UNOS TRAGOS, (PRIVADO, JAMES & WHITNEY)

El ambiente en el departamento estaba tenso desde hacía varias horas. Él no había podido viajar a Alemania por cuestiones del departamento de seguridad mágica, porque esa tarde/noche iban a tratar de rescatar a los secuestrados por los mortifagos. Eso en parte había estado bien pues justo al llegar a su departamento se encontró con una Whitney desesperada que hasta incluso le había mencionado que podría ir a buscarlos también. Por supuesto James no era un idiota, ninguno de los dos había estado en una batalla de verdad y no quería perderla, evitó que fuera a ese lugar de una manera decisiva, no eran héroes al rescate, tenían que dejar que las autoridades hicieran lo suyo.

Aun le parecía extraño tener a Whitney ahí con él, porque ella había sido importante y porque aun la extrañaba. Había decidido dejar todo de largo por que también menciono lo que le había sucedido a su prometido. Parecía que la suerte de la reportera estaba en el peor de los momentos y él solamente podía observarlo sin hacer nada. Pero no iba a dejarlo así, él no era ese tipo de personas y trataba en verdad de mantener a Whitney ocupada, platicando de cosas simples de la vida.

Ya sé que es lo que necesitas. ¿Quieres una margarita? Te gustan ¿cierto? Lo recuerdo perfecto. – Se puso de pie en el sillón y con la varita atrajo algunas de las botellas cerca del mini bar en la sala. Comenzó a mezclar todo poco a poco, él tampoco era muy diestro en preparar bebidas alcoholicas, pero en esas situaciones sabía que Whitney lo necesitaba.

Ah, el alcohol, es un lubricante social que nos evita el estrés y mantener nuestra mente fuera de pensamientos serios y amargos. Te ayudará. -Trataba de mantener su buen humor, aun que él también parecía preocupado. Se acercó a ella y le dejo la copa para luego sentarse a su lado y pasarle un brazo por los hombros.
Estarán bien, ¿de acuerdo?

Los últimos meses habían sido una completa locura para Whitney, desde su repentino regreso a Estados Unidos para luego parar en el punto de origen, que era Inglaterra. Ella siempre trataba de ser salomónica en todos los aspectos posibles de su vida y de hecho una de sus grandes cualidades era siempre ver las cosas con optimismo, pero sus inseguridades que habían surgido recientemente le superaban en muchos sentidos; en definitiva no estaba pasando por una buena etapa. Sentía que en cualquier momento iba a estallar, pero sobre todo, había una sensación que odiaba más de todas: el sentirse frágil e indefenso, pero por sobretodo confundida.

Todo había empezado -si se puede dar inicio a algo- con que tal vez no estaba preparada para tener una relación con James, no sin antes habiendo superado al islandés que al parecer hasta esos momentos no lo había hecho. Por supuesto, en aquel entonces no lo admitía, pero dentro de sí albergaba un recuerdo pasional muy fuerte ante el chico nórdico y aunque James venía con todas las buenas intenciones del mundo, simplemente no estaba lista para mirar a alguien más. Se sentía bastante culpable al estar con James y pensar en alguien más, por lo que lo más saludable para ambos era simplemente terminar lo que tal vez nunca empezó. Por supuesto, otros factores importantes y externos a sus sentimientos le hicieron tener que dejar no solo lo que al final reconoció como el mejor de los chicos con los cuales se había cruzado, sino que tuvo que dejar desde tanto estudios, como residencia, ya que su padre había encontrado una mejor oferta laboral en Estados Unidos. Pero por si fuera poco, unas semanas antes de partir, se reencontró con un amigo de colegio, un amigo con el cual había tenido una relación que lo que en ese momento era una simple relación comercial. Fuese como fuese, había empezado a salir con él, ya que todo lo que hacía el chico lo evocaba a tiempos diferentes para ella, a buenos recuerdos.... quizá esa atracción que surgió fue simplemente el sentimiento de familiaridad que sentía al estar cerca de él y sobre todo, cuando las cosas no eran tan complicadas.

Él también había estado de paso en Inglaterra y al llegar a Estados Unidos, no se hizo esperar más: se habían comprometidos. Quizá una boda para ella, luego de todo el lío amoroso que había pasado era simplemente una locura, pero le alentaba todo aquello, una nueva vida, alguien que le hacía olvidar las cosas que no quería que regresara a su vida y sobre todo estar en su país de origen. Todo iba bien, todo parecía encaminarse nuevamente, hasta que él tuvo aquel accidente fatal que hizo que Whitney se desplomara internamente. Ya todo carecía de sentido para ella.

Y para complementar las cosas, había escuchado la noticia de que el islandés había sido secuestrado. No sabía cómo ni donde, pero algo en ella le hacía sentir la necesidad de hacer algo por él, de ir a formar el grupo de rescate. Por lo que contactó a James, quien a pesar de todo, la comprendía y nunca renunció su amistad a ella. Así que de esa forma regresó a Inglaterra y cuando le comentó todo a James, este de alguna manera la convenció de lo contrario y es que era lógico, ¿Qué iba a ser en un campo de batalla?, por lo que se quedó con cierta impotencia y más alterada que nunca. Pero por suerte el siempre le sacaba una sonrisa del rostro.

