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Quiero matar - Alfred
2 participantes
Brigantia86 :: Facultades :: Facultad Ogmios :: Dormitorios
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Quiero matar - Alfred
Había sido fácilmente el peor fin de semana que podía recordar, la cabeza aun le dolía y juraba que si se contenía más el gritar y lanzar cosas para desquitarse le iba a estallar el cerebro. Había dudado si decirle a sus padres o no sobre lo de Abner, sabía que ellos se lo tomarían bien pero no estaba preparada, al final solamente les dijo que el padre de Bastian había ido (Sin dar nombres) porque no quería arriesgarse a que Bastian se los dijera sin querer y el mundo estallara. Aun así ella tuvo que aguantar los reproches y reclamos del señor y la señora Morgan y no fue que sus pláticas sobre la conciencia de ser madre y tal cosa se terminaron hasta que dieron las 10 y ella tuvo que volver a la universidad.
Estaba muy enojada, frustrada y con ganas de matar a la mitad del mundo. Quería desquitarse soltando todo lo que el fin de semana tuvo que aguantar, poniendo una cara amable y conciliadora por su hijo. A Abner no lo vio cuando fue al día siguiente para pasar tiempo con Bastian, se lo encargo a uno de los elfos mientras ella estaba en la parte superior de la casa fingiendo una migraña terrible, le había dicho que no quería volver a verlo en su vida e iba a tratar de cumplirlo.
La única persona que ella podía considerar un amigo que podía escucharla era ridículamente Alfred, es que él podía ser lo que fuera, pero la entendía, ambos se comprendían. Salió de la chimenea en la facultad de Ogmios y paso con su varita en la mano y una mochila en el hombro directamente hacia los dormitorios, si lo conocía tan bien como lo hacía seguramente estaría ahí con su cita en turno.
No tocó la puerta cuando entro a la habitación de Alfred, pero en efecto vio a una mujer ahí tirada medio desnuda que alzó la cabeza al ver a la semi veela enfurecida. Ellie se acercó a ella y la tomó del brazo levantándola, le dio su ropa y la sacó de la habitación sin decir más, sin voltear a ver a su amigo y azotó la puerta dejándola afuera en una especie de shock.
¿PUEDES CRERLO? DESPUES DE MALDITOS CINCO AÑOS, CINCO AÑOS Y LLEGA A MI CASA, A MI PROPIA CASA! – Estaba gritando, hizo un movimiento con su varita como si fuera un látigo y le puso seguro a la puerta. Ellie estaba en realidad muy molesta, se llevo las manos a la cintura.
¿Con que derecho crees que lo hizo? ¿COMO SE ATREVE ESE INFELIZ? Quiero matarlo, quiero aplastarlo con mis propias manos hasta que no quede nada, nada, NADA DE ÉL. - No lo decía en verdad (aun que con ella no se sabía), Ellie era una extraña mezcla de cosas cuando se enfadaba a tal grado, por un lado era tierno verla ahí toda pequeña prácticamente pisoteando el suelo, pero por otro era saber que el carácter que tenia era de peligro, normalmente no dudaba en lanzar alguna maldición estando como estaba. Afortunadamente solamente había una persona que lograba sacar ese lado de ella, Abner Burroughs.
Estaba muy enojada, frustrada y con ganas de matar a la mitad del mundo. Quería desquitarse soltando todo lo que el fin de semana tuvo que aguantar, poniendo una cara amable y conciliadora por su hijo. A Abner no lo vio cuando fue al día siguiente para pasar tiempo con Bastian, se lo encargo a uno de los elfos mientras ella estaba en la parte superior de la casa fingiendo una migraña terrible, le había dicho que no quería volver a verlo en su vida e iba a tratar de cumplirlo.
La única persona que ella podía considerar un amigo que podía escucharla era ridículamente Alfred, es que él podía ser lo que fuera, pero la entendía, ambos se comprendían. Salió de la chimenea en la facultad de Ogmios y paso con su varita en la mano y una mochila en el hombro directamente hacia los dormitorios, si lo conocía tan bien como lo hacía seguramente estaría ahí con su cita en turno.
No tocó la puerta cuando entro a la habitación de Alfred, pero en efecto vio a una mujer ahí tirada medio desnuda que alzó la cabeza al ver a la semi veela enfurecida. Ellie se acercó a ella y la tomó del brazo levantándola, le dio su ropa y la sacó de la habitación sin decir más, sin voltear a ver a su amigo y azotó la puerta dejándola afuera en una especie de shock.
