella en vez de hacerme mendigar por cariño, sólo digo. - Estaba siendo odiosa solo por serlo, a pesar de todo nunca pasaba las fiestas sola.

Pasó un brazo por los hombros de Tobias y lo abrazó. - ¿Está tu mujer tratando de organizarnos para una cena de Navidad? ¿Es eso? ¿¿Estás orgulloso?? - Le dio un beso en la mejilla antes de soltarlo y tomó una lata de cerveza sin abrir para James, porque no lo iba a dejarse estar sin bebida en mano. Le entregó la cerveza al cazador y se fue a sentar junto a Frances.

- Calzoncitos para Hanin y calcetines para Per y Aimée. A mi me gustaría. Me ofrezco para esclava de la cocina, si es que esta mala mujer no me ha mandado a rehabilitación antes. - Le dio un empujoncito a Frances y se rio, apurando un trago de su cerveza. - ¿Y David? - Le preguntó a ella. Jasmine siempre, siempre, terminaba preguntando por Finnerty.

David no sabía si iba o no tarde, pero había estado buscando que alguien se quedara con Angus para no tener que llevarlo, desafortunadamente sus padres tenían demasiado trabajo y se habían tenido que negar y no tenía niñera disponible, así que no le quedó más remedio que envolver al cachorro en mantas y llevárselo a casa de Frances y Tobias medio adormilado.

La aparición casi lo despierta, pero David terminó dándole palmaditas en la espalda y haciéndole cariños en el cabello antes de saludar a los presentes. En cuestión de segundos volvió a caer dormido y entonces sí, saludo a todos de forma general solo con un movimiento de la mano antes de mirar a Frances.

-¿Lo puedo llevar con los demás, tienes espacio?-Como ya sabía dónde tendrían a los niños, se apresuró a subir, sorteando a un receloso Fabelo que siempre le maullaba y se erizaba cuando estaba cerca, pero que al final lo dejó pasar. Acostó a Angus en un silloncito que había ahí, lo envolvió bien en las mantas y después bajó de nuevo.

-Lo siento, si se despertaba y veía la fiesta iba a ser un viacrucis hacer que se volviera a dormir.-Saludó de nuevo de forma general y después fue a la cocina a buscar whisky en todos los estantes que encontró, para tener que conformarse con una cerveza porque no encontró nada, ya no sabía dónde guardaban sus cosas.

-¿Qué hacían? ¿En serio planeaban algo para navidad, escuché bien? A Angus le caería bien una navidad lejos de sus abuelos, lo consienten demasiado.-Quería decir que si no había escuchado mal por el bullicio de la llegada y de verdad planeaban una navidad entre amigos, él se apuntaba sin pensarlo. Muchos de los que estaban ahí eran también su familia.

No quería decir que se sentía algo incomodo en ese lugar, pero se sentía así. Todos alrededor tenían un algo muy “familiar” y aun que no quisiera mencionarlo el hecho de ver a Jessy con Kris en el sofá le había causado algo que no quería aceptar. Trató de dejarlo pasar y simplemente reír de medio lado ante las bromas de Frances y luego aceptar la cerveza que Jasmine, como si fuera la dueña del lugar o eso, le daba. Iba a ser una larga noche si decidía quedarse ahí, sobre todo cuando comenzaron a hablar de los hijos y las cenas navideñas.

En realidad sus planes eran como cada vez, pasar la navidad con su hermana y sus padres. Tenían una familia muy numerosa en Francia pero pocas veces viajaban, en parte porque sus familiares de Francia eran por demás excéntricos (su abuela estaba casada con un hurón) y en parte porque sus padres, como partes de la embajada Francesa en Inglaterra pues tenían cenas a las que asistir y una agenda apretada en esas fechas. Se quedó callado simplemente escuchando de los planes de quienes estaban reunidos ahí cuando apareció David con el pequeño Angus en brazos. Simplemente espetó a que él bajara y le saludo con una palmada en el hombro.

