¿Cómo se dice fiesta en islandés?

Su relación con Kristján, todo fuera dicho, tenía muchos puntos bajos. El tipo había intentado arruinar su boda, miles de veces se habían juzgado mutuamente y se habían dicho cosas feas una y otra vez. Pero Frances siempre terminaba perdonándolo, él también a ella y ya puestos en perspectiva, era uno de los mejores amigos que tenía en el mundo así que lo quería en verdad. Por eso no se había cortado cuando Barunka le había propuesto lo de la fiesta –o más bien, cuando se lo habían propuesto mutuamente porque eran unas genias sincronizadas- para celebrar que tendría un año más de vida.

Y ok, respetaba lo de su rehabilitación y podría ser un poco raro tener tanta cantidades de licor en su honor, pero ya había prometido que ella misma le haría un lavado de estómago al otro día de ser necesario –o dentro de unas horas, como fuera- pero que esa noche tenía que divertirse. Ok sí, estaba siendo ligeramente irresponsable pero tampoco era su mamá.

Del asunto de Gene y Barunka, como siempre, prefería no saber mucho. Sabía que su hermano estaba enloquecido con todo el asunto del Mundial de Quidditch y seguro se le habían ido varias cosas de las manos pero no sabía hasta qué tanto eso había afectado o no su relación con Barunka. Y no iba a preguntar más allá de lo que le semiveela le dijera.

Mejor concentrarse en Kris, en su cumpleaños y en todo lo que le habían preparado. La verdad fuera dicha, ya quería ver la cara del islandés, pero también la de Jessy que esperaba, se presentara como novia del susodicho por última noche en su vida. Si todo salía bien, claro. Se había encargado de invitar a todo dios, como siempre y también iba más llena de pintura de lo que le hubiera gustado aún después de ducharse, pero ya no había remedio.

Tenía como siglos que no entraba a las duchas del campo de quidditch sin permiso, pero como vio salir a varios, pensó que lo más probable era que ya se estuvieran vaciando. Al entrar se aseguró de que James no estuviera ahí, hubiera sido muy bochornoso (o curioso, daba igual).

-YA SVEINSSON. TENEMOS UNA SORPRESA PARA TI.

La promesa de una sorpresa lo haría salir más rápido de donde quiera que estuviese. Esperaba que para cuando llegaran con él, ya hubiera bastante gente en el departamento de Barunka.

No era la primera vez que fingía estar más borracha de lo que en realidad estaba y no sería la última, seguramente. Había resultado ser una estrategia efectiva para conseguir lo que se quería sin ser tan descarada. El objeto del engaño en esa ocasión: James Blue. Se habían encontrado en Alemania, en un partido de quidditch y habían decidido volver juntos de aquél viaje exprés a la universidad. Y así fue. James tenía aquella invitación al cumpleaños de un ex compañero suyo de carrera y decidieron empezar el festejo antes, en la habitación de Cordula, con una botella de Jägermeister y poción revitalizante.

Al final no estaba tan borracha pero daba igual, porque el mundo pensaría que sí y que esa era la razón por la que iba tan colgada del hombro de James. Sólo la ebriedad podría ayudarla a justificar ante el mundo y ante sí misma que estuviera tan contenta saliendo en público con un sangre sucia, hablándole cerca y riéndose a carcajadas de cada tontería que pudiera decir. Claro, en ese país nadie la conocía y daba exactamente igual, pero aún así.

Cuando llegó al lugar le gustó de inmediato la ambientación. Estaba todo lleno de pintura y además la música no estaba nada mal. Miró a su alrededor identificando a las que le habían dicho que eran las anfitrionas y también al festejado, famoso por un gran historial de chicas en su haber. Claro que lo había investigado.

-¿Qué es eso? ¿Podemos usar una?

Le preguntó a James con entusiasmo de borracha mientras señalaba una de las pistolas de agua/pintura sin entender realmente lo que era y jalándolo hasta donde veía que había unas cuantas olvidadas. Iba a divertirse en serio al menos un rato.

