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Tras la pintura y el alcohol
2 participantes
Brigantia86 :: Mundo Muggle :: Gran Bretaña :: Londres
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Tras la pintura y el alcohol
Igual la idea de beber tanto no había sido la más adecuada y más contando con el dolor de cabeza con el que despertó al día siguiente. Había perdido la noción del tiempo y espacio tras hablar con James, disculparse con Frances por haber interrumpido sin pretender su confesión de divorcio e ir al baño mareada con la firme intención de quitarse los restos de pintura, solo que no llegó a quitarse nada de la cabeza porque en cuanto puso un pie en el baño fue directa al primer baño para evocar todo lo que tenía en el estómago. Era incapaz de recordar más allá. En verdad, tenía toda la noche borrosa pero a partir de aquel momento estaba casi en blanco. Creía recordar que había escuchado a James a su lado pero ya no sabía si era producto de su cabeza o si en realidad sucedió.
Aislynn abrió los ojos hacia el mediodía entre gruñidos lastimeros por el incesante taladreo de sus sienes. La luz que se filtraba por la ventana y los rayos de sol fueron los culpables de su abrupto despertar, más por la claridad que por el calor. La rubia movió la mano por su cara, intentando despejar el cosquilleo en su rostro y al no conseguirlo, dejó la palma sobre sus ojos, intentando que la claridad no mermara su capacidad de aguantar el dolor de cabeza pero nada, ni así lograba conciliar la paz. Terminó estirando la almohada para tapar su cabeza, escondiéndola como avestruz pero tampoco, fue inútil. Así que optó por la tercera opción y tras ponerse boca arriba en la cama, se incorporó con lentitud para poner la mano en la cara, presionando su frente para aliviar el dolor infernal.
- Quiero morir – gimoteó con la voz ronca mientras se pasaba la mano por el pelo aún algo enganchado por la pintura de la noche anterior. Por suerte, tras mirar a su alrededor, comprobó que estaba en la habitación de James, el piso que tenía en Londres. Suspiró con cierto alivio y apartó las sábanas para bajar de la cama. Vestía una de las camisetas del chico así que con cara de sueño, dolor y resaca fue hacía la puerta para abrir - ¿James? –preguntó con un hilillo de voz mientras se apoyaba con una mano en el marco para evitar caer aún algo desequilibrada por el ligero mareo del alcohol - ¿Puedes traerme una guillotina? Me sobra la cabeza…
Aislynn abrió los ojos hacia el mediodía entre gruñidos lastimeros por el incesante taladreo de sus sienes. La luz que se filtraba por la ventana y los rayos de sol fueron los culpables de su abrupto despertar, más por la claridad que por el calor. La rubia movió la mano por su cara, intentando despejar el cosquilleo en su rostro y al no conseguirlo, dejó la palma sobre sus ojos, intentando que la claridad no mermara su capacidad de aguantar el dolor de cabeza pero nada, ni así lograba conciliar la paz. Terminó estirando la almohada para tapar su cabeza, escondiéndola como avestruz pero tampoco, fue inútil. Así que optó por la tercera opción y tras ponerse boca arriba en la cama, se incorporó con lentitud para poner la mano en la cara, presionando su frente para aliviar el dolor infernal.
- Quiero morir – gimoteó con la voz ronca mientras se pasaba la mano por el pelo aún algo enganchado por la pintura de la noche anterior. Por suerte, tras mirar a su alrededor, comprobó que estaba en la habitación de James, el piso que tenía en Londres. Suspiró con cierto alivio y apartó las sábanas para bajar de la cama. Vestía una de las camisetas del chico así que con cara de sueño, dolor y resaca fue hacía la puerta para abrir - ¿James? –preguntó con un hilillo de voz mientras se apoyaba con una mano en el marco para evitar caer aún algo desequilibrada por el ligero mareo del alcohol - ¿Puedes traerme una guillotina? Me sobra la cabeza…
Aislynn Breen- Mensajes : 111
Fecha de inscripción : 28/12/2014
Re: Tras la pintura y el alcohol
“¿En verdad estás seguro de esto hijo? “ – Había preguntado su padre demasiadas veces, como si ellos mismos no estuvieran lo suficientemente seguros de que James estuviera consiente de la responsabilidad que iba a tener a cuestas. James estaba muy seguro, estaba siendo exitoso y se había logrado lo que quería a base de esfuerzo y trabajo duro, se lo merecía y no había nada en el mundo que pudiera hacerlo cambiar de opinión.
Había terminado su visita a sus padres temprano, sabía que Aislynn estaba en su departamento así que no se demoró mucho con ellos, llegó antes de las 11 am y ya estaba preparando algo para desayunar cuando escucho la puerta abrirse y vio a la rubia despertar con un dolor de cabeza horroroso. La noche anterior ambos habían bebido, habían sucedido muchas cosas en realidad. La había llevado con él porque tenía miedo dejarla sola en la noche por el estado en el que se encontraba. A pesar de que la había ayudado a cambiarse obviamente no se había aprovechado de ella en su estado, así que tras verla cruzar la puerta le dio una rápida mirada a las formas de su cuerpo sobre la camisa y sus largas piernas. Luego sonrió.