- ¿Un... lubricante? - Preguntó curiosa por aquella analogía. En realidad no quería ingerir alcohol, pero si era por bajar los niveles de estrés, supuso que tal vez no le caería mal - Sí, una margarita está bien - Dijo resignada y se quedó mirando el horizonte unos segundos - ¿Has salido con alguien? - Soltó de repente como tema casual, pero también tenía cierta curiosidad que había sido del chico en ese aspecto de su vida, ya que se habían comunicado mediante cartas, pero casi nunca se había tocado ese tema.

James conocía perfectamente los por menores de la situación con Whitney. El nunca iba a aceptar que le había dolido el rechazo, que no sintiera por él lo mismo que él había sentido por ella, porque en realidad estaba enamorado y ella era perfecta a sus ojos. Le gustaba muchísimo ese positivismo, le recordaba mucho a él mismo, también la forma en la que se movía, ella era una mujer que conocía de todo un poco, al menos de todo lo importante y siempre la iba a considerar alguien especial. Por eso quería ayudarla, por eso no se había separado de ella a pesar de que lo hubiese dejado ya fuera por Kristján o por otro. No importaba en realidad.

James le dejó la bebida al frente con una sonrisa en los labios. La sala era grande y espaciosa, con un par de sillones alargados colocados uno frente a otro con una mesa de cristal en medio. En esa mesa estaba la copa de whitney y un vaso con whisky escoses producto de él mismo. La vio con la mirada perdida unos momentos y deseo en verdad poder tener la habilidad de ayudarla, de reparar el daño que cualquiera le hubiese hecho. Su rostro no merecía estar afligido, ni tampoco su corazón.

La pregunta lo tomó por sorpresa, ni siquiera sabía la razón. De alguna manera sentía que aun era como si estuviesen juntos y él la hubiera engañado, tuvo que repetirse a sí mismo que no era así. Que solamente eran amigos y que podía hablar tranquilamente de las situaciones de su vida así como él había aceptado las de whitney.

¿Después del huracán Fenn en mi vida? Me tomó un tiempo, si. - Trató de sonar gracioso para aligerar la carga del momento, alargó un poco su mano hasta alcanzar el vaso con whisky y le dio una rápida bebida. - Si he salido con alguien… de hecho, la última vez que hablamos que me mencionaste sobre tu compromiso me hizo pensar. ¿Por qué no? Y le pedí que se casara conmigo, claro que luego me encontró besando a otra aquí mismo en mi departamento y no la he visto desde entonces. Creo que eso significa que terminamos. No soy tan bueno como pensabas ¿verdad?

Iba a reservarse los detalles para él mismo. Detalles como la identidad de ambas mujeres, ya se sentía como un canalla antes de eso.

Míralo así, te alejaste a tiempo Whitt…

En el momento en que James se refirió a ella como "huracán", sintió vergüenza de sí misma de manera tal que olvidó por un momento por qué estaba allí en primer lugar. Se sumergió un poco en los recuerdos de cuando ellos estuvieron juntos, la verdad es que en ese lecho de confusión que estaba pasando, de amores no correspondidos y de no estar segura si James era el indicado en ese momento, nunca se había parado a pensar lo mucho que le pudo haber afectado dicha separación para él, y tampoco se había percatado del todo que tal vez ella había significado más para él, que lo que él fue para ella... sin duda alguna, fue un momento donde se sonrojó de la vergüenza y disimuladamente bajó un poco más la cabeza esquivando cualquier mirada que este le diera. Solo se dispondría a escuchar lo que siguiera.

Dio un trago fugaz a su vaso como para no interrumpir la dinámica y fue entonces cuando escuchó que sí había salido con alguien; tal como se lo había imaginado. Una pequeña parte de sí misma sintió un poco de celos, ¿Pero por qué?, era totalmente libre de salir con quien sea, ya que ella fue la que tomó ese impulso de irse y de casi casarse sin considerarlo. Fue entonces que mencionó un compromiso e inevitablemente volteó a verlo fijamente, ya que eso si no se lo esperaba y mucho menos "tomando de su ejemplo". Pero lo siguiente que le contaría hizo que abriera un poco más de la cuenta sus ojos, ya que el compromiso se había deshecho cuando la chica lo había encontrado besándose con otra.

¿Ya va, qué? Eso la confundía enormemente, la versión que tenía de James en su mente era distinta. ¿Qué rayos había pasado en todos esos meses? que tampoco fueron tanto, fueron aproximadamente unos 4.

Tomó otro trago, uno tal vez más profundo que el anterior y lo volvió a mirar.

- Wow... eso... eso... si no me lo esperaba - Dijo con total sinceridad y volvió a mirar un momento el horizonte en blanco - ... Creo que ... el tiempo nos cambia aunque no queramos - Volvió a hablar luego de permanecer unos segundos callada -... Nadie es completamente bueno, ni completamente malo, James, tal vez las circunstancias se dan para golpearnos un poco y cambiarnos para bien o para mal, solo mírame, creo que... lo arruiné todo - Lo decía más que todo por ellos en particular -... por no concentrarme lo suficiente ¿Qué logré?, enviudarme antes de casarme, pensar en alguien que ya me tiene en el olvido y...y... arruinarlo todo contigo - Le tembló la voz a eso último y cubrió su rostro con sus manos y se le salieron unas lágrimas, lo que menos quería era llorar en ese momento pero era inevitable pensar que quizás lo que siempre había querido estaba justo a su lado y que tal vez no volvería por ser caprichosa y no aclarar sus sentimientos desde un principio.