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Heartbreaker || Abner
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Heartbreaker || Abner
No tenía planeado viajar ese fin de semana hacia Inglaterra, usualmente Ellie volvía solamente una vez cada dos o tres meses a su casa, era difícil estar solicitando las chimeneas de la universidad (además de cansado) como para hacerlo más seguido, sin embargo aquel fin de semana era una excepción. Los señores Morgan, sus padres, iban a viajar ese fin de semana hacia América, al matrimonio de unos sobrinos o algo por el estilo, por ende no podían quedarse con Bastian, ni siquiera tuvieron que decirle más, Ellie no era una madre des obligada y le gustaba pasar tiempo con su hijo, a veces le dolía estar tan lejos de él, sentía que se perdía muchas cosas de su vida, como cuando hizo magia por primera vez, había ocurrido a principios de año, encendió las lámparas de la casa simplemente porque tenía miedo a la oscuridad. Cuando pasó, sus padres inmediatamente le mandaron una lechuza, estaban muy orgullosos de él, era todo un mago.
Se apareció en la chimenea el viernes por la tarde, temprano. Sus padres estaban listos para salir y Bastian la recibió con los brazos abiertos, era todo lo que necesitaba. Afuera en Norwich la nieve cubría los grandes terrenos de la mansión Morgan. Una vez que sus padres se fueron y ella se quedo sola con su hijo, primero fue a cambiarse a algo más cómodo, unos jeans desgastados, camisa a cuadros y unas pantuflas ridículas era la forma en que solamente podía vérsele ahí dentro, sin testigos que la juzgaran o que pudieran arruinar su aire de diva. Tenía esas pantuflas por que Bastian compartía unas iguales con ella, era algo madre – hijo que no le molestaba en lo absoluto.
Cuando el tiempo pasó y la tarde se convirtió en noche, Ellie preparo una cena para Bastian y, tras leerle algunas historias para dormir fue que este se fue a la cama. Era temprano, no eran si quiera las 9pm, así que ella bajo a la cocina, encendió la radio mágica y abrió una botella de vino. Odiaba el tipo de asuntos que involucraban hombres, pero odiaba aun más el tipo de asuntos que involucraban a sus amigos, hombres y que habían estado enamorados de ella durante toda su vida. No quería pensar en Andrei por que aun no sabía cómo iba a resolver eso y como las cosas se habían complicado, observó el anillo de diamantes que descansaba en su mano izquierda bebió de su copa como si la respuesta pudiera venir de ella.
Entonces el timbre de la entrada sonó, Ellie no esperaba visitas por lo cual le pareció muy extraño, dejó el vaso de vino en la barra de la cocina y tomó su varita que descansaba en la misma, se acercó a la puerta para abrirla con cuidado, sin embargo al ver quién estaba del otro lado tuvo que dar un paso atrás, casi incrédula antes de pensar en tratar de cerrar la puerta nuevamente.
Ellie Morgan- Mensajes : 216
Fecha de inscripción : 22/11/2014
Re: Heartbreaker || Abner
No había pretendido acudir tan noche a verla por alguna razón en específico. Ese día se había quedado hasta tarde arreglando algunas cosas de la casa y del Ministerio y, la verdad, había pasado a ver a sus sobrinos al cuchitril que su hermana tenía por casa con el insufrible de Alechinsky. Y así se le había hecho tarde.
Estaba ansioso por ver a su hijo pero sabía que antes de eso tenía que arreglar las cosas con Ellie de un modo u otro, así que no le quedaba otra opción más que la de ir hacia ella y hacerlo de la mejor manera posible, aunque sus modos jamás hubieran sido particularmente amables. Era lo malo de haber heredado el terrible carácter de su madre en vez del paciente y honorable talante de don Demetrius Burroughs.
Sabía que las cosas con Ellie estaban en un punto fatal y que tenía que ser muy descarado para presentarse en su casa así nada más, sin un aviso, sin una advertencia, y después de muchos años de haberla dejado con un niño del que no había tenido el valor de hacerse cargo. Pero estaba arrepentido y quería remediar las cosas con el niño en cuestión.
Cuando ella le abrió la puerta y Abner vio su expresión, casi soltó una risa. De inmediato movió la varita de forma brusca y la puerta se atrancó impidiendo que ella la cerrara. Presionó con su mano para abrirla bien y dio unos cuantos pasos al interior del lugar.
-Por favor, Ellie. ¿Cerrarme la puerta en la cara, en serio? Después de todos estos años sin vernos me merezco un mejor recibimiento.
No se metió a la casa como si nada, solamente se quedó a la altura de Ellie. La miró fijamente a los ojos y pareció, por un momento, que le estaba dejando la decisión a ella cuando en realidad solamente estaba dándole la opción de ponerle las cosas fáciles en lugar de que todo es se volviera un sinsentido en donde de todos modos, Abner se iba a empeñar en poner su voluntad por encima de todo.
-¿Vas a dejarme pasar o tengo que convencerte por otros medios?
Estaba ansioso por ver a su hijo pero sabía que antes de eso tenía que arreglar las cosas con Ellie de un modo u otro, así que no le quedaba otra opción más que la de ir hacia ella y hacerlo de la mejor manera posible, aunque sus modos jamás hubieran sido particularmente amables. Era lo malo de haber heredado el terrible carácter de su madre en vez del paciente y honorable talante de don Demetrius Burroughs.
Sabía que las cosas con Ellie estaban en un punto fatal y que tenía que ser muy descarado para presentarse en su casa así nada más, sin un aviso, sin una advertencia, y después de muchos años de haberla dejado con un niño del que no había tenido el valor de hacerse cargo. Pero estaba arrepentido y quería remediar las cosas con el niño en cuestión.
Cuando ella le abrió la puerta y Abner vio su expresión, casi soltó una risa. De inmediato movió la varita de forma brusca y la puerta se atrancó impidiendo que ella la cerrara. Presionó con su mano para abrirla bien y dio unos cuantos pasos al interior del lugar.
-Por favor, Ellie. ¿Cerrarme la puerta en la cara, en serio? Después de todos estos años sin vernos me merezco un mejor recibimiento.
No se metió a la casa como si nada, solamente se quedó a la altura de Ellie. La miró fijamente a los ojos y pareció, por un momento, que le estaba dejando la decisión a ella cuando en realidad solamente estaba dándole la opción de ponerle las cosas fáciles en lugar de que todo es se volviera un sinsentido en donde de todos modos, Abner se iba a empeñar en poner su voluntad por encima de todo.
-¿Vas a dejarme pasar o tengo que convencerte por otros medios?
Abner Burroughs- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 30/11/2014
Re: Heartbreaker || Abner
Aquello debía ser una pesadilla, algo provocado por el vino que se había tomado recientemente; de todas las personas en el mundo que se imaginó encontrar al pie de su puerta Abner era la última de ellas. Si quería azotarle la puerta en la cara, era por mucho lo menos que merecía, desistió de hacerlo cuando vio que sacó la varita y la atrancó, ella simplemente se quedó como imbécil sosteniendo la madera de la misma, ni siquiera se dignaba a mirarlo a la cara, no podía, no quería.
Se estremeció al escuchar su voz, esa maldita voz que la había perseguido en sueños durante todo ese tiempo, una voz aterciopelada que lograba erizarle los vellos del cuerpo, una que incluso sonaba hasta cínica a sus oídos. ¿Qué no se merecía eso? Claro que no, se merecía que le lanzara alguna maldición en ese momento, no lo hizo, pero no estaba contenta. Dio un paso hacia atrás y fue que levantó la mirada (desafortunadamente) y se encontró directamente con sus ojos, azules, profundos. Esa mirada que podía desarmarla cuando era una jovencilla, que le impedía a negarse a cualquier cosa que saliera de sus labios. Lo observó por supuesto, de los pies a la cabeza deteniéndose unos momentos en sus labios, tal vez de no haber estado tan ofuscada en esos momentos por su presencia, incluso a ella se le habrían puesto las piernas de gelatina.
¿Hacerle las cosas fáciles? No tenia por que hacerlo, no le debía absolutamente nada. Su mirada se endureció así como sus facciones y se cruzó de brazos, ahí en el umbral de la puerta, como algo inamovible.
¿Qué quieres? ¿Estás seguro que no te equivocaste de casa? No voy a dejarte entrar, lo hice una vez y llevo arrepintiéndome de eso durante casi cinco años. – Su voz salía fuerte, decisiva. Le plantó cara incluso dando un paso al frente, estaba apretando sus brazos tan fuerte que de no ser por su enojo hasta le habría dolido.
Lárgate de una maldita vez, no quiero saber nada de ti, de tus métodos o lo que sea que hayas venido a hacer en este lugar. Vete antes de que te arroje algo y no estoy hablando de maldiciones. – Sus ojos estaban encendidos en llamas ardientes, tenía mucha ira y resentimiento contra él específicamente, pero siempre había sido así, una persona con un gran temple pero, en el fondo cuando esa horrible personalidad salía a flote, terminaba ocurriendo la tercera guerra mundial.
Ellie Morgan- Mensajes : 216
Fecha de inscripción : 22/11/2014
Re: Heartbreaker || Abner
Abner endureció la mirada ante las palabras de Ellie. Sabía que estaban cargadas de verdad y que tenía toda la razón, pero esos razonamientos él los anulaba muy fácilmente. Sonrió con un insoportable dejo de sarcasmo cuando mencionó que estaba arrepentida y hasta negó con la cabeza, algo decepcionado por sus palabras.
-No digas que te arrepientes así como así. Algo bueno salió de ahí ¿no es así? Y precisamente eso es lo que tenemos que discutir hoy.
Al escuchar sus amenazas y sus negativas se dio cuenta de que no iba a haber vía fácil para nadie. Se acercó más a ella, quedó tan cerca que casi podía tocar la punta de su nariz con la de él, pero el movimiento intempestivo solamente fue para cerrar la puerta a sus espaldas. No le importaba que le amenazara con que iba a arrojarle todos los jarrones de la casa.
-No están tus padres, ¿no?
Preguntó como quién pregunta por el clima, pero solamente lo había soltado para darle a entender que sabía perfectamente su situación en ese momento, quería darle a entender que sabía que estaba sola, aunque Ellie nunca había sido una mujer que tuviera miedo de nada. Había investigado todo sobre ella, sabía la carrera que estudiaba y en qué situación estaba su hijo. Todavía no le decía a sus padres que tenían un cuarto nieto, más pequeño que Per, pero pronto también llegaría el momento de eso.
