::: Baile de Navidad :::

-Es conveniente decirle “lo que quiero de mi vida” cuando te va bien. Pero no es así, entonces…- Lo dije con media sonrisa en el rostro y encogiéndome de hombros, minimizando el asunto. Aunque casi todo mi ser prefería evitar el tema y hablar de otra cosa, lo cierto es que había una pequeña parte que sedeaba con todas sus fuerzas concentrarse en aquella pequeña problemática que tenía mi vida en una puta cornisa. Pero tampoco podía mostrarme tan patético y vulnerable como en verdad era, mucho menos con Frances, de quien de una u otra forma siempre había recibido esa clase de apoyo que te hace tener pocas ganas de decepcionar.

-No tengo idea, pero pensándolo un poco, si es macabro. A lo mejor lo único que desean es ver arder al mundo. ¿Tú crees que Alec es el tipo serio y oscuro que aparenta ser ante todos? Nah, seguro anda por ahí, muriéndose de la risa de todos nosotros.-

Me tomó un poco por sorpresa aquella declaración que, aunque fuera en broma, daba ciertamente en el clavo en cuanto a mis pretensiones más oscuras se refiere. Así es Syd, está bien que lo niegues al mundo, pero negártelo a ti mismo es el colmo de los absurdos: querías follarte a Frances Alechinsky hasta plantarle veinte hijos en una sola noche… si eso fuera posible.

-Oh vamos, pero qué asco de guarra estás hecha. Si tuviera que “salvarte” de las… monstruosidades de cualquier negro, seguramente no me importaría que fueras casada- No quería ponerme demasiado osado, no porque no estuviera consciente de que la pelea con su Tobias era una oportunidad de oro justo en frente de mi nariz, sino porque mi estima en ese momento no me permitía pensar que quizás Frances pudiera estar igual de interesada.  Fingí alejarme de ella cuando me plantó el beso en la mejilla.

-No estés tan segura. Además, yo si quiero emborracharme. Estoy fastidiado de aparentar seriedad, ¿Tú no?. Oh espera… tú nunca aparentas seriedad, ni siquiera sabes qué es eso-

Negué con la cabeza como respuesta a con quién iba a pasar el año nuevo. En realidad no tenía ni puta idea, tenía varias semanas que no se hablaba con su padre por una pequeña pelea que habían tenido respecto a… enfoques de vida. Glenn Crawford, ex-jugador de los steelers de Pittsburg, podía ser un padre muy atento y dedicado a su familia, pero a decir verdad, era el sujeto con la cabeza más dura con el que uno se podía encontrar en la maldita vida.  

-La verdad es que no tengo planes. Pensaba en colarme a la fiesta de Kristjan o David según fuera el caso de disponibilidad, pero hasta ahora ninguno de los dos me ha mencionado algo… aunque supongo que es mi culpa por no tener la iniciativa. Como sea, no lo sé, pero si antes de año nuevo no te has… ya sabes, pues te acepto la invitación. ¿Crees que a Abner le parezca buena idea?

Aceptaba ser una piedra y no poder leer a las mujeres, pero lo que ocurría ahí era muy obvio: a Ellie no le gustaba la más mínima competencia, ni siquiera si se trataba de mi hermana. Carraspée para continuar con la escena sin que aquello se pudiera poner incómodo.

-No no, no te preocupes, es muy popular, no quiere pasar al lado de su hermano el baile- le dije a Ellie, por supuesto, suficientemente fuerte para que Isabelle escuchara. Le guiñé un ojo a mi hermana y seguí con lo mío, antes de seguir a mi pareja oficial a donde estaba, unos pasos más adelante.

-Muy bien, soy materia dispuesta. - le dije sonriente, pensando que las luces favorecían a cualquiera, pero en Ellie tenían un efecto particular como de cuento surrealista. Entorné un poco los ojos y sonreí, quedándome con mis pensamientos por que ya sabía yo que con las mujeres nunca era prudente decir todo lo que se pensaba, y cuando me preguntaban la mayor parte del tiempo, lo juro, pensaba cosas así o más estúpidas. Me hice de dos cocteles de la mesa, pensando que tenían una cantidad tan mínima de alcohol que lo de beber dos antes de bailar sería un trámite.

-Si en cualquier momento quieres ir a convivir y todo eso, sólo ve, tendré que aguantarme el tradicionalismo y entender que no debo llevarte de la mano toda la noche- por supuesto que estaba bromeando. Al menos en una parte de mi frase -Pero quizás puedo convencerte de que soy una gran compañía sugiriéndote poner más alcohol en esa bebida- miré alrededor para sacar del bolsillo interno de mi traje una botella chica de vodka, de esas de borracho experto, las cuales era obligatorio cargar esa noche. Tenía un montón de planes de excederme, pero iría paso a paso.

Kristján había tratado de poner atención a todo lo que Jessy le había estado contando de la noche anterior pero su mente estaba en cualquier lado menos en ese asunto. Por un lado, lo que había sucedido en el bar de Finnerty y por el otro, lo que había estado dándole vueltas a la cabeza con respecto a ella todo el tiempo.

-Yo ya sé que nunca hay alcohol suficiente en el ponche.-Por eso siempre llevaba consigo su amigable ánfora que en ese caso, contenía whisky bastante barato. Miró a su alrededor y le dio un trago antes de pasársela a Jessy.-Se va a rellenar sola así que no te preocupes por beber mucho o poco.-Viejos hechizos de borracho que había aprendido en sus años de Hogwarts pero que ahora aplicaba más que nunca.

