My one and only - Whitney

No era la primera vez que sus compañeros de facultad hacían ese tipo de reuniones, pero si era la primera vez que ella por fin asistía ya que sus obligaciones no chocaban con nada para ese momento. Muchos se sorprendían lo muy entregada que era ella con respecto a su carrera, puesto que... hay que ser sincero, su actitud risueña y despreocupada no quedaban bien con alguien estudioso. Pero en fin, era necesario darse un momento de libertad de vez en cuando y sobre todo un buen gusto, más que todo visual ya que había muchos chicos lindos a su alrededor. ¡Oh si! al parecer cada vez iba mejor la situación, sobre todo un jugador de Quidditch que había visto de vez en cuando en el campo le había llamado poderosamente la atención.

Y lo que vino después de eso fue en un dos por tres: primero el chico que le había llamado la atención se le había acercado, luego, acto inmediato vino otro y le arrojó cerveza, así que para finalizar todos estallaron en risa, inclusive ella (no de mala manera), era más que todo por los nervios, ya que la verdad siempre que un chico atractivo se le acercaba no encontraba como controlar la situación y pues, terminaba sonriendo como psicópata. Tal vez por eso, la llamaban "excéntrica".

Apenas aquella vez pudo intercambiar unas cuantas palabras con él y en menos de un pestañeo ya la reunión había finalizado. Había recordado su nombre, más de ahí no sabía nada. Por lo que antes de empezar a pensar de forma delirante en él sin motivo alguno prefirió sentarse a leer algunos libros que le ayudarían a la exposición que tenía dentro de un par de semanas que se trataba nada más y nada menos que la criminalística y el impacto en el medio mágico, junto con algunos casos de los hombres más peligrosos. Se había enfrascado tanto que el día se le había pasado volando, de modo que decidió ir a la cafetería por aire fresco y tomar algo.

Iba distraidamente a un paso regular cuando de pronto escuchó su nombre ser pronunciado. Eso para ella significó un sobresalto ya que estudiar algo pesado y repasarlo no significaba una completa paz para su mente. Así que se mostró algo exaltada y cuando vio que se trataba de James, se tranquilizó nuevamente y trató de disimular burdamente su sobresalto.

- Amm... claro... sí... esa soy yo... no hay más Whitneys (De hecho sí, Whitney Houston, pero no creo que la conozcas) - Dijo eso último más bajo de lo normal. Tampoco su comportamiento era mejor que el de James en ese momento y por su rostro se volvió a asomar esa típica sonrisa cargada con un poco de nerviosismo - Oh, si... claro que te recuerdo - "a ti fue quien lanzaron una cerveza encima" pensó pero por suerte no lo dijo ya que le parecía algo muy imprudente.

Entonces cuando escuchó esa invitación la sonrisa que cargaba despejó el nerviosismo y empezó a ser más natural.

- Menos mal que lo mencionaste, hoy me arreglé el cabello y no quiero que alguien me lo estropee- Bromeó al respecto - Así que en ese caso, sí, acepto la invitación - Dijo ya con más soltura.

Lo que menos se esperaba a partir de ese momento fue ese acercamiento que tuvo el chico hacia ella, donde le acomodaba su cabello y no solo eso, sino que le halagó, le dijo que le gustaba como se veía su cabello. Acto seguido, bajó la cabeza un poco avergonzada y esperó que no se hubiera sonrojado o sino la pena iría hacia la estratosfera. Trató de actuar normal, pero ya no sabía como comportarse después de eso; solo sonreía con cierto nerviosismo para bien o para mal.

Cuando el chico dijo "Vamos", ella asintió con la cabeza y caminó con él hasta la cafetería. Era extraño, tenía una sensación familiar cuando iba a lado de James que le otorgaba cierta calma, sensación que era muy peculiar y hasta difícil de encontrar en aquellas personas que recién conocía, pero también esa familiaridad le daba cierto miedo, ya que había sufrido en el pasado y no quería que volviera a suceder. Aunque claro, no significaba que iba a pasar algo así en ese momento, tenía que darse el lujo de seguir adelante y conocerlo mejor.

