Cuidado con la Bludger

Cuidado con la Bludger

▲8pm ▲Jueves ▲Practica de Quidditch

La noche había ya caído sobre las canchas de Quidditch, sin embargo James seguía ahí arriba sobre la escoba.  Las prácticas habían terminado hacia unas horas atrás, antes de que las luces mágicas se encendieran en la cancha y la bruma nocturna comenzara a caer sobre el lugar dejando poca visibilidad, a otros jugadores de su grupo de estudiantes no les gustaba, pero él era diferente, lo veía como practica, terreno difícil y esas cosas.  Había encantado una bludger para que estuviera volando por el campo persiguiéndolo, lo había hecho específicamente así para que no hubiera personas dañadas si es que a alguien más además de él se le ocurría salir a entrenar con esa bruma.  Entrenamiento pesado lo llamaba, en realidad en la liga de quidditch alemán los hacían entrenar peor, era cosa de nada eso que hacia ahí.

La vida lo había tratado bien a pesar de todo, de su condición y estatus en el mundo mágico por ser un hijo de muggles y todo eso. Por supuesto que le había costado más trabajo todo en la vida, tal vez había tenido que esforzarse el doble o el triple que un sangre pura para lograr lo que tenía en esos momentos, pero cada una de sus victorias le sabía mucho mejor de esa manera.

Estaba dando su tercera vuelta en el aire, podía sentir como la bludger encantada pasaba solamente centímetros cerca de él a penas rozando la parte trasera de la escoba, pero él sabía manejarlo bien y pudo esquivarla en varias ocasiones.  La velocidad a la que se desplazaba era increíble, le había hecho algunas modificaciones a su escoba (que obviamente no eran permitidas aun para partidos oficiales y esas cosas), estas la hacían más aerodinámica y por ende más fácil de manejar en el aire.  Volvió a esquivar otro golpe casi directo de la Bludger por sobre su cabeza, era bueno, en realidad la diferencia entre los partidos de profesionales en el quidditch y los equipos del mismo en Hogwarts era enorme, casi un abismo entre ambos juegos.

Comenzó a volar cerca de las gradas, la bludger aun seguía tras él, estaba por hacer una maniobra que había aprendido poco tiempo atrás para hacerla chocar contra el suelo cuando, al acercarse, vio que había una figura ahí parada frente  a él, si se quitaba la pelota le iba a dar directamente. Se detuvo en seco y saco rápidamente su varita apuntando hacia la pelota que exploto frente a ellos, pero al menos no los golpeo.

¿Estás loca? ¿Qué diablos haces aquí Frances? – Seguía flotando sobre la escoba a unos metros de distancia sobre ella, se dio la vuelta y bajo de ella tratando de componerse, estaba agitado por el entrenamiento y porque casi hacia que la pelota la matara. - ¿Estás bien, verdad? Pudo romperte algo esa cosa, deberías tener más cuidado cuando entres en un campo de quidditch. Dioses… – No parecía molesto, más bien asustado de que ella hubiese salido de la nada entre la jodida niebla.

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▲8pm ▲Jueves ▲Practica de Quidditch

Trató de tranquilizarse aspirando con fuerza y apretando el mango de su escoba con su mano derecha, el que Frances pudiera o no aguantar o desviar un golpe no era la cuestión, ahí la cosa es que él se habría sentido terriblemente culpable si algo hubiera sucedido, pero es que esa era su forma de ser, era como un padre que se preocupaba por todo el mundo y lo que le pasara a la gente, incluso gente como Frances que no había hecho si no más que una tortura sus años en Hogwarts. ¿Por qué de todas las personas que podían haber llegado al campo había sido ella? Era como una retorcida broma del destino y la suerte.

Era curioso como alguien como ella le había llegado a gustar muchísimo, fuera de que era muy linda, incluso cuando era pequeña y parecía un pequeño niño colgándose de cosas y molestando al mundo. En realidad él nunca se lo dijo pero se había enamorado de su pasión, de la vida que parecía abrazar a cada momento, de que todo lo que hacía lo hacía en realidad con una gran valentía sin importarle más, incluso cuando hizo frente a los magos oscuros en las épocas de “el que no debe ser nombrado” ella estuvo ahí en primera fila, perdiendo seres queridos, algo que él jamás habría podido hacer….

