Poker Night - LIBRE

por **James Blue** Mar Nov 25, 2014 4:57 pm

Poker Night

Libre

▲ Por la noche▲Viernes

Una noche de poker era una excelente idea para pasar el fin de semana, James tenía la costumbre de reunirse con algunos compañeros de la universidad al menos una vez al mes para hacerlo, así liberaba las tensiones de la universidad y los partidos de quidditch que a veces no le dejaban respirar, era bueno por lo menos ver a camaradas cada cierto tiempo y, sin exagerar, también ponerles una buena desplumada en el poker, él siempre tuvo buena suerte en esas cosas, para que negarlo.

Les había enviado lechuzas a la mayoría, aun que todos sabían que la cita era en uno de los departamentos del ala este del edificio donde los padres de James vivían, en realidad no le molestaba vivir con ellos a su edad, si bien podía comprar una casa o lo que fuera con lo que le pagaban por contrato anual en la selección alemana, pues en realidad no le veía sentido ya que pasaba casi todo el tiempo en la universidad o de viaje, además el edificio departamental (muggle) tenía varios en renta de los cuales podía disponer si así quería.

Total que la noche había comenzado algunas cervezas atrás, el lugar estaba lleno de una buena vibra (o lo normal cuando aun nadie ha ganado o perdido lo suficiente) humo de cigarro flotando en el aire mientras un pequeño duendecillo en escoba flotaba de un lado a otro encendiéndoles uno nuevo cuando se les acababa el anterior o cambiando las cervezas vacías por una nueva cuando se requería. Todo tranquilo.

Poker de reinas, ¿Alguien tiene más o voy llenando mis arcas con sus lagrimas? – Le dio un trago a su cerveza tras bajar las cartas, era un buen juego, fácilmente podrían ganarle pero no le importaba, estaba pasando un buen rato.

Casa y así

por **Andrei Kosztka** Miér Nov 26, 2014 12:04 am

Observó el enorme edificio muggle, barriéndolo lentamente de abajo hacia arriba. La noche regalaba sus monótonos ruidos en los que destacaban los cláxons de los autos, la sirena de alguna ambulancia, el murmullo de los transeúntes que pasaban a su espalda, los ladridos de los perros que defendían su territorio, los maullidos de las gatas en celo y la música al tope de aquellos quienes piensan que la noche del Viernes es para farrear. Así como él. Así como todos.Claro, para Andrei era común saber que hombres y mujeres de su edad buscaban los fines de semana como el deshidratado al agua para perderse en los tugurios, bares y discotecas, beber como cosacos, fumar como chimeneas y bailar hasta que los pies no les dieran para más. Pero él no era así. Esa era la cuarta vez que James lo invitaba a su casa para la noche de pókar y ésta era la única vez que aceptaba. Siempre le daba vueltas al tema cuando lo sacaba a colación. Las primeras dos veces pensó que James lo hacía por cortesía, la tercera supo que en realidad le habría gustado verlo ahí y esta cuarta no se había podido negar. Realmente le incomodaba la idea de tener que convivir con muchachos que aún cursaban sus respectivas carreras en las diferentes facultades de Brigantia, a todos los tenía que ver de vez en cuando para los duelos que se orquestaban por su parte. Él los calificaba, él decidía quién pasaba la prueba y quién no. Y su carácter estricto no era precisamente la carta más en su favor. Había quienes lo odiaban. Otros le temían. Pocos, como James, comprendían su carácter y preferían mejor acostumbrarse a él.
Se quedó observando las ventanas que tenían sus luces prendidas y contó los pisos. Supuso que el de los padres de James era uno de los más altos según la dirección que le había dado. Exasperado, se pasó una mano por el cabello, inventando razones por las cuáles no entrar. Simplemente no encontró ninguna, o por lo menos, no una buena o nueva.

— Mi a fenét keresek én itt?— “¿qué diablos estoy haciendo aquí?” se preguntó en voz alta aún parado a unos metros de la entrada.

Para darse valor, sacó la cajetilla de cigarros que guardaba celosamente en el bolsillo interior de su gabardina, extrajo un pitillo y lo encendió con un encendedor. Estaba en territorio muggle y aunque pudo haberlo hecho con la varita, estaba consciente de que eso podía tomar por sorpresa a alguien. Aún no lograba acostumbrarse al mundano y poco práctico mundo de los no magos. La calada que dio fue larga, casi parsimoniosa. Cuando exhaló el humo sintió el relajante efecto de la nicotina en su sistema. “Ya nada puede ser peor y ya estoy aquí” se dijo mentalmente mientras caminaba lo que le quedaba de tramo para entrar en el edificio. A diferencia de donde él vivía, ahí se tenían que usar los elevadores, que tendían a tardarse varios minutos en llegar a los pisos más altos. Mientras el aparatejo ascendía, Andrei se observó en el reflejo metálico del interior. Mayormente llevaba ropa negra y con eso ya se veía bastante lúgubre. A veces no lograba recordar cómo era que con el carácter tan ruidoso de James, habían llegado a ser tan buenos amigos. Tal vez le recordaba un poco a Bastian.

