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Tomates Asesinos
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Tomates Asesinos
Tenía qué encontrar la manera de seguir viviendo con normalidad. La noticia de Sveinsson la había destruido, pero no podía mostrarse nerviosa y enloquecida recordando viejos fantasmas de terror por que ahora se tenía que encargar de una personita, aunque la parte complicada era que precisamente era su padre el que estaba desaparecido. No había llorado, pero se había sentido profundamente angustiada y casi había estado a punto de salir a intentar hacer algo; después de todo lo quería y lo que menos deseaba era que su hija perdiera a su padre, aunque fuera de nueva adquisición por así decirlo.
Había que mantenerse entero por los niños. No era la única que tenía qué pensar así, y entre ellos estaba David Finnerty, que junto con Frances era de los pocos amigos que había dejado en Inglaterra, aunque la Universidad le estaba dando buenas opciones, a pesar de ser una aburrida madre de familia que se perdía la mitad de las fiestas organizadas por tener muchas obligaciones y pocas personas a quien relegarlas. Había quedado con David de ir a la función de las 7 para “Los Tomates Asesinos”. Él llevaría a Angus, ella a Jinjing y también los dulces en su bolsa.
Habían llegado por la entrada de Diagon Alley al centro de Londres, por que Sarah necesitaba guantes nuevos para las prácticas con huevos de dragón. Esperaban afuera del cine muy cerca de Leicester Square; era una película vieja y los boletos eran baratos, realmente lo que quería era distraerse y hacer que su hija hiciera algo más que la rutina aburrida a la que la tenía acostumbrada aunque ella no se quejaba y mientras tuviera donde dibujar y donde correr y andar libre, era feliz. Se sentía un poco injusta, pero mientras Jinjing estuviera feliz, era más que suficiente.
-…Pues la diferencia es que verás una película, pero en una pantalla muy grande. Igual que la que viste con Angus-
-¿Será la que vi con Angus? ¡Quiero verla de nuevo!-
Sarah se mordió el labio recordando que habían visto Peter Pan. Quizás hubiera sido mejor idea llevarlos a “The great mouse detective” en vez de a los tomates asesinos, pero ella odiaba las caricaturas. Se puso salir del tema cuando vio a David a lo lejos y lo saludo, arrepintiéndose de ser tan efusiva.
-No Jing, es una película nueva !Mira! ahí está Angus, ve a saludarlo-
Había que mantenerse entero por los niños. No era la única que tenía qué pensar así, y entre ellos estaba David Finnerty, que junto con Frances era de los pocos amigos que había dejado en Inglaterra, aunque la Universidad le estaba dando buenas opciones, a pesar de ser una aburrida madre de familia que se perdía la mitad de las fiestas organizadas por tener muchas obligaciones y pocas personas a quien relegarlas. Había quedado con David de ir a la función de las 7 para “Los Tomates Asesinos”. Él llevaría a Angus, ella a Jinjing y también los dulces en su bolsa.
Habían llegado por la entrada de Diagon Alley al centro de Londres, por que Sarah necesitaba guantes nuevos para las prácticas con huevos de dragón. Esperaban afuera del cine muy cerca de Leicester Square; era una película vieja y los boletos eran baratos, realmente lo que quería era distraerse y hacer que su hija hiciera algo más que la rutina aburrida a la que la tenía acostumbrada aunque ella no se quejaba y mientras tuviera donde dibujar y donde correr y andar libre, era feliz. Se sentía un poco injusta, pero mientras Jinjing estuviera feliz, era más que suficiente.
-…Pues la diferencia es que verás una película, pero en una pantalla muy grande. Igual que la que viste con Angus-
-¿Será la que vi con Angus? ¡Quiero verla de nuevo!-
Sarah se mordió el labio recordando que habían visto Peter Pan. Quizás hubiera sido mejor idea llevarlos a “The great mouse detective” en vez de a los tomates asesinos, pero ella odiaba las caricaturas. Se puso salir del tema cuando vio a David a lo lejos y lo saludo, arrepintiéndose de ser tan efusiva.
-No Jing, es una película nueva !Mira! ahí está Angus, ve a saludarlo-
Sarah Walsh- Mensajes : 35
Fecha de inscripción : 25/01/2015
Re: Tomates Asesinos
David estaba teniendo una muy mala semana. Como en los viejos tiempos estaba demasiado involucrado en el problema pero ahora no solo tenía que lidiar con estúpidas clases, sino con un hijo y con un trabajo en un equipo de quidditch, que además buscaba ocultar a toda costa que había sido llamado a interrogatorio luego de que alguien hubiera sacado a la luz lo que había pasado en el Dirty Duck. Los Cannons estaban jugando el juego de la mercadotecnia y no querían esa publicidad en ese momento en el que solo querían explotar su bondad al haber sido lo suficientemente abiertos como para contratarlo. Al menos había salido bien del interrogatorio y podía concentrarse en lo que importaba.
Y Angus era primordial. Parecía estúpido preocuparse por llevarlo al cine en esa situación pero no lo era. Angus era aún muy pequeño y no entendía bien lo que pasaba, y era mejor así. No iba a ponerse a hablar de los horrores que tenía la vida a un niño de tan poca edad. No iba a decirle que el “tío Toto” estaba en la cárcel y que el padre de Jingjing estaba de cabeza, ensangrentado, en algún sitio. Quería que estuviera bien así que el tiempo en el que podía robárselo a su madre y cuidarlo él mismo, lo aprovecharía.
Esperaban a Sarah y a Jingjing. El licántropo sabía que ella también debía estar pasando por un momento muy duro aunque no habían hablado bien del tema. En parte también quería que ella sintiera que estaba todo bien al menos por un momento.
Angus fue el primero en verlas y alzó la mano entusiasmado porque le gustaba estar con Jingjing y actuar como un primo mayor protector aunque la diferencia de edades no fuera mucha. David veía como la tomaba de la mano y le explicaba niñerías de las películas como si fuera un experto en los polvos mágicos para volar.
Saludó a Sarah y a su cachorra y le hizo una caricia a la primera en el rostro, de ese modo le preguntaba si todo estaba bien, aunque ya supiera la respuesta.-Ya tengo los boletos, Angus invita.-Empujó a Sarah por la espalda y le hizo señas a Angus el protector de bebés para que entraran al lugar. -¿Crees que los tomates asesinos sean una buena idea? No quiero que se traumen.-Pero después de eso se carcajeó sin tomarse muy en serio lo que él mismo estaba diciendo, ¿quién podía traumarse con algo así?.
Y Angus era primordial. Parecía estúpido preocuparse por llevarlo al cine en esa situación pero no lo era. Angus era aún muy pequeño y no entendía bien lo que pasaba, y era mejor así. No iba a ponerse a hablar de los horrores que tenía la vida a un niño de tan poca edad. No iba a decirle que el “tío Toto” estaba en la cárcel y que el padre de Jingjing estaba de cabeza, ensangrentado, en algún sitio. Quería que estuviera bien así que el tiempo en el que podía robárselo a su madre y cuidarlo él mismo, lo aprovecharía.
Esperaban a Sarah y a Jingjing. El licántropo sabía que ella también debía estar pasando por un momento muy duro aunque no habían hablado bien del tema. En parte también quería que ella sintiera que estaba todo bien al menos por un momento.
Angus fue el primero en verlas y alzó la mano entusiasmado porque le gustaba estar con Jingjing y actuar como un primo mayor protector aunque la diferencia de edades no fuera mucha. David veía como la tomaba de la mano y le explicaba niñerías de las películas como si fuera un experto en los polvos mágicos para volar.
Saludó a Sarah y a su cachorra y le hizo una caricia a la primera en el rostro, de ese modo le preguntaba si todo estaba bien, aunque ya supiera la respuesta.-Ya tengo los boletos, Angus invita.-Empujó a Sarah por la espalda y le hizo señas a Angus el protector de bebés para que entraran al lugar. -¿Crees que los tomates asesinos sean una buena idea? No quiero que se traumen.-Pero después de eso se carcajeó sin tomarse muy en serio lo que él mismo estaba diciendo, ¿quién podía traumarse con algo así?.
David Finnerty- Mensajes : 88
Fecha de inscripción : 21/11/2014
Re: Tomates Asesinos
Sabía lo que el cariño extra de David significaba y sonrió con algo de resignación. Moría de preocupación, aunque esta ya no tuviera que ver con la clase de amor que le había tenido a Kristján hace años. Sólo deseaba que estuviera bien, que estuviera vivo y suficientemente cuerdo como para seguir viviendo sin terminar suicidándose por estrés postraumático. Jinjing quería tener a su padre cerca, no podía de pronto decirle que nunca volvería a verlo. Eso iba a destruirla, y a ella también. Respiró profundo mientras veía a los niños comportarse como personas independientes en el mundo.
-Yo traje los dulces. Dulces de verdad, no moon cakes ¿Crees que a Jingjing le costó acostumbrarse a los dulces ingleses? Después de la fiesta de Angus supo que había un mundo de azúcar esperando por ella- le dijo a David recordando que esa noche había estado insomne, contándole del nintendo, de los M&M’s y de sus nuevos amigos, contando incluso a Aimée, la hija desquiciada de Frances.
Sarah se encogió de hombros mirando de nuevo la marquesina con el título de la película, que sonaba inofensiva. -Seguro que es inofensivo… mira el título, “El ataque de los tomates asesinos”, más miedo me da que se aburran a la mitad de la película y no podamos tener dos horas de tranquilidad sentados en el mismo lugar- le dijo Sarah, antes de que entraran a la sala y los niños corretearan buscando el mejor lugar. La verdad era que no le preocupaba Jinjing, por que tenía una manera de controlarla muy similar a la que su madre había tenido sobre ella. Simplemente no se le ocurría desobedecerla, y punto.