Pero todo era diferente ahora, ahora solamente era para él una mujer, una señora de casa con responsabilidades y esas cosas, se habría en realidad sentido muy mal si la mandaba al hospital solamente por una tonta pelota encantada.

¿Jugar contigo? No creo que sea una buena idea.... - Iba a preguntarle que si no estaba embarazada nuevamente sin embargo se contuvo, en realidad “embarazada” era el único estado en el que él la había visto después de salir de la escuela, se notaba que ella y Tobias tenían mucho tiempo libre. No lo dijo, pero le dedico una mirada de precaución, no creía que fuera tan tonta para andar en esas cosas esperando otro hijo o algo.

No estoy cansado, de hecho aun tengo que entrenar un poco más – Le respondió rodando los ojos, le había logrado sacar una sonrisa con su actitud de niña caprichosa, misma que utilizaba en el colegio la mayoría de las veces que quería molestarlo.- A ver hagamos algo, voy a encantar la Bludger nuevamente y tú la disparas hacia mí con el bate, si logras darme al menos una vez te invito algo al terminar - Una cerveza o lo que fuera, en realidad no era por exagerar, pero no creía que en verdad fuera a darle. Sacó su varita y volvió a formar la Bludger explotada, la hizo flotar hasta el medio del campo, la niebla le agregaba dificultad a ambos, tanto a ella como a él, pero estaba seguro de que podría librarlo.

Bueno, cuando estés lista -. Le guiño un ojo y subió a su escoba ganando altura rápidamente, si parecía veloz.

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▲8pm ▲Jueves ▲Practica de Quidditch

No iba a subestimar a Frances solamente porque hacía tiempo que no la veía jugar, en realidad en su mente seguía siendo esa joven terrible que le rompía los brazos a los otros jugadores (y los dientes) con el golpe de una bludger. En realidad esa era la razón por la que se animó a jugar con ella, sabía que no era una chica frágil y esas cosas, además que era mucho más entretenido jugar contra una persona que simplemente encantar una pelota.

El alzó el vuelo con un pisotón firme, además de estar pensando en los movimientos y estar alerta, internamente estaba revisando lo factible del material de la escoba y todo eso. Estaba seguro que él podría hacer muchos cambios en las mismas si la oportunidad se daba, solo era cuestión de enfocarse un poco más en eso. Tal vez cuando terminara la carrera de quidditch profesional podría dedicarse a eso, él era de los que no creía que estar en un partido era para ganarse la vida por siempre, quería dedicarse a algo más, simplemente porque se le había enseñado así.

Total que entre el vuelo y todo eso logró dar una vuelta al campo para tentar el terreno, el viento soplaba y hacia un poco más difícil saber de dónde vendría el golpe, escuchó el sonido del bate al chocar contra la bludger y sabía que venía directamente hacia él aun que la neblina hacia algo difícil el percibir a qué altura. Tomó el mango de su escoba con ambas manos y se inclinó hacia adelante para ganar más velocidad, estuvo a punto de sentir el golpe de la bludger cuando, en un rápido movimiento, alzó el vuelo en vertical y así fue que la pudo hacer estallar directamente en una de las paredes de las gradas.

Estuvo cerca!! Cero y va una! – Gritó de entre el polvo que había soltado la pelota al estrellarse. Sacó su varita y la hizo desprenderse de la pared, la pared solamente ocupo un reparo rápido para volver a estar como antes. La pelota volvió a volar por el campo y él se acerco un poco a Frances, a una distancia en que pudiera verlo bien.

Tienes que esperar el momento exacto para dirigir la bludger, muévete un poco y así será más difícil saber desde donde viene el golpe… – Si, por más ridículo que sonara estaba dándole instrucciones de cómo golpearlo. Era por instinto, no podía evitarlo.