¿PUEDES CRERLO? DESPUES DE MALDITOS CINCO AÑOS, CINCO AÑOS Y LLEGA A MI CASA, A MI PROPIA CASA! – Estaba gritando, hizo un movimiento con su varita como si fuera un látigo y le puso seguro a la puerta. Ellie estaba en realidad muy molesta, se llevo las manos a la cintura.
¿Con que derecho crees que lo hizo? ¿COMO SE ATREVE ESE INFELIZ? Quiero matarlo, quiero aplastarlo con mis propias manos hasta que no quede nada, nada, NADA DE ÉL. - No lo decía en verdad (aun que con ella no se sabía), Ellie era una extraña mezcla de cosas cuando se enfadaba a tal grado, por un lado era tierno verla ahí toda pequeña prácticamente pisoteando el suelo, pero por otro era saber que el carácter que tenia era de peligro, normalmente no dudaba en lanzar alguna maldición estando como estaba. Afortunadamente solamente había una persona que lograba sacar ese lado de ella, Abner Burroughs.
Ellie Morgan- Mensajes : 216
Fecha de inscripción : 22/11/2014
Re: Quiero matar - Alfred
No era como si toooodas las noche tuviera a alguien en su cama pero esa noche si y estaba a punto de iniciar el solo de lengua entre las pierna de la chica cuando Ellie entró hecha una furia y ni le dejó terminar de levantar la cabeza que ya estaba quitándole a la muchacha de su cama.
- Pero que mierdas? - Articuló antes de reconocerla e incluso de ayudar a que la muchacha tomara sus ropas... Así de mal como sonaba, pero la verdad no había más que hacer cuando la semiveela estaba en pajarraco, y aunque hubiera querido disculparse con la chica ya Ellie se había encargado de dejarla al otro lado de la puerta en tanga y sostén.
Al principio no entendió mucho, Ellie gritaba demasiado y él estaba ocupado acomodándose el miembro de mejor manera dentro de los shorts, que por desgracia todavía llevaba puestos, clara señal de que la rubia había interrumpido temprano. Se rascó la nuca sentándose en la cama, la dejó terminar de hablar y luego la jaló del brazo para sentarla en sus piernas y darle un abrazo de oso cariñoso apoyando el torso sobre su espalda. - pobresita Ellie, necesita cariño - le susurró al oído y posó la barbilla en su hombro, estrujándola con más fuerza. Con la suficiente para que no sacase la varita y lo avadease a él
- Si quieres matarlo, mátalo... pero primero podríamos torturarlo un poco... conseguí una hiedra que da una urticaria de la puta madre... Ya tengo el plan: tu lo engatusas con tu culo ardiente, yo voy se la pongo en los calzones y luego le queda la pija como culo de mandril... No te gustaría eso? -... Era una genial idea, la venganza era mucho mejor que la muerte. Pero Alf no lo pensaba en serio, o si... Por ahora solo buscaba hacerla reír, a ver si lograba que Ellie le hiciera el favor que la otra chica no había podido cumplir. - me debes un polvo, por cierto.
- Pero que mierdas? - Articuló antes de reconocerla e incluso de ayudar a que la muchacha tomara sus ropas... Así de mal como sonaba, pero la verdad no había más que hacer cuando la semiveela estaba en pajarraco, y aunque hubiera querido disculparse con la chica ya Ellie se había encargado de dejarla al otro lado de la puerta en tanga y sostén.
Al principio no entendió mucho, Ellie gritaba demasiado y él estaba ocupado acomodándose el miembro de mejor manera dentro de los shorts, que por desgracia todavía llevaba puestos, clara señal de que la rubia había interrumpido temprano. Se rascó la nuca sentándose en la cama, la dejó terminar de hablar y luego la jaló del brazo para sentarla en sus piernas y darle un abrazo de oso cariñoso apoyando el torso sobre su espalda. - pobresita Ellie, necesita cariño - le susurró al oído y posó la barbilla en su hombro, estrujándola con más fuerza. Con la suficiente para que no sacase la varita y lo avadease a él
- Si quieres matarlo, mátalo... pero primero podríamos torturarlo un poco... conseguí una hiedra que da una urticaria de la puta madre... Ya tengo el plan: tu lo engatusas con tu culo ardiente, yo voy se la pongo en los calzones y luego le queda la pija como culo de mandril... No te gustaría eso? -... Era una genial idea, la venganza era mucho mejor que la muerte. Pero Alf no lo pensaba en serio, o si... Por ahora solo buscaba hacerla reír, a ver si lograba que Ellie le hiciera el favor que la otra chica no había podido cumplir. - me debes un polvo, por cierto.