-Cuéntame dentro de cualquier cosa que tengan en mente.- dijo Sarah a media voz mientras se sentaba, mirando a David con gravedad, apretando un poco su antebrazo antes de recordar que estaban ahí para darles al menos un día normal a sus hijos. Sonrió -Qué bueno que sean amigos ¿No? Que sepa que hay gente en el mundo con la que puede contar- Se recargó momentáneamente en el hombro de David antes de llamar a Jinjing por que iban a apagar las luces pronto.
Sarah Walsh- Mensajes : 35
Fecha de inscripción : 25/01/2015
Re: Tomates Asesinos
La fiesta de Angus era uno de los pocos recuerdos que David tenía que no eran caóticos así que recordarlo lo llevó a esbozar una sonrisa. También seguía con la mirada a Angus y a Jingjing, más preocupado que Sarah por las locuras que se le pudieran ocurrir a su cachorro porque aunque era un niño que se portaba bien por regla general, a veces como todo niño se le iban las cabras, más si se le estaba ocurriendo lucirse enfrente de Jingjing que por cierto, parecía ser la niña mejor portada que había conocido nunca.
-Sí, yo también creo que lo de asesinos es una exageración.-No la había visto pero imaginaba que serían puras tonterías, no había daño que unos tomates le pudieran hacer al mundo. No creía que se aburrieran tampoco, Angus era de los que se podían hipnotizar fácilmente y Jinjing parecía tener entrenamiento militar.
-No estoy seguro, Sarah. No porque piense que no eres capaz o porque esté queriendo sonar machista y bruto y estúpido pero nadie está pensando en los niños. Sabes lo peligroso que puede ser y todos estamos enloqueciendo, todos queremos estar dentro. Pero no se puede. -No quiso sonar tan cerrado, ni quería dar a entender el mensaje equivocado, como si no la considerara una bruja competente pero era cierto eso de que nadie estaba pensando en los hijos. Por eso, inmediatamente después de decir eso y de que apagaran la luces, le buscó la mano a Sarah y se la tomó con fuerza antes de besarle el dorso.
-No quiero que me malentiendas, me preocupa que me malentiendas. Es solo que no quiero que te pase nada, no quiero exponer a Jingjing a nada.-Le dijo en voz muy baja aunque la sala no estuviera ni un poco llena. -Perdóname si sueno como un animal, se que no necesitas que me ponga protector.
-Sí, yo también creo que lo de asesinos es una exageración.-No la había visto pero imaginaba que serían puras tonterías, no había daño que unos tomates le pudieran hacer al mundo. No creía que se aburrieran tampoco, Angus era de los que se podían hipnotizar fácilmente y Jinjing parecía tener entrenamiento militar.
-No estoy seguro, Sarah. No porque piense que no eres capaz o porque esté queriendo sonar machista y bruto y estúpido pero nadie está pensando en los niños. Sabes lo peligroso que puede ser y todos estamos enloqueciendo, todos queremos estar dentro. Pero no se puede. -No quiso sonar tan cerrado, ni quería dar a entender el mensaje equivocado, como si no la considerara una bruja competente pero era cierto eso de que nadie estaba pensando en los hijos. Por eso, inmediatamente después de decir eso y de que apagaran la luces, le buscó la mano a Sarah y se la tomó con fuerza antes de besarle el dorso.
-No quiero que me malentiendas, me preocupa que me malentiendas. Es solo que no quiero que te pase nada, no quiero exponer a Jingjing a nada.-Le dijo en voz muy baja aunque la sala no estuviera ni un poco llena. -Perdóname si sueno como un animal, se que no necesitas que me ponga protector.
David Finnerty- Mensajes : 88
Fecha de inscripción : 21/11/2014
Re: Tomates Asesinos
Frunció los labios como si formulara una respuesta inmediata a las reservas que tenía David respecto a que ella quería involucrarse en cualquier plan. Si lo decía era por que no tenía miedo, pero en definitiva las cosas habían cambiado, lo sabía con solo asomarse al asiento donde Angus y Jinjing hablaban animadamente. Sonrió apenas y sintió que le dolía; sobre todo le dolía que David tuviera tanta razón, al menos en ese aspecto. Era peligroso para todos, pero no iba a dejar a Jing sin nadie en el mundo, sin saber qué sería de ella. Respiró profundo, meditabunda.
Volteo a ver a David cuando le tomaba la mano; sabía que no estaba siendo malintencionado, más bien protector como siempre había sido (algo que parecía estarle heredando a Angus); sus facciones quedaban apenas iluminadas con el brillo de la pantalla. Sabía que de verdad tenía las mejores intenciones con lo que recomendaba, y era cierto, no se trataba sólo de salir viva o no. Jinjing era hija de Kristján, y si él se llevaba represalias consigo, era ponerla en demasiado riesgo. Negó con la cabeza.
-Ya, lo entiendo- sintió que había sonado recelosa, así que intentó sonreír aunque sólo pudo torcer los labios, antes de bajar la mirada y recargarse ligeramente en su hombro. -No suenas como nada; está bien que alguien se ponga protector de vez en cuando. Ya sabes que estar solo es agotador-
David sabría a qué se refería con “estar solo”. Kristján recién se involucraba en la vida de Jinjing y tampoco es que quisiera relegarle demasiadas responsabilidades sobre su vida. Había que ser siempre fuerte y estable por ellos, y además habían de mantener la vida que ya tenían para que nada perdiera sentido. Encima ella estaba lejos del lugar a donde estaba acostumbrada y cómoda por perseguir una ambición profesional, pero había regresado y también los problemas con los que todos ellos parecía que siempre se enfrentarían. Que alguien le dijera que no se arriesgara era casi un alivio.
-Mira, ya empezó… pásale esto a los niños. Que se coman lo que quieran, si enloquecen con el azúcar tú los controlas- le dijo a David, levantándose de su hombro y pasándole el bolso con todos los chunchos que habían comprado para pasar el rato. -También traje esto- dijo pasándole una lata de cerveza a David. Los padres del año.
Volteo a ver a David cuando le tomaba la mano; sabía que no estaba siendo malintencionado, más bien protector como siempre había sido (algo que parecía estarle heredando a Angus); sus facciones quedaban apenas iluminadas con el brillo de la pantalla. Sabía que de verdad tenía las mejores intenciones con lo que recomendaba, y era cierto, no se trataba sólo de salir viva o no. Jinjing era hija de Kristján, y si él se llevaba represalias consigo, era ponerla en demasiado riesgo. Negó con la cabeza.
-Ya, lo entiendo- sintió que había sonado recelosa, así que intentó sonreír aunque sólo pudo torcer los labios, antes de bajar la mirada y recargarse ligeramente en su hombro. -No suenas como nada; está bien que alguien se ponga protector de vez en cuando. Ya sabes que estar solo es agotador-
David sabría a qué se refería con “estar solo”. Kristján recién se involucraba en la vida de Jinjing y tampoco es que quisiera relegarle demasiadas responsabilidades sobre su vida. Había que ser siempre fuerte y estable por ellos, y además habían de mantener la vida que ya tenían para que nada perdiera sentido. Encima ella estaba lejos del lugar a donde estaba acostumbrada y cómoda por perseguir una ambición profesional, pero había regresado y también los problemas con los que todos ellos parecía que siempre se enfrentarían. Que alguien le dijera que no se arriesgara era casi un alivio.
-Mira, ya empezó… pásale esto a los niños. Que se coman lo que quieran, si enloquecen con el azúcar tú los controlas- le dijo a David, levantándose de su hombro y pasándole el bolso con todos los chunchos que habían comprado para pasar el rato. -También traje esto- dijo pasándole una lata de cerveza a David. Los padres del año.
Sarah Walsh- Mensajes : 35
Fecha de inscripción : 25/01/2015
Re: Tomates Asesinos
David creía entender mejor que nadie a lo que se refería con estar sola. Él había estado solo prácticamente desde que Angus era en bebé. Sus novias del momento como Kat y como Jas habían sido lo mejores posible en el terreno de cuidarlo pero tampoco les había exigido que fueran madres modelo porque no era el caso. Y había tenido buenas amigas como Frances o Birdie que también lo habían ayudado, pero no era lo mismo. La responsabilidad había sido de él desde el principio y de nadie más.
También entendía que había mucho más en todo eso y que se trataba de huecos que había que sacrificar: la vida social, el sexo casual, los horarios a los que se estaba acostumbrado y algunas otras decisiones más difíciles como la de pelear o no una nueva guerra, quizás más minúscula que la anterior, pero una guerra al fin y al cabo.
-También te lo digo por mi conveniencia. Si me pasa algo ¿quién crees que se quedará con Angus? Tú, por supuesto. No le agregaría un niño más a Frances.-Se sentía con el deber de hacer algo por Kristján, no solo por los viejos tiempos, sino porque sentía que se lo debía de alguna forma por no haber hecho nada con aquella maldición asesina. Era un sentimental, lo sabía. Y viendo a Jingjing le daban todavía más ganas de hacer algo, sabía que la niña se había apegado al islandés rápidamente.
Tomó la bolsa mientras sus ojos se fijaban en la pantalla viendo el inicio de la película y se inclinó sobre los asientos donde estaban los niños, una fila adelante. -Ya llegó Santa Claus.-Su referencia no tenía lugar pero no importó. Le dejó la bolsa en las piernas a Angus.-Me asomaré dentro de diez minutos y no quiero que la bolsa esté vacía, tómenlo con calma, ¿Está bien?-Angus asintió muchas veces pero David no confiaba en que fuera a hacerle caso.