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▲8pm ▲Jueves ▲Practica de Quidditch

Si le había dicho esas cosas no era por “sabelotodo” era porque un buen deportista siempre conoce sus puntos débiles y se enfoca en ellos, eso era precisamente lo que le sucedida. Otros entrenadores se lo habían dicho, incluso algunos de los profesores, un cazador siempre tenía que estar consciente de su entorno.

Sabía perfectamente que Frances no se lo tomaría a bien, ella no era ese tipo de personas. Era orgullosa y agresiva, a veces se preguntaba en verdad porque es que le había gustado durante tantos años. Tal vez era porque le había hablado en aquella lancha en Hogwarts o porque prácticamente había sido la primera bruja que conoció en la vida. De igual manera esos tiempos ya habían pasado y en realidad, en momentos así no importaban mucho.

Se enfocó en volar sobre el campo, la noche ya caía plenamente sobre ellos y las luces mágicas le daban algo de dificultad a la reacción, claro que también era el hecho de que Frances estaba cabreada, así que cuando guió directamente la bludger hacia él, aun que se dio cuenta que iba a impactarlo, fue solamente un segundo en que tardo en reaccionar y esta le dio directamente en el hombro haciendo volar la protección. Automáticamente su escoba comenzó a dar círculos en el aire que pudo controlar solamente segundos antes de estrellarse sobre el suelo. Por segundos no hizo sonido alguno, luego se dirigió directamente hacia Frances apareciendo tras ella con la escoba.

Necesitas un poco más que una bludger para matarme Frances… – Era obvio que le había pegado, estaba sosteniéndose el hombro derecho con la mano y manteniendo el control de su escoba con las rodillas. –Bueno, me has dado… ¿Qué vas a querer a cambio? Tuve suerte de no quedar como esos chicos de la escuela que dejabas sin dientes. – Y si, podía tener el hombro dislocado o algo así pero bah, era un jugador de Quidditch profesional, era algo que simplemente sucedía.

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▲8pm ▲Jueves ▲Practica de Quidditch

Era fácil olvidar que Frances ya era una señora casada y con hijos, sobre todo cuando se portaba de esa manera tan espontanea e infantil. Le seguía gustando en realidad, ¿De dónde sacaba esa fuerza? Soltó otra carcajada con lo de cuidar a los niños y solamente la siguió con la mirada mientras revoloteaba a su alrededor, a veces él mismo se preguntaba cómo habría sido su vida si es que Cassandra hubiera decidido tener a su hijo, tal vez no habría logrado lo que hasta ahora, pero no podía imaginarse si quiera lo bien que se sentiría tener a alguien que compartiera su descendencia, algo propio, alguien a quién cuidar y educar. Aun que fuera cursi y de otra época, James era de esa clase de hombres que querían tener una familia, una esposa e hijos en la clásica casa con un auto y un perro, la fama y el dinero eran cosas que solamente complementaban todo lo demás.

Nunca es tarde para cambiar de opinión, aun que… ¿Qué? - A penas y pudo escuchar su advertencia cuando se giró y vio que en efecto, la Bludger iba hacia él. Automáticamente y sin darse cuenta que ella se había colocado frente a él se giró en la escoba para esquivarla, fue más instintivo que nada. Afortunadamente ella pudo hacerse cargo de la misma, que fue a parar hacia la misma neblina perdiéndose en ella, seguramente en un rato iba a volver.

Gajes del oficio imagino… – En esos momentos y por el rápido movimiento el hombro volvió a dolerle. Hizo apenas una mueca y comenzó a descender lentamente. – ¿Por qué no vamos por esa cerveza ahora y me cuentas más acerca de tus noches de insomnio y cosas de ama de casa? Antes de que venga sobre nosotros.

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▲8pm ▲Jueves ▲Practica de Quidditch

No era la primera vez que se dislocaba o se rompía algo jugando o en prácticas, de hecho los accidentes eran su pan de cada día, aun que claro dejar que la bludger le hubiera pegado era toda una irresponsabilidad de su parte. Al pisar el campo de quidditch lo primero que hizo fue quitarse la hombrera para ver en realidad la seriedad del problema, no estaba inflamado pero si desacomodado, iba a dolerle al día siguiente, eso era algo inevitable. Se rió con ganas cuando le dijo que lo iba a “arreglar”, no porque le pareciera absurda la idea, solo que no estaba acostumbrado a esa clase de gentilezas de su parte.