Alfred Mayer- Mensajes : 108
Fecha de inscripción : 22/12/2014
Re: Quiero matar - Alfred
Ellie estaba indignada, enojada y sobretodo muy dolida. Le había pesado muy fuerte el saber que a pesar de los años, de que la hubiera abandonado y muchas cosas más, ella seguía enamorada de Abner. Lo amaba, en verdad lo amaba y odiaba ese sentimiento que la hacía débil y manipulable hacia él; era en verdad lo que la tenía tan molesta, saber que era débil.
Quería desquitarse de todo, por eso no tuvo ni compasión por la tipa que había alcanzado a envolverse en la sabana, el mundo se le había nublado y solamente quería golpear cosas, arrojar libros o lo que tuviera por ahí Alfred en esa rabieta un tanto infantil que la estaba poseyendo. Fue hasta que se calmó un poco y que pudo respirar que dejó al chico acercarse a ella y jalarla contra él.
No necesito cariño, necesito hacerle daño a Abner Burroughs, eso necesito. – Pero no quería verlo, no quería recordarse lo malditamente guapo que era y ese efecto de atracción que se generaba entre ambos. Tampoco quería escuchar sus palabras que solamente buscaban convertirla en la culpable de todo.
¿Eres un idiota, lo sabías? – Se giró hacia él aun que la tenia sujeta con fuerza, logró quitar un brazo de su agarre y le dio una bofetada, no fue tan fuerte, era más a modo de juego.- ¿Quieres un maldito polvo? ¿Estás escuchando lo que te estoy diciendo? – No lo dijo enojada, fue más como incrédula. Aspiró profundamente y se zafó de sus brazos poniéndose frente a él.
Bésame, necesito quitarme esta maldita sensación de que él tiene algún efecto en mí. Anda maldita sea…- Es que cada vez que cerraba los ojos podía verlo, aun podía sentir la textura de sus labios sobre ella, su mirada, sus caricias. Si, aquello era un polvo de despecho pero seguramente a Alfred no le importaría ser utilizado con esos fines.
Quería desquitarse de todo, por eso no tuvo ni compasión por la tipa que había alcanzado a envolverse en la sabana, el mundo se le había nublado y solamente quería golpear cosas, arrojar libros o lo que tuviera por ahí Alfred en esa rabieta un tanto infantil que la estaba poseyendo. Fue hasta que se calmó un poco y que pudo respirar que dejó al chico acercarse a ella y jalarla contra él.
No necesito cariño, necesito hacerle daño a Abner Burroughs, eso necesito. – Pero no quería verlo, no quería recordarse lo malditamente guapo que era y ese efecto de atracción que se generaba entre ambos. Tampoco quería escuchar sus palabras que solamente buscaban convertirla en la culpable de todo.
¿Eres un idiota, lo sabías? – Se giró hacia él aun que la tenia sujeta con fuerza, logró quitar un brazo de su agarre y le dio una bofetada, no fue tan fuerte, era más a modo de juego.- ¿Quieres un maldito polvo? ¿Estás escuchando lo que te estoy diciendo? – No lo dijo enojada, fue más como incrédula. Aspiró profundamente y se zafó de sus brazos poniéndose frente a él.
Bésame, necesito quitarme esta maldita sensación de que él tiene algún efecto en mí. Anda maldita sea…- Es que cada vez que cerraba los ojos podía verlo, aun podía sentir la textura de sus labios sobre ella, su mirada, sus caricias. Si, aquello era un polvo de despecho pero seguramente a Alfred no le importaría ser utilizado con esos fines.
Ellie Morgan- Mensajes : 216
Fecha de inscripción : 22/11/2014
Re: Quiero matar - Alfred
A la cachetada respondió tirando un beso al aire porque no llegó con sus labios a alcanzar su bendita mano. Se sonreía como siempre, que otra cosa iba a hacer? Ellie era una loca, pero la quería, y él era un loco que tenía clarísimo lo que había dicho y para qué se lo había dicho. En algún punto le gustaba cabrearla también. Si quería estarse con alguien decente para ahogar sus penas de niña enamorada hubiera buscado a alguna buenita ogmios que le hiciera de séquito para su reinado, no a Alfred, que era un payaso patán all day long. Eso estaba claro.
