Songs about Jessy

James también estaba preocupado por la situación de seguridad que se vivía en el campus, no por él que se la pasaba más tiempo rodeado de personas o simplemente viajando de un lugar a otro por el mundial, si no por Aislynn. Su ahora prometida era quién estaba más involucrada queriendo ayudar a esclarecer la situación entre los secuestrados e investigando por su cuenta, la admiraba por supuesto pero no dejaba de preocuparse por ella como un lunático. Por eso y argumentando que a pesar de todo tenía que hacer acto de presencia en la universidad fue que consiguió unos días libres para pasarlos en Brigantia.

No había ayudado mucho a investigar, él no era de ese tipo de personas, pero ayudo en lo que pudo. Ahora si tenía que terminar unas cosas de la escuela y aprovechó que la persona que se encargaba de la biblioteca era conocida suya y fanatica de quidditch alemán para que le diera permiso de quedarse hasta tarde terminando un trabajo de manufactura de objetos mágicos enfocado específicamente a las escobas.

Si, tal vez era ridículo que entre todo el caos, el dolor y la desaparición de personas frente a sus ojos él estuviera centrado en su propio futuro, pero se lo había dicho a Aislynn, aun que esas personas fueran importantes, tenían una vida que seguir y el mundo no se detenía, si dejaban que la desgracia los consumiera no iban a terminar nada bien.

Entonces estaba ahí entre la oscuridad de la biblioteca muy cerca de una ventana, con un gran libro abierto frente a él y unos pergaminos sobre la mesa solamente iluminados por algunas velas cuando escuchó un sonido al fondo. James inmediatamente se puso en alerta y conjuró un lumus con su varita, no tenía idea de quién rayos se había metido, pero estaba listo para enfrentar a quién fuera que estuviera frente a él.

Jessy no seguía con su vida. De hecho nunca había tenido una vida con obligaciones, ni horarios, ni nada que fuera de vida o muerta seguir haciendo por el bien de la humanidad.... Pero igualmente, las cosas que en cotidiano se hacían estaban trastocadas... Dormir? nah... poco, cortado, mal!. Comer? pues lo hacía por obligación, para estarse saludable para la batalla que vendría.... pero muy a su pesar, había vuelto a la rutina de sacárselo de dentro porque su estómago nervioso no aguantaba nada... Estudiar? Ir a clases y estar ausente, solo leyendo la mente de cuanto podía, por si descubría algo... Algo, lo que fuera!... Pintarse las uñas? su pasión favorita? a medias, y a veces hasta pedía ayuda a Lyn porque no lograba hacerlo bien y le daba ganas de arrancarse las uñas, pellejos y dedos incluidos.

Pero estaba allí en la biblioteca, leyendo sobre legermancia... Leyendo sobre técnicas en la mañana y sobre historias al tono en la tarde... No servía para una mierda, pero el ambiente estaba bien: en la biblioteca no circulaba mucha gente. en la sección de artes oscuras menos. Los bibliotecarios nunca habían sido de molestarla... Y el mayor problema de Jessy era la gente. Otra buena cuestión, en la biblioteca, a menos excepciones no le daba ganas de beber, ni de fumar...

Un libro se le deslizó de las manos, un salto atrás y atinó a esquivar el golpe en su pie, pero las tablas de madera del suelo no tuvieron tanta suerte y el ruido resonó por todo el local de altos techos abovedados. En su mundo, se agachó a recogerlo y para cuando alzó el rostro una luz por el rabillo del ojo la sacó de su mundo feliz. Ni se dio vuelta... ni leyó mentes... solo un perfume de hombre y podía sonreír para si misma dándole la espalda...

- james?... no vayas a matarme, eh... - y se giró para ir a su encuentro, entre la penumbra que ayudaría a mantener la buena imagen de su rostro, a velar por lo cansados de sus párpados y el mortecino color de su piel cansada. - qué tan tarde es?... Tan estudioso él.... manufacturas ahora? qué será luego?... mmm... leyes? decía por decir...