-Escucha Ellie, sé que actué mal y que merezco que me odies en este momento, pero sabes que será lo mejor para todos si actuamos como personas civilizadas y platicamos un poco. Las cosas no quedaron bien pero pueden arreglarse, ¿estás segura que quieres negarle a nuestro hijo que conozca a su papá? No está en mis planes irme de aquí sin que lleguemos a un acuerdo, te lo digo de una vez.
Avanzó hacia ella reparando en su ropa, en lo natural que se veía así, con su camiseta desgarbada y sus pantuflas ridículas. La visión ligeramente infantil lo hizo sonreír de nuevo.
-Anda, es buen momento para limar asperezas.
-No digas que te arrepientes así como así. Algo bueno salió de ahí ¿no es así? Y precisamente eso es lo que tenemos que discutir hoy.
Al escuchar sus amenazas y sus negativas se dio cuenta de que no iba a haber vía fácil para nadie. Se acercó más a ella, quedó tan cerca que casi podía tocar la punta de su nariz con la de él, pero el movimiento intempestivo solamente fue para cerrar la puerta a sus espaldas. No le importaba que le amenazara con que iba a arrojarle todos los jarrones de la casa.
-No están tus padres, ¿no?
Preguntó como quién pregunta por el clima, pero solamente lo había soltado para darle a entender que sabía perfectamente su situación en ese momento, quería darle a entender que sabía que estaba sola, aunque Ellie nunca había sido una mujer que tuviera miedo de nada. Había investigado todo sobre ella, sabía la carrera que estudiaba y en qué situación estaba su hijo. Todavía no le decía a sus padres que tenían un cuarto nieto, más pequeño que Per, pero pronto también llegaría el momento de eso.
-Escucha Ellie, sé que actué mal y que merezco que me odies en este momento, pero sabes que será lo mejor para todos si actuamos como personas civilizadas y platicamos un poco. Las cosas no quedaron bien pero pueden arreglarse, ¿estás segura que quieres negarle a nuestro hijo que conozca a su papá? No está en mis planes irme de aquí sin que lleguemos a un acuerdo, te lo digo de una vez.
Avanzó hacia ella reparando en su ropa, en lo natural que se veía así, con su camiseta desgarbada y sus pantuflas ridículas. La visión ligeramente infantil lo hizo sonreír de nuevo.
-Anda, es buen momento para limar asperezas.
Abner Burroughs- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 30/11/2014
Re: Heartbreaker || Abner
¿Qué algo bueno había salido de él? Ellie tuvo que hacer uso de la poca paciencia que le quedaba para no empujarlo, sacar la varita y lanzarle algo en verdad. No le creía principalmente porque no quería creerle que estaba ahí de buenas a primeras porque algo en él había despertado el amor paterno que jamás tuvo para con su hijo, que planeaba en realidad enmendar las cosas. Ellie era una mujer rencorosa, le había dolido que terminaran y le había dolido mucho más que la dejara con un hijo que ni siquiera había nacido aun, él no tenía ningún derecho de estar ahora plantado frente a su puerta, invadiendo su casa y ahora su espacio personal. Lo vio directamente a los ojos, casi pudo sentir su aliento sobre ella, esa presencia masculina que durante mucho tiempo le había hecho falta y que, a pesar de todo, le podía demasiado.
No tenemos nada que discutir… – Le dijo entre dientes tensando su quijada, estaba en verdad enfurecida. ¿Qué era buen momento para limar asperezas? ¿Quién le daba a él autoridad para decidir eso? Dio un paso atrás poniendo los brazos a los lados, en verdad sentía la imperiosa necesidad de hacerle daño, daño profundo. Tal vez por eso y en un movimiento casi instintivo le dio una sonora bofetada en la mejilla, tan fuerte que incluso la mano le quedo palpitando.
¿Nuestro hijo? Ah nuestro hijo se murió ¿No te lo dijo nadie? Da igual, no te importaba. Ahora que sabes que no existe puedes largarte por donde viniste. No quiero ningún arreglo contigo, no quiero escuchar nada más de tu maldita boca llena de mentiras, ve a contárselas a otra que te crea ciegamente, porque yo ya no lo haré. - Había elevado la voz unos cuando decibeles, se llevó una mano a la cintura y otro al tabique nasal como si estuviera tratando de contenerse, quería gritarle muchas cosas, lastimarlo. Al final solamente término tomando, en efecto, uno de los jarrones de la entrada y lo levantó de manera amenazante hacia él, estaba como loca en verdad.
Pero es que él no tenía derecho a nada, no tenía derecho a aparecerse de esa manera en su vida, no tenía derecho a ser tan jodidamente irresistible y no tenía derecho a, después de tantos años, seguir importándole de la manera en la que lo hacía. Los primeros años, cuando aun tenia esperanza de que él volviera, se había planteado las cosas que quería decirle, como es que lo iba a hacer sufrir, pero con el tiempo aquello se había pasado y ahora solamente tenía mucho rencor para sacar.
Ellie Morgan- Mensajes : 216
Fecha de inscripción : 22/11/2014
Re: Heartbreaker || Abner
Le ardió la cara por el golpe en la mejilla, pero no le sorprendía porque Ellie siempre había sido una mujer de carácter. Se llevó la mano a la mejilla por instinto y encontró intolerable el contacto de su palma fría contra la piel que ahora le ardía. Miró a Ellie en aparente calma de cualquier forma, al menos hasta que soltó con toda naturalidad que su hijo estaba muerto. Apretó la quijada tanto que sintió que iba a romperse los dientes y de nuevo su mirada se transformó en una alarma de peligro.
-No me tomes por estúpido. Sé perfectamente que está bien, es más, sé perfectamente dónde está ahora. Así que deja de decir idioteces y vamos a hablar como la gente, ¿te cuesta mucho trabajo eso? No voy a ir a contarle nada a otra porque eres tú la que tiene a mi hijo, tú. Y no me voy a mover de aquí hasta que hablemos. ¿Qué parte no entendiste?
Avanzó hacia ella con la firme intención de tomarla por los hombros, cuando menos, pero se detuvo al ver que alzaba el jarrón hacia él. Se volvió a reír como si se burlara de ella sin poderlo evitar, sin preocuparse por la amenaza, no le importaba.
-Lánzame todo lo que quieras, Ellie. Ya me conoces, no me voy a ir de aquí hasta tener lo que quiero. Así que por una maldita vez en tu vida deja de comportarte irracional y escúchame.
Sabía que no lo estaba manejando precisamente bien. Ningún Burroughs había tenido tacto jamás en sus vidas, decían lo que pensaban en el momento y siempre buscaban tener lo que querían en el momento, también. No había medias tintas, no había espacio para dudar. Abner quería a Ellie, en verdad lo hacía, aunque se había comportado como un idiota en su momento. Ahora que estaba frente a ella era fácil recordar las razones por las que se había convertido en más que un capricho. No era solo su fascinante brillo de semiveela, era también la fortaleza de sus ojos, la decisión en cada gesto, la forma en que sus labios se tensaban. Era la Ellie que recordaba, con todo y lo malo.
-Anda, ¿qué esperas? Haz lo que se te antoje, tú y yo sabemos dónde va a terminar esto. Si quieres fingir que no te provoca nada que esté aquí de nuevo, adelante. Pero te conozco, y tú también me conoces bien. No tiene caso que alargues lo inevitable.
-No me tomes por estúpido. Sé perfectamente que está bien, es más, sé perfectamente dónde está ahora. Así que deja de decir idioteces y vamos a hablar como la gente, ¿te cuesta mucho trabajo eso? No voy a ir a contarle nada a otra porque eres tú la que tiene a mi hijo, tú. Y no me voy a mover de aquí hasta que hablemos. ¿Qué parte no entendiste?
Avanzó hacia ella con la firme intención de tomarla por los hombros, cuando menos, pero se detuvo al ver que alzaba el jarrón hacia él. Se volvió a reír como si se burlara de ella sin poderlo evitar, sin preocuparse por la amenaza, no le importaba.
-Lánzame todo lo que quieras, Ellie. Ya me conoces, no me voy a ir de aquí hasta tener lo que quiero. Así que por una maldita vez en tu vida deja de comportarte irracional y escúchame.
Sabía que no lo estaba manejando precisamente bien. Ningún Burroughs había tenido tacto jamás en sus vidas, decían lo que pensaban en el momento y siempre buscaban tener lo que querían en el momento, también. No había medias tintas, no había espacio para dudar. Abner quería a Ellie, en verdad lo hacía, aunque se había comportado como un idiota en su momento. Ahora que estaba frente a ella era fácil recordar las razones por las que se había convertido en más que un capricho. No era solo su fascinante brillo de semiveela, era también la fortaleza de sus ojos, la decisión en cada gesto, la forma en que sus labios se tensaban. Era la Ellie que recordaba, con todo y lo malo.
-Anda, ¿qué esperas? Haz lo que se te antoje, tú y yo sabemos dónde va a terminar esto. Si quieres fingir que no te provoca nada que esté aquí de nuevo, adelante. Pero te conozco, y tú también me conoces bien. No tiene caso que alargues lo inevitable.
Abner Burroughs- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 30/11/2014
Re: Heartbreaker || Abner
Lo de Bastian y su muerte lo había dicho sin pensar, solamente como la primer idea que le paso por la cabeza para que él se largara de ahí, para demostrar que en realidad no le importaba tanto como él decía, sin embargo el que se quedara y le soltara esas palabras la había puesto aun más mal de lo que creyó. No arrojó el jarrón porque no quería tampoco hacer un ruido innecesario, había recobrado un poco de la razón, había recordado que Bastian seguía arriba dormido y no quería despertarlo por algo como eso.
Lo odiaba, lo odiaba muchísimo. Dejó el jarrón en la mesa del recibidor, del lugar donde lo había tomado y luego se dio la vuelta dándole la espalda a Abner, no lo estaba corriendo ya y eso era una ganancia, solamente se dirigió hasta la cocina donde aun descansaba la copa de vino que se había servido antes de que toda la locura comenzara. ¿Cómo podía saber qué es lo que ella sentía? Durante muchos años se dijo a si misma que no iba a dejar que nadie leyera sus emociones tan fácilmente y luego llegaba él a descolocarla completamente, a hacerle sentir como si tuviera 17 años nuevamente y estuviera asombrada porque alguien como él la amara.