-Si esta es mi primera fiesta oficial en este lugar, es muy prometedor.

Había pasado a recoger a Alexander una media hora antes de lo previsto para la fiesta y se aparecieron directamente tras coger uno de los trasladores habilitados para la ocasión.  Envío un patronus a James para avisarle que iría con el chico (a esas alturas, Aislynn ya le habría explicado quien era y quien dejaba de ser en su vida Smith) y que esperaba verlo en la fiesta pero como estaba segura que estaría ocupado con su entrenamiento (o sus escapadas a América, llegados a ese punto), no quería molestarlo de más u obligarlo a que acudiera al evento con ella. En cuanto pusieron un pie en la fiesta, Aislynn cogió a Smith por la camiseta y lo arrastró por el lugar, evadiendo los globos de pintura para llevarlo a buscar gente conocida. Soltó una carcajada cuando uno de los globos acabó estampado en la cara del muchacho y necesitó soltar su camiseta para doblarse de la risa aunque tras sacarle la lengua, huyó junto a Jessy aunque le hizo señas a Alex para que se acercara a ellas.

No supo en qué momento la conversación se centró en el bendito Quidditch pero Lynn escuchó a la rubia con una sonrisa agradable en los labios y bebiendo el trago que Alex le había conseguido – Yo he ido a sus entrenamientos semana tras semana – argumentó respecto a lo del palco VIP para el mundial, un buen  regalo para alguien que amaba el Quidditch y quería hacer de ese deporte su vida. La soltura con la que Jessy hablaba, charlando de alquilar palcos como quien compra chucherías hacía gracia a la irlandesa quien terminó asintiendo aunque ella pretendía invitar a Darren y Amy a donde tuviera las entradas pero suponía que a la pareja feliz no le importaría compartir tribuna con Jessy, su preciada organizadora de la boda – Nací en Irlanda, Dublín y con ocho años me mudé a Paris. No sé mucho alemán pero algo sí. Bueno, poco. Tal vez solo insultos, es lo primero que se aprende y más de ese idioma que parece sucio. Dunkoff – y le dio un codazo a Alex suave en las costillas antes de beber entre risas.

Ni tiempo tuvo a agregar más nada que las puertas se abrieron con el cumpleañero y todos tuvieron que soltar el protocolario, ¡SORPRESA! Dejó que Jessy se adelantara para felicitar a su novio y a continuación, tiró de Alex para que fueran a hacer lo propio. Saludó a Barunka a su llegada con un sonoro beso en la mejilla y un buen abrazo, a Frances se limitó a saludarla con la mano porque no había la misma confianza y cuando Ellie se separó (acababa de llegar), fue su turno de abrazar a Kris para darle dos besos - ¡Felicidades! Te he hecho cupcakes de vodka, deben estar en algún lugar de la fiesta entre tanto fosforito – sonrío y se giró a todos para presentar a su amigo – Alex Smith, fue con ustedes a Hogwarts– aunque con tantos años en mugglelandia igual ni se acordaban de él. Fuera como fuera, había hecho su parte de presentarlo en sociedad y cuando se volteó para ver el ambiente y dar una vuelta por la fiesta para buscar otro trago ya que se estaba acabando el suyo, vislumbró a James llegando con una rubia y bastante acaramelados.

Miró a Alex un segundo y terminó su vaso de golpe casi con rabia dejándolo de cualquier forma por uno de las mesas antes de emprender el paso hacia la mesa de bebida, solo faltaba eso después del Escuchón. Comprensiva sí pero hasta ciertos límites aunque de todos modos, respiró profundo y se sosegó por convivir, solo sirviéndose uno de los tragos más fuertes, esperando que Alex la acompañara por si debía aparecerse más tarde. No pensaba interrumpir a los íntimos amigos porque no era del tipo monta dramas pero desde luego, contenta y feliz no se encontraba precisamente – ¿Qué quieres hacer Alex? ¿Buscar alguna mujer que te haga feliz? – bebió más –Elige que te la presento – y se terminó su segundo trago – Toma, rellénamelo con lo que más rabia te dé. Sorpréndeme pero que sea fuerte.