Estaba alerta por supuesto, no había escuchado que nadie entrara en el lugar así que cualquier cosa que estuviera ahí llevaba su tiempo entre la oscuridad, le extrañó más no ver alguna luz encendida ni nada, pero lo que había escuchado era real, un libro cayendo sobre el suelo y alguien por ahí merodeando. Por eso cuando vio la silueta pequeña y escuchó la voz de Jessy suspiro de alivio.

Jessy, ¿Qué diablos haces aquí? – Bajó la varita por supuesto, cuando ella se giró pudo darle un vistazo a su piel, a su rostro cansado, lo que fuera que sucediera estaba realmente torturándola. Sabía que Kristján era su novio, su relación con Barunka no la conocía, pero seguramente él hubiese estado igual si Aislynn fuera la perdida. La verdad le enterneció ver a la rubia de esa manera y se sintió un poco mal por no poder ayudar mucho en la búsqueda.

Es muy tarde en verdad, debe ser alrededor de la media noche. ¿Estás bien? ¿Buscabas algo en específico? – No es que él supiera donde encontrar las cosas, en realidad conocía solamente una pequeña sección de aquella gigante biblioteca, no sabía que secretos se escondían entre las paredes.

Estoy terminando un trabajo de manufactura, en efecto. Debo volver en un par de días a Alemania así que esto es algo como exprés, todo es muy rápido. – Y lo era vaya que si. Se carcajeo nuevamente y sin cortarse con la pregunta de leyes, él no era de esos hombres que sabían hablar frente a la gente o ganar argumentos, simplemente no lo era.

No, no creo que eso sea para mi… ven, toma tu libro y vamos a un lugar donde haya luz, vagar en las penumbras es lo peor que podríamos hacer – Y con confianza le pasó un brazo por los hombros a Jessy. Era muy delgada así que por unos momentos sintió que abrazaba al aire. Era un idiota pero la apreciaba un poco por lo que habían tenido, aun que rápido y una cosa de nada, él lo apreciaba.

ya? medianoche? - repitió asombrada en susurros porque ahora que había alguien más y que con sus voces rompían el silencio se notaba que éste existía. Negó con el rostro, no buscaba algo específico, no era amiga de que la pensasen estudiosa y por eso se abrazó el libro al pecho y siguió la conversación focalizándose en James, es sus intereses variopintos.

Sonrió a su carcajada, como quien está haciendo el esfuerzo en verdad, pero muy a su pesar y sin darse cuenta igual no lo logra, y avanzó unos pasos para salirse de aquel corredor, encontrar alguna ventana que iluminase más sus presencias, como James bien pretendía. - si leyes no... que podría ser? Artes oscuras quizá?... - Volver a la conversación casual sobre el jugador de quidditch estrella que pretendía ser un estudioso de mil áreas... pero se incomodó en cuanto el brazo de James se apoyó en sus hombros. Unos pasos adelante, como una niña que huye de las hormonas masculinas, solo para dar más intriga, se escabulló de su contacto con coquetería sutil de quien adelanta el paso y necesita espacio para acomodarse el cabello.

Sin perder el hilo de la conversación pera que fuera todo lo más natural posible... - oh... la oscuridad..
quizá podrías sacarme un ojo...- lo miró de lado al rostro, luego a la varita que había bajado - y luego compro un ojo del justo... Solo por ganarle una ventaja a la penumbra... y muchas otras cosas... - ... Jessy aun estaba lejos de tomar ese tipo de decisiones, pero lo había pensado más de una vez porque... porque estaba enloqueciendo, porque a veces se encontraba necesitando hacer lo que fuera, Algo, lo que fuera, que le diera más posibilidades en ese mundo mezquino, injusto y sangriento. Y por más casual que hubiera querido sonar, seguía siendo un comentario macabro, un chiste negro que no a cualquier tipo de humor caería bien. - vienen en variados colores... y ya no se notan tan aparatosos como antes... - Los ojos del justo.