¿Ahora eres Sanadora? ¿Las leyes mágicas no dejan bien o qué? – alcanzó a decir medio en burla mientras se dejaba hacer, un hombro dislocado dolía, pero iba a doler más al día siguiente que le dijera al entrenador que había pasado o si terminaba lesionado, afortunadamente tenía varias pociones para eso en su habitación. Se dejó acomodar el hueso aguantando el dolor y solamente quejándose al momento en que este volvió a su lugar, luego movió los hombros asegurándose que quedara bien.

Tranquila, si algo malo sucede mi representante te citará mañana. – Extendió la mano de la escoba para hacerla levantarse y tomarla con el simple “arriba” que era demasiado natural para él. Hizo tronar los huesos de su cuello solamente para aligerarse y asintió a la cerveza.

Vamos… pero tendrás que contarme más de tus sueños frustrados de ser jugadora, ¿por qué no entraste a deportes mágicos, siempre tuviste potencial, ¿tampoco crees que sea una profesión de verdad? Anda… – Le dio un leve empujón con el hombro y alzó su varita para llamar a la bludger, tampoco era un irresponsable para dejarla rondando por el campo. La bola vino hacia él directamente pero esta vez la pudo atrapar con ambas manos. Forcejeo un poco con ella antes de lanzarle un hechizo para petrificarla y luego la tomó bajo el brazo. - Voy a guardar el equipo, no tardo.

Por infantil que le pareciera, incluso estaba animado por la idea de ir a tomar algo con Frances, no porque fuera un loco cazador de mujeres con compromisos, solamente que nunca había tenido esa oportunidad en los años de escuela o tras la guerra. Tardó unos minutos en volver, ya sin el equipo y todas esas cosas, la siguiente parada era obviamente el bar así que la tomó del brazo para aparecerse ahí afuera en conjunto.

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▲8pm ▲Jueves ▲Bar

Dejó que Frances se adelantara en el lugar y eligiera donde se iban a sentar, él dio un vistazo rápido para ver si alguien conocido estaba ahí para que los acompañara (y no fuera a pensar mal la gente), pero al no ver nadie cerca se fue y se sentó donde ella estaba, no era mentira lo de invitarle una cerveza y en realidad tampoco le importaba cual pidiera, le iba bien con su trabajo y si podía permitirse aquellas salidas espontaneas y todo pues era mucho mejor. Él por su parte pidió una cerveza clara que si destapo a la manera normal, alzó una ceja viendo como Frances lo hacía con los dientes y soltó una buena risa al respecto de ello.

Vas a lastimarte algún día de estos… – Lo soltó como comentario casual, tampoco quería ponerse como papá regañón ni nada de eso. Bebió de su cerveza y simplemente la escuchó, no recordaba haber tenido una conversación como esa con anterioridad al lado de Frances, siempre había momentos para todo, pensó.

Tú no le debes nada a nadie Frances, creo que tú principalmente no eres de esas personas que hagan algo por darles gusto a otros. Si querías estudiar Quidditch profesional debiste aventarte al ruedo, tampoco te menosprecies… – Claro que también el camino que ella había elegido era bueno y perfectamente aceptable, ser madre era algo importante, algo único en la vida y no la juzgó por querer hacerlo.

Ser padre es una gran bendición, no me mal interpretes, no soy un fanático religioso ni nada de eso, sin embargo de haber estado en tu lugar, también me hubiera declinado por la opción de una familia antes que la fama y la fortuna… – Pero es que había estado básicamente en esa situación, solamente que a él no le habían dejado elegir. Bebió amargamente de su cerveza, James era un hombre transparente y era muy común saber cuando algo había mal en sus palabras o algo le molestaba,

Brindemos por los niños del mañana, activistas revolucionarios como sus padres – Alzó la cerveza y luego volvió a beber de ella. En realidad si los consideraba revolucionarios, a todos les había tocado vivir en épocas difíciles, algunos lo habían enfrentado mejor que otros, definitivamente, otros como él simplemente no estaban listos para ello y jamás lo estarían si es que la falsa paz de la que disfrutaban se rompía en cualquier momento.