Jasmine estaba ofreciéndose como esclava de la cocina si es que planeaban hacer una cena navideña. – Solamente habló por convivir, en realidad parecía más interesado en terminar la cerveza que otra cosa. Tal vez con unas cuantas encima se le haría más fácil toda la extraña situación en la que raramente había quedado envuelto.

Incluso los modos de Jessy Lutrell le parecían tragables en esos tiempos. Hasta se reía y dejaba que Frances respondiera, por que tampoco era otro, siempre había sido de pocas palabras y eso no cambiaba. Lo que sí había cambiado eran sus modos hacia Sveinsson; si antes le parecía un tipo aceptable, desde el detalle de su boda (esa boda a los 17 años, esa fiesta en el pub apenas estrenado de David Finnerty) jamás había vuelto a caerle en gracia. Estaba seguro de su matrimonio con Frances, pero esas cosas no se olvidaban. La afianzó un poco cuando llegó a parlotear, sacando el humo de un cigarrillo por la nariz.

Se rió después de que dijera que dejara de abrazarla, sólo por esa razón se sentó en la barra de la cocina y la aprisionó con piernas y brazos como un mono. -Estoy de acuerdo con mi señora, esas etiquetas discriminatorias ¿Sabes que en eso empezó a fundamentarse la distinción de sangre?- lo decía en serio, pero a la vez no. No estaba intentando iniciar debates serios, sólo fastidiar un poco a Lutrell.

Soltó a Frances y saltó de la barra para saludar a Amy, a quien le estampaba un beso en la mejilla. -Están arriba, el segundo piso es su sociedad anarco-sindicalista, por si tienes interés en visitarla- le dijo y le ofreció una cerveza.

Jasmine y James después, llegando por la chimenea. Desde la cocina pudo ver el resplandor esmeralda y asomó la cabeza. -En esta casa sólo se habla de temas serios, parece que no nos conoces. Adelante, embriáguense- les dijo a ambos. Observó un rato lo que ocurría, sintiéndose parte pero sin intervenir demasiado, por que siempre había sido un poco así. Ver llegar a Finnerty era como ver llegar a su hermano Jens y sabía que Angus estaría bien arriba, como sus chiquillos sin ley (o la ley de la anarquía y de gobernarse a si mismos, era cierto; la gente subestimaba mucho a los niños).

-Claro que planeamos algo para navidad, que la mitad de nosotros somos medio huérfanos. La unión hace la fuerza. ¿Te vas a emborrachar o qué, perro lobo? le dijo a David. Estaba un poco cansado de ir al baño con tanta cerveza y le acercó una botella de whisky. Después de todo, estaban en familia. No tardaría en llegar Freud para preocuparse por tanto borracho con niños menores de seis años solos en el piso de arriba. Siempre contaban con los paranoicos. -Jasmine hará toda la comida, ya lo dijo Blue ¿Qué nos harás, un rico fish and chips del pub de la esquina? Calentado por ti misma, claro

-Deja de politizar.-Le dijo a Frances por sus argumentos sobre los squibs, que además eran apoyados por su perfecto marido (según la perspectiva de quién) aunque sabía que no estaba haciendo precisamente eso. Alzó su trago en dirección a Amy cuando llegó mencionando lo de los kneazles violentos. -O a lo mejor sí, Amy, nunca se sabe.-Le guiñó un ojo y la siguió con la mirada antes de volver a lo suyo, o sea a Jessy, su trago y el sillón.

La gente comenzaba a llegar en mayor cantidad. A él no le sorprendió ver a James llegar con Jasmine, no sabía de ninguna situación tirante ni con Frances ni con Jessy que involucraran al tipo y hasta le caía más que bien.