Le arrebató la anforita al momento de la temible pregunta. La miró a los ojos un par de segundos y después, más o menos, dijo la verdad.-Fui al bar de Finnerty con algunos del quidditch. Y luego nada, regresé algo tarde a mi habitación.-De nuevo volteó a ver a Syd y a Frances, preguntándose si ella sabría lo que había intentado hacer su esposo, ex esposo o lo que coño fuera ahora.

Fue entonces que lo decidió, tomó a Jessy de la mano y sin preguntarle la llevó a la pista de baile, en donde la tomó por la cintura y la acercó a él. La pieza del momento no era precisamente lenta, pero eso no le importaba, sólo bailaba el ritmo de su cabeza, bastante lento pero con paso decidido.

-Tienes que ser mi novia.-Le soltó en medio de eso, mirándola a lo ojos y hablando muy en serio.-Ok, lo siento, eso no sonó muy bien, no es una orden. Pero me harías feliz si a partir de ahora no follaras con nadie más que conmigo. Y me dejaras presentarte como mi novia oficial. Y nos lanzáramos a hacer esta locura de una vez por todas.-No la besó para rematar porque estaba temeroso de que ella lo golpeara, lo rechazara o lo mandara muy lejos.

-No estoy hablando de temporadas, estoy hablando de hacerlo bien, de hacer que dure y esforzarse. Porque te quiero y estar juntos, solos tú y yo, me suena más que bien.-Y porque nunca se sabía cuando te podían cruzar la cara de una maldición asesina y acabar con tu vida, sin que hubieras hecho las cosas que querías y debías hacer.

Con @David Finnerty e @Isabelle Guérin-Lajoie
Vestido
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A Jasmine el baile de navidad no era uno que le entusiasmara tanto por el hecho de ser un baile en sí, con toda la formalidad y parafernalia que lo rodeaba, como por ser una excusa socializar un rato justo como lo sería cualquier otra. La urgencia por encontrar pareja y vestido no era ni por lejos la que hubiera tenido en otros momentos y por otros bailes cuando, en efecto, había sido una de esas chicas que encontraban todos esos detalles de suma importancia, como si fueran vitales para su vida o algo así.

No se había planteado el no ir, por que como decía lo seguía encontrando una oportunidad para pasar un buen rato. Lo que sí, su plan había sido ir sola, no solo porque para ella el adaptarse y acoplarse con quien fuera no suponía dificultad, era una persona sociable; sino por que la comodidad de llegar cuando quisiera y marcharse cuando le naciera era un gran punto a favor. Obviamente ese plan había cambiado tras hacerse novia de David (una vez más).

No le pareció haber hecho esperar demasiado al licántropo. El vestido lo había ido a comprar justo al instante después de haber entregado su endemoniado proyecto final a Dorian, que tan consumida había estado en ese trabajo que ni tiempo para dedicarse a andar de tiendas como señorita. Aun así estaba más que conforme con su atuendo para la noche, y la confianza usual con la que andaba se veía potenciada, con todo y la profunda apertura en su falda.  

- ... no hay mucho que puedas hacer al respecto, ¿sabes? Eso de que las abuelas están para malcriar a los nietos... o los nietos para malcriar a las abuelas, dado el caso. - Se rio un poco. No le molestaba que al final todas las pláticas llegaran a gravitar hacia Angus en algún punto. Por otro lado, conocía lo suficiente a David como para que algo en toda esa historia no le terminara de cuadrar. De todas formas no era suficiente como para activar sus alarmas, así que ignoró por completo aquella vocecita en favor de hacer lo que habían ido a hacer.

- Si, vamos, pero antes cállate y bésame Finnerty. Apenas y puedo soportar tu guapura esta noche. - Justo eso hizo ella aprovechándose de la estatura que ganaba con sus tacones, presionando una sonrisa contra los labios de David. Ella era feliz y, por supuesto, también completamente ajena a la complicadísima situación que se daba entre los Alechinskys, Krisján y él.

No pensó nada extraño de ver a Frances con Syd (aunque no se olvidaba de lo cabizbaja que había estado esa noche en la tármica) por tratarse precisamente de, bueno, Frances y Syd. Ella en lo personal encontraba mucho más interesante el ver a Kris y Jessy juntos y bailando. - ¡Hola Isabelle! - Saludó efusiva a la francesa y dejó colar un cumplido sobre lo bien que se veía. - ¿Tienes mucho tiempo aquí? ¿Ya probaste los cocteles? Hay que ver si es cierto eso que dicen sobre sus efectos mágicos. -

Blablabla nada importante. Estaba bailando en la pista a un ritmo que nada que ver y escuchando una... una... una... cosa... una locura.

Minutos atrás...

Apoyada en la mesa de las bebidas, había visto de reojo que Frances y Syd venían hacia ellos y tenía Jessy preparada toda una tontería para decirle a la otra, pero sus intenciones mentales quedaron en nada porque los otros dos muy en la suya que quedaron a unos pasos probando bebidas y charlando bajito. Además estaba el tema de que cuando no, Kris había llevado su propio alcohol. No es que le sorprendiera, pero en verdad había pensado que habían acordado que nada de meterse en líos. Tampoco una petaca significaba expulsión, claro estaba y Hersilia a menos que fuera invisible, no aparecía en su radar. De todos modos y por más recelo, Jessy y Whisky sonaban bastante bien juntos, para qué mentirse?