¿Lynn? No necesitas la guillotina, te he preparado algo, ven. – Fue hacia ella dejando un par de platos con huevos y tocino sobre la mesa. La tomó de los hombros y le dio un beso en la coronilla para guiarla hasta la silla y sentarse frente a ella. Había encantado una jarra de jugo de naranja para que les sirviera paulatinamente cuando lo necesitaran. El estaba vestido como si llevara horas despierto (las llevaba). No había estado tan salvaje para él la fiesta.
No soy un chef internacional pero es lo que pude preparar. Te daré unas aspirinas al terminar. Come… - En verdad él hacia como si nada hubiese sucedido, pero por dentro seguía temiendo que Aislynn continuara molesta con él. Se llevó un bocado a los labios y luego la observo más tiempo del debido, como si de alguna manera estuviera examinándola.
Bebiste mucho anoche. Tu ropa quedó llena de pintura. Culpa de Frances, perdón. Es una persona salvaje, en la escuela siempre me torturaba - Lo decía con sentido del humor, trataba de hacer las cosas graciosas, aligerar el ambiente. No era un reproche en lo absoluto.
Había terminado su visita a sus padres temprano, sabía que Aislynn estaba en su departamento así que no se demoró mucho con ellos, llegó antes de las 11 am y ya estaba preparando algo para desayunar cuando escucho la puerta abrirse y vio a la rubia despertar con un dolor de cabeza horroroso. La noche anterior ambos habían bebido, habían sucedido muchas cosas en realidad. La había llevado con él porque tenía miedo dejarla sola en la noche por el estado en el que se encontraba. A pesar de que la había ayudado a cambiarse obviamente no se había aprovechado de ella en su estado, así que tras verla cruzar la puerta le dio una rápida mirada a las formas de su cuerpo sobre la camisa y sus largas piernas. Luego sonrió.
¿Lynn? No necesitas la guillotina, te he preparado algo, ven. – Fue hacia ella dejando un par de platos con huevos y tocino sobre la mesa. La tomó de los hombros y le dio un beso en la coronilla para guiarla hasta la silla y sentarse frente a ella. Había encantado una jarra de jugo de naranja para que les sirviera paulatinamente cuando lo necesitaran. El estaba vestido como si llevara horas despierto (las llevaba). No había estado tan salvaje para él la fiesta.
No soy un chef internacional pero es lo que pude preparar. Te daré unas aspirinas al terminar. Come… - En verdad él hacia como si nada hubiese sucedido, pero por dentro seguía temiendo que Aislynn continuara molesta con él. Se llevó un bocado a los labios y luego la observo más tiempo del debido, como si de alguna manera estuviera examinándola.
Bebiste mucho anoche. Tu ropa quedó llena de pintura. Culpa de Frances, perdón. Es una persona salvaje, en la escuela siempre me torturaba - Lo decía con sentido del humor, trataba de hacer las cosas graciosas, aligerar el ambiente. No era un reproche en lo absoluto.
James Blue- Mensajes : 272
Fecha de inscripción : 19/11/2014
Edad : 32
Re: Tras la pintura y el alcohol
Discrepaba en el tema de la guillotina. Desde su humilde y dolorida opinión, la necesitaba con urgencia. Inspiró profundo cuando se acercó a buscarla para dirigirla hasta los platos recién preparados por el chico aunque escondió una mueca de desaprobación cuando besó su coronilla, no por el gesto sino porque sus sienes volvieron a bombear en un intenso dolor que ya empezaba a bajarle por la columna vertebral. ¿Por qué había decidido beber hasta el agua de los jarrones? Dejó que James la condujera hasta la mesa sin oponer resistencia y una vez sentada, miró el plato con una mezcla entre apetencia y rechazo absoluto. Cogió el tenedor y removió el beicon de un lado a otro, intentando que el olor despertara su estomago porque en verdad sentía que no había comido en años pero temía terminar como la noche anterior.
- Son los mejores huevos con beicon del mundo – murmuró con su voz ronca mientras continuaba dándole vueltas al beicon. Terminó haciéndose la fuerte para alzar un bocado, llevarlos a sus labios y masticarlo. Le supo a gloria eterna. Masticó con hambre y alzó lentamente los ojos del plato para encarar a James que sacaba a colación el tema de la borrachera y Frances. No contestó inmediatamente, tragó el bocado y se relamió los labios, subiendo las piernas a la silla para sentarse como indio – No pasa nada. Tenía razón – alargó la mano para coger el vaso de zumo y bebió un poco. Ah, en serio, aquello era lo mejor para la resaca. Regresó el vaso a la mesa y pasó una mano por su cara a fin de retirar los mechones rubios hacia atrás antes de masajearse a dos dedos una de las sienes – No debí interrumpir. Fue el alcohol… - no del todo era así pero sí, gran parte que no pudiera controlarse aquel día y hacer de tripas corazón como en otras ocasiones había sido porque iba borracha.