Rió, y apuró el paso. Ya no usaba tacones. Como en los setenta con la guerra en la puerta había cambiado la elegancia de siete centímetros, por la posibilidad de salir corriendo sin torcerse un tobillo. Zapatillas negras de fino cuero satinado, con cordones al tono, con suelas discretas... y aun así caminaba de puntillas. Quizá tenía el arco deformado de tanto taco. Quizá era una mañosa. - que tal la selección alemana? Me dijo Lynn que ganaron un par de partidos importantes...

James se limitó a negar con la cabeza nuevamente y sonreír, no tenía pensado estudiar nada más una vez que terminara la carrera de manufactura mágica, tal vez trabajar un tiempo en el ministerio o tal vez dedicarse a fabricar escobas voladoras. No sentía que hubiese otra carrera para él en el mundo mágico, ya tenía cubiertas sus dos pasiones, pero él era así, sabía lo que quería desde que era un joven mago en clase de vuelo.

Nunca se me han dado bien las artes oscuras, o cualquier otro tipo de magia en general. ¿Me has visto duelear? Soy un asco, tan rápido para anotar en el aire y tan lento para desenfundar mi varita. En verdad, soy lo peor conjurando, no tendría una sola oportunidad. Además las artes oscuras son demasiado… tu sabes, oscuras. - Rodó los ojos y siguió caminando tras Jessy, no se dio cuenta que ponía distancia entre ambos, tal vez porque ni siquiera estaba pensando en un acercamiento hacia ella en verdad. Había dejado eso atrás una vez vuelto con Aislynn, ella era todo lo que él quería y necesitaba.

¿Para qué quieres sacarte un ojo…? Bueno olvídalo, en realidad no sé si quiero saber .- Le había costado mantener el hilo de la conversación, en verdad parecía como que Jessy estaba enloqueciendo, no sabía si era por lo de Barunka y Kristján, sabía que el jugador era su novio y siempre habían sido muy cercanos, como mejores amigos. El tenía un gran apego a ambos, pero jamás se compararía con lo que ella sentía seguramente.

Pues estamos en octavos de final. Si todo sigue bien podremos llegar a la final de la copa. Aun quedan un par de meses, pero esperamos lograrlo. ¿irás a verla? La final me refiero, podría conseguirles lugares… - Si, era ridículo que pasaran por esas charlas superficiales, pero él tenía miedo de tocar temas sensibles con Jessy.

Oye… ¿Cómo estás? ¿Cómo va toda esta situación? Tú sabes… de los secuestros. Lynn me ha mantenido al tanto. Me gustaría en verdad poder ayudarles pero no veo la forma de hacerlo. Si hay algo que pueda hacer no dudes en decirlo… - Y lo decía de verdad, él no era bueno para las peleas con magia, pero si tenía que hacerlo lo haría, era todo un hufflepuff.

Si, las artes oscuras eran... oscuras. En realidad eran menos oscuras que la fama que tenían. Pero no iba a desmentirlo porque para un huff bueno como James eran OSCURAS y porque a Jessy le gustaba que la gente tuviera ese concepto, eso hacía que la mayoría se mantuviera alejada del tema. Y Jessy detestaba a ese punto de la vida rodearse de multitudes... Pensamiento que de inmediato la llevó a recordarse a si misma, como los primeros años de Hogwarts estaba siempre rodeada de gentes, queriendo ser la estrella del salón, pasillo o sala común... Como la vida le había pagado con demasiada justicia su arrogancia y desbarrancádole todo lo demás.

