Re: Invitación informal

por **Zelda Fay** Lun Ene 12, 2015 4:27 pm

Se merecía todo eso: la mirada de odio, las palabras hirientes, el desprecio de James. Todo eso y más se merecía por haber jugado a la valiente, al complot. Estaba todo terminado. Zelda esta vez ya no lloró de forma escandalosa, berreando, causando lástima, sino en silencio, con la frente en alto y las gotas derramándosele por las mejillas hasta ir a parar a la barbilla y de ahí, al suelo. Lo había perdido completamente. Después de todo eso, James no querría volver a verla, ni hablarle, nada. Viviría con la idea de saber que le había provocado un enojo muy grande, pero aún más, con el alivio de saber que por lo menos no continuaría con la mentirota y que ahora podía irse él a olvidarse de ella. Era lo mejor. Y la pelirroja debía hacer lo propio. Quería intentar detenerle la lengua para que parara de decir tanto y matarla con cada palabra que salía de su boca, pero los labios de Zelda estaban sellados. No tenía derecho de hablar.

Innecesaria fue la puerta, pues el muchacho desapareció sin más del loft, dejándola en un ambiente donde ni sus sollozos se oían. Soltó el brazo que sostenía la varita. Estaba todo absolutamente perdido. Necesitaba a alguien, a Marie, a Charles, a Alfred. George. Necesitaba a George. Su cabeza trabajó a velocidad impresionante. Le sudaron las manos. Tenía que advertirle pronto porque, seguramente, James no se quedaría de brazos cruzados y haciendo puchero.

— Ay no… George — musitó mientras giraba la varita para liberar su, no tan oportuno, simpático mapache rojo. Esperaba que pudiera hablar con él lo más pronto posible o podría ser muy tarde. Tomó su bolso y su chamarra. Del jarrón de porcelana que estaba encima de la chimenea agarró Polvos Flu, se metió en la chimenea y soltó la arena sobre la pila de madera pronunciando una dirección donde, suponía, podía estar George.