Le había dado pie a que la siguiera, no se lo dijo directamente pero estaba más que implícito en sus movimientos. Aun estaba tensa y furiosa como solamente ella podía estar. Tomó la copa de vino y le dio un trago grande, casi acabándosela. La puso sobre la barra con fuerza, no la suficiente como para romperla pero si la suficiente como para hacerle ver que estaba enfadada.
No voy a dejarte que lo veas – Dijo de manera firme, como si fuera una sentencia directa que iba a ser imposible de cambiar. –No puedo permitir que llegues a destruirle el mundo, a confundirlo o darle falsas ilusiones para que luego decidas que no quieres estar ahí. Con migo puedes hacer lo que desees, con él no. No puedo permitírtelo. – Lo dijo amargamente levantando sus defensas, sus manos temblaban pero era verdad. No quería decirle a Bastian que su padre estaba ahí y que luego él terminara preguntando por alguien que jamás iba a volver.
Ellie Morgan- Mensajes : 216
Fecha de inscripción : 22/11/2014
Re: Heartbreaker || Abner
Hubo un momento en el que de verdad pensó que Ellie no iba a entrar en razón bajo ningún concepto y que iba a comenzar un intercambio de hechizos que podía terminar mal, pero por suerte lo pensó mejor y dejó el jarrón en su sitio. Había algo diferente en ella y eso era positivo, aunque también peligroso. Le gustaba la idea de que ahora fuera incluso más madura que antes.
La siguió hasta la cocina con una aparentemente imperecedera sonrisa en el rostro. No habló durante todo el trayecto. Claro que la había investigado pero solamente lo había hecho superficialmente, en los temas que se referían a su hijo, más que nada. No tenía idea de cualquier lío amoroso en el que pudiera estar involucrada, pero ya tendría tiempo de averiguarlo si se daba la ocasión.
Escuchó su sentencia pero no se la tomó en serio. Aquello no era una opción. Así tuviera que hacer movimientos legales para lograrlo, estaba dispuesto a luchar por su hijo costara lo que costara. No había vuelto de su vida en el extranjero por nada. Si no fuera por Bastian hubiera preferido quedarse donde estaba.
-Eso no va a pasar, estoy seguro de lo que quiero. Y lo que quiero es estar con él, quiero conocerlo y quiero que me conozca. Va a necesitarme y voy a estar ahí para él. No es una decisión que tengas el derecho de tomar a la ligera. También es mío. Y antes de que salgas con argumentos insulsos, sí, me fui por cinco años pero ahora no solo tengo facilidad de darle una mejor vida, estoy seguro de lo que quiero, eso vale bastante.
Cualquiera podría decir que estaba siendo demasiado cínico, pero la peor parte era que él mismo se creía sus argumentos, se creía cada justificación que le daba. Ahora, en cuanto a la otra parte de lo dicho…
Con extrema cautela se acercó a ella para acorralarla contra la barra. Puso sus brazos a los costados de Ellie. Ella podía sacar su varita en cualquier momento, él sabía eso, pero no le tenía miedo.
-¿Puedo hacer contigo lo que desee? ¿Esa es una invitación directa? Pensé que a estas alturas me habrías olvidado.
La siguió hasta la cocina con una aparentemente imperecedera sonrisa en el rostro. No habló durante todo el trayecto. Claro que la había investigado pero solamente lo había hecho superficialmente, en los temas que se referían a su hijo, más que nada. No tenía idea de cualquier lío amoroso en el que pudiera estar involucrada, pero ya tendría tiempo de averiguarlo si se daba la ocasión.
Escuchó su sentencia pero no se la tomó en serio. Aquello no era una opción. Así tuviera que hacer movimientos legales para lograrlo, estaba dispuesto a luchar por su hijo costara lo que costara. No había vuelto de su vida en el extranjero por nada. Si no fuera por Bastian hubiera preferido quedarse donde estaba.
-Eso no va a pasar, estoy seguro de lo que quiero. Y lo que quiero es estar con él, quiero conocerlo y quiero que me conozca. Va a necesitarme y voy a estar ahí para él. No es una decisión que tengas el derecho de tomar a la ligera. También es mío. Y antes de que salgas con argumentos insulsos, sí, me fui por cinco años pero ahora no solo tengo facilidad de darle una mejor vida, estoy seguro de lo que quiero, eso vale bastante.
Cualquiera podría decir que estaba siendo demasiado cínico, pero la peor parte era que él mismo se creía sus argumentos, se creía cada justificación que le daba. Ahora, en cuanto a la otra parte de lo dicho…
Con extrema cautela se acercó a ella para acorralarla contra la barra. Puso sus brazos a los costados de Ellie. Ella podía sacar su varita en cualquier momento, él sabía eso, pero no le tenía miedo.
-¿Puedo hacer contigo lo que desee? ¿Esa es una invitación directa? Pensé que a estas alturas me habrías olvidado.
Abner Burroughs- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 30/11/2014
Re: Heartbreaker || Abner
Cerró los ojos unos momentos para seguir manteniendo ese estado de calma que le costaba mucho mantener. Detestaba a Abner, pero lo que más odiaba es que en realidad no era odio lo que sentía hacia él, era rencor, era desilusión, era saber que ni ella ni Bastian habían sido lo suficientemente buenos como para mantenerlo a su lado. Tenía un dolor profundo en el corazón que no iba a sanar simplemente porque él apareciera ahí diciendo que quería verlo y que quería estar al lado de Bastian. Claro, todo era por su hijo entonces, no por ella. Se recargó sobre la barra sin quitarle la mirada de encima, Abner era peligroso, atrayente, ella sabía de lo que ese hombre era capaz.
¿Te parecen argumentos insulsos? ¿Es que acaso tienes idea de lo que dices? Nos abandonaste Abner, te fuiste así sin más. No tuviste que cuidarle en sus momentos difíciles, cuando estuvo enfermo, ni siquiera cuando dio sus primeras muestras de magia…. Esta conversación es ridícula, en verdad.- Negó con la cabeza imposible a entender cualquier excusa que él fuera a darle, no podía permitirse el creerle cualquier cosa y que luego llegara a lastimarla.
Supo inmediatamente que se acerco a ella aun que su mirada estaba puesta en el piso, fue un escalofrió que le recorrió la espalda, que le nubló la cabeza por segundos al tenerlo ahí cerca de ella, exhalando ese aroma masculino y envolviéndola en una calidez que hacía mucho tiempo no sentía, pero que le pareció tan natural y excitante como la primera vez. Sus palabras le dolieron e hicieron que su cuerpo se tensara para evitar el calor que estaba reuniéndose en su vientre y recorriéndola entre las piernas.
Se acercó más a él, con confianza, como si en realidad nada de eso le supusiera un mayor problema, su mirada estaba puesta directamente sobre sus labios, esos mismos labios que moría por besar, que odiaba por seguir siendo tan tentadores como la primera vez que los vio de cerca.
¿Olvidarte? ¿Quién podría olvidar a Abner Burroughs? - Le habló casi sobre los labios, haciéndole sentir su cálido aliento. Entonces apunto directamente la varita a su cuello. – ¿Y tú? ¿Me olvidaste? ¿Quisieras hacerlo? - Era una amenaza, en realidad estaba segura que no iba a lanzarle ningún hechizo, solamente quería sentir que aun tenía el control de algo en su vida. - Voy a casarme, aléjate de mi... - Remató levantando la mano donde tenia el anillo de compromiso que Andrei le había dado, fuera verdad o no, solamente quería ver su reacción.
Ellie Morgan- Mensajes : 216
Fecha de inscripción : 22/11/2014
Re: Heartbreaker || Abner
No le había respondido nada a lo dicho anteriormente porque en ese momento le atañían otros asuntos, pero Abner tenía muy metido en la cabeza que la vida de Bastian apenas empezaba y que los momentos importantes seguirían ocurriendo, por lo que no era tarde para reincorporarse a su vida si lo hacía con convicción de quererlo. Estaría ahí cuando contrajera viruela de dragón, cuando entrara a Hogwarts, cuando le gustara una chica por primera vez. La vida de Bastian tenía mucho por delante.
Al notar la forma en que Ellie acortaba aún más las distancias entre ellos, se sintió complacido. Jamás se había considerado un tipo que tuviera cierto efecto sobre ninguna mujer, pero sí admitía que a veces era demasiado afortunado. Pasó saliva y su mirada se enfocó en los ojos salvajes de Ellie y luego en la piel de su cuello y en las formas alargadas, femeninas y atrayentes del mismo.
Sonrió al sentir la varita sobre su cuello. Llevó una mano a la muñeca de Ellie y la empujó, pero no para alejarla, sino instándola a que la clavara más en su carne, al tiempo en que le regresaba la mirada fijamente, con un tono exigente. Demandaba que lo lastimara si era lo que quería para desahogarse.
No tuvo tiempo de contestar a sus preguntas porque le soltaba, así nada más, que iba a casarse. En un segundo se le arremolinaron miles de pensamientos en la cabeza. Su primer impulso fue preguntar quién era el bastardo que iba a tomar su lugar, pero en lugar de eso mantuvo la calma. Con la mano libre tomó la mano de Ellie que tenía el anillo. Su cuerpo presionó más contra la barra por inercia.
Abner observó el anillo durante un par de segundos de tensión que parecieron una eternidad. Después la miró a ella. Sin decir ni media palabra metió el dedo de Ellie en su boca y retiró el anillo con sus dientes. Lo sostuvo entre ellos otro par de segundos antes de acortar las distancias al mínimo, tomarlo y ponerlo detrás de ellos, sobre la barra, con un premeditado descuido. Su mano libre ya escalaba entre las piernas de Ellie sintiendo los bordes de su ropa interior.
-Eso no importa ahora.
Al notar la forma en que Ellie acortaba aún más las distancias entre ellos, se sintió complacido. Jamás se había considerado un tipo que tuviera cierto efecto sobre ninguna mujer, pero sí admitía que a veces era demasiado afortunado. Pasó saliva y su mirada se enfocó en los ojos salvajes de Ellie y luego en la piel de su cuello y en las formas alargadas, femeninas y atrayentes del mismo.
Sonrió al sentir la varita sobre su cuello. Llevó una mano a la muñeca de Ellie y la empujó, pero no para alejarla, sino instándola a que la clavara más en su carne, al tiempo en que le regresaba la mirada fijamente, con un tono exigente. Demandaba que lo lastimara si era lo que quería para desahogarse.