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▲8pm ▲Jueves ▲Bar

¿Fama en la guerra? Pues sí, había escuchado que muchas personas habían salido de la batalla contra los mortifagos con cuentas pendientes contra el ministerio, en esos momentos temió un poco, no era lo mismo suponer que alguien tuvo que defenderse en la guerra (hasta él lo había hecho en algún momento) que saber a ciencia cierta que estuvo involucrado en asesinatos o juicios por utilizar maldiciones imperdonables, a pesar de ser en defensa propia o de un ser querido, eso dejaba marcadas a las personas, no sabía que tan afectada había quedado Frances después de ello, no quiso preguntarlo.

No, no... al contrario, es bueno saber que existe una Frances fuera de esa niña salvaje que se subía a los árboles y me encantaba los tenis en el comedor, enserio ¿Cómo lo hacías sin que me diera cuenta? Hasta perfeccione una caída directa hacia el cereal de ese chico que se sentaba al lado mío siempre, ya se me olvido su nombre, creo que le gustabas. Bueno, le gustabas a muchos chicos en aquel entonces. – Bueno, a él le gustaba. No iba a decírselo, en esos momentos ya no tenía caso, bueno tal vez con algún par de cervezas más podría mencionarlo de manera casual, como no queriendo la cosa o algo así.

Estoy seguro que siempre es buen momento para traer magos fuertes al mundo, ¿Per fue el primero verdad? Tendrás que enseñarle a ser todo un liberal y un salvaje con la escoba y el bate, será el terror en sus años en Hogwarts, lo veo venir también, ya verás.

Giró un poco la cerveza entre sus manos con una sonrisa en el rostro, bebió de ella solamente para acabársela y pedir otra, igual que la misma, le preguntó a Frances si quería otra o qué y luego esperó a que apareciera frente a él.

Entonces, estas casando mortifagos y te enteras que estas embarazada, te casas y formas una familia. Eso es lo que te ha pasado en estos años o tienes alguna otra sorpresa bajo la manga? Anda, escúpela, soy todo oídos. Yo puedo contarte anécdotas escalofriantes de la liga de quidditch nacional, detalles escabrosos de tras vestidores, pero tu vas primero.

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▲8pm ▲Jueves ▲Bar

Frances, de haber sabido que solamente eso se necesitaba para conquistarte, maldita sea debí llegar con el bate de quidditch, pegarte en la cabeza y reclamarte como mi mujer, imagínate ahora tendríamos tres hermosos niños y todo. – Lo decía en broma por supuesto, aun que también estaba aceptando el hecho de que él era uno de esos tipos tontos que estaban perdidamente enamorados de ella en la escuela, pero luego la vida había pasado y ahora que era un hombre lo veía solamente como algo inocente, como el cariño hacia alguien a quién viste crecer a tu lado.

Él no se cansaba de escuchar acerca de los hijos de la gente, al contrario los padres siempre tenían una energía especial que le hacía envidiarlos, parecían tan dedicados a algo o a alguien que hasta algo de envidia le daba. Bebió a su cerveza y negó con la cabeza solamente para asegurarle a Frances que podía seguir hablando de su hijo, Per. Luego vinieron las cosas de los jugadores y todo eso y solamente le hizo soltar otra risa.

¿Estás segura que quieres escucharlo? Bueno mira aquí va una. – Se acomodó en su asiento como quién comienza un gran relato.- Una vez hicimos una apuesta el equipo nacional de Alemania contra el de Bélgica. Por supuesto todo fue entre jugadores. La cosa era simple: El equipo que perdiera y se dejara anotar más puntos tendría que bañarse durante una semana con el jabón especial que el otro equipo le diera. Lo sé, no suena como si fuera la gran cosa. El punto es que ganamos por supuesto, entonces todos los chicos decidieron que querían una “depilación completa”… entonces, los jabones que le entregamos al equipo de Bélgica prácticamente eran estopas vivientes. Fue divertido en realidad ver sus rostros, luego te mostraré una fotografía, la tengo en mi corrección personal - Ahora era él quién estaba hablando de tonterías asquerosas sin que lo pudieran parar, pero es que las bromas deportivas siempre eran divertidas en toda ocasión.