Pero había tomado la determinación, desde que recuperó la consciencia, de no meterse más en los asuntos de James. No debía ir montando dramas en fiestas populares y en verdad no era del tipo de mujer que organizara números de esa índole habitualmente, en realidad, creía que si no hubiera participado el alcohol hubiera intentado hacer como si nada Terminó acomodándose en la silla y estiró las piernas para poner los pies sobre los muslos del inglés, acariciando de arriba abajo mientras comía lo preparado – Te debo una disculpa a ti también – debía varias de hecho, entre ellas a Alex por haberlo abandonado. No recordaba haberse despedido de él. Pero bueno, el caso es que se la debía al afectado que tenía delante– Olvida todo lo que dije. Ya sabes, eran muchas cosas acumuladas y estallé de aquel modo –se encogió de hombros – Pero no vuelvo a beber nunca más. Créeme, he aprendido la lección. Regresaré a mi vida abstemia –y se refería al terrible dolor de cabeza. Gruñó mientras se quitaba los mechones de la cara y dejó el tenedor encima de la mesa pero sin quitar los pies de encima de James- ¿Todo bien? –entre ellos. Lo miró fijamente a los ojos y esperó su respuesta.
- Son los mejores huevos con beicon del mundo – murmuró con su voz ronca mientras continuaba dándole vueltas al beicon. Terminó haciéndose la fuerte para alzar un bocado, llevarlos a sus labios y masticarlo. Le supo a gloria eterna. Masticó con hambre y alzó lentamente los ojos del plato para encarar a James que sacaba a colación el tema de la borrachera y Frances. No contestó inmediatamente, tragó el bocado y se relamió los labios, subiendo las piernas a la silla para sentarse como indio – No pasa nada. Tenía razón – alargó la mano para coger el vaso de zumo y bebió un poco. Ah, en serio, aquello era lo mejor para la resaca. Regresó el vaso a la mesa y pasó una mano por su cara a fin de retirar los mechones rubios hacia atrás antes de masajearse a dos dedos una de las sienes – No debí interrumpir. Fue el alcohol… - no del todo era así pero sí, gran parte que no pudiera controlarse aquel día y hacer de tripas corazón como en otras ocasiones había sido porque iba borracha.
Pero había tomado la determinación, desde que recuperó la consciencia, de no meterse más en los asuntos de James. No debía ir montando dramas en fiestas populares y en verdad no era del tipo de mujer que organizara números de esa índole habitualmente, en realidad, creía que si no hubiera participado el alcohol hubiera intentado hacer como si nada Terminó acomodándose en la silla y estiró las piernas para poner los pies sobre los muslos del inglés, acariciando de arriba abajo mientras comía lo preparado – Te debo una disculpa a ti también – debía varias de hecho, entre ellas a Alex por haberlo abandonado. No recordaba haberse despedido de él. Pero bueno, el caso es que se la debía al afectado que tenía delante– Olvida todo lo que dije. Ya sabes, eran muchas cosas acumuladas y estallé de aquel modo –se encogió de hombros – Pero no vuelvo a beber nunca más. Créeme, he aprendido la lección. Regresaré a mi vida abstemia –y se refería al terrible dolor de cabeza. Gruñó mientras se quitaba los mechones de la cara y dejó el tenedor encima de la mesa pero sin quitar los pies de encima de James- ¿Todo bien? –entre ellos. Lo miró fijamente a los ojos y esperó su respuesta.
Aislynn Breen- Mensajes : 111
Fecha de inscripción : 28/12/2014
Re: Tras la pintura y el alcohol
James veía el mundo de una forma diferente a la de Aislynn, no por eso sin embargo había problemas, solo mal entendidos como los que habían sucedido la última noche. En verdad él no estaba molesto por la actitud de la rubia, al contrario estaba desconcertado. Sentí que ella se guardaba muchas cosas y si eso seguía todo iba a terminar explotándole en las manos, por eso mientras ella trataba de lidiar con la migraña él convocó un vaso con aguay un par de analgésicos para el dolor mientras la dejaba explicarse. Sonrió de medio lado cuando sintió su pierna sobre él, aun que era uno de esos rostros que decían que había algo más ahí.