-Piensas en todo, deberías ser mi esposa.-Le dijo mientras abría la lata de cerveza con aire de niño haciendo cosas que no debía, hasta encorvándose un poco. El primer trago le supo a la gloria de la ilegalidad. La película empezaba muy normal, pero los niños no parecieron prestar atención a la mujer que gritaba por el tomate que levitaba por estar decidiendo qué dulce comer, ni a las siguientes escenas que parecerían bastante aburridas para un niño de menos de siete, o de catorce. Por suerte tenían los dulces.
También entendía que había mucho más en todo eso y que se trataba de huecos que había que sacrificar: la vida social, el sexo casual, los horarios a los que se estaba acostumbrado y algunas otras decisiones más difíciles como la de pelear o no una nueva guerra, quizás más minúscula que la anterior, pero una guerra al fin y al cabo.
-También te lo digo por mi conveniencia. Si me pasa algo ¿quién crees que se quedará con Angus? Tú, por supuesto. No le agregaría un niño más a Frances.-Se sentía con el deber de hacer algo por Kristján, no solo por los viejos tiempos, sino porque sentía que se lo debía de alguna forma por no haber hecho nada con aquella maldición asesina. Era un sentimental, lo sabía. Y viendo a Jingjing le daban todavía más ganas de hacer algo, sabía que la niña se había apegado al islandés rápidamente.
Tomó la bolsa mientras sus ojos se fijaban en la pantalla viendo el inicio de la película y se inclinó sobre los asientos donde estaban los niños, una fila adelante. -Ya llegó Santa Claus.-Su referencia no tenía lugar pero no importó. Le dejó la bolsa en las piernas a Angus.-Me asomaré dentro de diez minutos y no quiero que la bolsa esté vacía, tómenlo con calma, ¿Está bien?-Angus asintió muchas veces pero David no confiaba en que fuera a hacerle caso.
-Piensas en todo, deberías ser mi esposa.-Le dijo mientras abría la lata de cerveza con aire de niño haciendo cosas que no debía, hasta encorvándose un poco. El primer trago le supo a la gloria de la ilegalidad. La película empezaba muy normal, pero los niños no parecieron prestar atención a la mujer que gritaba por el tomate que levitaba por estar decidiendo qué dulce comer, ni a las siguientes escenas que parecerían bastante aburridas para un niño de menos de siete, o de catorce. Por suerte tenían los dulces.
David Finnerty- Mensajes : 88
Fecha de inscripción : 21/11/2014
Re: Tomates Asesinos
Se rió un poco con lo de su conveniencia aunque lo que dijera David no era para nada a la ligera. A pesar de la distancia que había supuesto estar en China varios años, le alegraba demasiado que aún confiara en ella ciegamente. O le tranquilizaba, por que ella también confiaba en él como en su familia, igual que en Frances. Ni siquiera en Sveinsson pondría tantas esperanzas, aunque de él realmente lo único que esperaba es que siguiera vivo hasta que Jinjing tuviera idea de quién era su padre. Le daba igual si se hacía una idea vaga e idealizada.
-Al menos se llevan bien, pero yo no sería tan permisiva como tú- le dijo un poco en broma; los niños de sus amigos realmente se parecían poco a Jinjing y eso la inquietaba hasta cierto punto, sentir que era un madre demasiado represiva o algo así. Pero sólo hacía lo que había visto hacer a su propia madre, así eran las cosas. Le dio un buen trago a su lata de cerveza, que le supo a la gloria de las glorias, mientras miraba al padre comprensivo Finnerty ver cómo manejaba el asunto de los dulces. Sonrió para sus adentros, mirando las primeras escenas de la película. Jing le haría caso sólo por que era un adulto, de eso estaba segura.
-Tú deberías ser el mío, Jinjing enloquecería con tantas figuras paternas en su vida. Sería una promiscua cuando entrara a Brigantia- dijo por lo bajo, conteniendo la risa. Hacía mucho que conocía a David y de hecho seguía siendo el único dueño de su virginidad. No iba a decir que no lo había vuelto a pensar, que casi estaba a punto de proponerle que deberían acostarse sólo para librar las tensiones, sin líos y sin cosas raras, por que eran amigos. Pero esas cosas siempre sonaban bien sólo en teoría.
-Jing, ya sabes la regla ¿Verdad?- le preguntó, haciéndose hacia adelante para que la niña la viera -Sí, siempre tengo que compartir lo que abra. ¿Quiere, señor David?- le preguntó la niña ofreciéndole de su bolsita de M&M’s. Sarah asintió con aprobación, aunque le dio un poco de risa la formalidad de su hija, tan pequeña hundiéndose en su asiento.
-"Señor David"- repitió burlándose un poco de él.[/color]
-Al menos se llevan bien, pero yo no sería tan permisiva como tú- le dijo un poco en broma; los niños de sus amigos realmente se parecían poco a Jinjing y eso la inquietaba hasta cierto punto, sentir que era un madre demasiado represiva o algo así. Pero sólo hacía lo que había visto hacer a su propia madre, así eran las cosas. Le dio un buen trago a su lata de cerveza, que le supo a la gloria de las glorias, mientras miraba al padre comprensivo Finnerty ver cómo manejaba el asunto de los dulces. Sonrió para sus adentros, mirando las primeras escenas de la película. Jing le haría caso sólo por que era un adulto, de eso estaba segura.
-Tú deberías ser el mío, Jinjing enloquecería con tantas figuras paternas en su vida. Sería una promiscua cuando entrara a Brigantia- dijo por lo bajo, conteniendo la risa. Hacía mucho que conocía a David y de hecho seguía siendo el único dueño de su virginidad. No iba a decir que no lo había vuelto a pensar, que casi estaba a punto de proponerle que deberían acostarse sólo para librar las tensiones, sin líos y sin cosas raras, por que eran amigos. Pero esas cosas siempre sonaban bien sólo en teoría.
-Jing, ya sabes la regla ¿Verdad?- le preguntó, haciéndose hacia adelante para que la niña la viera -Sí, siempre tengo que compartir lo que abra. ¿Quiere, señor David?- le preguntó la niña ofreciéndole de su bolsita de M&M’s. Sarah asintió con aprobación, aunque le dio un poco de risa la formalidad de su hija, tan pequeña hundiéndose en su asiento.
-"Señor David"- repitió burlándose un poco de él.[/color]
Sarah Walsh- Mensajes : 35
Fecha de inscripción : 25/01/2015
Re: Tomates Asesinos
David ya no quería pensar seriamente en que podría no volver a ver a Angus si se metía más en el asunto de Kristján. David era uno de esos padres que amaban a sus hijos como a nada en el mundo, algo menos común de lo que debería ser. Pero tenía esa necesidad moral de hacer algo y nadie lo iba a sacar de esa idea.
-Está bien, a veces necesita disciplina.-Tenía que vivir para él, porque no dejaba de ser un licántropo de nacimiento y porque sabía que si no tenía a su padre jamás iba a sentirse comprendido. Y de todos modos Angus era una carga demasiado pesada para cualquier persona, no era un niño común.
-Claro que no enloquecería, solo seríamos dos padres, es perfectamente natural.-Se detuvo ahí antes de que la broma fuera más lejos. Él había pensado exactamente lo mismo que ella, que debían aprovechar su condición de amigos y acostarse para liberar todo eso que los tenía tan mal pero como pensaba que solamente su condición de hombre hambriento lo hacían llegar a esas conclusiones y que sería un pésimo amigo si lo propusiera, a ella o a cualquier buena amiga, se guardaba las cosas para él mismo.
-Muchas gracias, sí quiero m&m’s señorita Jinjing.-También le hizo gracia que le dijera así. Tuvo ganas de decirle que le dijera solamente David pero a lo mejor Sarah tenía férreas reglas al respecto, ya ni sabía. Tomó un puñado de chocolates y se los llevó a la boca para luego darle un zape a Angus sin razón en lo absoluto, jugando.
Cuando volvió a sentarse tomó la mano de Sarah para seguir dando la impresión de que estaban en una cita, al menos en su mente. -La película no se ve mal, ¿verdad? Creo que no les sorprende mucho que haya hortalizas volando. Por cierto, ¿Jingjing ya dio muestras de magia?-De Angus ni hablaban, aún no se transformaba por completo porque era muy pequeño, le quedaba a lo mejor un año de margen, pero cada luna llena la casa de Georgia y Josh Finnerty tenía que ser reparada por todas las cosas que Angus rompía involuntariamente.
-Está bien, a veces necesita disciplina.-Tenía que vivir para él, porque no dejaba de ser un licántropo de nacimiento y porque sabía que si no tenía a su padre jamás iba a sentirse comprendido. Y de todos modos Angus era una carga demasiado pesada para cualquier persona, no era un niño común.
-Claro que no enloquecería, solo seríamos dos padres, es perfectamente natural.-Se detuvo ahí antes de que la broma fuera más lejos. Él había pensado exactamente lo mismo que ella, que debían aprovechar su condición de amigos y acostarse para liberar todo eso que los tenía tan mal pero como pensaba que solamente su condición de hombre hambriento lo hacían llegar a esas conclusiones y que sería un pésimo amigo si lo propusiera, a ella o a cualquier buena amiga, se guardaba las cosas para él mismo.
-Muchas gracias, sí quiero m&m’s señorita Jinjing.-También le hizo gracia que le dijera así. Tuvo ganas de decirle que le dijera solamente David pero a lo mejor Sarah tenía férreas reglas al respecto, ya ni sabía. Tomó un puñado de chocolates y se los llevó a la boca para luego darle un zape a Angus sin razón en lo absoluto, jugando.