El indicador llegó al piso donde él necesitaba bajarse. Las puertas se abrieron y pudo pisar el pequeño pasillo que daba a dos departamentos. No tuvo que aguzar mucho el oído para saber dónde era la reunión. James le había dicho que sólo era necesario girar el pomo, pues la puerta estaría abierta. Y así lo hizo, giró el picaporte y ahí estaban todos, bebiendo, jugando, riendo y fumando. Justo entró cuando su amigo decía la frase “Poker de reinas, ¿Alguien tiene más o voy llenando mis arcas con sus lagrimas?" Cerró la puerta tras de sí y notó cómo un pequeño duende arrebolaba encima de los jugadores quitando botellas vacías y sustituyéndolas por nuevas. Al observar el ambiente y el lujo del lugar, le recordó, de cierto modo, a la casa de sus padres. Lentamente se acercó a ellos, arrepintiéndose de haber llegado. “Sólo unas horas y me largo” pensó. Con un gesto de cabeza, tenue, saludó a James.

— ¿Llego tarde o apenas están calentando?— inquirió en una especie de saludo general que intentó ser cálido. Su fuerte no era encontrarse en grupos grandes, aun así fueran cinco o seis muchachos.

por **Jony Allvery** Miér Nov 26, 2014 5:44 am

Las noches de póker de James eran lo más cercano que tenía, Jony, a reunirse con amigos para pasar el tiempo con buena vibra, divirtiéndose, bebiendo algo y dándose el gusto de saber que la vida no se limita a las aulas ni a todas esas mínimas preocupaciones que suelen corrernos el foco. Por todo esto no era de extrañar que estuviera ahí desde el minuto uno. Había caído con una conservadora llena de cervezas frías y petacas de su whiskicito familiar, (que era algo fuerte para la mayoría, pero delicioso para él), a la cual estaban atacando sin piedad.

Ya en la ronda de póker, venía teniendo una racha horrible. Dicen que "afortunado en el juego desafortunado en el amor" pero en este caso no había fortuna por ningún lado, se ve que voló por la ventana, en silencio, sin llamar la atención. Y para colmo de males parecía que James venía de buenas, lo que podría llevar a otra pelada histórica por su parte, lo que llevaría, también, a un manantial de chistes y gastadas (bromas) sobre cómo él es el mejor jugador de póker del mundo y cosas tan poéticamente cargadas de armonía.

Hora de la venganza. Full en la mano, esperando por el momento de restregarlo, y va James saliendo con un Póker de Reinas en la mano.
-Hoy se te alinearon las estrellas, querido james, pero yo soy paciente, yo te espero. Ya vamos a ver quién ahorra su capital en lágrimas...- apoyó las cartas boca abajo sobre la mesa, en un gesto claro de "paso" y mató su cerveza con un solo y prolongado beso. Ya tendría que llorar el otro cuando caiga con alguna lesión en su cuerpo Quidditchista y necesite que Jony la repare.

Justo en ese momento pasaron dos cosas a la vez: ingresó el árbitro de la Hermandad Bélica, a quien había tratado sólo en ese lugar y en su rol laboral, y al mismo tiempo pasó el duende, queriendo retirar el envase vacío, y a Jony se le ocurrió "ayudarlo" estirando la botella vacía hacia el mini-volador, pero como su percepción de profundidad estaba algo averiada, terminó por lograr que le tire una botella repleta, y recién abierta, sobre el pecho. La levantó, no sin antes adornarse entero con cerveza.
-Malteadas noches tengan, amigos!- Y se empezó a reir solo porque su torpeza ya era parte de sus genes.

-Esto recién empieza, señor!- le dijo a Andrei como para intentar incluirlo en el clima distendido que tenía la noche. -Tome asiento, pida una cerveza y prepárese a perder con el suertudo más grande que ha visto el mundo mágico. Salud!- Extendió su botella de cerveza para invitar a un brindis a James y los presentes.

por **James Blue** Sáb Nov 29, 2014 5:05 pm

Poker Night

Libre

▲ Por la noche▲Viernes

James tampoco era una persona de muchas reuniones, le gustaba estar con amigos y punto y cuando la situación se prestaba sabía disfrutarlo. ¿Tenía buena suerte? Si, un poco en realidad. Tampoco era la gran cosa. No estaba seguro que Andrei fuera a prestarse para salir a una noche así aun que le había avisado con antelación, a veces también era bueno recordarle que a pesar de ser un profesor y todo eso en Brigantia, también necesitaba sus ratos de esparcimiento.

El joven jugador soltó una carcajada al ver la cara de decepción de Jony cuando reveló su mano y antes de que alguien dijera algo más pues comenzó a recoger las fichas de la mesa. Luego le pidió otra cerveza al duendecillo y se llevó un cigarrillo a los labios para comenzar a reunir las cartas y echar otra mano, estaba justo en eso cuando la puerta se abrió y precisamente el instructor de duelos entraba por ella.

Tenemos al primer caído de la noche! Pasa Andrei, toma una silla y tus fichas. Espero hayas traído suficientes galeones, esta propiedad no se paga sola… – Y él no la pagaba, pero era una broma casual, entre amigos. Le tendió las cartas a Jony para que él repartiera esta vez, no fueran a pensar que estaba haciendo trampa o algo.

¿Fue difícil llegar? No sabía si estabas acostumbrado a estar en el mundo muggle, aun no he conectado la red flu a una de las chimeneas del lugar por que usualmente se lo rentamos a personas sin magia, de igual manera tampoco es tan difícil, vivimos frente al jodido London’s Eye, no me juzguen, tiene buena vista pero el trafico en vacaciones es terrible.. . – Y estaba ahí hablando de cosas mundanas, James a pesar de dedicarse de lleno al mundo mágico no olvidaba sus raíces.

Esperó a que Jony diera una nueva mano y guió al duendecillo hacia Andrei para que le diera una cerveza helada.

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