Para no perder la costumbre pasó una mano al muslo de Jessy como el comportamiento más normal entre ellos mientras con la otra mano intentaba mostrarle el dedo medio a Frances por el comentario de la rehabilitación. Después puso atención a la cena de navidad que organizaban. Por lo regular él iba por lo menos unos cuantos días a Islandia. Kristján saludó a David de lejos cuando apareció con su niños y lo mismo había hecho cons los demás, estaba demasiado cómodo en el sillón como para levantarse.

-Yo puedo traer el alcohol a la cena  si quieren, es lo único que sé hacer bien. Alcohol islandés, porque me voy unos días a mi país-Estaba llevándosela tranquila con la bebida esa noche, ya se había terminado lo que Jessy le había dado pero no pidió más porque no quería ponerse impertinente como siempre le ocurría con ese grupo en particular.

Nadie la había invitado, de eso estaba segura. Podía haber salido con alguien aunque la verdad era que tampoco tenía muchos amigos como para verse fuera de Brigantia, quizás por que el tiempo que le sobraba de la carrera lo usaba trabajando en el pub de su “cuñado” como le gustaba decir para fastidiar, David Finnerty. Tenían una relación tirante, y Euphemia no cooperaba, aunque realmente no lo hacía con nadie. Le gustaba hacer a todo mundo sentirse incómodo.

Se había conseguido uno de esos cacharros muggles en el pub, lo había intercambiado por unos cuarzos de constelaciones, a un chico muggle que le había parecido guapo. Seguramente en el ministerio de magia se sentirían preocupados de que esas piedras anduvieran en manos no mágicas, pero tampoco es que tuvieran un gran poder, sólo eran diagramas tridimensionales de algunas estrellas, dentro de una piedra. El Walkman le fascinaba mucho más. Iba escuchando su única cinta, mezclada del radio, que le había llevado dos semanas armar. INXS, don’t change.

Llegó en bus, como una ciudadana cualquiera, por que no conocía la casa de los Alechinsky y no quería cortarse una mano apareciéndose ¿Hacía falta repetir que no estaba invitada? Llegó como si todo el mundo la estuviera esperando, por supuesto, a saludar a David con un beso en la mejilla, después de quitarse el gorro. Hacía frío y su atuendo de la década anterior la mantenía más o menos caliente.

-Hola David, ya que no me dejaste que cuidara a mi sobrino, vine por si acaso se ofrecía algo. dijo muy animada, quitándose el abrigo y quedándose con su suéter de borregos navideños -¿Cómo están, eh? Si no quitan esas caras, no les voy a dar de mi marihuana. Damien Holland me preguntó si podía venir, pero no supe qué decirle… igual todos somos amigos en estos tiempos de libertad ¿No?

Holland no le había preguntado nada ¿Sobraba decir que sólo quería fastidiarlos con esa pregunta?

-Amy, siempre tan buena- le dijo con sinceridad y se despegó un instante de Frances para pasarle un brazo por los hombros. Lo decía con cierta ironía pero la verdad era que confiaba en sus labores culinarias y eso de la navidad entre todos no sonaba tan mal. Sus padres estaban acostumbrados a no celebrar demasiado y podría ir con Jens y los niños a verles al otro día, dejar la cena para los amigos. Pensaba como todo un hombre de familia.

No dijo nada ante el ofrecimiento de Sveinsson, ya alguien lo agradecería, y ese alguien no iba a ser él. Volvió a sonreírse con lo de la tía que los malcriaba y pensó que no vendría mal por que, bueno, realmente ellos no malcriaban en absoluto a sus hijos, y el único que lo intentaba un poco era el padre de Frances.