Cuando volvió a sentarse tomó la mano de Sarah para seguir dando la impresión de que estaban en una cita, al menos en su mente. -La película no se ve mal, ¿verdad? Creo que no les sorprende mucho que haya hortalizas volando. Por cierto, ¿Jingjing ya dio muestras de magia?-De Angus ni hablaban, aún no se transformaba por completo porque era muy pequeño, le quedaba a lo mejor un año de margen, pero cada luna llena la casa de Georgia y Josh Finnerty tenía que ser reparada por todas las cosas que Angus rompía involuntariamente.
David Finnerty- Mensajes : 88
Fecha de inscripción : 21/11/2014
Re: Tomates Asesinos
Se sonrió sin vergüenza por la protección que la semi oscuridad del cine le daba cuando escuchaba a David responderle a su hija con naturalidad. Le gustaba pasar un rato con él, que se notara que no le tenía ningún miedo a los niños, que no se sintiera cohibido o culpable por salir con ella y su chiquilla, que todo fuera normal por que ambos sabían lo que significaba tener a una pequeña persona absolutamente dependiente de ellos a un lado. Y a la vez, poder pasar un rato bien y tranquilos, a pesar de la situación que vivían, a pesar de todo.
Lo miró divertida cuando volvía a tomar su mano. Algún espectador ignorante podría incluso pensar que eran un matrimonio a pesar de que el niño mayor no hubiese heredado nada asiático -algo improbable, pero la gente casi nunca era tan observadora- no apartó la mano y se quedó como si nada cuando David le preguntaba sobre la magia en Jinjing. Exhaló, haciendo memoria.
-No te voy a mentir, por ahora nada demasiado evidente. Pero ¿Sabes? No tengo dudas, es algo intuitivo… quizás te suene tonto. Ojalá vaya a Gryffindor y no a Ravenclaw- dijo por instinto, pensando en las casas a las que ella o Kristján habían pertenecido. Se encogió de hombros, mejor si se educaba en esa escuela rural de Yunan donde ella había estudiado prácticamente toda la vida, sin diferencia real entre magia y sabiduría milenaria entre muggles o no. Se sobresaltó con un grito en la pantalla del cine. -Bueno, si los traumo de por vida, te debo otra cerveza- dijo Sarah mirando ligeramente preocupada a Jing, que parecía asustada. Le dio un gran trago a su cerveza y volvió a acercarse a David. Le quiso decir algo descarado y seductor pero no se sintió capaz más que de recargarse en su hombro.
[color=thistle-Quién iba a decir que me convertiría en una aburrida como tú-[/color] le dijo sonriendo. -Estamos acabados, y nuestros compañeros por ahí emborrachándose y enredándose con quien sea…-
Lo miró divertida cuando volvía a tomar su mano. Algún espectador ignorante podría incluso pensar que eran un matrimonio a pesar de que el niño mayor no hubiese heredado nada asiático -algo improbable, pero la gente casi nunca era tan observadora- no apartó la mano y se quedó como si nada cuando David le preguntaba sobre la magia en Jinjing. Exhaló, haciendo memoria.
-No te voy a mentir, por ahora nada demasiado evidente. Pero ¿Sabes? No tengo dudas, es algo intuitivo… quizás te suene tonto. Ojalá vaya a Gryffindor y no a Ravenclaw- dijo por instinto, pensando en las casas a las que ella o Kristján habían pertenecido. Se encogió de hombros, mejor si se educaba en esa escuela rural de Yunan donde ella había estudiado prácticamente toda la vida, sin diferencia real entre magia y sabiduría milenaria entre muggles o no. Se sobresaltó con un grito en la pantalla del cine. -Bueno, si los traumo de por vida, te debo otra cerveza- dijo Sarah mirando ligeramente preocupada a Jing, que parecía asustada. Le dio un gran trago a su cerveza y volvió a acercarse a David. Le quiso decir algo descarado y seductor pero no se sintió capaz más que de recargarse en su hombro.
[color=thistle-Quién iba a decir que me convertiría en una aburrida como tú-[/color] le dijo sonriendo. -Estamos acabados, y nuestros compañeros por ahí emborrachándose y enredándose con quien sea…-
Sarah Walsh- Mensajes : 35
Fecha de inscripción : 25/01/2015
Re: Tomates Asesinos
Para David era muy fácil olvidar los problemas que tenía, aunque sonara muy egoísta, cuando estaba de ese modo, en el cine, comiendo porquerías y viendo cuando se asomaba hacia delante cómo Angus tenía los ojos como platos viendo la pantalla. Para ser honesto, él no estaba realmente viendo la película, estaba enfocado en la charla y por qué no decirlo, también en la manera en que sostenía la mano de Sarah y ella no parecía incomodarse por eso.
-Yo también espero todos los días que vaya a Hufflepuff y no a Slytherin.-Como Eugenie. Le seguía doliendo hablar de eso y se notaba. Enfocó la vista en la pantalla aunque no estaba viendo nada todavía, sino pensando en ella. Angus se le parecía mucho, hasta se parecía más a ella que a él, pero no en el carácter. Angus era más un Finnerty y lo agradecía. -Pero me da igual a dónde vaya. -Sabía que a Angus le esperaba una vida difícil, lo había sabido desde que Eugenie se había embarazado.
-Podrías enredarte conmigo.-Se aventuró, aunque en parte también fue un impulso del dolor que había sentido en esa fracción de segundo al recordar a la madre de Angus. No quería que Sarah intuyera que era así. Apretó su mano.-No cambiaría nada de lo que estamos haciendo ahora. No cambiaría a Angus por una botella de whisky más, o algo parecido a eso. Además yo dejé de ser popular desde que me convirtieron, ya no tiene caso recordar mis épocas doradas.
Había sido un adolescente feliz hasta la guerra. Con mil novias, mil anécdotas estúpidas que contar. Pero desde la mordida nada había sido igual, él había cambiado mucho, ahora era un amargado. Pero todo eso lo había llevado hasta Angus.
-Yo también espero todos los días que vaya a Hufflepuff y no a Slytherin.-Como Eugenie. Le seguía doliendo hablar de eso y se notaba. Enfocó la vista en la pantalla aunque no estaba viendo nada todavía, sino pensando en ella. Angus se le parecía mucho, hasta se parecía más a ella que a él, pero no en el carácter. Angus era más un Finnerty y lo agradecía. -Pero me da igual a dónde vaya. -Sabía que a Angus le esperaba una vida difícil, lo había sabido desde que Eugenie se había embarazado.
-Podrías enredarte conmigo.-Se aventuró, aunque en parte también fue un impulso del dolor que había sentido en esa fracción de segundo al recordar a la madre de Angus. No quería que Sarah intuyera que era así. Apretó su mano.-No cambiaría nada de lo que estamos haciendo ahora. No cambiaría a Angus por una botella de whisky más, o algo parecido a eso. Además yo dejé de ser popular desde que me convirtieron, ya no tiene caso recordar mis épocas doradas.
Había sido un adolescente feliz hasta la guerra. Con mil novias, mil anécdotas estúpidas que contar. Pero desde la mordida nada había sido igual, él había cambiado mucho, ahora era un amargado. Pero todo eso lo había llevado hasta Angus.
David Finnerty- Mensajes : 88
Fecha de inscripción : 21/11/2014
Re: Tomates Asesinos
Se aguantó la risa cubriéndose la boca con la mano cuando le decía que podía enredarse con ella, por que bueno, eran amigos, se decían tonterías de esa clase. También se quedó largamente pensando en lo que significaba hablar de las posibles casas para sus hijos, de las cosas que les habían llevado a estar ahí en una función semivacía de película mala, hablando del pasado con dos niños en los asientos atiborrándose de dulces para no traumatizarse con hortalizas psicópatas.
Negó con la cabeza. No era precisamente la mejor juez para esa situación, había conocido al David de antes por las menciones de su prima Annie pero eso no significaba nada, todo era una interpretación ideal del chico del que ella se había enamorado desde los trece años, que seguramente tenía menos de la mitad que ver con el real. Lo había conocido recién metido en líos tremendos, en medio de una guerra, acababa de ser padre y de perder a la madre de su hijo. Aún así, se negaba a pensar que hubiera perdido su encanto cuando lo había conocido.
-No sabes lo que dices. Yo llegué cuando ya te habías ido y las niñas todavía hablaban de ti- y eso era cierto, como profesor de vuelo. Una buena parte de chicas morían por él de manera insana y ella se sentía hasta cierto punto privilegiada por ser la prima de su finada mejor amiga. Qué horror pensarlo así.
-En Yunan a nadie le importaba la popularidad y…- al parecer, ellos seguían hablando en el punto álgido del filme y había un tipo raro que los hacía callar unas cinco filas atras. Juraba que eran los únicos en la sala, así que sólo se rió por lo bajo. -Pero ahora volverás a ser popular, ya que seas famoso con los Chudley Cannons, por eso te dije que saliéramos hoy. Antes de que todo sea a través de tu agente-
dijo casi susurrando en su oído para no importunar al subnormal que de verdad quería ver una película tan mala.Negó con la cabeza. No era precisamente la mejor juez para esa situación, había conocido al David de antes por las menciones de su prima Annie pero eso no significaba nada, todo era una interpretación ideal del chico del que ella se había enamorado desde los trece años, que seguramente tenía menos de la mitad que ver con el real. Lo había conocido recién metido en líos tremendos, en medio de una guerra, acababa de ser padre y de perder a la madre de su hijo. Aún así, se negaba a pensar que hubiera perdido su encanto cuando lo había conocido.
-No sabes lo que dices. Yo llegué cuando ya te habías ido y las niñas todavía hablaban de ti- y eso era cierto, como profesor de vuelo. Una buena parte de chicas morían por él de manera insana y ella se sentía hasta cierto punto privilegiada por ser la prima de su finada mejor amiga. Qué horror pensarlo así.