Se levantó al instante que ella, pensaba decirle que lo sentía, que era un idiota, que la perdonase por pensar con la polla en vez de con el corazón, todo en todo de broma claro pero las palabra de Ellie le sorprendieron y no pudo más que alzar una ceja. Si que estaba desquiciada ese día.... Es decir, la demencia de Ellie estaba escalando límites insospechado. El no se quejaba, en absoluto, pero la verdad no mentía! Dio el paso que los separaba y sonriendo de lado, la tomó por la cintura acercando sus cuerpos hasta que no quedó espacio entre su bendita falda y sus pantalones cortos... Ella quería un beso que le hiciera olvidar a Abner? Pues eso era imposible... Seis putos años que seguían en la misma, igual Alf no le negaba un beso ni a los elfos domésticos así que se aplicó al juego divertido.
Con la otra mano le acomodó un mechón de pelo tras la oreja para terminar acariciándole el cuello y acercar sus bocas - ahora soy tu sex toy? - dijo antes de terminar de rosar sus labios con los de ella. El era un calentón y Ellie una semiveela, eso era provocación. Que no viniera luego a quejarse si sentía un bulto entre los pliegues de su falda y las caricias bajaban de la cintura. Aprovechó que ella abría los labios para morderle despacio el labio inferior y luego de mirarla alos ojos, los cerró definitivo para besarla como se debía, despacio pero hasta el fondo. Guiándola a lo que le placía con los dedos que se aferraban a su cuello y escalaban a su nuca, metiéndose entre sus cabellos para seguir el ritmo de las lenguas.
- ya se te olvidó hasta como besar por andarte con putitos - le chistió separándose un instante para de inmediato volverle a comerle la boca.
Se levantó al instante que ella, pensaba decirle que lo sentía, que era un idiota, que la perdonase por pensar con la polla en vez de con el corazón, todo en todo de broma claro pero las palabra de Ellie le sorprendieron y no pudo más que alzar una ceja. Si que estaba desquiciada ese día.... Es decir, la demencia de Ellie estaba escalando límites insospechado. El no se quejaba, en absoluto, pero la verdad no mentía! Dio el paso que los separaba y sonriendo de lado, la tomó por la cintura acercando sus cuerpos hasta que no quedó espacio entre su bendita falda y sus pantalones cortos... Ella quería un beso que le hiciera olvidar a Abner? Pues eso era imposible... Seis putos años que seguían en la misma, igual Alf no le negaba un beso ni a los elfos domésticos así que se aplicó al juego divertido.
Con la otra mano le acomodó un mechón de pelo tras la oreja para terminar acariciándole el cuello y acercar sus bocas - ahora soy tu sex toy? - dijo antes de terminar de rosar sus labios con los de ella. El era un calentón y Ellie una semiveela, eso era provocación. Que no viniera luego a quejarse si sentía un bulto entre los pliegues de su falda y las caricias bajaban de la cintura. Aprovechó que ella abría los labios para morderle despacio el labio inferior y luego de mirarla alos ojos, los cerró definitivo para besarla como se debía, despacio pero hasta el fondo. Guiándola a lo que le placía con los dedos que se aferraban a su cuello y escalaban a su nuca, metiéndose entre sus cabellos para seguir el ritmo de las lenguas.
- ya se te olvidó hasta como besar por andarte con putitos - le chistió separándose un instante para de inmediato volverle a comerle la boca.
Alfred Mayer- Mensajes : 108
Fecha de inscripción : 22/12/2014
Re: Quiero matar - Alfred
Era cierto, Ellie no era del tipo de mujeres que se iban con amigas a contarles sus problemas, a llorar mientras se alcoholizaban o pasaban semanas tendidas en la cama por un despecho amoroso. Ella era más agresiva, le era imposible verse frágil o necesitada frente a otras personas, eran pocos en verdad los que la habían visto rota. Por eso es que había ido directamente con Alfred, no se sentía lo suficientemente fuerte para afrontar a Andrei y necesitaba alguien que no hiciera muchas preguntas y que tampoco la juzgara. Ese era un acuerdo entre ambos, porque de alguna manera retorcida Alfred era igual que ella.
Ya cállate de una vez maldita sea – Le dijo a los labios antes de que este la besara, ella le respondió el beso con furia y lo abrazó por la cintura bajo los brazos para unir más sus cuerpos. Todo era terriblemente diferente y la enervaba. Se separó de él con fuerza cuando le dijo que había olvidado como besar con su muy característico estilo de juego y ella, enojada lo empujó hasta la cama y se coloco sobre él en ahorcajadas.