No, no lo está… – Lo dijo con seriedad. Puso una mano en la pierna de Aislynn que estaba sobre las suyas y le dio una tierna caricia luego de bajarla para que se enderezara y luego él hizo lo mismo. Dejó los cubiertos sobre la mesa y se dispuso a hablar. - Lynn siento que en verdad tienes muchas cosas que decirme pero por alguna razón siempre lo guardas, por eso me descolocó completamente la otra noche que el alcohol te hizo hablar. No necesitas estar en esas condiciones para hablar conmigo, esperaría que no fuera necesario.
Se puso de pie y rodeo la mesa para ponerse en cuclillas a su lado, la tomó de las manos viéndola hacia arriba. - Necesito que me digas que está sucediendo, por favor. No soy un hombre inteligente pero no quiero perderte por alguna idiotez que llegue a cometer. Por favor Lynn…
Luego se acercó a ella y la tomó de las mejillas y le dio un beso en la frente y luego los labios. – Te quiero a ti y solamente a ti, por favor compréndelo. Me vuelvo loco solamente de pensar que no puedo darte todo lo que necesitas, de que llegues a dejarme.
No, no lo está… – Lo dijo con seriedad. Puso una mano en la pierna de Aislynn que estaba sobre las suyas y le dio una tierna caricia luego de bajarla para que se enderezara y luego él hizo lo mismo. Dejó los cubiertos sobre la mesa y se dispuso a hablar. - Lynn siento que en verdad tienes muchas cosas que decirme pero por alguna razón siempre lo guardas, por eso me descolocó completamente la otra noche que el alcohol te hizo hablar. No necesitas estar en esas condiciones para hablar conmigo, esperaría que no fuera necesario.
Se puso de pie y rodeo la mesa para ponerse en cuclillas a su lado, la tomó de las manos viéndola hacia arriba. - Necesito que me digas que está sucediendo, por favor. No soy un hombre inteligente pero no quiero perderte por alguna idiotez que llegue a cometer. Por favor Lynn…
Luego se acercó a ella y la tomó de las mejillas y le dio un beso en la frente y luego los labios. – Te quiero a ti y solamente a ti, por favor compréndelo. Me vuelvo loco solamente de pensar que no puedo darte todo lo que necesitas, de que llegues a dejarme.
James Blue- Mensajes : 272
Fecha de inscripción : 19/11/2014
Edad : 32
Re: Tras la pintura y el alcohol
Estaba tomándose los analgésicos cuando escuchó a James. Tragó casi inmediatamente sin apartar los ojos de él y relamiéndose los labios, bajó las piernas de encima suyo para seguir sus movimientos con la mirada, recelosa como una gata acorralada. ¿Qué no estaba bien? ¿Tan grave había sido lo de la noche anterior? Emanó un suspiro de alivio cuando escuchó que se trataba de ella y no de él, más porque temía que fuera a cortarle en aquel momento. La cuestión es que Aislynn era incapaz de transmitir sus sentimientos de forma coherente cuando no intervenía el alcohol (y entonces tampoco), se veía incapacitada para tal labor por el hecho que no quería empezar una discusión. Era hermética, pese a que la gente pensara lo contrario cuando la conocían, era casi tan inaccesible como la mayoría de los Breen. No solía buscar problema, si se los encontraba de cara bien aunque nunca los propiciaba pero estaba claro que desde que habían empezado su relación, ella era la que había callado y ahora James estaba dándole la oportunidad de abrirse.
Viró su cuerpo cuando se puso a su lado y se dejó hacer mientras intentaba buscar un punto donde empezar la conversación. Lo miró fijamente unos segundos reordenando su cabeza y tras morderse el labio, en su tic nervioso, alzó la mirada hacia arriba para soltar otra vez el aire – ¿En verdad crees que te voy a dejar? – volvió a bajar la vista hasta mirarlo fijamente -[color=hotpink ¿En serio infravaloras lo que siento por ti? Te lo he dicho mil veces, James… yo te amo. No es algo transitorio, te amo de verdad[/color] – hizo una pausa y alzó dos dedos para atraparle los labios, acallándolo aunque sabía que era respetuoso en ese sentido pero era una forma de pedirle una oportunidad para explicarse bien – Tu me dejaste claro hace un tiempo que tienes una buena relación con tus ex’s, menos con Zelda. Lo acepto y lo comprendo. Porque no quiero que dejes de hablar con ninguna, no es mi intención. No soy nadie para prohibirte hacer nada – hizo una pausa y retiró sus mechones hacia atrás mientras aprovechaba para seguir estructurando su exposición.