-Wow, fue en esta casa el asunto del spaghetti, ya no me acordaba. Y me niego a poner los adornos, ese día tengo que retocarme las raíces, o ya no me confundirán en las calles con Billy Idol- dijo después de carcajearse. Correspondió al beso de Frances, tomándola por la cintura. Hacía siglos que no tenían una reunión con un juego y ni siquiera se le ocurría uno, aunque Frances sabía que él se ponía a hacer bastantes tonterías con los niños, pero eso era otra historia. Además, ya ni siquiera quedaban ganas de besarse entre todos (no por su parte) como antaño. Estaba por proponer alguna cosa de confesiones cuando llegaba la “familia” incómoda de Finnerty. No le molestaba ella en sí, sino sus ganas de molestar, como quien hace de malo en una de esas telenovelas latinas.

Por supuesto que la mención a Holland no le hacía la más mínima gracia, pero no iba a darle el gusto a nadie.

-Si alguien sabe de reconciliaciones eres tú, amiga de quienes borraron a tu familia del mapa. Te admiro ¿Cerveza? - Después de todo, Alechinsky era el mismo Alechinsky de siempre.

Evidentemente estaba madurando, porque que Amy y Kris tuvieran una historia en común, que fuera cual fuera involucraba un guiño de ojos, no le causo el menor resquemor, cuando en otras circunstancias, muchos años atrás ese solo gesto podría haberla hecho amargar para toda la noche. Era maduración o el licor. Incluso estaba contentísima de que Amy estuviera su lado, y mientras abrazaba al islandés por la espalda, tomaba la mano de Amy en la otra para decirle lo muy lindas que llevaba las uñas a pesar de ser zoologa.

Jessy no iba a comprar caprichitos ni calzones, siquiera pensaba que lo de las fiestas iba en serio, ella lo había preguntado para pasar el rato no más, y ahora parecía que tendría que sentarse a comer con todos sus amigos. El asunto monopolizó la reunión incluyendo al lico que llegaba con su cachorro  y  a cada uno que parecía querer dar lo mejor de si para la navidad familiar del asilo de huérfanos (como señalaba Tobias con mucha razón). Cuanta bondad por convivir o de verdad era que se amaban o estaban todos solos como perros. Como fuera era mejor tomar, que para eso habían ido y reírse, como con la anécdota que contaba Frances, mientras Jessy servía otra tanda de chupitos a Amy, Kris, ella misma y quien le hubiera acercado un vaso.

- yo no pienso cuidar niños...- señaló, dando la razón a Frances de que había que aprovechar la ocasión. Y  animando a quienes tenían la copa llena de que la siguieran, dio fondo blanco a su vaso, para luego besar a Kris y así continuar con el ritual que habían iniciado esa noche en la cocina. Estaba a punto de proponer algún juego, aunque ella no necesitase escusas solo por seguir a la anfitriona y no ser mala amiga cuando MacEachern apareció en escena....

Si bien había escuchado algo de que aquella chica trabajaba en lo de David, verla ahí le sentó como una piedra en el estómago. Jessy, perseguida como era no le despegó un segundo la mirada, al tiempo que instintivamente se abrazaba más a Kris. No tenía miedo, o sea era una niñita tonta pero... Era tan parecida a Eugenia... como hacía el lico para verla todos los días? eso debía ser peor que un fantasma. Para colmo sus palabras, así tan suelta de cuerpo. La cara de Jessy era una de las que debía estar mencionando. Se giró a ver a Kris pero no supo pedirle nada. La definición de inesperado quedaba corta para esta circunstancia.  Solo atinó a apoyar la frente contra el hombro de su compañero negando con un sutil movimiento mientras Damien Holland era mencionado y Tobias hacía su parte. - un porro no será suficiente- susurró para ellos arrepintiéndose porque ya habían dejado las drogas duras atrás o de haberlas dejado. - Alcohol... ?-   y volvió a servir todos los vasos que tenía cerca, los propios, los ajenos y los que aun no habían sido estrenados por nadie.

Ahí tenían una huerfana más para su grupito de navidades. Una huerfana por culpa de ellos y ellos lo mismo pero al revés. Eso no era cómodo. Se tomó su vaso y otro. Y la volvió a mirar a ceño fruncido. Y miró a Frances y a Jass... y... O sea! que hacía allí? Ay no! MacEachern no iba a arruinarle la noche.