No vuelvas a mencionar a nadie, ¿de acuerdo? - Lo había sujetado del cuello con una mano y luego volvió a besarlo. Ellie era de ese tipo de mujeres que necesitaban tener el control de la situación, Alfred lo sabía porque no era la primera vez que estaban juntos de esa manera. Ese día especialmente Ellie estaba más agresiva que de costumbre así que tras besarle los labios, fue hasta su cuello mordiendo el espacio entre el cuello y el hombro.
Quítame la blusa, anda. – Y sobre todo que se ponía mandona. Efectivamente lo estaba utilizando, pero al menos iba a ser un polvo que valdría la pena.
Ya cállate de una vez maldita sea – Le dijo a los labios antes de que este la besara, ella le respondió el beso con furia y lo abrazó por la cintura bajo los brazos para unir más sus cuerpos. Todo era terriblemente diferente y la enervaba. Se separó de él con fuerza cuando le dijo que había olvidado como besar con su muy característico estilo de juego y ella, enojada lo empujó hasta la cama y se coloco sobre él en ahorcajadas.
No vuelvas a mencionar a nadie, ¿de acuerdo? - Lo había sujetado del cuello con una mano y luego volvió a besarlo. Ellie era de ese tipo de mujeres que necesitaban tener el control de la situación, Alfred lo sabía porque no era la primera vez que estaban juntos de esa manera. Ese día especialmente Ellie estaba más agresiva que de costumbre así que tras besarle los labios, fue hasta su cuello mordiendo el espacio entre el cuello y el hombro.
Quítame la blusa, anda. – Y sobre todo que se ponía mandona. Efectivamente lo estaba utilizando, pero al menos iba a ser un polvo que valdría la pena.
Ellie Morgan- Mensajes : 216
Fecha de inscripción : 22/11/2014
Re: Quiero matar - Alfred
No. Ellie no era como ninguna otra. Pero si mal no recordaba a su prima también se le daba bien ese juego de poderes. De todas formas, no se lo iba a mencionar ni loco que estuviese. Comparar una mujer con otra en voz alta era una estupidez. Pasarse de comentarios sobre los amantes, novios, o etcéteras también. Así que se limitó a cae de culo sobre el colchón y a tomarla por las caderas para ubicara bien sobre su sexo y darle a entender que estaba bien dispuesto a que lo violase si le daba la gana. Había cosas que no necesitaban palabras.
Otras si. - Ya voy zorra - Para cuando ella le exigió lo de la blusa, él ya le había desabrochado la falda de un lado y arrojado hacia el otro. A saber si no iba a ir a juntarse con la de la minita anterior. La despegó de él para desabrocharle los primeros botones y bajando las manos por sobre los pecho de Ellie, llegó hasta la cintura para sacársela hacía arriba y quitarla de en medio. Que cosas hacía la naturaleza, Ellie se ponía más buena cada año, y eso que su parte favorita era el culo de la rubia.
Se incorporó un poco y la volvió a besar buscando el broche del sostén con una mano y recorriéndole la espalda con la otra, colándose debajo del elástico de la ropa interior y presionándola contra su sexo. Definitivamente no estaba en sus planes terminar así esa noche. Lo dicho no iba a quejarse ni hubiera podido, solo quería terminar de sacarse su propio pantalón para que ella lo follase a su gusto, mientras le miraba las tetas embelesado.
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Otras si. - Ya voy zorra - Para cuando ella le exigió lo de la blusa, él ya le había desabrochado la falda de un lado y arrojado hacia el otro. A saber si no iba a ir a juntarse con la de la minita anterior. La despegó de él para desabrocharle los primeros botones y bajando las manos por sobre los pecho de Ellie, llegó hasta la cintura para sacársela hacía arriba y quitarla de en medio. Que cosas hacía la naturaleza, Ellie se ponía más buena cada año, y eso que su parte favorita era el culo de la rubia.
Se incorporó un poco y la volvió a besar buscando el broche del sostén con una mano y recorriéndole la espalda con la otra, colándose debajo del elástico de la ropa interior y presionándola contra su sexo. Definitivamente no estaba en sus planes terminar así esa noche. Lo dicho no iba a quejarse ni hubiera podido, solo quería terminar de sacarse su propio pantalón para que ella lo follase a su gusto, mientras le miraba las tetas embelesado.