Lo que si hizo fue acercarse a Kris para que el objeto no quedara muy a descubierto en medio del baile infantil. Sabía horrible! Un espanto realmente. Por qué no le decía Kris que ella comprara el alcohol y así podían al menos emborracharse con dignidad? Como fuera, no iba a ponerse en quisquillosa, ya habría tiempo para eso si Kristján a dos palabras seguía relojeando a Syd y Frances. Ella también lo había hecho pero... que tal si él se había encontrado con ella luego de la salida de chicas, y se lo estaba ocultando? - eso es todo? -. Toda una noche con los muchachos y solo tenía eso para compartir? Bueno, Jessy no iba a presionar, no era de su incumbencia, no era una metida, y si había que bailar para no hablar pues a bailar y ya.

Y se enlazó a su nuca aunque le pareciera una ridiculez con esa música de fondo, porque seguro que todo eso venía al temita de hacer como que eran una parejita formal de baile de navidad con sus sonrisitas y miraditas como habían bromeado en la enfermería. Ya estaba sonriendole bonito y poniendo los ojos que le había prometido, mirándole con cariño que al fin y al cabo era verdadero, e iba a apoyar el rostro en su hombro cuando Kris le soltó eso. PUNTO. PUNTO.

Repasando:
Música de fondo, un paso a cada lado, Kris con una seriedad extrema y Jessy sosteniéndole la mirada con los labios entre abiertos de la impresión. No entendía muy bien que había dicho, sus ojos se entrecerraron, por supuesto que se olvidó de bailar y hasta se sonrió a rostro descreído, porque eso debía ser una broma muy graciosa y ella no estaba reaccionando a tiempo. Lo de "me harías muy feliz" había sonado muy bonito, pero vamos! Para cuando él dijo "vamos a hacer esta locura" o similar ya a Jessy no le hacía ninguna gracia, y despegó una mano de su nuca para poner un dedo en alto entre ellos y sabía lo que le iba a decir. - estás loco ni creas... - ni creas que aceptaré para que de buenas a primera me dejes como a otra novia de temporada.

Pero Kris sabía, y sin que ella tuviera que concluir su frase ya estaba arruinándole todas las escusas. Y realmente, Jessy no tenía muchas escusas, porque ni en sus mejores sueños se permitía delirar con cosas como esas. Se hubiera puesto a llorar si fuera una chica sensible, pero solo se mordió el labio sin querer, porque mierda! le estaba diciendo que "solos tú y yo" y en un contexto ... Y EN UN CONTEXTO.... y de alguna manera había estado a la expectativa de un momento como ese por muchos años y ahora no sabía ni que decir y ya no se lo podía tomar a broma y tampoco podía decir SI porque no! O sea!... y tampoco NO porque tan estúpida no era.

Pestañeó y se quedó a ojos cerrados el tiempo que le tomó volver al paso de baile. Volvió a llevar la mano que seguía alzada en el aire al pecho de Kris y de ahí a su hombro, a su nuca y se abrazó sin decir nada, como si no hubiera pasado nada, como si pudieran seguir bailando como hasta hacía segundos atrás. Apoyó el rosto en su hombro, como había pretendido hacer antes y se tomó unos buenos compases para analizar la situación........Eso era un delirio. Respiró su perfume, apoyó los labios en su cuello y se sonrió como tonta ahora que no podía verla - podría ser...-

A Kristján aquél “podría ser” le cayó como balde de agua helada. ¿Podría ser? ¿Podría ser? ¿en serio le estaba contestando un podría ser que le servía para una mierda? Luego de haber estado enfrente del idiota de Alechinsky queriéndolo matar porque sí lo que menos quería era que la gente se anduviera con mierdas. Su mandíbula se tensó y aunque siguió moviéndose con ella al menos medio minuto más, al final la alejó de él, aunque luego la tomó por las muñecas.

-O es un sí o es un puto no, no me des esas respuestas de mierda que no me sirven para nada.-Estaba enojado, realmente enojado, pero no podía concebir que Jessy le hiciera eso. Perra Jasmine que le había metido ideas en la cabeza. La soltó y le señaló la mesa de bebidas, justo donde estaban Syd y Frances, hacia los que caminó.-Voy a beber algo. Si quieres enterarte de lo que pasó anoche, estaré por allá contándolo, sino, te veo luego.

Beber algo significaba beber de la botella que traía, a él no le interesaban las pociones mágicas con poco porcentaje de alcohol, que solo podían ser divertidas cuando estabas de buen humor y en ese momento lo que menos tenía era buen humor.

Se acercó a la pareja improvisada y bebió un poco de su propia botella de sabor terrible antes de pasarle a Frances un brazo por los hombros antes de lanzarle la anforita a Syd al pecho como para que tomara un poco. No le interesaba haber dejado a Jessy ahí parada, si quería ir a enterarse ahí estaba, sino, que se jodiera. No quería ni verla. ¿Podría ser? Él no era de los que se sentían cómodos con largas y suficientemente inconforme estaba con la vida como para que encima ella hiciera eso. Le dio unas palmadas a Frances en el hombro, parecía de buenas, pero eso era solo para cualquiera que no lo conociera, todos ellos ya sabían su tonito de cuando estaba reventando por dentro.

-Adivina qué estaba haciendo tu marido anoche.-Si la noche ya se había jodido de todos modos, qué más daba joderla un poco más. Y ya se las vería con Jasmine después, de todos modos el perro se lo debía también.