No tuvo tiempo de contestar a sus preguntas porque le soltaba, así nada más, que iba a casarse. En un segundo se le arremolinaron miles de pensamientos en la cabeza. Su primer impulso fue preguntar quién era el bastardo que iba a tomar su lugar, pero en lugar de eso mantuvo la calma. Con la mano libre tomó la mano de Ellie que tenía el anillo. Su cuerpo presionó más contra la barra por inercia.
Abner observó el anillo durante un par de segundos de tensión que parecieron una eternidad. Después la miró a ella. Sin decir ni media palabra metió el dedo de Ellie en su boca y retiró el anillo con sus dientes. Lo sostuvo entre ellos otro par de segundos antes de acortar las distancias al mínimo, tomarlo y ponerlo detrás de ellos, sobre la barra, con un premeditado descuido. Su mano libre ya escalaba entre las piernas de Ellie sintiendo los bordes de su ropa interior.
-Eso no importa ahora.
Abner Burroughs- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 30/11/2014
Re: Heartbreaker || Abner
Si no estaba temblando al sostenerle la varita era porque estaba utilizando toda su fuerza de voluntad. No le iba a lanzar nada, aun que encontró terriblemente estimulando que él le acercara la varita para que de verdad le hiciera daño si quisiera. No iba a hacerlo. Su cuerpo aun lo reconocía como parte de sí mismo, en esos cinco años había estado con otros hombres, pero debía decir que ninguno la complementaba de tal manera como Abner lo hacía, su mismo ser estaba listo para recibirlo, temblando por dentro mantuvo frente a él el anillo de compromiso. ¿Qué iba a decir? ¿Le importaría acaso? Tal vez ya no la quería o necesitaba, tal vez solamente como decía, estaba ahí por Bastian y había dejado atrás el pasado, porque en realidad aun que le doliera aceptarlo, Abner no había abandonado a Bastian, la había abandonado a ella y eso si llegaba a doler.
Sus ojos se abrieron asombrados cuando él la tomó e introdujo su dedo corazón entre sus labios, se sentía tan bien, el roce de sus dientes sobre su piel, su aliento la hizo soltar un pequeño suspiro. No hizo ningún esfuerzo por separarse de él cuando se acerco casi cubriéndola con su cuerpo; tragó saliva mientras su mejillas se ponían completamente rojas por la distancia en la que ambos estaban, el corazón le latía tan fuerte que pensó Abner podría escucharlo así como ella podía sentir su pecho firme sobre ella.
Aquellas palabras habían bastado para desármala, bajó la varita dejándola sobre la mesa y se acerco a él para rodearlo por el cuello con uno de sus brazos, se sentía tan inútil, tan débil, tan necesitada de él en esos momentos que sintió vergüenza de sí misma. Quería rogarle que se quedara con ella, que la hiciera suya por siempre. Lo tomó con ambas manos por las mejillas para verlo a los ojos, para saborear sus labios aun sin tocarlos.
Eres un maldito infeliz… Te odio tanto… - No era verdad, no podía. Se acerco a sus labios para besarlo de manera invasiva, buscó con la punta de su lengua la suya, puso una de sus manos contra la de él y lo guió al interior de sus pantalones tras desabotonarlos para que siguiera tocándola, necesitaba aliviar el sentimiento de necesidad que le provocaba entre las piernas, ese calor que había encendió desde el momento en que puso un pie dentro de aquel lugar. Mordió suavemente su labio inferior mientras llevaba sus manos hasta su cuello, luego a su nuca entrelazando los dedos contra su cabello, estirándolo un poco sin hacerle en verdad daño. Quería lastimarlo pero en esos momentos, literalmente, la tenía derretida entre sus manos
Ellie Morgan- Mensajes : 216
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Re: Heartbreaker || Abner
Sus declaraciones de odio no hicieron más que sacarle una sonrisa, una insoportable, la de quien sabe que ha ganado y se jacta de ello con altanería. Aquella sonrisa se mantuvo en sus labios, impasible, hasta que ella lo besó. Su mente de inmediato se puso en blanco, bloqueada de todo posible atisbo de ego, de descaro. Lo único que importaba era la sensación sobre sus labios, el roce de su lengua contra la de él.
Se abrió camino entre sus piernas, en la búsqueda de esa humedad a la que había sido adicto durante mucho tiempo. La acarició con una paciencia que no sentía, reconociéndola, embriagándose lentamente de aquella sensación que lo descolocaba por completo. Volvió a atacar su boca, la besó con una avidez contrastante al suave ritmo de sus dedos y supo que no podría soportarlo más.
La tomó por la cintura y la subió a la barra, desde donde bajó sus pantalones hasta la rodilla, aunque no su ropa interior. Se agachó para lamer sus muslos, morder suavemente su piel blanca y firme, mientras sus manos mantenían un ritmo parecido hasta cubrir sus caderas y su cintura, luego pasó los dedos por encima de sus bragas solamente para sentir qué tan húmeda estaba, si podría o no sentirlo a través de ella.
Se incorporó y con la mano que le quedaba libre fue desabrochando los botones de su camisa. Dejó a un lado el resto de sus tareas y se concentró específicamente en sus pechos, en su sabor, en su textura, en las formas en que su lengua podía recorrerlos y explorarlos, en los recuerdos que llegaban a su mente, todos ellos placenteros, y también en las posibilidades del futuro, en la cantidad de veces que quería follársela esa noche y que tenía todo el tiempo del mundo para hacerlo.
No dijo nada, lo consideró innecesario y también un error que podría costarle caro. Solo se concentraba en estimularla, en besarla. Sus dedos fueron de nuevo entre sus piernas, la acariciaba con esmero mientras devoraba sus pechos lentamente, sin ninguna prisa. Estaba dando un mensaje silencioso: que estaba ahí para ella, al completo, y que sólo ella importaba.
Se abrió camino entre sus piernas, en la búsqueda de esa humedad a la que había sido adicto durante mucho tiempo. La acarició con una paciencia que no sentía, reconociéndola, embriagándose lentamente de aquella sensación que lo descolocaba por completo. Volvió a atacar su boca, la besó con una avidez contrastante al suave ritmo de sus dedos y supo que no podría soportarlo más.
La tomó por la cintura y la subió a la barra, desde donde bajó sus pantalones hasta la rodilla, aunque no su ropa interior. Se agachó para lamer sus muslos, morder suavemente su piel blanca y firme, mientras sus manos mantenían un ritmo parecido hasta cubrir sus caderas y su cintura, luego pasó los dedos por encima de sus bragas solamente para sentir qué tan húmeda estaba, si podría o no sentirlo a través de ella.
Se incorporó y con la mano que le quedaba libre fue desabrochando los botones de su camisa. Dejó a un lado el resto de sus tareas y se concentró específicamente en sus pechos, en su sabor, en su textura, en las formas en que su lengua podía recorrerlos y explorarlos, en los recuerdos que llegaban a su mente, todos ellos placenteros, y también en las posibilidades del futuro, en la cantidad de veces que quería follársela esa noche y que tenía todo el tiempo del mundo para hacerlo.
No dijo nada, lo consideró innecesario y también un error que podría costarle caro. Solo se concentraba en estimularla, en besarla. Sus dedos fueron de nuevo entre sus piernas, la acariciaba con esmero mientras devoraba sus pechos lentamente, sin ninguna prisa. Estaba dando un mensaje silencioso: que estaba ahí para ella, al completo, y que sólo ella importaba.
Abner Burroughs- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 30/11/2014
Re: Heartbreaker || Abner
Ella podía mentir y decirle que lo odiaba y despreciaba más que nada en el mundo, su cuerpo por el contrario actuaba por si mismo temblando y estremeciéndose con cada uno de sus besos y caricias, simplemente el magnetismo que irradiaba de Abner hacia ella era irresistible. Al momento en que él se abrió paso entre sus piernas y tocó aquel punto en su feminidad todas las terminaciones nerviosas de Ellie recibieron aquella caricia, un gemido atormentado emergió del fondo de su garganta, sentía que jamás podría tener suficiente de él, le necesitaba con fervor.
Luchó contra el fuerte impulso de tocarlo, de acariciar su pecho, aquel abdomen bien marcado y saber si seguía siendo igual de perfecto como lo recordaba en sus sueños; simplemente se dejó llevar apoyada sobre la barra con ambos brazos mientras él se desembarazaba de los Jeans para brindarle nuevamente aquellas caricias que la enervaban. Víctima de su propia excitación Ellie había perdido completamente la noción de donde se encontraban o esa ridícula batalla que había tenido lugar hacia unos minutos, ahora lo único que importaban eran las sensaciones de su cuerpo. Mientras él besaba la punta de sus senos ella se estremeció, llevó una mano hasta su nuca enredándola entre su cabello, su mano libre parecía tener conciencia propia y había viajado hasta la camisa de Abner, desabotonándola de una manera tan desesperada que el primer contacto con su piel cálida y vibrante casi fue doloroso.
Seguía siendo perfecto, cada centímetro de él lo era. Abner era ese tipo de hombres que uno simplemente tiene que permitirse en la vida, aquella noche había resuelto simplemente en fracción de segundos que iba a tener sexo con él, no quería pensar en lo que iba a suceder después, solamente que era algo que debía permitirse, tal vez como una especie de venganza hacia Andrei por presionarla, por que seguía dolida acerca de lo que él le había dicho, que Abner era un capricho. No lo había sido entonces pero lo era en esos momentos, no quería pensar que aun guardaba sentimientos hacia él, sentimientos fuertes y profundos, no quería porque le dolía y no estaba bien que le doliera.
Luchó por separarlo de ella solo unos momentos, su calor seguía recorriéndola. Lo tomó de las mejillas nuevamente clavando sus dedos en ellas y lo obligo a besarla nuevamente, lo acercó hasta ella hasta quitarle la camisa y después se dedico a acariciar su pecho y espalda hundiendo los dedos sobre su piel, así fue hasta que llegó al pantalón, bajó sus manos hasta su entrepierna acariciándolo sobre la tela. No iba a mostrar debilidad, no iba a exponer su corazón nuevamente a alguien que le había fallado y mucho menos revelar el terrible poder que tenia sobre ella.
Ellie Morgan- Mensajes : 216
Fecha de inscripción : 22/11/2014
Re: Heartbreaker || Abner
Estaba disfrutando como nunca reconocer de nuevo su cuerpo. Era justo como la recordaba, completamente perfecta. Su piel suave le llenaba la boca, le provocaba más hambre. La buscaba cada vez con más ahínco. Escuchar sus gemidos, aunque intentara contenerlos, era más de lo que había esperado tener esa noche. Porque por más que lo pareciera, no había pensado salir victorioso en ese terreno en un principio. Actuar con seguridad era la mejor estrategia que podía tener pero nunca había sentido que tenía algo en las manos. El saber que iba a casarse con cualquier otro le había dado el impulso. Le gustaba competir.