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Alfred Mayer- Mensajes : 108
Fecha de inscripción : 22/12/2014
Re: Quiero matar - Alfred
Si le hubieran preguntado a Ellie que si recordaba los detalles escabrosos de la vez en que Alfred se había tirado a Zelda por la apuesta, ella lo habría negado. Recordaba lo que habían hecho pero no las palabras exactas con las que Alfred se había referido a la otra semi veela, tal vez en algún momento si le dijo algo en broma acerca de que a ambas les gustaba el juego de poder, pero si en esos momentos (o después) se lo hubiera dicho, si lo mataba ahí mismo sin dudarlo. Incluso estaba mordiéndole suavemente el hombro cuando lo escuchó llamarla zorra y la mordida se hizo más fuerte y profunda y cuando se levantó para quitarse la blusa le dio otra bofetada, está un poco más fuerte y un poco menos en broma que la anterior.
Mientras estaban ahí maniobrando y ella maltratándolo Ellie estaba centrada en el movimiento de sus caderas, hacia rozar suavemente su sexo entre la entrepierna de Alfred excitándose cada vez más por la clara erección entre sus piernas. Volvió a besarlo tomándolo con una mano de las mejillas para que levantara el rostro hacia ella y dejara de mirarle las tetas, con la otra mano libre ella se sacó las bragas y luego se colocó sobre él estremeciéndose al momento de sentir que la penetraba.
Todo era rápido y caótico, se apoyó sobre los hombros de Alfred para reconocerlo en su interior y luego se mordió el labio inferior. No era igual, nada nunca era igual que Abner y lo sabía, no porque él fuera un dios del sexo ni mucho menos, pero había una conexión diferente entre ambos. Con el pasar de los años había olvidado ese sentimiento que había entre ellos, pero ahora después de ese maldito fin de semana seguía ahí recordándoselo y haciéndole la vida completamente miserable.
Con una nueva furia renovada cerró los ojos y comenzó a mover sus caderas sobre la pelvis de Alfred para ella guiar el ritmo de esa aventura pasajera.
Mientras estaban ahí maniobrando y ella maltratándolo Ellie estaba centrada en el movimiento de sus caderas, hacia rozar suavemente su sexo entre la entrepierna de Alfred excitándose cada vez más por la clara erección entre sus piernas. Volvió a besarlo tomándolo con una mano de las mejillas para que levantara el rostro hacia ella y dejara de mirarle las tetas, con la otra mano libre ella se sacó las bragas y luego se colocó sobre él estremeciéndose al momento de sentir que la penetraba.
Todo era rápido y caótico, se apoyó sobre los hombros de Alfred para reconocerlo en su interior y luego se mordió el labio inferior. No era igual, nada nunca era igual que Abner y lo sabía, no porque él fuera un dios del sexo ni mucho menos, pero había una conexión diferente entre ambos. Con el pasar de los años había olvidado ese sentimiento que había entre ellos, pero ahora después de ese maldito fin de semana seguía ahí recordándoselo y haciéndole la vida completamente miserable.
Con una nueva furia renovada cerró los ojos y comenzó a mover sus caderas sobre la pelvis de Alfred para ella guiar el ritmo de esa aventura pasajera.
Ellie Morgan- Mensajes : 216
Fecha de inscripción : 22/11/2014
Re: Quiero matar - Alfred
Llevaba una erección como para siete polvos, y las pequeñas venganzas que Ellie se cobraba como morderlo a disgusto no hacían más que mejorar las cosas. Ella podía reclamarle besos todo lo que quisiera pero Alfred en cuanto la tuvo ocupada en marcar el ritmo, y logró abstraerse de la satisfacción inicial de estar dentro de ella, se incorporó lo suficiente para llevar la boca a sus tetas y lamerselas bien bonito y delicado. No iba a morderla, no por ahora. Ella era la loca desquiciada salvaje que se follaba al primer idiota de Ogmios con tal de sentirse superior...
Él disfrutaba, no tenía mambos en la cabeza que le rompieran las pelotas. Aunque si le hubiese gustado lograr que Ellie se olvidase ese rato de Abner, no por él o su orgullo, sino por ella. Que al fin y al cabo para eso lo follaba, no? Con una mano en el redondo culo de Ellie, y otra acariciando sus tetas, terminó por apoyarse en la cabecera de la cama a deleitarse con el paisaje de la rubia que lo cabalgaba. Lo dicho, cada día más perra. Perdón, bonita, cada día más bonita. Bajó la mano por su estómago perfecto, afianzándose a su costado un segundo, para terminar colándose por la linea de la cadera hasta llegar a su sexo, a estimularla con dos dedos.