Nadie la cagaba tan rápido y con tanta efectividad como Jessy, no?... Ese debía ser el no noviazgo más corto de la existencia. O sea, si hubiera un libro de records, ahí estaría esta historia en primera página, para que todos pudieran reírse de Jessy a sus anchas. Pero eso no importaba cuando te dejan en medio de la pista diciéndote mierdas luego de enternecerte el corazón con mentiras sobre tu y yo y lo intentaremos y te quiero y MIERDAS. - No te sirve!?... que te crees que soy tu elfo doméstico?!-... Y con lo mucho que a Jessy le gustaba montar espectáculos en medio de las pistas de Baile.

Se tomó la muñeca adolorida, mirándolo con furia y a ojos acuosos, irse. Como se marchaba de su lado, para juntarse con Syd y Frances, dejándola ahí en medio de la nada. No tardó dos segundos en seguirlo, a paso rápido, apretando los nudillos y los dientes aguantando las ganas de tirarse a llorar en medio de la pista, porque al fin y al cabo el chico que le gustaba le había propuesto algo decente y ella la había cagado, por idiota, por cobarde y sobre todo porque ella tenía razón! Que una relación era  una idiotez, y la huida de Kris no hacía más que confirmale que siempre estaba en lo cierto, muy a su pesar.

Cruzar la mirada con Frances le hizo confirmar que debía llevar una cara de loca importante. Pero no le importaba, al fin y al cabo ya la había cagado, no?. Lo que no sabía es que tenía los ojos vidriosos, porque no había tiempo para detenerse en detalles cuando querías asesinar a alguien. Se puso en medio del grupo improvisado y tomó a Kris por el traje zacundiendolo del lado de Frances hasta quedarse segura de que ya no estaba abrazadito a la madre de su ahijada.

- Para que querías que te dijera que si!? Para esto? para que cuando  no cumpliera con tus expectativas me dejaras tirada? – si no gritaba era porque la tensión en su mandíbula no se lo permitía, nada más. –  Y para colmo vienes aquí! – miró a Frances – con todo lo que te llenaste la boca hablando en la enfermería! – No era contra francés la cosa, eso estaba más que claro. Es que era irónico que de nuevo, fuera la razón por la que fuera, saliera corriendo hacia Frances. Y eso que no había favoritismo. CLARO! Y obvio que a ese punto a Jessy le importaba una mierda lo que había pasado la noche anterior. Esa noche, ese mismo instante estaba siendo una mierda, quien podía imaginar que algo terrible había pasado ayer?

Le cruzó la cara de una cachetada, cerró los ojos y se le escaparon todas las lágrimas acumuladas, necesario para asesinarlo a ojos limpios -  Eres un egoísta de mierda!... Me he aguantado todas contigo, y no eres capaz de ponerte en mi lugar jamás... Cuándo se te cruzó LA maravillosa idea para ponerme a prueba?, Ayer por la noche? Quizá hoy a la mañana?... Es muy fácil estarse con alguien solo para follar cuando A TI TE DA LA PUTA GANA, no?... Pero no es fácil estar al lado de alguien 6 putos años, y querer decirle que si , sabiendo que no te quiere ni la mitad de lo que tu a él.-  y sentenció con un nudo en la garganta- Te lo puedo asegurar.  –

Apretó los puños tragó saliva para que no se le escapara una lágrima más, bajó el tono, la cabeza  y suspiró con ironía – tu baile de ensueño… - SU baile de ensueño, el de Jessy, el que Kris había prometido “acá está” ejemplificó alzando las palmas. Lo miró a los ojos, sonrió negando con el rostro y se dio la media vuelta para irse a la mismísima mierda. Es que ni un puto baile podía salirle bien? Claro que no!

Estaba arreglando sus papeles para terminar oficialmente con su periodo de estudiante de Brigantia. Quizás la razón por la cuál no lo había hecho al instante, a pesar de llevar media semana trabajando, era por no querer aceptar que de verdad su vida había cambiado, por que era necesario.  No había hablado con Frances desde todo lo que había pasado y Jens le había rogado, en letra mayúscula, que no lo volviera a poner en medio de los dos.

No lo haría. Con el permiso oficial de aún ser estudiante de Brigantia a pesar de faltar a sus clases por tres días, llegó al baile con un traje decente y poco memorable, el que había usado para el funeral de un tío de Frances hacía medio año. Le había dicho que fueran para quedar bien con la familia y respetaran su parte de la herencia o algo así, que había servido para tratar todos los problemas pediátricos con los que Aimée había nacido. No podía creer que aún sus pensamientos fueran tan domésticos.

Cuando la vio en compañía de Syd realmente no se conflictuó. Hubiera sido peor verla con alguien nuevo de quien no supiera nada, y de todos modos, confiaba en su esposa a pesar de irle con tantos reclamos y tonterías. Y la amaba, estaba de más decirlo. Respiró profundo y caminó hacia su esposa, justo cuando Sveinsson llegaba con ella y sentía que podría intentar matarlo de nuevo. Era irreflexivo. Lo bueno era que Lutrell con dramas adolescentes lo interceptaba.

-Buenas noches ¿Te dijo ya Frances que este era mi último baile universitario? Tan último que ni siquiera me trajo como su pareja- dijo con tranquilidad, dirigiéndose a Crawford, mirando de reojo la escena del islandés y a los que estaban alrededor.