Cada caricia parecía un recordatorio de lo que habían tenido, pero llevaba un nuevo sentimiento, uno violento, casi de desprecio. Y Abner encontraba eso muy excitante. Al sentir su débil lucha para separarlo, lejos de ofenderse se sintió complacido. La besó como ella demandaba y se estremeció, arqueando levemente la espalda, al sentir su mano aún por encima de la tela de su pantalón. Le buscó la mirada. Había en él celos, incertidumbre, pero también un odioso sentimiento de victoria. Cualquiera que fuera la persona con la que iba a casarse, él ya había vencido.
La tomó por la nuca y le besó las mejillas, después bajó por su mentón, por su cuello, hasta su clavícula. A cada segundo el intercambio parecía más ansioso y desesperado. Quería tenerla ya, quería sentirla por completo, porque hasta cierto punto no sabía qué tan peligroso era llevarse las cosas con calma, ella podría arrepentirse en cualquier momento de estar así con él. Se deshizo por completo de sus jeans. La tomó de nuevo para bajarla de la barra. No detuvo sus besos mientras la arrinconaba contra la pared más cercana. Ahí volvió a mirarla a los ojos. No le dijo nada pero estaba exigiendo respuestas: ¿quién era él? ¿por qué? ¿volvería a su lado después de eso?.
Con esas ideas en mente y después de un último beso profundo, la giró para que su rostro quedara contra la pared. Lamió la fina línea de su cuello mientras deslizaba sus bragas por sus piernas y la tocó una vez más para comprobar su humedad antes de aprisionarla más contra la pared y entrar en ella como tanto había deseado hacer, porque no se había cansado de imaginarla, de recordarla. Nunca nadie era como ella. Ahogó un gemido y pegó su frente contra la espalda de Ellie al sentir su calor, al sentir que lo rodeaba por completo. No había mejor sensación que esa, la de tenerla para él, someterla, la de estar a la expectativa de ser devorado por ella.
Cada caricia parecía un recordatorio de lo que habían tenido, pero llevaba un nuevo sentimiento, uno violento, casi de desprecio. Y Abner encontraba eso muy excitante. Al sentir su débil lucha para separarlo, lejos de ofenderse se sintió complacido. La besó como ella demandaba y se estremeció, arqueando levemente la espalda, al sentir su mano aún por encima de la tela de su pantalón. Le buscó la mirada. Había en él celos, incertidumbre, pero también un odioso sentimiento de victoria. Cualquiera que fuera la persona con la que iba a casarse, él ya había vencido.
La tomó por la nuca y le besó las mejillas, después bajó por su mentón, por su cuello, hasta su clavícula. A cada segundo el intercambio parecía más ansioso y desesperado. Quería tenerla ya, quería sentirla por completo, porque hasta cierto punto no sabía qué tan peligroso era llevarse las cosas con calma, ella podría arrepentirse en cualquier momento de estar así con él. Se deshizo por completo de sus jeans. La tomó de nuevo para bajarla de la barra. No detuvo sus besos mientras la arrinconaba contra la pared más cercana. Ahí volvió a mirarla a los ojos. No le dijo nada pero estaba exigiendo respuestas: ¿quién era él? ¿por qué? ¿volvería a su lado después de eso?.
Con esas ideas en mente y después de un último beso profundo, la giró para que su rostro quedara contra la pared. Lamió la fina línea de su cuello mientras deslizaba sus bragas por sus piernas y la tocó una vez más para comprobar su humedad antes de aprisionarla más contra la pared y entrar en ella como tanto había deseado hacer, porque no se había cansado de imaginarla, de recordarla. Nunca nadie era como ella. Ahogó un gemido y pegó su frente contra la espalda de Ellie al sentir su calor, al sentir que lo rodeaba por completo. No había mejor sensación que esa, la de tenerla para él, someterla, la de estar a la expectativa de ser devorado por ella.
Abner Burroughs- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 30/11/2014
Re: Heartbreaker || Abner
Podía sentir el corazón palpitándole contra el pecho con cada uno de los besos que Abner le otorgaba, todo aquel ambiente se había convertido en un gran cumulo de ansias por estar con él, sentirlo dentro de ella como antes lo había hecho. La humedad entre sus piernas crecía a la expectativa de tenerlo una vez más, lo deseaba con tanta fuerza que casi le dolía la espera. Podía verlo en sus ojos al momento en que sus miradas se cruzaron, sus ojos reflejaban venganza, furia, una manera de disfrazar el dolor y el deseo que sentía por él. Lo acarició con fervor mientras su respiración se aceleraba y disfrutaba a cada segundo los besos que le proporcionaba.
Detestaba ser tan transparente, la forma en que se estremecía al sentir sus labios besándola como si recordara cada uno de los puntos que la hacían enloquecer. No quiso darse la idea de que él seguía sabiéndolo, que la quería, hacerlo habría sido un grave error y seguía renuente a él. ¿Cómo podría no estarlo? No quería pensar más en separarse de él nuevamente, al momento en que él le quitó los jeans en un solo movimiento se sintió indefensa, como si hubiera logrado penetrar en su interior. Se dejó llevar hasta sentir la pared tras ella y vio nuevamente sus ojos, sus labios estaban entreabiertos tratando de regularizar su acelerada respiración.
Había entendido perfectamente lo que su mirada quería decirle, lo sabía, lo conocía. Entre ellos había una familiaridad que le torturaba. Quería responderle pero tenía un nudo en la garganta, lo encaró con valor y con ese último beso trató de responder sus preguntas. Muy bien, había ganado esta vez, ¿Por cuánto tiempo seria así? Ellie sabía perfectamente a lo que estaba arriesgándose estando nuevamente al lado de Abner, lo estaba dando todo nuevamente. Le dio un empujón antes de que la girara contra la pared y tomó aire, luego apoyó sus manos contra la misma, gimió cuando sintió sus bragas caer por sus delgadas piernas y luego arqueó la espalda al sentir sus dedos en esa zona sensible de su cuerpo. Sus pechos estaban presionados contra la pared cuando lo sintió entrar, chilló ahogando los suspiros que le provocaba y cerró los puños contra la pared para luego mover sus caderas y perderse en el efecto que le proporcionaba la unión de sus sexos. Sentirlo era maravilloso, incluso más, era como una necesidad fisiológica.
Podía ser catalogada fácilmente como la mujer más maldita de la historia en esos momentos pero no sentía ningún remordimiento por estar de esa manera con Abner, sus pensamientos estaban completamente nublados por su cuerpo, sus caricias y besos. Su cuerpo reaccionaba estremeciéndose, acelerando los movimientos mientras alcanzaba sus manos y las llevaba hasta sus pechos para que siguiera tocándola. Prácticamente estaba bajo su merced, si había alguna manera en la que él podía tenerla completamente sometida era esa y le encantaba. Era una de las cosas que amaba de Abner, no se rendía hasta obtener lo que quería.
Entonces sus movimientos se aceleraron y los suspiros que salían de sus labios se convirtieron en gemidos de placer que trataba de ahorrar mordiéndose el labio inferior. Cerró los ojos mientras su cuerpo se tensaba, no podía soportarlo más, el orgasmo llego con tanta fuerza que se aferró a sus manos, fueron deliciosos segundos en los que parecía tocar el cielo antes de que su cuerpo quedara rendido sobre la pared. Su corazón estaba golpeando con fuerza contra su pecho, no quería girarse y verlo, era como afrontar la realidad de golpe, salir de esa burbuja maravillosa de la que definitivamente no quería despertar.
Ellie Morgan- Mensajes : 216
Fecha de inscripción : 22/11/2014
Re: Heartbreaker || Abner
Podría estar así para siempre. Ese era un pensamiento recurrente cuando estaba con ella. La calidez de su cuerpo, la forma en que lo estrechaba y los sonidos que salían de su boca aunque ella se esforzaba en reprimirlos de vez en vez. Pasó una mano por su cabello y se hizo de un mechón para tirar de ella hacia atrás. Su cuello expuesto le pareció tan exquisito que le fue imposible no probarlo. Se movía hacia ella con un deseo ansioso, arrebatador. Habría querido tocar cada centímetro de su piel, sin perderse ni un poco.
Terminó dentro de ella como hubiera hecho ya muchas veces antes. Cualquiera diría que la responsabilidad estaba primero, pero después de tanto tiempo y ante tantas emociones fuertes, parecía imposible pensar en ello si quiera. La había deseado y la había tenido sin tiempo para penar en nada. Apretó sus caderas, su piel firme y terminó en un espasmo casi violento. No necesitaba nada más por el momento, nada más que el calor que lo rodeaba, o la sensación de la espalda de Ellie contra su pecho, el leve cosquilleo de su cabello, que le daba a él en la cara. Podía oler su perfume. Se quedó acariciando sus caderas aún cuando habían terminado, después pasó los dedos entre sus piernas solo para apoderarse de su humedad luego de que él se hiciera hacia atrás y se separara de ella. Llevó sus dedos a los labios de Ellie antes de separarse definitivamente.
Se acomodó los pantalones y esperó a que se girara. No estaba esperando que eso lo resolviera todo, al contrario. Parte de su herencia radicaba en siempre estar esperando el momento adecuado para volver todo un caos. Ese era. Se dirigió de vuelta hacia la barra y tomó el anillo que le quitó antes. Lo observó con cuidado. Tuvo el impulso de lanzarlo lejos y culminar con una maldición pero se contuvo. Lo sostuvo en un puño, mientras apretaba los labios, antes de caminar hacia Ellie.
Alargó el brazo para dárselo. Parecía descontento aunque su cuerpo todavía vibraba por lo que acababa de pasar, aunque todavía se sentía débil por ella. Le entregó el anillo con un gesto de desdén.
-¿Y quién es el afortunado? Supongo que tendrás que presentarle al padre de tu hijo. No quiero que le llame “papá” a cualquiera.
Apretó la mandíbula y miró fijamente a Ellie antes de hacerle un gesto con las cejas, uno de demanda.
-Póntelo, quiero ver cómo luce en tu mano.