-En Yunan a nadie le importaba la popularidad y…- al parecer, ellos seguían hablando en el punto álgido del filme y había un tipo raro que los hacía callar unas cinco filas atras. Juraba que eran los únicos en la sala, así que sólo se rió por lo bajo. -Pero ahora volverás a ser popular, ya que seas famoso con los Chudley Cannons, por eso te dije que saliéramos hoy. Antes de que todo sea a través de tu agente-
Sarah Walsh- Mensajes : 35
Fecha de inscripción : 25/01/2015
Re: Tomates Asesinos
¿Era muy estúpido de su parte sentirse bien por algo que correspondía a muchos años atrás, porque las niñas hablaran de él incluso luego de la mordida? En parte extrañaba eso. No se quejaba, había tenido a Kat y por un breve instante había estado de vuelta con Jasmine, pero en el fondo seguía teniendo un poco de rencor por haber perdido lo que en otros tiempos le había parecido importante. Estaba hecho un idiota.
-Nunca me di cuenta. Creo que por ser profesor también me autoimpuse una ley de no mirar de más. Se hubiera visto pésimo de mi parte.-Y había perdido todo interés porque en aquellas épocas Eugenie ya estaba en su vida. No le había importado nadie más. No le había interesado ver niñitas en falda acudiendo a su clase de vuelto aunque él específicamente pidiera comodidad.
Se aguantó la risa por el tipo que los callaba. Terminó hundiéndose un poco en el asiento como un niño chiquito, aunque no soltó la mano de Sarah, solo lo hizo para seguirle hablando de cerca.
-Lo que no sabes es que tuve que checar mi apretadísima agenda desde este momento, pero siempre habrá lugar para ti.-Fingió ser un subnormal él también, pero de otro tipo, de los insoportables, no de los que callaban a la gente en el cine en películas malas.
-¿Te estoy molestando? ¿Quieres ver la película? No paro de hablar y no he visto nada más que tomates que levitan, nada que Angus no haya visto cuando ve cocinar a mi papá.-Sin contar los gritos y los asesinatos. La tenía demasiado cerca por la nueva posición que había tenido que adoptar para hablar más bajo y pasar desapercibido pero no iba a moverse en terrenos raros porque no permitiría que pensara que se estaba aprovechando de ese momento tan vulnerable que seguro estaba pasando, aunque quisiera hacerlo. No sabía por qué Sarah había terminado eligiendo a alguien como Sveinsson, pero no era momento de preguntarlo.
-Nunca me di cuenta. Creo que por ser profesor también me autoimpuse una ley de no mirar de más. Se hubiera visto pésimo de mi parte.-Y había perdido todo interés porque en aquellas épocas Eugenie ya estaba en su vida. No le había importado nadie más. No le había interesado ver niñitas en falda acudiendo a su clase de vuelto aunque él específicamente pidiera comodidad.
Se aguantó la risa por el tipo que los callaba. Terminó hundiéndose un poco en el asiento como un niño chiquito, aunque no soltó la mano de Sarah, solo lo hizo para seguirle hablando de cerca.
-Lo que no sabes es que tuve que checar mi apretadísima agenda desde este momento, pero siempre habrá lugar para ti.-Fingió ser un subnormal él también, pero de otro tipo, de los insoportables, no de los que callaban a la gente en el cine en películas malas.
-¿Te estoy molestando? ¿Quieres ver la película? No paro de hablar y no he visto nada más que tomates que levitan, nada que Angus no haya visto cuando ve cocinar a mi papá.-Sin contar los gritos y los asesinatos. La tenía demasiado cerca por la nueva posición que había tenido que adoptar para hablar más bajo y pasar desapercibido pero no iba a moverse en terrenos raros porque no permitiría que pensara que se estaba aprovechando de ese momento tan vulnerable que seguro estaba pasando, aunque quisiera hacerlo. No sabía por qué Sarah había terminado eligiendo a alguien como Sveinsson, pero no era momento de preguntarlo.
David Finnerty- Mensajes : 88
Fecha de inscripción : 21/11/2014
Re: Tomates Asesinos
Su tiempo en Hogwarts había sido bastante corto, había llegado en una pésima época a Inglaterra, familiarmente hablando también era el caso; recordó lo molesta que se había puesto con su padre por llevarla a ese lugar donde todo estaba mal y la gente era desconfiada y se sentía en peligro de muerte. Había aprendido por las malas y de golpe lo mal que podían estar las cosas, pero al final lo agradecía, a pesar de que tuviera los peores recuerdos en esa época.
Quedaban cosas buenas, eso estaba claro. Amistades, vínculos, y su hija. Después de todo, si no hubiera pasado por todo eso Jinjing no existiría y bueno, aunque su vida era difícil la quería más que a nada en el mundo. Se sentía bien pensarlo sabiendo que alguien como David estaba en la misma situación y peor, lo estaba ya desde que lo conoció.
-¿Sabes que varias veces te recordé cuando me quedé embarazada?- empezó a decirle por lo bajo, y luego se aguantó una risa -Ok sonó rarísimo, digo, te recordé por que tú te tuviste que hacer cargo cuando eras muy chico, y yo estaba en lo mismo. Entonces pensaba “Recuerda a David, él lo logró, y le está yendo bien”… ni siquiera sabía si te estaba yendo bien. Sólo me daba ánimos- le confesó antes de estirar la mano para quitarle los últimos M&M’s a Jing. Había tenido suficiente… y a ella no le vendría mal un poco de azúcar. No le había puesto cuidado al hecho de que Jing se estuviera asustando por que no se había quejado, y realmente estaba muy en la charla y la cercanía. Ya tendría tiempo de sentirse una mala madre.
-Ninguno de los dos quiere ver esta mierda- le dijo otra vez riendo por lo bajo. -Pero necesitaba la compañía. Qué bueno que viniste- le dijo antes de darle un beso en la mejilla; un beso en la mejilla, no ese raro roce de caras que solía darse entre la gente occidental para saludarse con alguien cercano. Seguía pensando que David sería para siempre el lider de esa lista de guapos de la escuela aunque ya no estuviera en la escuela, quizás por las ideas que Annie le había metido sobre su eterno amigo y amor imposible. No podía creer que después de todo hubiera terminado a su lado en el cine, con sus hijos (tenidos cada quién por su lado) y por alguna extraña razón afectiva, tomados de la mano. -Ir en solitario es muy cansado...- dijo recargándosele de nuevo, en una especie de fantasía de la pareja que nunca había tenido, en la que pudiera confiar para simplemente dejar ir las cosas un rato sabiendo que el otro también estaba ahí. Era reconfortante imaginarlo por un rato.
Quedaban cosas buenas, eso estaba claro. Amistades, vínculos, y su hija. Después de todo, si no hubiera pasado por todo eso Jinjing no existiría y bueno, aunque su vida era difícil la quería más que a nada en el mundo. Se sentía bien pensarlo sabiendo que alguien como David estaba en la misma situación y peor, lo estaba ya desde que lo conoció.
-¿Sabes que varias veces te recordé cuando me quedé embarazada?- empezó a decirle por lo bajo, y luego se aguantó una risa -Ok sonó rarísimo, digo, te recordé por que tú te tuviste que hacer cargo cuando eras muy chico, y yo estaba en lo mismo. Entonces pensaba “Recuerda a David, él lo logró, y le está yendo bien”… ni siquiera sabía si te estaba yendo bien. Sólo me daba ánimos- le confesó antes de estirar la mano para quitarle los últimos M&M’s a Jing. Había tenido suficiente… y a ella no le vendría mal un poco de azúcar. No le había puesto cuidado al hecho de que Jing se estuviera asustando por que no se había quejado, y realmente estaba muy en la charla y la cercanía. Ya tendría tiempo de sentirse una mala madre.
-Ninguno de los dos quiere ver esta mierda- le dijo otra vez riendo por lo bajo. -Pero necesitaba la compañía. Qué bueno que viniste- le dijo antes de darle un beso en la mejilla; un beso en la mejilla, no ese raro roce de caras que solía darse entre la gente occidental para saludarse con alguien cercano. Seguía pensando que David sería para siempre el lider de esa lista de guapos de la escuela aunque ya no estuviera en la escuela, quizás por las ideas que Annie le había metido sobre su eterno amigo y amor imposible. No podía creer que después de todo hubiera terminado a su lado en el cine, con sus hijos (tenidos cada quién por su lado) y por alguna extraña razón afectiva, tomados de la mano. -Ir en solitario es muy cansado...- dijo recargándosele de nuevo, en una especie de fantasía de la pareja que nunca había tenido, en la que pudiera confiar para simplemente dejar ir las cosas un rato sabiendo que el otro también estaba ahí. Era reconfortante imaginarlo por un rato.
Sarah Walsh- Mensajes : 35
Fecha de inscripción : 25/01/2015
Re: Tomates Asesinos
David no pudo evitar reírse por cómo sonaba que ella lo recordara al haber estado embarazada. Lo hizo fuerte así que no solo el tipo raro se había molestado y lo había chitado, sino que hasta Angus que hasta el momento había tenido los ojos como platos en la pantalla, se volteó a regañarlo aunque la verdad parecía un poco asustado, pero seguramente no quería parecerlo enfrente de Jingjing o no todavía, sino podría perder su papel del niño mayor que debía cuidarla, aunque ante los tomates asesinos no supiera muy bien cómo. Pidió disculpas a señas y
-No pensé que hubiera ni una sola persona que pensara eso. Pensé que solamente pensaban “pobre David, arruinó su vida” -Y no solo con Angus, sino con la maldición, la inversión en el bar, todo. Pero ya pensándolo y dejando atrás la actitud de condescendencia consigo mismo, en realidad todo le había salido bien y lo había logrado, porque hasta había podido convertir la maldición en un arma.