El beso de Barunka no se lo esperaba pero tampoco le dio mucha importancia y terminó riéndose bastante porque le hubiera llamado Syd. No podía enojarse con ella en un momento como ese y tampoco podía recriminarle que fuera una loca que lo besaba de la nada. Solamente le dio un beso en la mejilla para agradecerle, tomándola bruscamente por el cuello bañado de pintura.

Fue muy gracioso que le gritaran sorpresa y toda la cosa. Por todo eso tuvo el impulso de abrazarlas a las dos hasta matarlas pero no pudo hacer eso por recibir felicitaciones. Le sonrió a Jessy cuando se acercó, pero pensó que aquello de decir que precisamente Frances y Barunka eran geniales le pareció más sarcasmo y no supo cómo responder aunque sí creía que lo eran. La jaló para volverla a besar pero después no supo cómo reaccionar a su alrededor, estaba con un sentimiento de culpa a lo bestia.

Lo de El Escuchón le había quitado el sueño, pero eso fue solo porque se puso muy paranoico. Su resolución era ignorar a Kit y ya, todo volvería a la normalidad ¿no era así? Ojalá nadie le preguntara nada o le rompería la nariz seguramente.

Saludó a Ellie sorprendido de verla en ese ambiente tan hostil  y sorprendido también de que su vestido no tuviera ni una mancha. Y también saludó a Aislynn y a su amigo, riéndose de buenas por los cupcakes de vodka. -Espero que no los hayas dejado a merced de las bestias, los quiero todos para mi.

Vio que Barunka jalaba a Frances y tras disculparse con todos se adelantó para tomar a la rubia por la camiseta y jalarla con todo y Frances de por medio. No quería quedarse solo con Jessy, así que fingió juntarlas a las tres.-A dónde van. Vamos a bebernos de fondo este vaso de cerveza y luego más tragos. No me dejen aquí saludando a todos, quiero emborracharme.

También se rio por el beso extraordinario de Barunka a Kris pero no dijo nada. Cuando entraron solamente se hizo a un lado para que felicitaran al islandés. Eso sí, no se cortó en poner mala cara cuando llegaba Jessy. Le hubiera gustado que por una vez en la vida lo dejara en paz, Kris se merecía una fiesta en condiciones sin su molesta presencia llevándolo al agujero de la decadencia. Soltó una carcajada a lo dicho por Barunka y la abrazó bruscamente por los hombros, la pegó contra ella y le dio un besote en la cabeza antes de brindar con ella con las bebidas de procedencia desconocida que les había pasado alguien.

-Nada, NA-DA  podría competir con tu semiveelez. Vamos a bailar y a resbalarnos con la pintura.

La tomó de la mano y la jaló antes de sentir que otra fuerza la jalaba para el lado contrario. Era Kris, que al parecer no las iba a cambiar por su novia. No pudo evitar sonreír por eso. Solo por joder ya hasta le estaban dando ganas de darle un beso de antología enfrente de Jessy y todo. Porque claro, ¿a quién no le daban ganas de un beso en condiciones en una fiesta como esa? Pero no, todavía no estaba tan ebria como para llegar a esos niveles de maldad. Todavía.

Saludó a Lynn y a James, y a sus respectivos acompañantes- un ex ravenclaw rarito de los que no se había tirado y una rubia con cara de asesina- aunque tampoco hizo muchos aspavientos por ninguno de los que los rodeaban, estaba más interesada en Kris y en su muy fija idea de hacer ver a Jessy como una muy mala inversión de tiempo.