Terminó dentro de ella como hubiera hecho ya muchas veces antes. Cualquiera diría que la responsabilidad estaba primero, pero después de tanto tiempo y ante tantas emociones fuertes, parecía imposible pensar en ello si quiera. La había deseado y la había tenido sin tiempo para penar en nada. Apretó sus caderas, su piel firme y terminó en un espasmo casi violento. No necesitaba nada más por el momento, nada más que el calor que lo rodeaba, o la sensación de la espalda de Ellie contra su pecho, el leve cosquilleo de su cabello, que le daba a él en la cara. Podía oler su perfume. Se quedó acariciando sus caderas aún cuando habían terminado, después pasó los dedos entre sus piernas solo para apoderarse de su humedad luego de que él se hiciera hacia atrás y se separara de ella. Llevó sus dedos a los labios de Ellie antes de separarse definitivamente.
Se acomodó los pantalones y esperó a que se girara. No estaba esperando que eso lo resolviera todo, al contrario. Parte de su herencia radicaba en siempre estar esperando el momento adecuado para volver todo un caos. Ese era. Se dirigió de vuelta hacia la barra y tomó el anillo que le quitó antes. Lo observó con cuidado. Tuvo el impulso de lanzarlo lejos y culminar con una maldición pero se contuvo. Lo sostuvo en un puño, mientras apretaba los labios, antes de caminar hacia Ellie.
Alargó el brazo para dárselo. Parecía descontento aunque su cuerpo todavía vibraba por lo que acababa de pasar, aunque todavía se sentía débil por ella. Le entregó el anillo con un gesto de desdén.
-¿Y quién es el afortunado? Supongo que tendrás que presentarle al padre de tu hijo. No quiero que le llame “papá” a cualquiera.
Apretó la mandíbula y miró fijamente a Ellie antes de hacerle un gesto con las cejas, uno de demanda.
-Póntelo, quiero ver cómo luce en tu mano.
Abner Burroughs- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 30/11/2014
Re: Heartbreaker || Abner
Su cuerpo seguía temblando con los espasmos que habían quedado recorriéndola, se apoyó sobre la pared mientras recobraba el aliento y se maldecía internamente por haber sido tan débil ante él, sus caricias y sus besos. Se pasó una mano por el rostro para tratar de recomponerse y siguió dándole la espalda en lo que volvía a colocarse las bragas y abotonar la camisa. Su cabello estaba hecho un desastre, ella misma estaba hecha un desastre. Se aclaró un poco la garganta pero no se dio la vuelta hasta que lo vio ir hacia la barra a tomar el anillo, la mirada de Ellie viajó inmediatamente hasta su varita que también estaba ahí y, a pesar de todo, suspiró aliviada por que hubiera tomado el anillo y no la varita.
Decir que no le dolió que le dijera esas palabras habría sido una mentira, pero se esforzó lo suficiente como para que él no lo notara, que si lo seguía conociendo bien, estaba segura que no lo haría siempre y cuando mantuviera su mirada altiva y ese gesto de desdén que muy bien se le daba. Soltó una carcajada y se dirigió a la barra para tomar su varita y volver a servirse de esa botella de vino que tenía abierta, necesitaba en verdad un trago.
No te preocupes, no tengo que presentártelo, ya lo conoces – Le respondió como si la idea le divirtiera, bebió de la copa y luego, con cinismo la dejó al lado y tomó el anillo - Y no te preocupes tampoco, Bastian lleva viéndolo como su padre prácticamente desde que nació.
Luego lo vio directamente a los ojos mientras se colocaba el anillo en el dedo. - ¿Verdad que se ve estupendo? Andrei no reparo en gastos, nunca lo hace conmigo. – Estaba alardeando soltándole así como así el nombre del húngaro, obviamente Abner lo conocía, Abner sabía perfectamente que había estado comprometido toda la vida con Ellie hasta que le dio esa loca idea de ser liberal y renunciar a su familia y todo eso. Lo que Abner no sabía era que después de que la guerra terminara Andrei estuvo ahí para cuidar de ella y de su hijo, mismos que él había rechazado completamente.
Tomó la copa de vino con la mano que portaba el anillo de compromiso, luego se inclinó hacia Abner como si de alguna manera quisiera restregárselo. ¿Creía que había ganado solamente por acostarse con ella? Si era así estaba muy equivocado.-¿Tienes alguna otra pregunta o te retiras? Ya tengo todo lo que necesitaba de ti igualmente. – Se bebió la copa de un solo trago nuevamente. Quería lastimarlo de una manera profunda, que sintiera lo que ella había sentido hacia años con su desprecio, no quería que se fuera en realidad, pero el orgullo y esa sensación de victoria podían más que cualquier otro sentimiento en su interior.
Ellie Morgan- Mensajes : 216
Fecha de inscripción : 22/11/2014
Re: Heartbreaker || Abner
Entrecerró los ojos al escuchar su descaro. Eran ese tipo de cosas las que más amaba de Ellie, las que más admiraba, pero también las que le inyectaban más veneno. Sintió que el interior le bullía, algo le quemaba por dentro, lo consumía, mientras ella hablaba a la ligera diciendo estupideces. Abner quería pensar que lo hacía por molestarlo y se refugiaba en ese pensamiento para no enloquecer, para no ir a la recámara del niño a lanzarle un obliviate para que olvidara a ese perro que no había hecho más que comerse las sobras de lo que él no había querido, o de amarrar a Ellie y obligarla a hacerlo ella misma. Respiró profundo y se acercó a ella.
-No hemos terminado, te conozco, sé que no eres una conformista y que no te satisfaces tan rápido. A decir verdad tengo muchas preguntas, Ellie…
Ella debía conocerlo bien, saber que no se iría de ahí hasta obtener lo que quería en un cien por ciento. Pero iba a ir paso a paso, no podía recuperar todo lo que era suyo de jalón y hasta él lo sabía. En cierto punto, ni siquiera sabía si después de saber quién era el tipo con el que iba a casarse, le interesaba recuperarla a ella. En ese momento se iría solamente con la promesa –real- de que iba a poder ver a su hijo, que iba a poder convivir con él y presentárselo a sus padres, que iba a poder remediar las cosas que había arruinado con él. Fue entonces que se le ocurrió la respuesta.
-Vamos a dejar las cosas claras, Ellie. Quiero a Bastian, quiero ser parte de su vida. Si vas a venderte con Andrei por una roca, no me interesa, es tu problema. Pero quiero a mi hijo y contra eso no hay mucho que puedas hacer. Así que vamos a arreglar este asunto de la manera más civilizada posible. A nadie le conviene ahora un pleito legal, pero a ti mucho menos. Sé cosas de ti, Ellie. De ti y tu familia, que a nadie le gustaría que salieran a la luz.
No pensaba denunciar cosas del pasado, ni traicionar su confianza. Jamás lo haría, porque ella significaba más que “la madre de su hijo” para él. Pero en ese momento le convenía que ella pensara que sí era capaz, le convenía usar cualquier arma. Estaba desesperado por romper la coraza que Ellie se había puesto.
-Así que sírveme una copa y hablemos. Es lo más inteligente que puedes hacer en este momento.
-No hemos terminado, te conozco, sé que no eres una conformista y que no te satisfaces tan rápido. A decir verdad tengo muchas preguntas, Ellie…
Ella debía conocerlo bien, saber que no se iría de ahí hasta obtener lo que quería en un cien por ciento. Pero iba a ir paso a paso, no podía recuperar todo lo que era suyo de jalón y hasta él lo sabía. En cierto punto, ni siquiera sabía si después de saber quién era el tipo con el que iba a casarse, le interesaba recuperarla a ella. En ese momento se iría solamente con la promesa –real- de que iba a poder ver a su hijo, que iba a poder convivir con él y presentárselo a sus padres, que iba a poder remediar las cosas que había arruinado con él. Fue entonces que se le ocurrió la respuesta.
-Vamos a dejar las cosas claras, Ellie. Quiero a Bastian, quiero ser parte de su vida. Si vas a venderte con Andrei por una roca, no me interesa, es tu problema. Pero quiero a mi hijo y contra eso no hay mucho que puedas hacer. Así que vamos a arreglar este asunto de la manera más civilizada posible. A nadie le conviene ahora un pleito legal, pero a ti mucho menos. Sé cosas de ti, Ellie. De ti y tu familia, que a nadie le gustaría que salieran a la luz.
No pensaba denunciar cosas del pasado, ni traicionar su confianza. Jamás lo haría, porque ella significaba más que “la madre de su hijo” para él. Pero en ese momento le convenía que ella pensara que sí era capaz, le convenía usar cualquier arma. Estaba desesperado por romper la coraza que Ellie se había puesto.
-Así que sírveme una copa y hablemos. Es lo más inteligente que puedes hacer en este momento.
Abner Burroughs- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 30/11/2014
Re: Heartbreaker || Abner
A veces cuando decía lo que quería decir en la cara de las personas inevitablemente llegaban esos momentos de remordimiento, con Abner también sucedía aun que en menor medida. Su mirada estaba clavada en él de una manera en la que, si tuviera dagas en vez de ojos él habría estado muerto desde hacia tiempo. Trataba de controlar su respiración para que no se diera cuenta que ella también estaba alterada y cuando él se acerco a hablarle de esa manera algo en ella se rompió. Si lo conocía bien, sabía que él estaba dispuesto a hacer cualquier cosa con tal de salirse con la suya. En esos momentos Ellie ya no sabía bien hasta que punto no quería que viera a Bastian por el bien del niño y hasta qué punto no quería verlo porque simplemente le parecía la mejor manera de torturarlo.
Fue cuando mencionó su pasado y el de su familia cuando su expresión cambio de la dura y severa a otra llena de completo asombro, incredulidad y dolor. ¿En verdad era capaz de traicionarla de esa manera? Estaba segura que el Abner que conoció en esas épocas de su vida no, pero ahora no sabía que pensar de ese sujeto que se aparecía de una manera violenta a exigir cosas que no merecía. Bajó la mirada sintiéndose vulnerable y fue hasta la alacena para tomar otra copa de cristal, hubo unos momentos de silencio incomodo en lo que ella volvía a la barra y tomaba asiento en la misma. Como si estuviera dándose tiempo para analizar su situación, sus salidas. Estaba acorralada. Sirvió vino en la otra copa y luego se cruzo de brazos tras extendérsela.
¿Por qué lo quieres? ¿Por qué ahora? Quería soltarle muchas preguntas, seguir gritándole que en realidad no tenía el derecho de hacer nada, no debía estar ahí torturándola con su mera presencia y mucho menos juzgándola, sin embargo su mente se puso en blanco completamente. Aspiró de manera profunda para calmarse un poco y simplemente lo dijo, sin más.