-Tú también lo haces muy bien, tan solo mírate y mira a Jing.-Una niña con un carácter dulce, siempre bien portada. Cualquiera mataría por ser el padre de esa niña y esperaba que su Kristján salía bien de todo eso se diera cuenta de lo que tenía como padre y lo aprovechara lo más posible.
-Nunca vi niña que estuviera mejor educada que la tuya. Y fui Hufflepuff.-Se sonrió porque ella lo besó en la mejilla y como respuesta él le besó el dorso de la mano. David Finnerty comportándose como un viejo anticuado, eso sería para recordarse. Él también recordaba a Annie, la confesión que le había hecho antes de morir. Se había quedado con eso, pero no pensaba mucho en ello porque no quería pensar en las posibilidades de qué habría podido ser entre ellos dos.
-Sí lo es. Aunque debimos haber visto otra película, no sé por qué nos apresuramos.-Le daba lo mismo si era esa u otra, él también se encontraba cómodo en esa situación en la que se habían envuelto. Quiso preguntarle si no le parecía la perfecta situación, si no se daba cuenta de que tal vez era así como se suponía que debían estar, que todo eso era una señal para que estuvieran juntos, protegiéndose el uno al otro y hasta cómodos. ¿Era un pensamiento espantoso?
-No pensé que hubiera ni una sola persona que pensara eso. Pensé que solamente pensaban “pobre David, arruinó su vida” -Y no solo con Angus, sino con la maldición, la inversión en el bar, todo. Pero ya pensándolo y dejando atrás la actitud de condescendencia consigo mismo, en realidad todo le había salido bien y lo había logrado, porque hasta había podido convertir la maldición en un arma.
-Tú también lo haces muy bien, tan solo mírate y mira a Jing.-Una niña con un carácter dulce, siempre bien portada. Cualquiera mataría por ser el padre de esa niña y esperaba que su Kristján salía bien de todo eso se diera cuenta de lo que tenía como padre y lo aprovechara lo más posible.
-Nunca vi niña que estuviera mejor educada que la tuya. Y fui Hufflepuff.-Se sonrió porque ella lo besó en la mejilla y como respuesta él le besó el dorso de la mano. David Finnerty comportándose como un viejo anticuado, eso sería para recordarse. Él también recordaba a Annie, la confesión que le había hecho antes de morir. Se había quedado con eso, pero no pensaba mucho en ello porque no quería pensar en las posibilidades de qué habría podido ser entre ellos dos.
-Sí lo es. Aunque debimos haber visto otra película, no sé por qué nos apresuramos.-Le daba lo mismo si era esa u otra, él también se encontraba cómodo en esa situación en la que se habían envuelto. Quiso preguntarle si no le parecía la perfecta situación, si no se daba cuenta de que tal vez era así como se suponía que debían estar, que todo eso era una señal para que estuvieran juntos, protegiéndose el uno al otro y hasta cómodos. ¿Era un pensamiento espantoso?
David Finnerty- Mensajes : 88
Fecha de inscripción : 21/11/2014
Re: Tomates Asesinos
Sonrió en la oscuridad de escuchar elogios, quizás por que sabía que no eran vanos. Era cierto, Jinjing era educada, era una niña que se podía adaptar y parecía feliz, no demasiado enterada de las condiciones en que había conocido a su padre y demás. Estaba tan concentrada en lo que pensaba sobre las buenas opiniones (o ánimos) que David le daba que no se había dado cuenta que Jing estaba aterrada y encima la película estaba por terminar.
No le pareció un pensamiento espantoso sino el único momento en que había encontrado tranquilidad en mucho tiempo, entre las noticias de Kristján, las nuevas tensiones sobre un regreso de lo peor (lo peor respecto a las cosas por las que ya habían pasado) y un montón de pensamientos que sólo apuntaban a que había tomado una pésima decisión. Los créditos pasaron por lo mismo.
Jing se abrazó de inmediato a ella y Angus se veía asustado aunque parecía mantenerse en situación. Empezó a sospechar que había sido una mala decisión la película no sólo por lo mala que era sino por el impacto que había provocado en los niños.
-¿Qué hacemos ahora? ¿Vamos a casa? Puedo hacer de cenar- su casa era diminuta hasta el punto de ridículo y si había puesto estrellas sobre el cuarto-clóset de Jing era un milagro, pero podían pasar por una pizza de camino y comer algo. Decidió no tomarle la mano aunque le dieran ganas, sólo lo abrazó por un momento y lo rodeó por la cintura con el brazo antes de soltarlo. No sabía qué era lo que iban a hacer, pero decididamente no quería despedirse aún -Creo que estos niños no quieren dormir solos hoy. Soy la peor madre ¿Viste? Qué mala película para los niños…
No le pareció un pensamiento espantoso sino el único momento en que había encontrado tranquilidad en mucho tiempo, entre las noticias de Kristján, las nuevas tensiones sobre un regreso de lo peor (lo peor respecto a las cosas por las que ya habían pasado) y un montón de pensamientos que sólo apuntaban a que había tomado una pésima decisión. Los créditos pasaron por lo mismo.
Jing se abrazó de inmediato a ella y Angus se veía asustado aunque parecía mantenerse en situación. Empezó a sospechar que había sido una mala decisión la película no sólo por lo mala que era sino por el impacto que había provocado en los niños.
-¿Qué hacemos ahora? ¿Vamos a casa? Puedo hacer de cenar- su casa era diminuta hasta el punto de ridículo y si había puesto estrellas sobre el cuarto-clóset de Jing era un milagro, pero podían pasar por una pizza de camino y comer algo. Decidió no tomarle la mano aunque le dieran ganas, sólo lo abrazó por un momento y lo rodeó por la cintura con el brazo antes de soltarlo. No sabía qué era lo que iban a hacer, pero decididamente no quería despedirse aún -Creo que estos niños no quieren dormir solos hoy. Soy la peor madre ¿Viste? Qué mala película para los niños…
Sarah Walsh- Mensajes : 35
Fecha de inscripción : 25/01/2015
Re: Tomates Asesinos
David no quería ser mezquino y pensar que a lo mejor así hubiera sido su vida con Eugenie si todo hubiera resultado bien. Tal vez ya tendrían otra hija y los llevarían a los dos al cine, aunque con puras recomendaciones de Georgia. Y no tendrían que preocuparse por nada más que por cuánto habían costado las palomitas y él solo pensaría en lo bien que era tenerla cerca y aspirar el perfume de su cabello, y también en lo que comerían después. Justo como sucedía en ese instante con Sarah.
¿Se lo merecía o no se lo merecía? ¿Por qué nadie ahí parecía tener algo normal, algo que sirviera para no perder la cabeza? Incluso Frances y Tobias ahora se enfrentaban a una catástrofe. ¿Y él se merecía pensar al menos por una hora que podía tener algo así de cómodo, en donde la felicidad se alcanzaba de forma tan simple? No era idiota, podía pensar cualquier cosa pero sabía que lo que estaba dejando que su imaginación creara no funcionaría en el futuro.
Cuando la película terminó reconoció el susto en su hijo. Se le notaba en la mirada y en la cara que traía, aunque se esforzara en tomar a Jing de la mano y decirle “no te asustes, yo te cuido” como un tonto. David apreció su varonil gesto. Todo un hijo suyo.
-¿Ponerte a cocinar ahora mismo? Ni hablar. ¿Ya probó Jing un buen fish & chips?- Angus hizo cara de querer comer todo menos eso porque lo comían bastante seguido, pero no protestó por no quedar mal frente a Sarah y Jing. -Yo soy el peor padre pero ni modo, que se curtan, si no los ponemos a ver películas que los traumen desde ahorita, de adultos no aguantarán nada. Angus será experto del terror, lo veo.
Le desacomodó el cabello a su hijo que lo miró muy mal, como si lo avergonzara y luego le pasó un brazo por los hombros a Sarah atrayéndola hacia él y estrujándola mientras tomaba la mano del cachorro del lado contrario.
-Fish & chips, o pizza, o hamburguesas. Que Jing decida por hoy.
¿Se lo merecía o no se lo merecía? ¿Por qué nadie ahí parecía tener algo normal, algo que sirviera para no perder la cabeza? Incluso Frances y Tobias ahora se enfrentaban a una catástrofe. ¿Y él se merecía pensar al menos por una hora que podía tener algo así de cómodo, en donde la felicidad se alcanzaba de forma tan simple? No era idiota, podía pensar cualquier cosa pero sabía que lo que estaba dejando que su imaginación creara no funcionaría en el futuro.
Cuando la película terminó reconoció el susto en su hijo. Se le notaba en la mirada y en la cara que traía, aunque se esforzara en tomar a Jing de la mano y decirle “no te asustes, yo te cuido” como un tonto. David apreció su varonil gesto. Todo un hijo suyo.
-¿Ponerte a cocinar ahora mismo? Ni hablar. ¿Ya probó Jing un buen fish & chips?- Angus hizo cara de querer comer todo menos eso porque lo comían bastante seguido, pero no protestó por no quedar mal frente a Sarah y Jing. -Yo soy el peor padre pero ni modo, que se curtan, si no los ponemos a ver películas que los traumen desde ahorita, de adultos no aguantarán nada. Angus será experto del terror, lo veo.
Le desacomodó el cabello a su hijo que lo miró muy mal, como si lo avergonzara y luego le pasó un brazo por los hombros a Sarah atrayéndola hacia él y estrujándola mientras tomaba la mano del cachorro del lado contrario.