-Claro que no te vamos a dejar, preciosidad. Eres nuestro esta noche.

Le dio un beso empalagoso en la mejilla antes de hacerse con una pistola de pintura y apuntarle directo en el pecho mientras hacía ruiditos. Brindó con él y le señaló el vaso que le habían dado, como el de Barunka, y que ahora tendrían que tomarse de jalón como el festejado había pedido.

-¿Y tú qué? ¿No vas a tomar?

Eso se lo dijo a Jessy, claro. Porque si alguien ahí iba a ser la que quedara mal, Frances tenía que asegurarse de no ser ella la que “no pusiera de su parte” aunque a esas alturas ya todo era estrategia.

Quizás fuera el alcohol. Quizás fuera otra cosa. El asunto fue que cuando giró la cabeza y vio a James bien pegado a la rubia con quien había venido, enseñándole como todo un buen samaritano a tirar con la pistola de pintura, no le terminó de sentar bien. Quitó los ojos azules de los dos susodichos y regresó toda su atención a su compañía de la noche, Alexander.  Ni esperó su trago, buscó algún vaso que pareciera limpio para echarse un vaso de vodka y se lo bebió casi de golpe sin hielo ni nada, a sentir su pureza de grados – Shit… - abrió la boca y movió la mano para echar aire a su lengua que empezaba a arder por el maldito alcohol – A ver, enséñame esa ru… -  empezaba a arrastrar las letras por culpa de que ya había tomado dos copas de más y de hecho estaba a punto de acompañar su comentario con la copa ofrecida por el muchacho pero el discurso de ambos quedó interrumpido cuando James llegó de la nada para abrazarla por la cintura como si no ocurriera nada y plantarle un beso en la mejilla.

En otra ocasión hubiera estado encantada de colaborar en las muestras afectivas pero aquella vez no.  Ni siquiera respondió a sus preguntas, solo saludó a Cordula con un escueto movimiento de cabeza que contrastaba con la habitualidad jovialidad de la joven y rodó los ojos ante el comentario de “buen Alex” – Sí, es mi mejor amigo. Alexander Smith, ya te hablé de él– y le había dicho que iría con él, por si los quería acompañar pero no, prefirió llegar con su amiga alemana. Estaba a punto de mirar a Smith con cara de “traidor” cuando empezó a socializar con la alemana pero de repente,  un globo de pintura se estampó en su cara. Ahí si que no pudo mantener su enojo y aún en los brazos de James, soltó una carcajada desmedida y maliciosa. Culpa del alcohol, si, ya andaba medio borracha – Prffffff.... JAJAJAJAJAJA – señaló a Smith con la cara repleta de pintura y su cara de circunstancias por el golpe.  Peor aún fue ver como derramaba la bebida y hacía un estropicio por quitarse la pintura de la cara. Estaba muriéndose de risa, esas carcajadas contagiosas y simplonas, bien de andar pasada ya de tragos. Le hacía gracia de repente, todo. La situación era tan estúpida que aún se río más.

- Si, Barunka. Es la mejor– dijo como pudo entre la risa y bien alto por culpa de la música. En un gesto ya automático, alargó la mano para quitar las gafas de la cara de Alex y limpiarle la pintura con su camisa, iba con desventaja si pretendía vengarse, estaba bien ciego cual topo. Las regresó a su cara y empujó la montura antes de darle una palmadita en la mejilla – Listo, ¡a por ella Batman! – alzó el puño, animándolo en su cruel venganza y a continuación, tiró la cabeza hacia atrás para hablarle al oído a James a fin que escuchara- ¿Me dejas ir a por un trago? - ya más tarde hablarían de porque él montaba un drama por un mero abrazo de amistad de Luttrell en una fiesta y ella debía aguantar como se restregaba con una rubia, se lo soltaría tal cual porque ya ni media palabras con el alcohol pero ahora, cuando estaba divertida gracias a Alex, ni ganas tenía de pelear. Solo quería ser feliz y divertirse.