¿Qué pretendes que haga ahora? Lo tienes ya todo ganado. Solo déjame advertirte que todas esas cosas que sabes respecto a mi no serán nada comparadas con lo que te haré si vuelves a dejarlo. – No estaba viéndolo a los ojos, eso le parecía simplemente imposible en esos momentos. No sabía en realidad cual de las dos partes le había llegado a doler más, si el chantaje en el cual traicionaba su confianza o que le dijera lo que ella sabía desde un inicio, ella no le importaba en lo absoluto.
Ahora vete, vuelve por la mañana y él estará listo. No puedo seguir frente a ti un segundo más. – Tenía un nudo en la garganta que no la dejaba continuar. Quería que se fuera para poder seguir odiándolo en sus recuerdos, esos que no podían lastimarla, quería que se fuera para tener el valor de continuar al día siguiente como si nada hubiera ocurrido esa noche.
Ellie Morgan- Mensajes : 216
Fecha de inscripción : 22/11/2014
Re: Heartbreaker || Abner
El ligero cambio en la expresión de Ellie le provocó muchos conflictos internos. Por un lado quiso decirle que mentía, que jamás la lastimaría de ese modo, por el otro se alegró de haberla puesto en su lugar luego de que se comportara como una maldita.
Dibujó una pequeña sonrisa triunfal al ver su expresión, había optado por dejar la primera sensación escondida en sus adentros, detrás de la coraza que se había formado con esa pequeña victoria. El silencio le sirvió para hacerse ideas respecto a sus próximos ataques en caso de necesitarlos, aprovechaba el tiempo para prepararse, para que ella no volviera a agarrarlo desprevenido.
Alargó el brazo hasta tomar la copa y la miró. Buscaba su mirada de forma inconsciente. Abner sabía muy bien que había sido un patán y un idiota, pero no encontraba la forma de pedir disculpas con humildad. No había sido moldeado de ese modo, no sabía cómo, era como si no estuviera en sus genes. El apellido Coltrane dominaba en ese sentido.
-No voy a dejarlo, nunca voy a dejarlo. Es mi hijo y quiero estar con él. Sé que quizá no me he ganado el lugar de padre en absoluto, pero enmendaré mis errores y voy a hacerlo feliz. No quiero que cualquier otro se adueñe de lo que me pertenece.
Eso la incluía a ella pero no lo iba a decir en ese momento. Prefería hacerla pensar que a él no le importaba que quedar como un imbécil ante todo el maldito asunto del anillo y el compromiso con Andrei.
-No me iré, no hemos llegado a ningún acuerdo. No me va a bastar con verlo mañana, quiero saber cada cuánto tiempo podré hacerlo, si puedo visitarlo a placer, cuándo le dirás que soy su padre.
Por fin bebió un sorbo de la copa que Ellie le había dado. Seguía buscando que ella volviera a mirarlo a los ojos pero eso parecía imposible por el momento. Observó el líquido entonces, concentrándose en la textura de lo que bebía mientras pasaba por su garganta. Sin mirarla, lanzó la siguiente pregunta, que le parecía crucial.
-¿Y te casas con Andrei porque lo amas o porque estás cumpliendo con tus deberes familiares?
Dibujó una pequeña sonrisa triunfal al ver su expresión, había optado por dejar la primera sensación escondida en sus adentros, detrás de la coraza que se había formado con esa pequeña victoria. El silencio le sirvió para hacerse ideas respecto a sus próximos ataques en caso de necesitarlos, aprovechaba el tiempo para prepararse, para que ella no volviera a agarrarlo desprevenido.
Alargó el brazo hasta tomar la copa y la miró. Buscaba su mirada de forma inconsciente. Abner sabía muy bien que había sido un patán y un idiota, pero no encontraba la forma de pedir disculpas con humildad. No había sido moldeado de ese modo, no sabía cómo, era como si no estuviera en sus genes. El apellido Coltrane dominaba en ese sentido.
-No voy a dejarlo, nunca voy a dejarlo. Es mi hijo y quiero estar con él. Sé que quizá no me he ganado el lugar de padre en absoluto, pero enmendaré mis errores y voy a hacerlo feliz. No quiero que cualquier otro se adueñe de lo que me pertenece.
Eso la incluía a ella pero no lo iba a decir en ese momento. Prefería hacerla pensar que a él no le importaba que quedar como un imbécil ante todo el maldito asunto del anillo y el compromiso con Andrei.
-No me iré, no hemos llegado a ningún acuerdo. No me va a bastar con verlo mañana, quiero saber cada cuánto tiempo podré hacerlo, si puedo visitarlo a placer, cuándo le dirás que soy su padre.
Por fin bebió un sorbo de la copa que Ellie le había dado. Seguía buscando que ella volviera a mirarlo a los ojos pero eso parecía imposible por el momento. Observó el líquido entonces, concentrándose en la textura de lo que bebía mientras pasaba por su garganta. Sin mirarla, lanzó la siguiente pregunta, que le parecía crucial.
-¿Y te casas con Andrei porque lo amas o porque estás cumpliendo con tus deberes familiares?
Abner Burroughs- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 30/11/2014
Re: Heartbreaker || Abner
No podía permitirse a sí misma empequeñecerse al lado de Abner, se llevó una mano a la sien cansada, cerró los ojos simplemente escuchándolo, segura de su presencia. Estaba ahí cerca de ella, ese demonio que la había atormentado durante tantos años ahora se había materializado y seguía esforzándose por verla caer. Lo odiaba de una manera profunda, ¿Por qué había confiado en él?
Un nuevo silencio se hizo en el lugar después que preguntara cuanto tiempo podría estar al lado de Bastian, no lo había pensado, su mente estaba bloqueada por la mezcla de sentimientos que se concentraban en su interior. No sabía que responder, solo quería decirle que sí, que lo harían como él quisiera, a fin de cuentas si iba a utilizar la carta de acusarlos con el ministerio de magia por el uso indebido de la misma, en realidad Ellie no podía poner muchas trabas. Lo peor es que en esos momentos creía que Abner podría delatarla a ella y a su familia, mandarlo todo al demonio, él había traicionado su lealtad con simplemente mencionarlo.
¿Qué puedo discutir? Dime lo que quieres y lo haremos de esa manera. Yo no voy a decirle nada, tú se lo dirás, tú tendrás que responder a sus preguntas. No voy a solucionarte nada, no esperes que simplemente él llegue a recibirte con los brazos abiertos –Escupió las palabras con dolor e ira reprimida, como quién responde realmente a un chantaje.
Tomó los jeans de mezclilla que estaban sobre el suelo y le dio la espalda para colocárselos apoyándose sobre la barra, estaba precisamente acomodándolos y abotonándolos cuando escuchó la pregunta de Andrei y se detuvo por unos segundos, luego continúo acomodándose la camisa. Podía haberle dicho que si lo amaba y rematar con alguna frase que sabía podía golpearle profundo si es que aun sentía algo por ella, pero en realidad eso era darse más aprecio del que debía, no, la verdad es que a él no le importaba en lo absoluto. Se giró deshaciendo la coleta de cabello estropeada y dejó caer las hebras doradas por sobre sus hombros, con la luz de la habitación incluso parecían soltar destellos plateados.
El amor no es suficiente para atar a alguien, no importa que tan fuerte pueda ser – Al final levantó la mirada al decirle eso, obviamente aquella frase decía muchas cosas más que simplemente una respuesta a su pregunta - ¿Qué más da si hay amor o no? Solo estoy vendiéndome por una roca - La ultima oración la dijo de manera pausada, remarcando específicamente la parte donde para fraseaba lo que él había dicho momentos atrás. – Y él no va a desecharme en la primera oportunidad. –Lo había estado guardando pero ahí estaba. No era un reclamo, era más bien una realidad.
Ellie Morgan- Mensajes : 216
Fecha de inscripción : 22/11/2014
Re: Heartbreaker || Abner
Decirle él mismo a su hijo que él era su padre no estaba entre sus planes inmediatos. Sonrió, porque iba a protestar y siempre lo hacía con la misma mueca fastidiosa, tantas exigencias, tantas necedades, aún cuando sabía perfectamente que todo era su culpa. Abner sabía que toda esa actitud podía ser como una patada nefasta para Ellie pero no le estaba dejando opción. Cuando ella atacaba, él tenía que atacar más fuerte, siempre.
-Ellie, los dos sabemos que esa decisión no es muy conveniente. Piénsalo por un minuto y deja a un lado tu odio y lo que sea que tengas contra mi. Entiendo tu coraje pero necesitas procesarlo por el bien de Bastian. ¿En serio crees que no sería algo terrible para él que yo le dijera que soy su padre? Estamos juntos en esto, es hijo de los dos, lo mejor es que planeemos la mejor forma de decírselo, juntos. Si yo se lo digo así nada más podría no creerme, podría asustarlo, traumarlo para siempre, qué se yo. Tú eres su madre, tienes que estar ahí. No es facilitarme las cosas a mi, es facilitárselas a él.
Le dijo todo eso mientras ella se ponía los jeans. Abner la miró mientras lo hacía, no por nada en particular, sino que por inercia buscó seguir la línea de sus piernas mientras volvían a ocultarse tras la ropa. Luego bebió un sorbo de su copa.
Había tenido mucho tiempo para pensar en lo que había hecho mientras había estado fuera. Las cartas de Frances contándole maravillas sobre Per, su preocupación temprana por no tener nada que valiera la pena en su vida, su poca facultad para vincularse a cualquier mujer. Todo le había mandado señales de cuál era su lugar. Por el momento no buscaba una reconciliación total con Ellie, no esperaba que fueran una familia, ella no lo querría y él no estaba listo para ese último paso, pero el tiempo le dictaría qué era lo correcto, y a ella también.
Sólo que a pesar de eso no quería que se casara, menos con ese tipo.
-¿No va a desecharte? Ya lo hizo una vez, si mal no recuerdo. Traicionar los ideales de quien amas es igual a traicionar a quien amas. Mi estúpida hermana me enseñó eso.
Era un truco sucio, en especial porque sabía que había sido una indirecta para él. Pero no importaba cuántos trucos sucios tuviera que aplicar para hacerla reaccionar.
-Cualquiera puede conseguirte una roca, en ese caso. Y lo sabes. Eres muy joven, no veo la prisa.