-Fish & chips, o pizza, o hamburguesas. Que Jing decida por hoy.
David Finnerty- Mensajes : 88
Fecha de inscripción : 21/11/2014
Re: Tomates Asesinos
-Probó uno, pero quizás no tan bueno- dijo Sara mirando a Jing caminando de la mano de Angus con los ojos muy abiertos. -Pizza, quiero pizza-Sabía que además de la pizza iban a tener que compensarlos con alguna cosa extra, por que en efecto los Tomates Asesinos había sido la peor opción para ver un filme y su hija moría de miedo, mirando a todos lados con la idea de que cualquier ente vivo comestible iba a atacarla apenas se descuidara. Le dio risa y se acercó a David.
-Creo que cometimos un gran error. ¿Una pizza y a la cama? Digo, ya sabes, a la cama, los niños… ya sabes- o sea, que en el contexto de ambos un “a la cama” no tenía nada que ver con lo que tendría que ver hacía años. Se detuvo en el primer lugar que encontró, dándoles su dirección para que llevaran esa pizza margarita (Jing no quería comer animales, se lo había dicho hacía seis meses y se había mantenido firme) a su casa. Al final iba a ser su casa, por puro impulso. Mucho más pequeña que la de David.
Le había costado deshacerse de su cercanía después de que la atrajera a su lado apenas salían del cine. Se adelantó a pagar el encargo mientras los niños se hacían tontos un rato, eran casi los años noventa y la comida rápida estaba en auge, quien más rápido sirviera vendía más, y así eran las cosas. Le seguía pareciendo raro, acostumbrada como estaba a esa provincia rural de China con su paciencia, sus caldos de verduras, esa clase de cosas.
Al demonio, lo mejor sería aparecerse. Sarah conjuró una complicadísima apariciónn conjunta de a cuatro personas que estaba acostumbrada a hacer en la reserva de Dragones pero que no era muy común en Inglaterra. Apenas se vieron en la mínima estancia de su apartamento, sonrió -Perdón, no nos gusta la pizza fría. Estás en tu casa, David… ya sé que es horrible, pero hay whisky. Ahí detrás de ti en la alacena…- Jing ya pedía a gritos que la ayudara a construír un fuerte. Estaba aterrada.
-Creo que cometimos un gran error. ¿Una pizza y a la cama? Digo, ya sabes, a la cama, los niños… ya sabes- o sea, que en el contexto de ambos un “a la cama” no tenía nada que ver con lo que tendría que ver hacía años. Se detuvo en el primer lugar que encontró, dándoles su dirección para que llevaran esa pizza margarita (Jing no quería comer animales, se lo había dicho hacía seis meses y se había mantenido firme) a su casa. Al final iba a ser su casa, por puro impulso. Mucho más pequeña que la de David.
Le había costado deshacerse de su cercanía después de que la atrajera a su lado apenas salían del cine. Se adelantó a pagar el encargo mientras los niños se hacían tontos un rato, eran casi los años noventa y la comida rápida estaba en auge, quien más rápido sirviera vendía más, y así eran las cosas. Le seguía pareciendo raro, acostumbrada como estaba a esa provincia rural de China con su paciencia, sus caldos de verduras, esa clase de cosas.
Al demonio, lo mejor sería aparecerse. Sarah conjuró una complicadísima apariciónn conjunta de a cuatro personas que estaba acostumbrada a hacer en la reserva de Dragones pero que no era muy común en Inglaterra. Apenas se vieron en la mínima estancia de su apartamento, sonrió -Perdón, no nos gusta la pizza fría. Estás en tu casa, David… ya sé que es horrible, pero hay whisky. Ahí detrás de ti en la alacena…- Jing ya pedía a gritos que la ayudara a construír un fuerte. Estaba aterrada.
Sarah Walsh- Mensajes : 35
Fecha de inscripción : 25/01/2015
Re: Tomates Asesinos
Notó la cara de decepción de Angus cuando pedían la pizza margarita. Decepción verdadera y total, pero de nuevo, David se sintió orgulloso de su cachorro cuando no dijo nada ni se puso a gritar que por favor le dieran carne tártara o nada. Y bueno, él también iba a hacer un gran sacrificio al no pedir una pizza de peperonni con tres tipos de carne y extraqueso. Estaban hechos un par de idiotas los Finnerty.
-Una pizza y a la cama, suena a los buenos tiempos.-Tuvo que bromear con ellos porque así había sido la adolescencia. Pero tampoco decía en serio lo de los buenos tiempos, porque ya lo había dicho, su mejor tiempo era ahí con Angus y no se arrepentía de nada.
La dejó pagar la pizza solamente porque él había pagado el cine y no quería hacerla sentir incómoda de ninguna manera o que las cosas terminaran malinterpretándose aunque él las malinterpretara en su maliciosa cabecita todo el tiempo. No le importó lo de la aparición, pero Angus sí llegó un poco desubicado al principio. El lugar era muy pequeño pero eso tampoco le interesaba.
Le dio ternura paternal el miedo de Jing y miraba como Angus también veía a todas partes como tratando de saber si en cualquier momento podría acaso demostrarle al mundo que temía.
-Esa pizza no tiene tomates, ¿verdad?-Ni caso tenía explicarle al pobre cachorro que qué creía que era lo rojo que tenía, si sangre o qué, así que decidió optar por una mentirita blanca.-No, cómetela. Cuando acaben de comer les ayudaré a construir un fuerte impenetrable. Además Jing no tendrá de qué preocuparse, porque Angus se quedará con ella y Angus es un pequeño lobo capaz de defender a cualquiera de nosotros de tomates que levitan, ¿verdad?- A Angus no le quedó más remedio que darle una mordidita a la pizza y asentir, aunque parecía un poco más animado.
-Perdóname, ya lo invité a dormir aquí sin más. No te preocupes, en cuanto caigan lo cargo y me lo llevo, no creas que te vamos a molestar todo el día y toda la noche.-Le dijo a Sarah temiendo estar pareciendo un loco.
-Una pizza y a la cama, suena a los buenos tiempos.-Tuvo que bromear con ellos porque así había sido la adolescencia. Pero tampoco decía en serio lo de los buenos tiempos, porque ya lo había dicho, su mejor tiempo era ahí con Angus y no se arrepentía de nada.
La dejó pagar la pizza solamente porque él había pagado el cine y no quería hacerla sentir incómoda de ninguna manera o que las cosas terminaran malinterpretándose aunque él las malinterpretara en su maliciosa cabecita todo el tiempo. No le importó lo de la aparición, pero Angus sí llegó un poco desubicado al principio. El lugar era muy pequeño pero eso tampoco le interesaba.
Le dio ternura paternal el miedo de Jing y miraba como Angus también veía a todas partes como tratando de saber si en cualquier momento podría acaso demostrarle al mundo que temía.
-Esa pizza no tiene tomates, ¿verdad?-Ni caso tenía explicarle al pobre cachorro que qué creía que era lo rojo que tenía, si sangre o qué, así que decidió optar por una mentirita blanca.-No, cómetela. Cuando acaben de comer les ayudaré a construir un fuerte impenetrable. Además Jing no tendrá de qué preocuparse, porque Angus se quedará con ella y Angus es un pequeño lobo capaz de defender a cualquiera de nosotros de tomates que levitan, ¿verdad?- A Angus no le quedó más remedio que darle una mordidita a la pizza y asentir, aunque parecía un poco más animado.
-Perdóname, ya lo invité a dormir aquí sin más. No te preocupes, en cuanto caigan lo cargo y me lo llevo, no creas que te vamos a molestar todo el día y toda la noche.-Le dijo a Sarah temiendo estar pareciendo un loco.
David Finnerty- Mensajes : 88
Fecha de inscripción : 21/11/2014
Re: Tomates Asesinos
No tenía ni idea sobre las preferencias de los chicos respecto a la pizza, pero como caballerosamente habían cedido ni siquiera se lo planteó. Sonrió. Para ser honesta, cenaría pizza todos los días, había pasado mucho tiempo a base de los caldos frugales dentro de la reserva de dragones y las cosas nutritivas que tenían muy poco que ver con esa comida rápida y grasosa que podía conseguir en Inglaterra apenas salir a la calle. Había aumentado tres kilos desde que había llegado, se sentía orgullosa al respecto. En China querer subir de peso implicaba tener que comer porciones gigantes de sus guisos de verduras que nunca inspiraban a sobre comer.
Era un hecho que los niños estaban asustados. Sacó del armario varias sábanas dispuesta a proteger la mínima habitación de Jing como un fuerte, exactamente como David había prometido. Recordó que aún a los quince años seguía haciendo eso con Annie cuando la visitaba en Inglaterra y se ponían a hablar horas y horas de los chicos que le gustaban. También se preguntó que hubiera pasado si se hubiera casado con su novio chino de entonces; seguramente su realidad sería muy distinta a la actual.
Pero se alegró de estar ahí. -Ni tomates en la pizza ni tomates dentro de este refugio anti-tomates. Van a estar bien ¿Verdad, Jinjing?- le preguntó, más como una advertencia cuando el refugio estaba terminado. Casi le daban ganas de meterse ahí. Su hija se quitó los zapatos y se metió ahí, quitándole la parte de arriba a la pizza como era su costumbre, y después comiéndose el pan, todo por capas. Ella hacía exactamente lo mismo.
David podría notarlo al verla comer cuando ya estaban en la sala / estancia (a dos pasos del cuarto de Jing, realmente) -¿Quieres un whisky? También tengo cervezas. Creo que he estado bebiendo demasiado… no bebiendo en las fiestas de Brigantia, ya sabes, más bien ese beber de después de lavar los platos y los niños ya están en cama. Dios, qué depresión- dijo Sarah conteniendo la risa, pero era cierto.