Ya no la miraría a las tetas, no tanto... Ahora podía disfrutar con su cara de placer. Con esos labios que se abrían como los pétalos de una flor, con sus ojazos que hasta cerrados demostraban todo su mal carácter. Y él debía concentrarse, porque no pensaba agotar sus balas en ese polvito de nada. Primero a esmerarse para que Ellie se corriera para él, entre sus dedos y sus sexos... y luego a lo importante.
Él disfrutaba, no tenía mambos en la cabeza que le rompieran las pelotas. Aunque si le hubiese gustado lograr que Ellie se olvidase ese rato de Abner, no por él o su orgullo, sino por ella. Que al fin y al cabo para eso lo follaba, no? Con una mano en el redondo culo de Ellie, y otra acariciando sus tetas, terminó por apoyarse en la cabecera de la cama a deleitarse con el paisaje de la rubia que lo cabalgaba. Lo dicho, cada día más perra. Perdón, bonita, cada día más bonita. Bajó la mano por su estómago perfecto, afianzándose a su costado un segundo, para terminar colándose por la linea de la cadera hasta llegar a su sexo, a estimularla con dos dedos.
Ya no la miraría a las tetas, no tanto... Ahora podía disfrutar con su cara de placer. Con esos labios que se abrían como los pétalos de una flor, con sus ojazos que hasta cerrados demostraban todo su mal carácter. Y él debía concentrarse, porque no pensaba agotar sus balas en ese polvito de nada. Primero a esmerarse para que Ellie se corriera para él, entre sus dedos y sus sexos... y luego a lo importante.
Alfred Mayer- Mensajes : 108
Fecha de inscripción : 22/12/2014
Re: Quiero matar - Alfred
El problema con Ellie es que en su interior albergaba a una persona orgullosa que no podía aceptar fácilmente el gran daño que le había sucedido al ver nuevamente a Abner frente a ella. Se odiaba muchísimo en esos momentos e ir hacia Alfred lo único que logro fue hacerla sentir mucho más mal al darse cuenta de que al cerrar los ojos eran los labios de Abner los que veía, al sentir sus manos recorrerla deseaba que fueran las de su maldito ex novio quienes la tocaran. Exhaló un suspiro y cerró los ojos con más fuerza al sentir que él la tocaba para que se corriera de una vez. Simplemente no pudo soportarlo y se detuvo con las manos puestas sobre el abdomen de Alfred.
No puedo hacerlo, maldita sea… - Se quitó de encima del herbologo sintiendo que las piernas le fallaban unos segundos. Le dio la espalda viendo hacia la pared y se cruzó de brazos, frustrada, enfadada. - ¿Es una maldición o algo? ¿Qué me ha hecho? Maldita sea! - Volvió a maldecir un par de veces mientras se colocaba nuevamente las bragas y la blusa. Estaba segura que Alfred iba a matarla por dejarlo de esa manera y ya estaba esperando las recriminaciones mientras iba hacia su mochila y sacaba un cigarrillo para encenderlo con la varita.
Llama a tu puta de la noche, no puedo servir para nada en estos momentos – Dijo aun con un rastro de furia en sus palabras y luego fue hacia una silla que estaba en el lugar y se sentó. Se recargó en ella para luego llevarse dos dedos al tabique nasal como si un terrible dolor de cabeza la hubiera atacado en esos momentos.
No puedo hacerlo, maldita sea… - Se quitó de encima del herbologo sintiendo que las piernas le fallaban unos segundos. Le dio la espalda viendo hacia la pared y se cruzó de brazos, frustrada, enfadada. - ¿Es una maldición o algo? ¿Qué me ha hecho? Maldita sea! - Volvió a maldecir un par de veces mientras se colocaba nuevamente las bragas y la blusa. Estaba segura que Alfred iba a matarla por dejarlo de esa manera y ya estaba esperando las recriminaciones mientras iba hacia su mochila y sacaba un cigarrillo para encenderlo con la varita.
Llama a tu puta de la noche, no puedo servir para nada en estos momentos – Dijo aun con un rastro de furia en sus palabras y luego fue hacia una silla que estaba en el lugar y se sentó. Se recargó en ella para luego llevarse dos dedos al tabique nasal como si un terrible dolor de cabeza la hubiera atacado en esos momentos.