El islandés se sorprendió de que Jessy llegara de ese modo cuando era ella quien técnicamente lo había mandado al demonio. La escuchó con aparente paciencia mientras ella despotricaba contra él y sacaba cosas que ni siquiera iban al caso como lo de la maldita enfermería.

La escuchó pero en realidad no la escuchaba, para él era como un parloteo de loca. Si no quería estar con él y ya, ¿entonces para qué se molestaba tanto en armar esa escenita? ¿Y por qué hablaba de querer? ¿si querías “tanto” a alguien no te alegraba estar con ese alguien? ¡¿qué mierda?!

-ESTÁS LOCA. - Le gritó alejándola de Syd y de Frances en el justo momento en el que llegaba Tobias. Le iba a estallar la cabeza. Para soportar todas esas mierdas necesitaba drogarse y beber, no podía aguantarlas así. Lo miró a él y después miró a Jessy alejarse. Estaba en uno de esos momentos de la vida en los que había que tomar decisiones rápidamente, decisiones que podían marcar cosas importantes. Sus ojos se posaron en Frances.

-Bueno, dile a él mismo que te lo cuente. Finnerty e Isabelle estaban ahí.-Le guiñó el ojo antes de darle unas palmadas a Tobias en la espalda y correr tras Jessy. Si le lanzaba una maldición por la espalda al menos ya no se enteraría. Si conocía bien a Frances esa frase bastaría para detonar un cataclismo y si no, al menos podría empezar a preguntar lo que había pasado.

-JESSY, detente.-Le gritó. Aunque hubiera querido agregar un “por favor” hubiera sonado ridículo. Alcanzó a tomarla por la muñeca antes de que saliera definitivamente.-Tenemos que hablar de esto, es ridículo.

En la habitación mínima que ocupaba en la residencia universitaria sonaba The Jam. Town Called Malice era el ritmo que marcaba mi abotonar de camisa y mi ultimo vistazo al espejo; me veía exactamente igual que siempre, pero con un traje. No necesitaba las gafas así que me las guardé en el bolsillo del saco y caminé hacia el comedor donde era el baile. Por supuesto que no tenía pareja, por un montón de razones que terminaban explicando mi vida en un segundo. No quería pedírselo a ninguna chica por que no quería ir con ninguna chica y mis amigas ya tenían pareja; de ninguna manera iba a pedírselo a un tipo. Así que todo bien, polaroid en mano (tiempo de tolerancia muggle) y mi trajecito más formal para ir al baile de navidad.

Conocía a muchos pero no me atrevía a hablarles, estaban en circunstancias muy “empezadas” como llegar a una película justo en el medio. Pensé que era más cool llegar elegantemente tarde y ahora estaba ahí, en medio de situaciones que no entendía. Frances estaba rodeada por dos, o tres si consideraba a Kristján al cuál nunca me acercaría por voluntad propia aún cuando Jessy Luttrell estuviera cerca. Nadie se veía nada contento.

Maldije no haber tenido mejor instinto de periodista para llegar temprano y enterarme de todo, por que alrededor se veía mucho drama en curso. Me conjuré cerca una copa llena de quién sabe qué cosa roja, para ocuparme en algo. Fingí que mi polaroid se había atorado para concentrarme en algo y estaba ahí, parado cerca de todos pero sin saludar a nadie cuando observaba a detalle el cartucho de instantáneas que llevaba, preguntándome si alguien sabría que sólo fingía estar ocupado.

No había planeado, ni por asomo, asistir al dichoso baile. Sabía del mismo porque era tradición y porque algo le había comentado Frances que llevaba ya dos noches en su casa, pero no iba a asomarse a las viejas nostalgias y aunque hubiera podido ir con Ellie, ella no le había dicho nada, lo que en automático le hizo pensar que andaría del brazo de su árbitro de duelo, descarada y todo como era. Recién llegaba a su casa del trabajo cuando recibió la lechuza de Zelda. Le sorprendió pero también le dio un poco de risa lo mucho que se esforzaba por decir que era sólo por una emergencia. Estaba bien, no iba a ofenderse. Echó la nota a la chimenea y subió a su habitación para cambiarse. Llevaba traje al ministerio pero no usaría el mismo para acompañar a la chica.

Trató de no tardar demasiado para que no pensara que la dejaría plantada como su pareja y también se prometió a él mismo que no haría ningún comentario al respecto de eso. Cuando estuvo listo se apareció en las afueras de la universidad y entró a pie. La caminata para el comedor no era muy larga.

La vio en las escaleras, acompañada de alguien que reconocía pero no sabía decir muy bien de dónde, aunque a Abner le gustaba el deporte, tampoco era un experto, lo había dejado en Hogwarts. Gene habría sido más apto para reconocerlo. Caminó hasta ella y pasó de largo de James, excepto por un escueto asentimiento de cabeza a modo de saludo.

-Tienes que aprender a hacer notas más amables. Eres una caprichosa.

Le dijo a Zelda mientras la tomaba por la cintura y la besaba en la mejilla, aunque se demoró deliberadamente en el gesto. Olía demasiado bien y de hecho, toda ella lucía perfecta. Mucho mejor que aquella vez en el bosque y eso ya era mucho decir. De hecho, se veía radicalmente diferente. Podía haber sido un llamado de emergencia, pero con gusto iba a considerarse afortunado. Entonces sí, después de admirarla unos segundos, le ofreció la mano a James para presentarse.