Dedo a dedo, quitó la mano de James de su cintura y se escurrió para ir a buscar un trago, solo que en su camino (dos pasos) cogió un globo de pintura que había encima de la mesa y se lo estampó en el torso desnudo de Alex –JAJAJAJAJA– y ni dijo más, solo rió cogiendo un vaso de lo primero que pilló y se lo bebió de golpe, otra vez poniendo cara de andar bien amargo el trago. Luego se giró hacia James y embadurnó su cara con la mano llena de pintura fluorescente verde entre saltos por la música, siguiendo el ritmo con felicidad ebria – Shake shake shake shake – y repetía lo que decía la canción – Sí, yo también quierooooo unaaaa pistolaaaaa – asintió varias veces convencida aunque.... dado su estado igual volaba algún ojo, no es que fuera a tener la mejor puntería. Manoteó el brazo de Alex para que se moviera a buscar el arsenal de batalla y a la vez, con la otra mano, repitió operación con el de James aunque algo desincronizada por culpa de alcohol. ¡Qué alguno se moviera! Ella no que empezaba a estar mareada y darle vueltas todo.

Igual era el alcohol que no la dejaba pensar con coherencia pero cuando vislumbró a James largarse con Cordula tras darle un par de palmaditas en el hombro como si no fuera otra cosa que una cría, Aislynn frunció el ceño. De hecho tardó en reaccionar, intentando procesar los hechos e incluso viró el rostro hacia su propio hombro donde Blue había aprovechado para dejarle aquel tacto tan frío. Tanta fue su distracción que Alex tuvo facilidad para pintarle la cabeza de fucsia, miró al ex ravenclaw sin verlo y hasta se dejó quitar el vaso. No, era incapaz de pensar y actuar al mismo tiempo. Mientras Smith amenazaba a Ellie y a Barunka de buena fe, Aislynn dirigió los ojos azules hasta James viendo como se ponía cariñoso contra persona que no era ella. Ladeó la cabeza y escuchó lo dicho por Alex a su oído. Asintió, por asentir porque de golpe había decidido qué hacer y no era precisamente servir de distracción para facilitarle la maniobra a Smith.

Caminó algo torpe pero decididla hasta donde se encontraba Blue y sin casi detenerse, agarró su brazo para tirar de él, apartándolo de Frances y el resto. Mejor que colaborara porque no estaba en sus mejores condiciones como para comportarse como debería así que usó toda su mierda de fuerza para arrastrarlo hasta un lugar más apartado del resto donde nadie los viera con una mera ojeada y donde la música no fuera impedimento para hablar sin soltar gritos. Aislynn no era de gritar aunque tuviera mil de ganas de hacerlo. Pasó las manos por su cara, quitando la pintura que regalimaba de su cara y echó su pelo hacia atrás, aplastado por la masa viscosa fucsia – No sé porque últimamente siempre terminamos igual – murmuró arrastrando las palabras pero hablando con firmeza. Borracha sí pero sabía que quería decir– Siempreeee, hago algo que te molesta – golpeó con el dedo en su torso, una y otra vez, sin maldad solo para reafirmar sus palabras para que viera que estaba intentando decirle algo serio porque aún borracha, le importaba su relación con él.

Claro que le importaba. Se lo había dicho mil veces. Era su primer amor y estaba completamente perdida por él, enamorada. Aislynn no era de las típicas que se iban prendiendo de cualquiera, le costaba mucho pero cuando lo hacía era de verdad –  Parece que odies que me divierta. No te gusta que me ría con otros – golpecito y golpecito con el dedo, casi al borde de las lágrimas y no porque quisiera ser una dramática (James sabía que no era de ese tipo de mujeres) sino porque el alcohol estaba volteando sus emociones. Ella no estaba acostumbrada a llevar aquel ritmo de fiestas y borracheras, lo hacía por complacerlo e integrarse en su grupo, quería que no se sintiera desplazado porque salía con ella. Claro que había querido ir con él a la fiesta y llegar de la mano, ¡siempre quería ir con él! A todos los lados y no por eso, se esmeraba para viajar cada fin de semana y verlo en sus entrenamientos. Estaba poniendo mucho de su parte para que aquello funcionase, solo quería saber qué diablos estaba ocurriendo porque parecía que siempre había un problema como si ella tuviera la culpa de todo o así se sentía.