-Ya muero por probar las delicias culinarias de ustedes dos, en serio.-Dijo David con ironía por los buenos ofrecimientos de Jasmine y a Amy para cocinar en esa navidad salida espontáneamente gracias a Jessy. Se sordeó con respecto al tema del spaguetti, porque recordaba muy bien aquél día en el que se le había hecho fácil ir por la olla que estaba en el refrigerador para embarrarlos a todos de comida. La casa Alechinsky había quedado hecha un asco y él, con la peor resaca de su existencia. Parecía que habían pasado demasiados años, pero no había sido tanto. Ahora llegaba ahí con su pequeño hijo, sin intenciones de lanzar albóndigas al techo de nadie.

Se acercó a James y le ofreció un vaso de whisky lleno mientras Frances lo invitaba a la cena improvisada, por si ya casi se había terminado su cerveza y luego brindó con Jasmine desde su lugar. Estuvo a punto de acercarse más a ella cuando apareció Euphemia. A David se le fue el color de la cara. No había querido dejarle a Angus porque no confiaba en ella, era solo una niñita, como tanto le gustaba repetirle. Aunque bajo esos parámetros parecía ilógico que prefiriera que lo cuidara un gato.

No era nada de él, odiaba que le dijera “cuñado” o “hermano”, a veces lo hacía, pero aún así se sentía responsable por ella en una suerte de broma cruel del destino. Además era tan fastidiosa como Eugenie y se parecían mucho, así que le dolía verla, pero también se sentía responsable. Y como pasa con algún miembro de tu familia que hace idioteces, le daba una absurda pena ajena cuando se le ocurría abrir la boca, tal como hizo, mencionando a Damien Holland.

Miró a Frances y a Tobias rápido. Apenas pasó al lado de Jasmine tomándola levemente por la espalda en una señal silenciosa para ir hasta donde estaba Euphemia y tomarla por el brazo mientras Tobias, en su muy particular modo, la ponía en su lugar.

-Por favor compórtate si no quieres que te regrese directamente al bar y te encierre en el refrigerador. Lo digo en serio.-Le masculló entre dientes mientras con la varita conjuraba una cerveza y se la pasaba. Quería quererla, quería entenderla también, pero ella se lo ponía muy complicado. Dejó de hablar de la cena de navidad por inercia. -Volvamos a lo de los juegos, yo no me sé ninguno. Amy y Jasmine seguramente sí.-Pero ya no iba a disfrutar igual pasara lo que pasara, ahora tenía a Euphemia ahí para que todo el tiempo se sintiera responsable por ella.

- Fish and chips rancio y recalentado para ti. Cena navideña en condiciones para los demás. - Le hizo una mueca horrible a Tobias y de haberlo tenido a la mano lo hubiera empujado o algo, pero como siempre, se mantenía entre risas, y es que estaba de muy buen humor. Ya estaba decidido, prepararía algo esa navidad con ayuda de Amy, y definitivamente no sería comida comprada y recalentada. La verdad es que hasta ilusión le hacía Sus ánimos solamente mejoraron una vez David llegó con Angus dormido y no pudo contener el aww de rigor.

Todo iba muy bien, y de hecho ya estaba por proponer un juego que consiguiera lo que Frances quería, emborracharse todos mucho y muy rápido - confianza ciega en Fabelo para hacerse cargo de los niños - cuando Euphemia llegó. Ahí fue cuando sintió que se atragantaba con su cerveza.