-Abner Burroughs. Un placer.

Dicho eso, le ofreció el brazo a Zelda para que entraran. Ya había aceptado, lo que significaba que esa noche iba a hacer la voluntad de la semiveela, se había metido otra vez en el juego. Además le habían prometido compensación.

___

Traje

La salida del salón comedor nunca había estado tan lejos. Parecía que a cada paso de Jessy la puerta se alejaba dos y en medio, un montón de ojos estaban sobre su nuca. Para colmo no podía hacer que su ojo izquierdo dejase de llorar por más que se fregara y fregara con cuidadísimo esmero pues lo último que le faltaba era que el maquillaje la dejase como mapache.

Solo tenía que respirar profundo, alzar la frente y cruzar la puerta. Encontrar el bolsillo fantasma de su vestido, encenderse un cigarrillo y volver a respirar profundo para quitarse esa ansiedad espantosa de la adicción que le silbaba en la base del cuello. Pero no llegó a hacer nada de eso. Kris le gritoneaba y no pudo zafarse de su agarre. No era un buen día para su muñeca tampoco.

Eso no era ridículo, era lo lógico. Y no quería hablar porque se sentía fatal, vulnerable como si tuviera 13 años y alguien le hubiera jugado una broma espantosa en medio de la clase. Solo que esta vez no habían sido Frances y Hayes metiéndole grillos vivos por el cuellos de la camisa, sino que era enteramente su culpa, porque siquiera había sido capaz de responder lo correcto en el momento adecuado.

Miró a un lado y a otro, pero solo acudían a su mente las idioteces que le había dicho segundos antes, el escándalo y sus incapacidades. Era una tonta y se sentía aun peor ahora que lo miraba a los ojos y por Morgana que quería arreglar las cosas! Lo amaba tanto…. Qué iba a decirle? si siempre que hablaba la cagaba…– Lo siento… no quise estropearlo – Si solo pudiera conseguir un giratiempos… y volver mil años atrás. Pero ahora ya estaba todo hecho un lio, no se animaba ni a hablarle y menos aun a moverse, a lanzarse a besarlo como demente para compensarlo y suplicar.

-Claro, tú puedes ser seria y yo puedo ser un buen cristiano. Ánimo Frances, no pretendo tenerte en este maldito lugar toda la santa noche. Aunque la verdad no sé si esos dos preparen algo, pero no es necesario. ¿O recuerdas que alguna de sus fiestas haya sido “preparada”?, estás en días de exámenes y cuando menos te das cuenta ya estas con ellos completamente drogado-

Le di un pequeño jalón a uno de sus mechones de cabello y luego miré hacia la mesa para seguir inspeccionando las bebidas y saber si alguna tenía alcohol de verdad o todas no eran más que pociones ridículas (lo cual era lo más probable). Entonces, Frances soltó aquella bomba de “ir a cualquier parte” y no pude evitar mirarla con extrañeza, pero también con media sonrisa pegada al rostro. Mi yo interno fantaseó de inmediato con que aquella oración significaba lo que… lo que comúnmente significa en circunstancias normales. En ese preciso instante hizo su puntual aparición Kristjan.

El instinto me hizo recoger las manos para atrapar el pequeño recipiente que el islandés me lanzaba mientras le decía a Frances no sé que imbeciladas acerca de su marido. No tardé un solo segundo en abrir el ánfora y darle un primer trago que se deslizo cual ácido en mi garganta. La porquería que Kristján había traído al baile no era más que alcohol del más barato que cualquier hijo de dios se podía encontrar, pero desde luego, no era algo que a uno le pudiera extrañar.

-Dioses, Kris… el día que traigas algo de calidad juro que te beso-

No hubo tiempo para réplica o algo más. En ese mismo instante, Jessy apareció apenas unos segundos después de Sveinsson al que le propinó una bofetada a la que no pude reaccionar más que poniendo cara de circunstancias. No, no era raro que le pegaran a Kristján, ni tampoco lo era que Jessy le pegara a alguien, así que el combo en realidad no era más que una combinación bastante probable según la estadística.

-Ok, creo que la fiesta acaba de comenzar- Miré a Frances medianamente divertido, y le di otro gran trago al terrible whiskey de Kristján mientras Jessy le soltaba todo aquel cuento de parejita con el tono suficiente para que varios a nuestro alrededor comenzaran a mirarnos. Para cuando dejé de beber y bajé la vista, me encontré de frente con el mismísimo Tobias Alechinsky, y supe instantáneamente que el karma me estaba haciendo pagar los pensamientos impuros que había estado teniendo con su señora esposa.

-En realidad no. Tampoco me dijo que sabías anudarte corbatas. Pero hey, luces de diez- me sentí muy imbécil y también bastante incómodo, aunque técnicamente no tenía un solo motivo para ello. Ya saben, esa paranoia que te hace sentir metido en un problema en el que de hecho no pintas nada. Y claro, no pude más que esconderme tras la bebida y darle un tercer y gigantesco trago al alcohol de Kristján hasta… casi terminar con él. Fue en el momentoe n el que Frances le contestó a su marido en forma de recriminación cuando me di cuenta que era hora de emprender una huida categórica. Giré sobre mis talones y caminé hacia cualquier conocido con el que se toparan mis ojos, y ese conocido fue David, que estaba con Jasmine. Y cuando iba a la mitad del camino, me di cuenta que, absurdamente, esos tres tragos de whiskey barato ya me tenían medianamente alcoholizado.