Por suerte al llegar a la cafetería el ruido le opacó todo pensamiento que no fuese en el aquí y ahora con James, tomó asiento y con cierta coquetería acomodó el otro lado de su cabello.... claro, que al tomar conciencia de lo que acababa de hacer se le hacía sumamente vergonzoso. Y es que Whitney a pesar de que tenía un buen aspecto, nunca se consideró una "maneater" por lo que a veces ese arte de seducción con la que muchas chicas se manejaban con mucha facilidad, a ella le salía con cierta torpeza.

Sonrió ampliamente cuando le mencionó su acento. No sabía el por qué, pero era encantador.

- Pues sí, soy de Colorado - Respondió con simpleza - Pero ya tengo casi 4 años aquí en Inglaterra, supongo que todavía lo "yankee" no se me quita - Río y es que aunque se había adaptado a ciertos modismos, el acento británico todavía hacia contraste con su forma de hablar aún siendo su padre inglés - ¿Y qué me dices de ti?, ¿Tienes alguna historia interesante de tu procedencia? - Esperaba que sus preguntas no lo hiciesen sentir como una entrevista, ya que intentaba en sobremedida no decir tantas preguntas a la vez.

Su café había aparecido y tomó un poco de él mientras James hablaba. Sin embargo, sus halagos la tomaron desprevenidamente una vez más y ahí si, su rostro ardió en rojo. Tenía la taza en el aire y no sabía como llevarla a su boca, había olvidado sorber por un minuto y prefirió bajarla antes de hacer algún desastre.

- Vaya... - Volvió su sonrisa de nerviosismo -...Fue muy amable de tu parte... tú.... tú ... también eres muy guapo - Se paró en seco de su asiento - ... Creo que... - No sabía que estaba haciendo, tal vez de haber continuado en la fiesta bajo los efectos del alcohol se hubiera tomado de mejor manera todo aquello, pero es que era simplemente mucha información, mucha más información que toda su exposición de criminalistica mágica para asimilarlo de una vez - ... me tengo que ir... - ¿Qué estaba haciendo? no quería dejarlo, pero había caído en cierto nerviosismo que no le permitía continuar, todo era muy rápido por el amor de dios.

Ella pudo haber huido porque sí, de hecho de habérselo propuesto ya estuviera saliendo de la cafetería, sin embargo cuando el dijo que se detuviera, realmente lo hizo; se quedó inmóvil en su sitio, no sabía muy bien por qué, pero tal vez ella también fue un poco drástica, es decir, había que admitir que también le atraía James, pero por algún motivo temió ya que no quería volver a repetir la misma situación que vivió antes. Sin embargo, también tenía que admitir que el chico era una persona diferente, lo sentía y tal vez estaba siendo muy dura con él... muy dura en el sentido de que estaba siendo muy extremista y merecía otra oportunidad.

Así que cuando volteó a verlo, de una forma lenta, se sintió un poco culpable al verlo ahí lleno de café, enredándose con una silla y disculpándose por su torpeza. Ciertamente, le causaba también mucha ternura y antes de responderle cualquier cosa, se acercó con una servilleta a limpiarle un tanto la camisa.

- No tienes que disculparte... - Miraba hacia abajo un poco sonrojada ya que estaba muy cerca de él y James seguía intentando acomodar las cosas. Levantó la mirada y le sonrió amenamente, eso de volver a empezar y conocerse mutuamente estaba muy bien, aunque la verdad pensándolo bien una cita estaba mejor. Se sonrojó aún más al pensarlo.

- Sabes, me parece bien que nos conozcamos mejor.... ¿Qué te parece tener una cita? ... - Se tapó rapidamente la cara con sus manos y luego volvió a exhibirla - Quiero decir... seguro debes pensar que soy bipolar o algo... es que hace un momento no estaba pensando bien las cosas... - Y por este tipo de cosas los hombres se quejaban de que no entendían a las mujeres, esperaba que James también le diera una segunda oportunidad, ya que de verdad se había precipitado por un fantasma del pasado que no tenía caso seguir aferrado a él.