Y aun así algo debía llevar dentro, porque habiendo sido la escoria en mil sentidos y reunido todo el rechazo social posible bajo su nombre, no había quien la desconociera. De un modo macabro, era tan popular como siempre había soñado. Y para que? No servía de nada. Ni la fama, ni el dinero, ni los ojos claros enmarcados en una brillante melena rubia.... Volviendo al tema... Suspiró tratando de recordar de qué estaba hablando con James. - Mi buen amigo... - le dio dos palmaditas al hombro sonriendo de lado - Gracias... pero ya compré excelente palco para la semi... y la final -

Su sonrisa se truncó en morderse los labios y un cerrar los ojos para respirar profundo. Es que... Ese era el regalo que le había hecho a Kris para su reciente cumpleaños... Y James que preguntaba lo justo. También debía agradecerle eso. Sin pensarlo lo abrazó como una idiota. Uno, dos, tres, segundos.... - Perdón... - se despegó y alejó unos cuantos pasos - creo que ... nadie antes me había preguntado como estaba... - Algunos por miedo, otros evidentemente porque les importaba mierda... había hablado dos palabras con Lyn, pero... Hoy evidentemente estaba más débil, y se había dejado llevar. No volvería a suceder.

Se acomodó alguna humedad con un dedo deslizándose por debajo del ojo, para no correr el maquillaje que ni siquiera llevaba puesto, mientras se hacía la distraída recorriendo la biblioteca vacía, solo para no mirar a James. - No hay mucho por hacer, y yo no estoy favor de que todos se involucren así como así... A veces las cosas se ponen peligrosas... Ya le dije a tu novia que se mantuviera al margen lo más que pudiera, pero es testaruda la rubia y creo que ni me escuchó. -

De pronto se giró - Sabes? Me encanta hacer planes... Hagamos uno... - le estaba pidiendo el favor de que la distrajera un rato. Esperaba por el bien de su orgullo no estar siendo demasiado explícita... No importaba cumplir los planes. Importaba distraerse pensándolos con lujo de detalles- Si sigo viva, iré a ver la final... Y compraré todas las chucherías de recuerdo que haya... Me pondré un sonorus y gritaré por ti alguna obscenidad.... Tu? Que harás si gana la copa Alemania?...

Claro que James se sobresalto al ver que Jessy lo abrazaba y de una manera torpe y cariñosa le respondió el abrazo, no por que quisiera aprovechar la situación si no porque a él le gustaba ser algo así como un hermano mayor, un padre o una figura masculina en la que sentía algunas veces las personas podían sostenerse. Todo el mundo la estaba pasando mal con el secuestro de Kristján pero sabía que para ella debía ser más difícil. Él se habría vuelto loco si algo le llegaba a suceder a Aislynn, en verdad no podía dejar de admirar la fortaleza de la rubia.

Está bien Jessy, no tienes por qué ser fuerte cada vez… para eso estamos aquí, ¿de acuerdo? – La dejó ir porque tampoco la iba a obligar a romperse, aun que sentía que si Jessy seguía soportando lo que tenía dentro de sí, iba a terminar explotando. La vio alejarse y solamente hundió los hombros metiendo las manos en los bolsillos de su pantalón.

Creo que a todos nos interesa ayudar. No puedes culparla por ser como es, ¿sabes? Te quiere mucho, creo que lo hace más por ayudarte a ti que a Barunka y a Kristján. Pero no, ni siquiera intentes disuadirla, tiene ese carácter testarudo, ni siquiera yo puedo hacerla cambiar de opinión una vez que quiere algo.

Era curioso que hablara de esa manera de Aislynn con Jessy, jamás había hablado con otra mujer de ella, ni siquiera con sus amigas más cercanas. En realidad amaba a Lynn, no solo eso, la admiraba. James era un pobre idiota enamorado.

¿Si sigues viva? Por favor no seas pesimista, te arrastraré a ese palco así sea convertida en fantasma. Prométeme que iras a ese partido si yo llego a la final. – Bromeaba pero a la vez hablaba enserio, le preocupaba que algo pudiera sucederle a la chica. – Si yo gano el mundial dejaré el quidditch. Al menos como jugador profesional, creo que mi tiempo ha pasado. Además tengo otras metas en puerta...