Bueno ahora, enséñame ese hechizo maldito, pero no me lo hagas a mi he! Es mejor prevenir… – Dio un hondo trago a su cerveza y se recargó en la silla nuevamente. La verdad le gustaba ver a la gente hacer magia oscura, era como destellar a un venado en medio de la carretera para él.

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▲8pm ▲Jueves ▲Bar

Le gustaba ver como la gente realizaba encantamientos y hechizos de magia oscura, era su secreto culposo, sin embargo las personas que lo conocían lo sabían. Él no realizaba magia oscura porque simplemente no se sentía capaz de dañar a alguien en realidad, si los hacía eran cosas simples como confundir a una bludger en el campo o así, nada “prohibido” o que en verdad supusiera poner en riesgo la salud o vida de otro mago (o muggle), sin embargo tampoco estaba encontra de que alguien más las practicara frente a él. Se rió con ganas cuando Frances lo llamó morboso, si lo era en realidad.

Él también hizo ademan de buscar a alguien entre los presentes para ser hechizado, vio a una mujer cerca de la barra, a un brujo a unos asientos de distancia, no había muchas personas con potencial o que se vieran inocentes, como quién no demanda a otro por el uso indebido de la magia en pleno campus escolar. Lo tomó de sorpresa que le sujetara la mano y soltó una carcajada, no se iba a dejar ser conejillo de indias, menos de magia oscura, él la jaló hacia sí mismo un poco, así sobre la mesa mientras que con la otra mano buscaba alcanzar la varita de Frances, esto para impedir que le lanzara el encantamiento.

Oye! No, me niego rotundamente a ser parte de una masacre, dame eso! - Alzaba las manos en el aire, incluso se puso de pie para quedar un poco más arriba de la joven, acerco su rostro a ella peligrosamente, solamente a unos centímetros de distancia buscando descolócala para así, de esa manera, quitarle la maldita varita (y ganarse un puñetazo también, pero lo valía).

Nunca había estado tan cerca de ella, en verdad que su piel era linda, sus ojos cautivadores y sus labios atrayentes, pero era una mujer casada, así que simplemente hizo lo posible por alejarse de ella y rescatar su pulgar de aquel agarre y sin maldición de por medio.

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▲8pm ▲Jueves ▲Bar

Tomó el que Frances le soltara como una pequeña victoria de su parte, tal vez si aun estuvieran en Hogwarts si habría terminado teniendo unas uñas kilométricas por la maldición, definitivamente la maternidad había cambiado un poco a Frances y eso estaba bien para él, algún día tenía que aprender a dejar de fijarse en mujeres malignas y esas cosas. Volvió a su asiento y tamborileo un poco los dedos sobre la mesa alrededor de su cerveza. Estaba dejándole a él la tarea de elegir a la victima para el hechizo, genial… ahora la culpa recaería sobre él. Se hundió de hombros y le dio otro trago a la cerveza, ya ni sabía cuántas llevaba en la noche, pero era más porque el envase vacío se desaparecía de inmediato de la mesa.

Ya te dije el secreto culposo de la liga alemana, ¿Qué más quieres que te de? Anda, habla y será tuyo, pero debes prometer que tu hechizo será digno, si no no pagaré la apuesta.

Estaba dejándole carta abierta para lo que ella quisiera pedirle, claro que se le olvido mencionar las clausulas de que no fuera algo peligroso, mortal o vergonzoso, de igual manera pensaba que tal vez Frances no estuviera tan mal de la cabeza como para pedirle que se lanzara del observatorio o se disfrazara de drag queen en el siguiente partido.

Aun así observó en el lugar para ver si había alguna persona que se viera como el típico conejillo de indias que no pudiera hacer algún problema por ser hechizado, afortunadamente había un estudiante más allá de la ebriedad a unas cuantas mesas de ellas, estaba tan borracho que seguramente sus amigos lo habían dejado solo y ahora solo estaba ahí recostado sobre la mesa.