¿Por qué? No era ningun secreto para nadie que Jasmine había tenido a su hermana en el peor de los conceptos y aquello le había costado, como no, una pelea colosal con David. Para colmo, había sido el padre de ellas el mismo que le había arrancado el ojo en una pelea. Un dolor como ese seguía más que presente en su memoria física y eso era algo que no iba a borrarse. Ya por si no fuera suficiente, la encontraba tan detestable como podía encontrarse a alguien y el arreglo aquel que se tenía con Finnerty no le gustaba para nada. Claro, para mayor efecto, va y hace su chistesito sobre Holland. Que sí, Euphemia había sido una niñita cuando Eugenie había muerto. Y precisamente porque ella nada había tenido que ver, Jasmine simplemente se mantenía a distancia sin armar escenas. Eso no quería decir que se sintiera cómoda.

Miró de reojo a Tobias quien la ponía al instante en su lugar y tuvo un escalofrío cuando David le puso la mano en la espalda antes de irse a leerle la cartilla a la recién llegada. Se empinó de un solo trago lo que le quedaba de su cerveza y aguantándose el coraje se quedó callada. Si Tobias, que era el de la casa, se lo tomaba con civismo, no iba a ser ella la que hiciera un escándalo. Lo que si, estaba comenzando a tener un picor muy insistente en el ojo.

- Claro que Jasmine sabe juegos para emborracharnos, porque estoy a un paso de rehablitación. Como sea, vamos a necesitar más alcohol. - Apretó el hombro de Frances y le devolvió la mirada a Jessy, luego se puso en pie y fue a la cocina. A traer más alcohol y a buscar un shot glass, porque tenía la suficiente confianza como para buscar en los estantes de esa casa sin vergüenza. También iba a poder hacer hacer sus caras de odio a gusto sin que nadie la viera y a darle una enjuagada al ojo de cristal, que estaba dándole una urticaria nerviosa que no se aguantaba.

Qué fueran tiempos de paz no quería decir, en lo absoluto, que Frances hubiera cambiado su carácter. Cuando vio llegar a Euphemia sintió que se le revolvía el estómago. Ok, ella no tenía la culpa de lo que le había pasado a su hermana, ni tenía la culpa de haber nacido del imbécil enfermo de su padre, ni de haber sido demasiado chica para vivir la guerra. Pero SÍ tenía la culpa de ser una pequeña perra insufrible a la que no le importaba atormentar a David y de paso, a los demás.

Y por el otro lado, Frances nunca había sido muy tolerante con absolutamente nadie. Se quedó mirándola y sólo desvió la mirada ante la frase de Tobias y el regaño de papá gentil de David y entrecerró los ojos. El ambiente de incomodidad podía sentirse, cortarse con un cuchillo. Ok, todos ahí podían intentar ser tolerantes, incluida ella, pero decidió que esa noche no iba a empezar terapia para controlar su furia.

Se acercó a ella y a David e hizo a un lado al licántropo de un empujón, no sin antes lanzarle una mirada furibunda de que ni se le ocurriera hacerse el encantador, o lo mataba. Tomó a Euphemia fuerte por la barbilla e hizo que la mirara a los ojos. Se parecía tanto a Eugenie que le daban náuseas.

-Mira niña, si vas a querer estar aquí vas a evitarte comentarios de retrasada mental y ser buena si no quieres que te rompa la nariz, por lo menos. Te tolero en mi casa sólo por David así que la próxima vez piensa dos veces antes de decir algo. Tengo muy poquita paciencia.

La soltó y le dio un par de cachetadas –no tan suaves como para que fueran un cariño, no tan fuertes como para voltearle la cara- y luego volteó a ver a Tobias encogiéndose de hombros como queriéndole pedir perdón –falso- por no poder aguantarse a ella misma.

-Maldita sea, las reinas de los juegos de ebrios se fueron a esconder a la cocina. Tendremos que conformarnos con solo beber porque sí. No pienso cuidar a mis propios hijos esta noche, me deslindo de mis responsabilidades embriagándome.

Y dicho eso tomó uno de los vasos de alcohol que Jessy recién había llenado, por cierto, brindando con ella.