De hecho, lo cogió del rostro a dos manos para mirarlo de cerca –Tu pasado es tu pasado hasta que influye en el presente. ¿Vas a ver a Whitney? Perfecto, dímelo aunque sea comiendo. No que me entere por panfletos del quince. ¿Quieres ir a la fiesta con una alemana? Bien, no hay problema pero avísame – le acarició la mejilla y separó las manos – No sé, soy la última en enterarme de todo – subió las piernas hasta dejarlas otra vez como indio - Ponte durante una fracción de segundo en mi lugar. Tú, en la fiesta del otro James, me reclamaste que Jessy me susurrara algo en el oído. ¿Cómo me debería sentar ver como llegas de brazos de Cordula y encima te arrimaste bien? ¿No es exactamente lo mismo? En serio, James, durante un minuto ocupa mi lugar. Pongamos una situación hipotética, llegas a la fiesta y me ves. Estoy con Alex y este, a su vez, pegado a mi culo mientras me enseña a disparar cacharros muggles sin que te hubiera avisado que iba con él. ¿Cómo te sentirías? – hablaba tranquila y sosegada pero quería que comprendiera el porque se había molestado y encelado. Desde su perspectiva llevaba varias cosas acumuladas, eso no hacía que lo quisiera menos, solo que había un punto que no llegaban a consensuar.
Viró su cuerpo cuando se puso a su lado y se dejó hacer mientras intentaba buscar un punto donde empezar la conversación. Lo miró fijamente unos segundos reordenando su cabeza y tras morderse el labio, en su tic nervioso, alzó la mirada hacia arriba para soltar otra vez el aire – ¿En verdad crees que te voy a dejar? – volvió a bajar la vista hasta mirarlo fijamente -[color=hotpink ¿En serio infravaloras lo que siento por ti? Te lo he dicho mil veces, James… yo te amo. No es algo transitorio, te amo de verdad[/color] – hizo una pausa y alzó dos dedos para atraparle los labios, acallándolo aunque sabía que era respetuoso en ese sentido pero era una forma de pedirle una oportunidad para explicarse bien – Tu me dejaste claro hace un tiempo que tienes una buena relación con tus ex’s, menos con Zelda. Lo acepto y lo comprendo. Porque no quiero que dejes de hablar con ninguna, no es mi intención. No soy nadie para prohibirte hacer nada – hizo una pausa y retiró sus mechones hacia atrás mientras aprovechaba para seguir estructurando su exposición.
De hecho, lo cogió del rostro a dos manos para mirarlo de cerca –Tu pasado es tu pasado hasta que influye en el presente. ¿Vas a ver a Whitney? Perfecto, dímelo aunque sea comiendo. No que me entere por panfletos del quince. ¿Quieres ir a la fiesta con una alemana? Bien, no hay problema pero avísame – le acarició la mejilla y separó las manos – No sé, soy la última en enterarme de todo – subió las piernas hasta dejarlas otra vez como indio - Ponte durante una fracción de segundo en mi lugar. Tú, en la fiesta del otro James, me reclamaste que Jessy me susurrara algo en el oído. ¿Cómo me debería sentar ver como llegas de brazos de Cordula y encima te arrimaste bien? ¿No es exactamente lo mismo? En serio, James, durante un minuto ocupa mi lugar. Pongamos una situación hipotética, llegas a la fiesta y me ves. Estoy con Alex y este, a su vez, pegado a mi culo mientras me enseña a disparar cacharros muggles sin que te hubiera avisado que iba con él. ¿Cómo te sentirías? – hablaba tranquila y sosegada pero quería que comprendiera el porque se había molestado y encelado. Desde su perspectiva llevaba varias cosas acumuladas, eso no hacía que lo quisiera menos, solo que había un punto que no llegaban a consensuar.
Aislynn Breen- Mensajes : 111
Fecha de inscripción : 28/12/2014
Re: Tras la pintura y el alcohol
No infravaloraba lo que ella sentía, sin embargo estaba muy confundido por toda la situación alrededor de ella. Si, en efecto se había portado como un lunático en varias ocasiones, pero le era difícil comunicarse abiertamente y por eso es que en esos momentos estaban en medio de esa confusión, no quería perderla, a eso se resumía todo lo que sentía. Sujetó sus manos y las acarició con el pulgar solamente escuchándola atento, estaba tratando de poner en orden sus ideas antes de hablar.
Aislynn tienes que comprender que no soy un hombre que planea las cosas, es la verdad, no lo soy. Actuó con forme los momentos y nada de lo que tú dices fue planeado o le di tanta importancia como para hacértelo saber. Aquí la situaciones esa, es la verdad.
Luego se acerco a ella y volvió a darle un beso en la frente, esta vez un poco más tranquilo. - Te prometo que haré lo posible por no actuar sin pensar nuevamente. Al menos no actuaré sin pensar en ti o lo que podría ocasionar. Escucha… tengo algo importante que decirlo. Es una de esas ideas que no suelo planear pero no por lo mismo son menos serías, ven conmigo.
Le tendió la mano para que lo acompañara. El sentimiento de incomodidad y tensión había acabado con su última sentencia. Ahora estaba llevándola a la terraza sobre el edificio departamental, había varias pero esa era específicamente la que estaba sobre el departamento de James y tenía una vista directa a todo Londres.