Ese hombre, lánzaselo a ver si así se le quita la borrachera.

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▲8pm ▲Jueves ▲Bar

Se rió con ganas sobre lo de darle un hijo, la idea no era mala. Claro estaba por medio el hecho de que era una mujer casada y con otros tres hijos más que cuidar, pero eran insignificancias. James se inclinó hacia adelante como si fuera a contarle un gran secreto a Frances, como si hubiera algo que no supiera o cosas así, en realidad solo quería hacerse el misterioso. – Pon fecha y lugar y yo me encargaré del resto – Le guiñó un ojo, estaba siendo descarado pero era por las cervezas que ya traía encima. De hecho se acabó la que tenia ahí justo a tiempo para ver el espectáculo.

Estaba esperando que el hechizo fuera una mentira o fuera algo diferente a lo que en realidad ocurrió. Primero vio como este impactó sobre el hombre y luego se levantaba gritando por sus uñas que comenzaban a crecer y crecer de una manera casi asquerosa. James comenzó a carcajearse sin embargo, no por la maldad si no porque en realidad no se lo esperaba nada. Luego con esa misma risa volteo a ver a Frances con su idea de escapar lo más pronto posible y así fue, asintió y se levantó de la silla dejando ahí los galeones suficientes como para pagar su cuenta y la de la chica.

-¿Qué diablos fue eso? ¿Tú hiciste ese hechizo? ¿De qué mente retorcida salió eso Frances? Diablos! … es genial en realidad -. Le dijo emocionado al salir del lugar, hacia fresco por la época así que se abrochó la chamarra y metió las manos a las bolsas de la misma.- ¿Qué quieres hacer ahora? ¿Ya te vas a dormir? Es jueves, finales y todo eso… o ¿tienes alguna otra maldición que lanzarle a un pobre incauto? Tu dime, yo te sigo…

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▲8pm ▲Jueves ▲Bar

Estaba pasándolo bien, el fresco de la noche lo hizo reparar en que, en efecto Frances no traía nada para cubrirse, la verdad iba a quitarse la chamarra y dársela para el frio antes de que ella lo mencionara, pero se detuvo en seco cuando ella se le acerco para tocarle el rostro, la barba más específicamente y le hizo soltar una risa tonta. Le dio más risa aun el hecho de que usara ese “tono” de mujer maligna que lo atormentaba en Hogwarts, cuando le gustaba aun que lo tratara, precisamente, como un perdedor. La tomó por la cintura y en un gesto de broma acercó su rostro al de ella para restregársela.

"¿Entonces mi barba me hace menos perdedor? ¿O el hecho de que soy una súper estrella del Quidditch y esas cosas, he? "– Soltó una carcajada y le rodeo la cintura con la mano para cambiar de lugar con ella y ponerse al otro lado. Luego se desabrochó la chamarra y se la puso en los hombros sin preguntarle o decirle más cosas. No intentaba conseguir nada, era solamente por consideración.

"Bueno, podemos hacer cualquier cosa. En realidad como no es “temporada” y ya exenté todos los finales puedo darme el gusto de relajarme hasta tarde por el campus o quedarme tirado en el lago si es la cuestión. ¿Y tú? ¿No tienes obligaciones de mujer casada o eso?"

La verdad no sabía cómo estaba la situación de la familia de Frances y Tobias, en realidad parecían un matrimonio súper liberal y eso, aun que no sabía si en realidad alguien la iba a esperar por la noche para llegar a su casa o qué. No conocía tanto a Tobias y no quería causarle ningún problema a Frances, a quién de alguna manera retorcida seguía apreciando muchísimo.

"¿Por qué no hicimos esto unos años antes? La verdad siempre me gustaste en la escuela, pero tenía miedo que me golpearas con el bate de quidditch si te lo decía." – Lo soltó así como si nada, en realidad no era importante ya, solo quería mencionarlo, eran de esas cosas que en algún momento tenía que decirle.