-Ellie, los dos sabemos que esa decisión no es muy conveniente. Piénsalo por un minuto y deja a un lado tu odio y lo que sea que tengas contra mi. Entiendo tu coraje pero necesitas procesarlo por el bien de Bastian. ¿En serio crees que no sería algo terrible para él que yo le dijera que soy su padre? Estamos juntos en esto, es hijo de los dos, lo mejor es que planeemos la mejor forma de decírselo, juntos. Si yo se lo digo así nada más podría no creerme, podría asustarlo, traumarlo para siempre, qué se yo. Tú eres su madre, tienes que estar ahí. No es facilitarme las cosas a mi, es facilitárselas a él.
Le dijo todo eso mientras ella se ponía los jeans. Abner la miró mientras lo hacía, no por nada en particular, sino que por inercia buscó seguir la línea de sus piernas mientras volvían a ocultarse tras la ropa. Luego bebió un sorbo de su copa.
Había tenido mucho tiempo para pensar en lo que había hecho mientras había estado fuera. Las cartas de Frances contándole maravillas sobre Per, su preocupación temprana por no tener nada que valiera la pena en su vida, su poca facultad para vincularse a cualquier mujer. Todo le había mandado señales de cuál era su lugar. Por el momento no buscaba una reconciliación total con Ellie, no esperaba que fueran una familia, ella no lo querría y él no estaba listo para ese último paso, pero el tiempo le dictaría qué era lo correcto, y a ella también.
Sólo que a pesar de eso no quería que se casara, menos con ese tipo.
-¿No va a desecharte? Ya lo hizo una vez, si mal no recuerdo. Traicionar los ideales de quien amas es igual a traicionar a quien amas. Mi estúpida hermana me enseñó eso.
Era un truco sucio, en especial porque sabía que había sido una indirecta para él. Pero no importaba cuántos trucos sucios tuviera que aplicar para hacerla reaccionar.
-Cualquiera puede conseguirte una roca, en ese caso. Y lo sabes. Eres muy joven, no veo la prisa.
Abner Burroughs- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 30/11/2014
Re: Heartbreaker || Abner
Odiaba sus malditos argumentos porque sabía que eran verdad. Ahí estaba portándose toda la noche como una lunática simplemente porque su mera presencia sacaba lo peor de ella; es que las cosas no eran fáciles, simplemente no lo eran. No se habían dejado en buenos términos, nunca había sido fácil nada con Abner precisamente porque ambos tenían esas malditas ansias de ganar todo el tiempo. Lo amaba maldita sea, desde el primer momento e incluso ahora entre todo el odio que exhalaba y esa tensión, lo amaba y detestaba sentirse como una idiota frente a él.
No me hables con ese tono – Respondió de manera acusadora. No le gustaba que fueran condescendientes y se sentía enferma solamente de pensar que, entre los dos, él seguía siendo él más razonable. Todo era una montaña rusa con Abner, cuando sentía que al fin podía tranquilizarse y dejar las cosas atrás, cuando sentía que podía incluso tener una conversación verdadera con él venía y la abofeteaba con una nueva frase, pero cada vez peor que la anterior. Cerró el puño con fuerza y sintió la sangre hervirle nuevamente.
¿Fue tu hermana la que te enseño eso? Uno pensaría que podrías aprender por ti mismo. – Le habló entre dientes y se acercó a él para encararlo nuevamente, ahí estaba sintiéndose de alguna manera superior, teniendo ese aire ganador y sínico que ella simplemente no podía soportar. Podría pensar que después de todo ese tiempo ella ya había sufrido lo suficiente por él, pero no era así, la herida seguía abierta y él seguía presionando los botones indicados para hacerla rabiar.
¿Cualquiera puede? ¿Estás seguro de eso? ¿Cualquiera excepto tu? – Estaba levantando la voz nuevamente, con ambas manos lo empujo una, dos veces. - ¿Por qué no simplemente pudiste irte y dejarme ser feliz en mi miseria? ¿Con que derecho vienes a juzgar mi vida? ¿Quién diablos crees que eres Abner Burroughs? Dimelo! – Estaba temblando del enojo, no podía creer en verdad la insolencia de sus palabras. Si bien Ellie tenía la fachada de ser una mujer inalcanzable por dentro era una mujer insegura, incapaz de sentir que pudiera tener a nadie a su lado. Todos esos años jamás se había atrevido a acercarse a alguien de una manera directa, no había podido continuar con su vida por la llaga que él había creado dentro de ella. Ahora fue ella quién lo acorraló contra la pared con la varita pegada contra el pecho de Abner segura esta vez de verdad de lanzarle el primer maleficio que se le pasara por la cabeza.
Ellie Morgan- Mensajes : 216
Fecha de inscripción : 22/11/2014
Re: Heartbreaker || Abner
Abner hizo un esfuerzo descomunal por no contestar “¿pero qué tono?” cuando sabía perfectamente que Ellie lo que no quería era que le hablara como si fuera un magnánimo hombre lleno de paciencia tratando de razonar con una niña loca. Un papel que además le encantaba interpretar, con Ellie y con su hermana en especial.
-Siempre puedes aprender cosas de quien menos te lo esperas. No me digas que su matrimonio con ese sangre sucia bueno para nada no te enseña algo sobre el valor del amor.
Dijo con sarcasmo antes de terminar el último sorbo de su copa de vino. Todo eso que acababa de decir tenía un solo propósito: recordarle que Andrei había elegido un bando por encima de ella y que ella, a su vez, tampoco había precisamente cambiado sus ideales por él. Abner había luchado con los liberales, era cierto, pero lo había hecho por su familia y de cualquier forma, habría matado por Ellie de ser necesario.
Lo tomó por sorpresa que ahora fuera ella quien lo acorralara. La miró directamente a los ojos pero ya no había condescendencia en ellos, sólo coraje. Tomó la varita de Ellie con la mano, pero no hizo nada para quitarla de su pecho, parecía reafirmar que sería su diana si ella quería.
-No estoy juzgando tu maldita vida, te estoy diciendo que no tienes que hacer cosas que no te tienen convencida. Al final harás lo que quieras ¿no es cierto?. Y yo también podría darte un anillo si es lo que quieres, pero sé que para tenerte hace falta mucho más que eso. No. No, corrijo, llegué aquí pensando que para tenerte hacía falta más que eso, que tenía que esforzarme. Ya veo que me equivocaba.
Apretó más la varita de Ellie, esperando lo inevitable, pero sin tener miedo de lo que ella pudiera o no hacerle. No estaba diciendo más que lo que él creía que era la verdad.
-Siempre puedes aprender cosas de quien menos te lo esperas. No me digas que su matrimonio con ese sangre sucia bueno para nada no te enseña algo sobre el valor del amor.
Dijo con sarcasmo antes de terminar el último sorbo de su copa de vino. Todo eso que acababa de decir tenía un solo propósito: recordarle que Andrei había elegido un bando por encima de ella y que ella, a su vez, tampoco había precisamente cambiado sus ideales por él. Abner había luchado con los liberales, era cierto, pero lo había hecho por su familia y de cualquier forma, habría matado por Ellie de ser necesario.
Lo tomó por sorpresa que ahora fuera ella quien lo acorralara. La miró directamente a los ojos pero ya no había condescendencia en ellos, sólo coraje. Tomó la varita de Ellie con la mano, pero no hizo nada para quitarla de su pecho, parecía reafirmar que sería su diana si ella quería.
-No estoy juzgando tu maldita vida, te estoy diciendo que no tienes que hacer cosas que no te tienen convencida. Al final harás lo que quieras ¿no es cierto?. Y yo también podría darte un anillo si es lo que quieres, pero sé que para tenerte hace falta mucho más que eso. No. No, corrijo, llegué aquí pensando que para tenerte hacía falta más que eso, que tenía que esforzarme. Ya veo que me equivocaba.
Apretó más la varita de Ellie, esperando lo inevitable, pero sin tener miedo de lo que ella pudiera o no hacerle. No estaba diciendo más que lo que él creía que era la verdad.
Abner Burroughs- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 30/11/2014
Re: Heartbreaker || Abner
Eso era todo, era suficiente, no podía seguir escuchándolo un segundo más. La tensión que se acumulaba en el ambiente era sofocante, los segundos en los que ella permanecía en silencio y él hablaba le parecían interminables, lo escuchó pero sus palabras no hicieron más que acrecentar la ira en su interior. Tal vez él decía que no estaba ahí para juzgarla, ella lo sentía diferente. Ella sentía cada una de las frases como golpes directos que no hacían más que ponerla en ese estado de alerta, colérica y que en verdad deseara lanzarle una maldición para que se callara de una maldita vez.
¿Qué si quiero que me des un anillo? No quiero nada de ti! No quiero si quiera volver a ver tu rostro, me enferma estar frente a ti. – Le dijo sobre sus palabras, era algo muy común en ella, no iba a dejarlo terminar ni escucharlo mientras la hacía sentirse horrible, la hacía sentir que en verdad nada de eso valía la pena. No era la primera vez que lo amenazaba con la varita esa noche, pero esta vez era diferente. La expresión de su rostro era diferente. Tenía el hechizo en la punta de la lengua, quería lastimarlo pero no podía, su frustración fue tanta que terminó golpeándolo una vez más contra la pared.
Eres un maldito infeliz. – Respondió con enojo, habló en verdad sin importarle ya más el mantener esa muralla entre ambos- Te amaba, yo hubiera dado todo por ti. No habría necesitado un compromiso o que cambiaras tus ideales, te habría dado todo, absolutamente todo de mí. ¿Y qué haces tú? Te marchas, ¿Qué esperabas que hiciera? Durante mucho tiempo esperé que volvieras, esperé que en verdad algo de mí si quiera llegara a importarte. Ahora vienes a jugar conmigo, a decidir sobre mi vida cuando ni siquiera te importa. ¿Cuánto más vas a lastimarme? ¿No te cansas de hacerlo? ¿Soy acaso un juego para ti? ¿Estabas aburrido donde quiera que estuvieses y decidiste que sería divertido volver a maldecirme con tu presencia?
Su labio inferior estaba temblando del enojo, sus ojos comenzaron a humedecerse. No le gustaba mostrar fragilidad ante nadie, pero en esos momentos estaba completamente rota. Todas esas palabras las había guardado durante años y ahora salían en un torrente incontenible. – Te estoy dando lo que viniste a buscar, ¿Qué más quieres de mi?.
Ellie Morgan- Mensajes : 216
Fecha de inscripción : 22/11/2014
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