No seguí con la vista a Vincent como si fuera una loca, más bien lo dejé ir a lo suyo y medio le sonreí cuando me guiñaba el ojo al irse con Ellie Morgan a disfrutar del baile. Para ser honesta los bailes me parecían aburridos pero eran buen pretexto para ponerse un vestido bonito y lucirse. También saludé a Beverley que llegaba emocionada como niña en navidad. Le sonreí devolviéndole el saludo, incluso alcanzó a saludar a Vincent antes de alejarse.  

-Claro, aquí tienes- le dije tendiendo la cigarrera y analizando discretamente su atuendo. La chica tenía personalidad por elegir lo que había elegido en vez de un conservador vestidito de tela brillante -Me encanta tu atuendo, todas aquí son unas aburridas-

Sabía que no era buena idea hablar mal del general de mis compañeras, pero no podía evitarlo, y de verdad lo creía, al menos tratándose de vestidos. Al poco llegaba Jasmine, y sólo sonreí por que ya nos habíamos saludado de lejos. Se besaban como locos, seguramente despertando alguna clase de envidia entre las chicas sin pareja, aunque no podía realmente contarme entre esas chicas, demasiado tradicionalismo para lo que estaba acostumbrada.

-Gracias, Jasmine- no podía evitar poner el acento francés en su nombre -Yo creo que son un engaño de los decanos para que crean que la gente se la puede pasar bien sin alcohol. Yo traigo whisky por si quieren acentuar sus tragos- Me puse decididamente nerviosa cuando vi llegar a Tobias, solo, pues su esposa estaba con otro chico, aunque no se les veía en ningún plan raro. De todos modos me puse tensa, quedándome a medio beber y mirando a David en busca de nerviosa complicidad, esperando que él estuviera tranquilo o mejor dicho, deseando que me tranquilizara y me asegurara que no iba a pasar ninguna locura como la de la otra noche en su bar.

Sira era una chica excelente. Con esos aires relajados hasta lograba que Bruce que podía ser todo un estructurado se distendiera y sonriera. Ella lo decía y él lo llevaría a la práctica: sacar lo positivo de cada ocasión. Si el traje no era lo que esperaba, al menos le había facilitado las primeras líneas a hablar con Sira.
Ya que ella había aceptado la rosa, Bruces la encantó para achicarla y prenderla a su vestido como si de un pin se tratase y no molestase en las manos que debían usarse para bailar, tomar y esas cosas. Y al entrar al comedor, junto con otro mil de personas, quedó más que claro, que aunque él llevase cualquier cosa puesta Sira en cambio había tenido el gusto justo pues pegaba a la perfección con la decoración navideña.

Como ninguno de los dos quería llamar la atención. Y Bruce en verdad temía a cualquier espectáculo del que pudieran formar parte, condujo a Sira por la cintura hasta la mesa de bebidas, que eligiera la que gustase según el color. El tomaría las amarillas que ni alcohol tenían supuestamente. Aunque claro, algo llevaba y eso lo hizo descartar el vaso luego de dos tragos por convivir. - Estoy seguro que algo habrá siempre sucede…. Bailamos? –

Espero a que Sira aceptara y fueron hacia la pista… lo cual significó moverse dos pasos realmente, pero tomarla por la cintura y hacer como si supiera mover el esqueleto al ritmo de la música. Justo estaba haciéndole dar una vuelta a Sira cuando una trompa pasó cerca de él haciéndolo trastabillar. Pues no, no era una multitud, era solo la Luttrell. Si Bruce fuer a de los que se reía de la gente se hubiera sonreído, pero no. Completó el giro de Sira y la retuvo en sus brazos para susurrarle al oído – ahí empieza el espectáculo… pero no será uno gracioso… creo - Sira podría ver lo que se daba a su espalda, él en cambio no quería ni pensar en esas cosas que siempre terminaban volcando la mesa de bebidas sobre los inocentes o peor a varitasos limpios y puro.

En cambio al que si vio, fue a su buen amigo @Kit Hutchins – ey! Kit – le gritoneó un poco para llamar su atención y llevó bailando a Sira hasta el muchacho – que tienes ahí?... ahhh es de esas cámaras muggles?.... – Se estaba tirando a la piscina en verdad no tenía idea, pero parecía contener un rollo fotográfico o no?. – Se conocen? Ella es Sira una vieja huff como yo, el es Kit, un raven de pura cepa… Sácanos una foto para recordar… -

Por ahí lejos de la entrada con @Vincent Guérin-Lajoie

¿Podía ser una semi veela insegura? Si, no es que a Ellie no le gustara la competencia pero necesitaba sentirse importante, sentir que de alguna manera tenía el control de la situación o si no todo colapsaba a su alrededor.  Se sintió un poco más tranquila cuando Vincent la acompaño dentro e incluso lo tomó del brazo como habría hecho con cualquier pareja si en algún momento de su vida hubiese asistido a algún baile escolar.

Dentro todo parecía de ensueño aun y con las decoraciones muggles y colores brillantes, había pequeños grupos reunidos pero la verdad es que Ellie en general no era una persona sociable, no convivía con muchas personas por que usualmente sus preocupaciones rayaban demasiado en lo escolar y se dedicaba a tiempo completo a su carrera. Conocía personas por aquí y por allá, pero nadie que en esos momentos valiera la pena ir a saludar, si buscó con la mirada para ver si Andrei estaba por ahí, aun no había hablado con él en lo absoluto de su vida en general, no había encontrado el momento indicado para hacerlo y definitivamente esa noche tampoco sería la indicada.