Aislynn… quiero decirte algo. – La llevó a una de las orillas, en verdad parecía tratar muy fuerte de poner sus emociones en palabras, no estaba funcionando, así que después de varios balbuceos sin sentido terminó por verla a los ojos y simplemente lo soltó.
Cásate conmigo…
Aislynn tienes que comprender que no soy un hombre que planea las cosas, es la verdad, no lo soy. Actuó con forme los momentos y nada de lo que tú dices fue planeado o le di tanta importancia como para hacértelo saber. Aquí la situaciones esa, es la verdad.
Luego se acerco a ella y volvió a darle un beso en la frente, esta vez un poco más tranquilo. - Te prometo que haré lo posible por no actuar sin pensar nuevamente. Al menos no actuaré sin pensar en ti o lo que podría ocasionar. Escucha… tengo algo importante que decirlo. Es una de esas ideas que no suelo planear pero no por lo mismo son menos serías, ven conmigo.
Le tendió la mano para que lo acompañara. El sentimiento de incomodidad y tensión había acabado con su última sentencia. Ahora estaba llevándola a la terraza sobre el edificio departamental, había varias pero esa era específicamente la que estaba sobre el departamento de James y tenía una vista directa a todo Londres.
Aislynn… quiero decirte algo. – La llevó a una de las orillas, en verdad parecía tratar muy fuerte de poner sus emociones en palabras, no estaba funcionando, así que después de varios balbuceos sin sentido terminó por verla a los ojos y simplemente lo soltó.
Cásate conmigo…
James Blue- Mensajes : 272
Fecha de inscripción : 19/11/2014
Edad : 32
Re: Tras la pintura y el alcohol
No quería que dejara de hacer las cosas por impulso y pensando en ella, quería que las hiciera pero la informara si alguna la influenciaba directamente. Ese era el resumen de su petición. No necesitaba una circular cada vez que quisiera ver a alguien, simplemente, un mero apunte chiquito antes que salieran noticias dispares en gacetas estudiantiles. ¿Tampoco era tan exagerado cuanto pedía, no? Inspiró profundo y expulsó el aire con fuerza antes de tomar su mano, desdoblar las piernas y ponerse en pie para seguirlo allá donde él guiara. Pensando aún las cosas y con el dolor de cabeza mucho más liviano que minutos antes, en verdad, le había hecho bien desahogarse, era de ese tipo de personas que si se mordían envenenaban y aguantar tanto dentro por algún tiempo pues había hecho que Aislynn estallara de la forma que había estallado en el momento menos adecuado.
Miró a los lados de la terraza cuando llegaron y entrecerró los ojos por culpa del sol que hacía daño a sus ojos, puso la diestra en forma de visera sobre sus orbes y caminó con James hasta donde le llevó. Tuvo que peinar varias veces un mechón de pelo que por ser más corto que los demás, siempre se le iba a la cara y más por culpa de la brisa que soplaba. ¿Qué estaban haciendo allí? En verdad que no entendía nada. ¿No podían hablar abajo en la oscuridad de su casa? Lo miró con el ceño fruncido más cuando dijo que le tenía que decir algo y no sabía que era tan importante como para sacarla de casa y subirla a la terraza. ¿Iba a decirle que había comprado medio Londres? Porque no le hubiera extrañado. Lo vio balbucear varias veces y se puso más nerviosa, terminó incluso mordiéndose el labio inferior y cuando iba a preguntarle, “¿qué me quieres decir?” para ver si así daba un empujón a sus balbuceos sin sentidos, soltó la frase.
Lo observó unos segundos incrédula. Es decir, se esperaba cualquier cosa menos aquella. Incluso apartó la mirada unos segundos porque la carcajada nerviosa estaba pugnando por salir con fuerza y no, no tocaba eso. No, nada le resultaba irrisorio solo que en momentos muy tensos tendía a actuar de aquella manera como ocurrió con lo de las pruebas de embarazo. Cerró los ojos y tragó aire relajándose –Oh James… - liberó sus manos y puso la izquierda sobre su mejilla para acariciarle con el pulgar su labio inferior antes de abrazarle con su homologo por el cuello, acercándose a él y besarlo lento – Sí – murmuró contra sus labios y separó para mirarle a los ojos. No había pensado, soltó lo primero que pasó por su mente y decían que era lo mejor, ¿no? Soltó una carcajada y se subió como koala encima suyo– Voy en bragas..
Miró a los lados de la terraza cuando llegaron y entrecerró los ojos por culpa del sol que hacía daño a sus ojos, puso la diestra en forma de visera sobre sus orbes y caminó con James hasta donde le llevó. Tuvo que peinar varias veces un mechón de pelo que por ser más corto que los demás, siempre se le iba a la cara y más por culpa de la brisa que soplaba. ¿Qué estaban haciendo allí? En verdad que no entendía nada. ¿No podían hablar abajo en la oscuridad de su casa? Lo miró con el ceño fruncido más cuando dijo que le tenía que decir algo y no sabía que era tan importante como para sacarla de casa y subirla a la terraza. ¿Iba a decirle que había comprado medio Londres? Porque no le hubiera extrañado. Lo vio balbucear varias veces y se puso más nerviosa, terminó incluso mordiéndose el labio inferior y cuando iba a preguntarle, “¿qué me quieres decir?” para ver si así daba un empujón a sus balbuceos sin sentidos, soltó la frase.