Ellie Morgan- Mensajes : 216
Fecha de inscripción : 22/11/2014
Re: Quiero matar - Alfred
-Que?.... No!... mierdas Ellie! - Primero la puteó como correspondía y luego se dejó caer en la cama a repasarse la cara a dos manos, mientras ella se vestía a la mitad y Alf trataba de entrar en razón, para no asesinarla... No había que follar con las amigas, luego no sabías si presionarlas y hacerlas cumplir o trenzarles el pelo para que se sintieran reconfortadas. Él tendría que haberlo supuesto, pero era ella quien lo había agarrado en medio de un polvo para reclamar su atención, y en el momento ni se lo pensó.
Ahora estaba allí con un empalme de antología, incorporándose en la cama, apoyado en sus propias rodillas repasándose la frente mientras Ellie buscaba sus cigarrillos. La miró de costado y bufó. Pero terminó levantándose, tomando la falda ajena en el camino y llegando hasta ella por detrás para dejarle caer con desprecio la falda en las piernas. Se recargó en sus hombros hasta agacharse y apoyar el mentón en su clavícula - es la tuya?... o de la otra puta? - si, estaba cabreado... Pero... estúpidas mujeres.
Respiró profundo y la abrazó con fuerzas brutas, le corrió el cabello con la nariz y le besó el cuello, una vez, dos, hasta tranquilizarse un poco y hacer de amigo o algo similar - estás loca si piensas que te vas a ir así... a ver si te agarra el raye de nuevo y terminas en el cuarto de Andrei... y eso si será malo- la soltó para que ella pudiera fumar a sus anchas y llevó las manos de nuevo a sus hombros. No sabía que decirle sobre Abner, solo se le ocurría escupirle un "jódete por idiota" pero hasta él sabía que eso no estaba bien.
Le acomodó el cabello, le acarició el cuello, se quedó en sus hombros haciéndole masajes mientras veía por sobre su cabeza el humo del tabaco. Bajó con una mano acariciando por su brazo hasta llegar a su mano y hacerse del cigarrillo, al que dio una profunda calada y devolvió de la misma manera. - Ellie, ellie... estás jodida.... - Presionó con sus pulgares la unión de sus músculos, recorriéndole la nuca y de allí al extremo de los hombros otra vez,una y otra vez, pero vicioso como era, terminó por meterse por dentro de la blusa para tocarle la piel tersa y hacer de los masajes algo de verdad. Primero su espalda, el inicio de sus brazos flacos desde sus hombros, sus clavículas y el escote velado por una blusa mal abrochada. Palpó el inicio de sus pechos pero volvió hacia arriba antes de pasarse, acariciándole el escote, el cuello, colándose por atrás de sus orejas, al nacimiento de sus cabellos rubios.
Ahora estaba allí con un empalme de antología, incorporándose en la cama, apoyado en sus propias rodillas repasándose la frente mientras Ellie buscaba sus cigarrillos. La miró de costado y bufó. Pero terminó levantándose, tomando la falda ajena en el camino y llegando hasta ella por detrás para dejarle caer con desprecio la falda en las piernas. Se recargó en sus hombros hasta agacharse y apoyar el mentón en su clavícula - es la tuya?... o de la otra puta? - si, estaba cabreado... Pero... estúpidas mujeres.
Respiró profundo y la abrazó con fuerzas brutas, le corrió el cabello con la nariz y le besó el cuello, una vez, dos, hasta tranquilizarse un poco y hacer de amigo o algo similar - estás loca si piensas que te vas a ir así... a ver si te agarra el raye de nuevo y terminas en el cuarto de Andrei... y eso si será malo- la soltó para que ella pudiera fumar a sus anchas y llevó las manos de nuevo a sus hombros. No sabía que decirle sobre Abner, solo se le ocurría escupirle un "jódete por idiota" pero hasta él sabía que eso no estaba bien.
Le acomodó el cabello, le acarició el cuello, se quedó en sus hombros haciéndole masajes mientras veía por sobre su cabeza el humo del tabaco. Bajó con una mano acariciando por su brazo hasta llegar a su mano y hacerse del cigarrillo, al que dio una profunda calada y devolvió de la misma manera. - Ellie, ellie... estás jodida.... - Presionó con sus pulgares la unión de sus músculos, recorriéndole la nuca y de allí al extremo de los hombros otra vez,una y otra vez, pero vicioso como era, terminó por meterse por dentro de la blusa para tocarle la piel tersa y hacer de los masajes algo de verdad. Primero su espalda, el inicio de sus brazos flacos desde sus hombros, sus clavículas y el escote velado por una blusa mal abrochada. Palpó el inicio de sus pechos pero volvió hacia arriba antes de pasarse, acariciándole el escote, el cuello, colándose por atrás de sus orejas, al nacimiento de sus cabellos rubios.
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