Su atención volvió a Vincent cuando le habló y sonrió, como una cosa automática le sonrió de vuelta y tomó uno de los tragos que le ofrecía. Esa noche en verdad no tenía ganas de preocuparse por nada más que por disfrutar la noche y la compañía, incluso se acercó más a él cuando mencionó eso de estar tomados de la mano.

Ya estoy conviviendo contigo, no necesito ir a saludar a ninguna otra persona y fingir que me agradan, hasta el momento eres todo lo que necesito. Espero no ser yo quién te evite ir a convivir con tus amigos de carrera o no se… - Lo decía en serio,  Ellie tenía esa aura que a muchas personas intimidaba, a él no afortunadamente, tal vez por eso se sentía más en confianza de ser ella misma.  

Espero que tu plan no sea emborracharme, si lo hago tendrás que llevarme a cuestas al terminar el baile. Bueno, eres fuerte así que no creo que haya problema. – Le acercó la bebida para que le diera un poco más de alcohol, no lo sabía aun pero iba a necesitarlo en verdad.

Tomó un trago de manera casual y luego se giró para ver la pista de baile. – Creo que es momento de decirte que no sé bailar en lo absoluto, tendrás que mostrarme como se hace, estoy en tus manos.

traje de gala
-

Esa noche había empezado muy temprano. Tan temprano como a las 6 de la tarde del día anterior. Y todavía quedaba el baile… Qué importaba cuando Alf ya se había fumado todas las plantas del invernadero improvisado que escondía en su cuarto, cuándo para no caer en la resaca el truco era seguir tomando y cuándo tenía un par de colegas que le aguantaban el paso? Era la última navidad en Brigantia que viviría y había que hacerla valer. Además tenía un par de apuesta con Ellie a cumplir y no se perdería de verla perder ni aunque le partieran las piernas.

music:

Cantando eso, que Alf ni sabía que era, entró con varios colegas al recibidor del comedor, cagándose de risa mientras uno vomitaba junto a una estatua. – Débil! – le gritaron a coro los otros. Pero fue a Alfred al que le importó mierdas y siguió la marcha hacia el salón. Justo ahí en la puerta la primera etapa de la noche…. – ZELDA CARIÑO! Pero mira que tetas! – Sin cortarse un pelo de que Abner la tuviera por la cintura se interpuso entre ellos y la puerta para plantarle un besazo rudo en los labios y olerle el perfume exquisito que llevaba. Mientras se quitaba el labial de Zelda de los labios miró a Abner de arriba abajo, también tenía para él unas palabras – Que guapo estás papi! Me gusta tu estilo , dónde compras las corbatas? – Y se le rió en la cara. Lo de papi, todos sabían a qué iba, o no?

No les dio tiempo a nada, puso las manos estiradas al frente, como declarándose inocente, empujó con la espalda la puerta del comedor y se metió en la fiesta para perderse en la multitud. Tenía la adrenalina hasta arriba y otras cosas también. Hacía mil horas que no dormía e igual así había logrado cumplir con el primer reto de la noche. Buscó a Ellie con la mirada y no tardó en ubicar su semiveeles entre las demás. Aunque había muchas, el efecto de Ellie era el mayor. Al menos para él. Cuando la vio, se acercó por atrás y la tomó por la cintura, bien pegaditos hasta que pudo susurrarle al oído. – Ya cumplí con la primera…. Y a que no sabes con quien está Zeldita?... si mi amor, con tu papichulo… - Y se reía se reía mucho. Eso no era sano.... pero así se lo buscaban las dos primas del alma.

Mirar pasar a Svéinsson tras Lutrell sólo le provocó fruncir levemente el ceño, pensando de pronto en lo que hubiera ocurrido si su hechizo hubiera sido exitoso. Pensarlo le provocaba escalofríos, haber estado tan cerca de terminar con su vida y ahora verlo ahí, como si nada. Sabía que de igual manera su relación con el islandés se tornaría extraña (de por sí era algo tirante) y no sabía todavía hasta qué punto. Tampoco sabía si Frances estaba al tanto del incidente.  

Él también tenía ganas de dejar de hacer el idiota y que volviera a la casa, pero les gustaba tener una buena discusión. Y a veces hacía falta. Le dio risa el comentario de Syd, una risa honesta, fácilmente diferenciable de una que lanzara con sorna.

-Tú te los querías llevar como si esto se hubiera acabado. No vas a desestabilizar a mis hijos por que te dio el capricho de no dormir en casa, así que no, Frances, no puedes hacer “con tus hijos lo que te de la maldita gana” por que no son zapatos que poner en una bolsa y llevar a donde quieras-

Dejó pasar el comentario de estarse emborrachando con Finnerty y las malas palabras que le dirigía a sus amigas, siempre y cuando no fueran amigas en común. Eso jamás se le iba a quitar.

-No no, Crawford ¿A dónde vas? lamento mucho ponerte incómodo con estas discusiones domésticas pero algo de todo esto tiene que ver contigo… imagino que diste asilo a esta pobre mujer abusada por su implacable marido. Primero que nada, te lo quiero agradecer- había visto a Syd encaminarse hacia Jasmine y Finnerty, pero honestamente no le preocupaba dejar sus asuntos en privado. Alzó la voz hasta donde fuera preciso que alcanzara a escucharse.