Lo observó unos segundos incrédula. Es decir, se esperaba cualquier cosa menos aquella. Incluso apartó la mirada unos segundos porque la carcajada nerviosa estaba pugnando por salir con fuerza y no, no tocaba eso. No, nada le resultaba irrisorio solo que en momentos muy tensos tendía a actuar de aquella manera como ocurrió con lo de las pruebas de embarazo. Cerró los ojos y tragó aire relajándose –Oh James… - liberó sus manos y puso la izquierda sobre su mejilla para acariciarle con el pulgar su labio inferior antes de abrazarle con su homologo por el cuello, acercándose a él y besarlo lento – Sí – murmuró contra sus labios y separó para mirarle a los ojos. No había pensado, soltó lo primero que pasó por su mente y decían que era lo mejor, ¿no? Soltó una carcajada y se subió como koala encima suyo– Voy en bragas..
Aislynn Breen- Mensajes : 111
Fecha de inscripción : 28/12/2014
Re: Tras la pintura y el alcohol
James también estaba muy nervioso por lo que iba a ocurrir de ahora en adelante, pero lo sabía, en su interior sabía perfectamente que estar con Aislynn era todo lo que quería, lo había sabido desde siempre, esa certeza de que era ella con quién quería compartir su vida. Por eso lo había arriesgado todo al comenzar algo con ella, porque estaba seguro que terminarían así, el uno con el otro.
Inmediatamente que terminó la frase se giró para ver su rostro, era el momento más tenso de su vida saber que iba a responderle. Sabía que si le decía que era muy pronto él le diría que podían esperar, si ella no estaba segura él se encargaría de darle la seguridad que necesitaba, él era un hombre que sabía trabajar por las cosas, ganárselas. Por eso cuando Aislynn dijo que si una sonrisa triunfante se dibujó en sus labios.
Así es, vas en bragas y yo no te he dado el anillo aun. Perdona, soy un idiota pero tenía que decírtelo. – La abrazó manteniendo esa posición con ella, tomándola de las caderas para sostenerla y pegando su frente sobre la de ella.
Te amo y quiero pasar el resto de mi vida a tu lado, lleves o no bragas, pero… cariño. ¿Me dejas darte el anillo? – Le sonrió y le dio un pequeño beso en la mejilla, luego se encargó de ponerla en el suelo frente a él y sacó una pequeña cajita de los bolsillos de su pantalón. Se puso con una rodilla al suelo y abrió la caja mostrando lo que había dentro.
Aislynn no lo sabía pero ese era el anillo de compromiso de la abuela, tenía como mínimo unos 40 años de antigüedad y era mágico. Por supuesto que la magia se la puso la abuela Emilie, algunos diamantes del interior brillaban en ciertos tonos cuando la otra persona estaba cerca. El hechizo había sido modificado para que ahora actuara con James y Aislynn así que en cuanto se lo puso en la mano a la rubia los cristales se encendieron uno a uno.
¿Te gusta? Era de la abuela. – Se puso de pie y esta vez, como si fuera un requisito no implícito la tomó con cuidado de las mejillas y se acerco a ella para besarla profundamente. Ella iba a ser su esposa. No aun por supuesto, pero algún día.
anillis
Inmediatamente que terminó la frase se giró para ver su rostro, era el momento más tenso de su vida saber que iba a responderle. Sabía que si le decía que era muy pronto él le diría que podían esperar, si ella no estaba segura él se encargaría de darle la seguridad que necesitaba, él era un hombre que sabía trabajar por las cosas, ganárselas. Por eso cuando Aislynn dijo que si una sonrisa triunfante se dibujó en sus labios.
Así es, vas en bragas y yo no te he dado el anillo aun. Perdona, soy un idiota pero tenía que decírtelo. – La abrazó manteniendo esa posición con ella, tomándola de las caderas para sostenerla y pegando su frente sobre la de ella.
Te amo y quiero pasar el resto de mi vida a tu lado, lleves o no bragas, pero… cariño. ¿Me dejas darte el anillo? – Le sonrió y le dio un pequeño beso en la mejilla, luego se encargó de ponerla en el suelo frente a él y sacó una pequeña cajita de los bolsillos de su pantalón. Se puso con una rodilla al suelo y abrió la caja mostrando lo que había dentro.