Si esa noche se había propuesto no beber más de la cuenta, todos se lo ponían muy difícil. Podía distraerse toqueteándole los muslos a Jessy más de la cuenta o repartiéndole besos por el cuello de tanto en tanto pero eso no era suficiente para tenerlo lejos del alcohol.

El hecho de cuidar niños no era el problema, si pudiera controlar sus adicciones muy feliz habría hecho de niñera de los hijos de Frances llegado el caso, el problema era que en verdad le costaba mucho mantenerse cuanto lo tenía tan a la mano.

Al llegar Euphemia, Kristján no se incomodó tanto como los demás. Podía sonar muy hijo de puta pero en lo que a él respectaba, ella todavía no le había hecho nada directamente. Claro que el chistesito de Holland estaba de más pero no iba a ser él quien encendiera más los ánimos. No en ese tema. Para no intervenir en los aleccionamientos a la chica, tomó de golpe el alcohol que Jessy servía antes de lanzarse a besarla como un demente ahí mismo en el sillón. Claro que reparaba en la presencia de Amy pero no iba a volverse un idiota con la rubia solo por eso cuand había sido él quién inició el jueguecito.

-Mira, este quedó huérfano también.-Se refería a uno de los vasitos que estaba sirviendo Jessy de manera impulsiva. Se lo bebió de un golpe, tomó la botella y se sirvió otro para también bebérselo rápido.-Con o sin juego de por medio yo me embriagaré de todas maneras.-Le dijo a Jessy antes de servirle un shot nuevo y dárselo a ella.-Y tú te embriagarás conmigo, no me dejarás abandonado, ¿verdad?.

Como siempre, estaba yendo demasiado rápido con eso. Entre besos y shots se le ocurrió la brillante idea de brindar con Alechinsky, Tobias. -Hey Alechinsky. Tú no, Frances. Por favor tienes que hacerme el honor de compartir un rato conmigo. Trae ese whisky para acá. ¿O sólo es para el licántropo y para ti? Tenemos que convivir.

- Jamás - respondió al instante y con toda seguridad al islandés. Y que la verdad sea dicha, entre los tres shoots que se tomó al hilo brindando con Frances, con Kris y con nadie, y los besos alocados que se dedicaron quizá haciendo todo un espectáculo, estaba feliz como hacía mucho tiempo no le pasaba. No es que se hubiera olvidado de Mcnosecuanto, pero eso había pasado a un segundo plano después de que Frances la pusiese en su lugar. Y es que claramente confiaba más en la morocha que en nadie de allí. Lo de Jass era otra cuestión. cuestión que no pudo enganchar a tiempo porque como no, estaba besandose con el islandés.

- Ven aquí! - se levantó solo un poco y tomó a Frances de la camiseta para atraerla hacia ella, sin brusquedad pero tampoco dándole opciones, y sentarla en el sitio en que antes había estado Amy. El movimiento repentino, la hizo marearse un poco pero nada que no supiera controlar. Ella se sentó en la falda de Kris y mientras él hablaba con Tobías, ella le explicaba a Frances, lo que se le había ocurrido. - es muy sencillo, primero necesitamos un vaso. - tomó uno de la mesa y se tomó su contenido. - y una moneda...- extendió la mano y alguien, quien fuera, le alcanzó una.

- Si aciertas le pones un reto a alguien..-  Tiró la moneda y la metió de pura suerte en el vaso. Hasta alzó las cejas porque su plan era errar, pero de inmediato miró a Frances y la obligó a tomar como consecuencia sencillita. Sino aciertas, bebes hasta morir... - Volvió a tirar pero ahora para no darle seguro, la arrojó a las manos de //inserte aquí el nombre del pj que postee luego//.  Y ya que  UPS! no había acertado, la rubia aprovechó para darle un sorbo a una nueva bebida.

Mierdas le importaba la huerfanita. Ella iba a quedarse allí con sus amigos. Y con Kris. Y ya estaba borracha.