– Y tu sí. Tú te ríes con todos y yo debo verlo sin ponerme celosa. ¡Pues me pongo! Porque te amo demasiado – trastabilló hacia atrás y se terminó apoyando en la pared. Mejor así, estaba mejor – y no me gusta verte restregándote con Cordula pero lo veo. Y tampoco de secretitos con Frances pero lo aguanto porque debo ser comprensiva y dejarte ser. Lo intento... lo intento mucho... – llegados a este punto las lagrimas le saltaba de los ojos sin medición -  ¿Y qué me gano? ¡Dos palmaditas en el hombro! Y qué me dejes otra vez...– sollozó y se llevó las manos a la cara, menos mal que nadie estaba presenciando aquello porque ni se reconocía aquella noche. Estaba soltando todo cuanto estaba guardando, explotando – Quiero saber que hago mal. Solo quiero saber eso..

Tal vez era cierto eso de que todos los Slytherin tenían un pedacito de maldad en su interior, aunque se molestaran mucho en ocultarlo. Frances nunca se había preocupado precisamente por ocultarlo tampoco pero prefería pasar por una oveja que por un lobo cuando era necesario. ¿Se podía ser más feliz en ese momento? Quizá sí, si no estuviera en medio de una crisis de identidad por haberse casado a los 17. Pero fuera de eso, el mundo era perfecto. Al ver a la plana de Jessy darse la vuelta y dejarles a Kris para ellas solas, todo sonó a maravilla.

-Hacía siglos. Pero no importa, hoy desquitamos.

Dijo respecto a hacer locuras y ser una mujer casada. Entonces llegó James acompañado de su amiga alemana. Frances la saludó con un gesto de la mano no sin el correspondiente escaneo y luego sonrió a James antes de que la rodeara por los hombros. Lo miró unos segundos y acercó el rostro a él para escuchar su secreto, que le sacó una sonrisa, y provocó que lo mirara con algo de ternura también.

-Tengo que decirte algo James, creo que me voy a di…

No pudo terminar su frase porque de pronto llegaba su novia a jalarlo como toda una perra grosera. Y ahí la única perra grosera era ella. Y más les valía que les quedara bien clarito. Casada o no casada, Frances seguía siendo la misma histérica de siempre. ¡Joder, que le iba a decir algo importante a James! ¿Qué tan difícil era eso de entender?

Se acercó a Kris y le habló bajo, no sin antes sonreír a Cordula.

-Mira, voy a provocar un altercado. En cualquier caso te dejo en buena compañía. Ya tíratela y deja de estar pensando en tu novia horrenda, por favorcito.

Le dio unas palmadas en la espalda y caminó hasta donde estaban James y Aislynn, con la segunda claramente haciendo un drama aunque era obvio que intentaba mantenerse en control. Sonrió a medias y no se cortó ni un poco en pasarle el brazo por los hombros a James, en plan colegueo, no más.

-Disculpa, niña. Estábamos hablando ¿acostumbras a ser así de groserita siempre o sólo es porque no sabes controlar lo que bebes?

Negó con la cabeza y luego lanzó un hondo suspiro antes de apuntarla con la pistola de pintura y lanzarle un chorro verde neón al pecho. Eso le pasaba por andar de loquita.

-Piérdete un rato con tu amigo el loco, anda. Tengo que darle noticias importantes a James. Nadie quiere perderse que su primer amor esté a nada del divorcio, no le quites esta alegría.