Sarah Walsh- Mensajes : 35
Fecha de inscripción : 25/01/2015
Re: Tomates Asesinos
David devoró pizza como loco, aunque la falta de carne no lo dejó sentirse lleno como debería y seguramente Angus estaría igual, a menos que se hubiera llenado con los dulces. Lo compensaría después con una hamburguesa monstruosa. Ayudó a los niños a construir el fuerte con unas sábanas y se sintió como un salvador, ni siquiera recordó que probablemente pronto tendría que intentar actuar realmente como uno y que él no era el papá de Jingjing aunque en ese mismo instante hubiera aceptado serlo sin más.
-¿De dónde sacaste esas costumbres tan raras? Además se las pasaste a tu hija.-Por supuesto que hablaba de que se comieran todo en capas, exactamente como lo haría alguien desquiciado. -¿Por qué no come carne Jing? Ahora tampoco comerá tomates, será difícil para ella-Bromeó. Él no podía ni imaginarse una vida sin carne, en especial porque estaba en su instinto animal necesitarla. No podía volverse vegetariano y ya sin volverse loco, se comería a él mismo en la luna llena.
-Whisky. Y no me suena raro, también lo hacía, antes de lo de los Cannons, ya sabes. No me embriagaba pero sentía que lo necesitaba para qué se yo.-La comprendía y por eso no pensaba que lo que dijera fuera una depresión aunque ya pensándolo bien, tal vez lo era.
-No importa, nadie tiene derecho a juzgarnos, tenemos demasiadas responsabilidades y somos demasiado jóvenes todavía.-Estiró la mano por encima de la mesa para alcanzar la de Sarah. Bajó la voz también.-¿Está todo bien? Dime la verdad. No nos escuchan. Quiero saber que estás bien, si te falta algo.
-¿De dónde sacaste esas costumbres tan raras? Además se las pasaste a tu hija.-Por supuesto que hablaba de que se comieran todo en capas, exactamente como lo haría alguien desquiciado. -¿Por qué no come carne Jing? Ahora tampoco comerá tomates, será difícil para ella-Bromeó. Él no podía ni imaginarse una vida sin carne, en especial porque estaba en su instinto animal necesitarla. No podía volverse vegetariano y ya sin volverse loco, se comería a él mismo en la luna llena.
-Whisky. Y no me suena raro, también lo hacía, antes de lo de los Cannons, ya sabes. No me embriagaba pero sentía que lo necesitaba para qué se yo.-La comprendía y por eso no pensaba que lo que dijera fuera una depresión aunque ya pensándolo bien, tal vez lo era.
-No importa, nadie tiene derecho a juzgarnos, tenemos demasiadas responsabilidades y somos demasiado jóvenes todavía.-Estiró la mano por encima de la mesa para alcanzar la de Sarah. Bajó la voz también.-¿Está todo bien? Dime la verdad. No nos escuchan. Quiero saber que estás bien, si te falta algo.
David Finnerty- Mensajes : 88
Fecha de inscripción : 21/11/2014
Re: Tomates Asesinos
Exhaló dándose cuenta que había muchas cosas que no le quedaban claras de su hija. Que a medida que crecía se iba transformando en una persona, que realmente no era alguien a quien moldear y educar sino otro, otra persona que había tenido la suerte de parir. Una sensación muy rara. Nunca le había inculcado ninguna clase de vegetarianismo pero Jinjing ya se negaba a comer animales por que decía que no quería que nadie se muriera para darle de comer. La dejaba ser, quizás se le pasaría.
-No tengo ni idea. Le gustan los animales, está acostumbrada a ellos, incluso había visto cómo morían gallinas y esas cosas, ya sabes, para comerlas. Se le metió la idea a la cabeza desde que fuimos a ver películas y vio Bambi. No quiero prohibirle nada ¿Sabes?… es demasiado raro darse cuenta que aún con tres años ya tengan ideas firmes y distintas a las de uno- dijo en su plática aburrida de mamá, después de haberle dado el whisky y servirse uno para ella también. Escuchaba las palabras quedas de los niños y ocasionales risitas.
Estiró la mano ante el nuevo gesto de David, que le había dado un pequeño sobresalto nervioso, como el de una adolescente. Se sintió tonta al emocionarse pero de todos modos correspondió en un gran esfuerzo, no por que no quisiera tocar su mano sino por que nunca había sido demasiado demostrativa, y él mismo lo sabía.
-¿Bien? ¿Cómo bien?- preguntó Sarah algo confusa. Tenía una especie de beca por parte de la reserva de China para perfeccionarse en una institución respetada como Brigantia, le daba para la renta y además su padre seguía manteniéndola, lo cuál le provocaba algunos conflictos pero a la vez era de mucha ayuda. -Preferiría decir que mantengo a mi hija con el fruto del trabajo, pero bueno, no le falta nada. Ya sé, este lugar es feo, el barrio peor… pero bueno. Jing está bien, yo estoy bien… sólo estoy esperando a que termine esta pesadilla. No le he mencionado nada de Kristján, ni pienso hacerlo hasta… Dios, qué tema horrible.- no se aguantó un par de lágrimas que luego se limpió rápidamente, y tampoco supo por qué se quería justificar -No lloro por él de la manera que piensas. Lo quiero por el pasado, por que es el padre de mi hija, pero no vine aquí a “recuperarlo” ni ninguna de esas tonterías…- apretó un poco su mano y le dio otro trago al whisky.
Sarah Walsh- Mensajes : 35
Fecha de inscripción : 25/01/2015
Re: Tomates Asesinos
Escuchó el asunto de Jingjing y supo de lo que hablaba con aquello de que empezaba a desarrollar sus propias decisiones. También había visto ese proceso en varias cosas de Angus. -Sí, estoy de acuerdo. Mientras esas decisiones no involucren ir a pincharse el brazo con heroína, debemos dejar que tomen sus propios caminos.-A David no le aburría la plática de Sarah, al contrario. Seguro por lo fácil que era relacionarse con eso y entenderlo muy bien por ser papá. Disfrutaba estar con ella y hablar de esas cosas sin que otros, sin contar a los Alechinsky- lo juzgaran por haberse convertido en un papá aburrido y a veces un poco amargo.
Le gustó escuchar que reían y hacían escándalo, significaba que habían encontrado una manera de olvidar su miedo al menos por un rato. Lo que no le gustó fue notar el sobresalto de Sarah cuando le tomó la mano y pensó que estaba siendo demasiado invasivo y que ella no estaba cómoda. No la culpaba, con las cosas como estaban ¿quién querría que un tipo estuviera tomándose esas confianzas? Estaba diciéndose él mismo tantas cosas que no recordó que Sarah era rara demostrando su afecto.
Al notar que la había hecho llorar con su pregunta se sintió un poco mal, pero prefería que fuera de ese modo y que se desahogara con él a que se lo quedara adentro. -No importa la manera en que llores por él, lo que quería era asegurarme de que no te guardaras nada que te hiciera daño. Nunca pensé que quisieras venir a recuperarlo expresamente al venir aquí, siempre pensé que el objetivo que tenías era ese, que Jing supiera. -Y no se merecía ese tipo de explicaciones, él no le cuestionaba ni una sola de sus decisiones. Lo único que le preocupaba era que, en caso contrario, Kristján le hiciera daño como acostumbraba a hacer, así que se quedaba más tranquilo si resultaba que Sarah no quería nada con él.
De nuevo se sintió mezquino por pensar esas cosas con el tipo secuestrado. -No importa, aunque así hubiera sido son tus decisiones, aunque en parte me alegra. Eso significa que puedo besarte ahora.-Pero no la besó, en vez de eso volvió a tomar más whisky. Lo de que Jasmine lo hubiera dejado por sus pociones estaba muy reciente. Tampoco la culpaba pero no quería decir que no le doliera en el orgullo. Se lo tenía bien merecido también.
Le gustó escuchar que reían y hacían escándalo, significaba que habían encontrado una manera de olvidar su miedo al menos por un rato. Lo que no le gustó fue notar el sobresalto de Sarah cuando le tomó la mano y pensó que estaba siendo demasiado invasivo y que ella no estaba cómoda. No la culpaba, con las cosas como estaban ¿quién querría que un tipo estuviera tomándose esas confianzas? Estaba diciéndose él mismo tantas cosas que no recordó que Sarah era rara demostrando su afecto.
Al notar que la había hecho llorar con su pregunta se sintió un poco mal, pero prefería que fuera de ese modo y que se desahogara con él a que se lo quedara adentro. -No importa la manera en que llores por él, lo que quería era asegurarme de que no te guardaras nada que te hiciera daño. Nunca pensé que quisieras venir a recuperarlo expresamente al venir aquí, siempre pensé que el objetivo que tenías era ese, que Jing supiera. -Y no se merecía ese tipo de explicaciones, él no le cuestionaba ni una sola de sus decisiones. Lo único que le preocupaba era que, en caso contrario, Kristján le hiciera daño como acostumbraba a hacer, así que se quedaba más tranquilo si resultaba que Sarah no quería nada con él.
De nuevo se sintió mezquino por pensar esas cosas con el tipo secuestrado. -No importa, aunque así hubiera sido son tus decisiones, aunque en parte me alegra. Eso significa que puedo besarte ahora.-Pero no la besó, en vez de eso volvió a tomar más whisky. Lo de que Jasmine lo hubiera dejado por sus pociones estaba muy reciente. Tampoco la culpaba pero no quería decir que no le doliera en el orgullo. Se lo tenía bien merecido también.
David Finnerty- Mensajes : 88
Fecha de inscripción : 21/11/2014
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