Aislynn no lo sabía pero ese era el anillo de compromiso de la abuela, tenía como mínimo unos 40 años de antigüedad y era mágico. Por supuesto que la magia se la puso la abuela Emilie, algunos diamantes del interior brillaban en ciertos tonos cuando la otra persona estaba cerca. El hechizo había sido modificado para que ahora actuara con James y Aislynn así que en cuanto se lo puso en la mano a la rubia los cristales se encendieron uno a uno.
¿Te gusta? Era de la abuela. – Se puso de pie y esta vez, como si fuera un requisito no implícito la tomó con cuidado de las mejillas y se acerco a ella para besarla profundamente. Ella iba a ser su esposa. No aun por supuesto, pero algún día.
anillis
James Blue- Mensajes : 272
Fecha de inscripción : 19/11/2014
Edad : 32
Re: Tras la pintura y el alcohol
Soltó una carcajada jovial cuando mencionó lo de “pasar la vida contigo con o sin bragas”, no supo porque pero le hizo mucha gracia. La cosa es que bajó de encima suyo porque parecía haber también anillo. Aislynn no era del tipo de mujer material, en verdad, James podía haberle puesto un arito de cebolla que hubiera calado igualmente en ella pero si estaba empeñado en enjoyarle el dedo, ¿quién era ella para quejarse? No es que tampoco quisiera dañar su orgullo, era su momento de lucirse y ella era consentidora con el jugador de Quidditch. Lo miró arrodillarse ante ella, expectante, porque aquella escena recordaba demasiado a las películas muggles que solía ver Brigitte.
La cosa se tensó cuando escuchó que era de su abuela, tragó saliva y observó el anillo con cierto desconcierto. Encontró un enorme peligro, teniendo en cuenta cuan de despistada solía ser a veces, llevar algo con tanta importancia familiar (ya no solo monetaria) en el dedo y más sabiendo que pertenecía a la abuela del muchacho. Era una gran responsabilidad pero en verdad, acababa de embarcarse en la definición de una vida madura con una persona que venía a representar la responsabilidad. Asintió a su pregunta con una sonrisa en los labios y miró el anillo encenderse, cada una de las piedras. Dios santo, en serio, iba a deslumbrar a media facultad cuando tocara el sol. Pero lo llevaría con cuidado y mimo, ya no solo por la importancia simbólica del detalle sino por la abuela del inglés.
Sonrío más abiertamente cuando cogió sus mejillas y correspondió al beso a ojos cerrados, evocando todo lo que sentía por él mientras llevaba la mano del anillo a su cara, atrayéndolo hacia ella mientras saboreaba sus labios y terminó el beso mordiéndole un poco el labio inferior – Te amo – soltó con sinceridad y sonrío mientras se separaba de él – Y por eso sé que vas a superar la prueba definitiva – le golpeó con cariño el pecho con un dedo – Vamos a tener que decírselo a mi padre. Ni loca se lo digo sola que aún me lleva a Narnia para encerrarme. Así que, te toca venir conmigo. ¿Es mucho pedir? Si consideras que es mucho y no estás preparado, podemos dejarlo para más adelante. Pero cuando Brigitte vea el anillo, va a gritar como loca.... así que... no sé cuanto podré eludir su tercer grado
La cosa se tensó cuando escuchó que era de su abuela, tragó saliva y observó el anillo con cierto desconcierto. Encontró un enorme peligro, teniendo en cuenta cuan de despistada solía ser a veces, llevar algo con tanta importancia familiar (ya no solo monetaria) en el dedo y más sabiendo que pertenecía a la abuela del muchacho. Era una gran responsabilidad pero en verdad, acababa de embarcarse en la definición de una vida madura con una persona que venía a representar la responsabilidad. Asintió a su pregunta con una sonrisa en los labios y miró el anillo encenderse, cada una de las piedras. Dios santo, en serio, iba a deslumbrar a media facultad cuando tocara el sol. Pero lo llevaría con cuidado y mimo, ya no solo por la importancia simbólica del detalle sino por la abuela del inglés.
Sonrío más abiertamente cuando cogió sus mejillas y correspondió al beso a ojos cerrados, evocando todo lo que sentía por él mientras llevaba la mano del anillo a su cara, atrayéndolo hacia ella mientras saboreaba sus labios y terminó el beso mordiéndole un poco el labio inferior – Te amo – soltó con sinceridad y sonrío mientras se separaba de él – Y por eso sé que vas a superar la prueba definitiva – le golpeó con cariño el pecho con un dedo – Vamos a tener que decírselo a mi padre. Ni loca se lo digo sola que aún me lleva a Narnia para encerrarme. Así que, te toca venir conmigo. ¿Es mucho pedir? Si consideras que es mucho y no estás preparado, podemos dejarlo para más adelante. Pero cuando Brigitte vea el anillo, va a gritar como loca.... así que... no sé cuanto podré eludir su tercer grado
Aislynn Breen- Mensajes : 111
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