Cumpleaños

Libre para quien quiera pero traigan regalo

Era cumpleaños de Angus y por esa razón, David había decidido dar una fiesta en su departamento, porque no se cumplían seis años todos los días. Había invitado a sus amigos con hijos o sea Frances y Tobias por un lado, Sarah por el otro, aunque Sveinsson era francamente opcional, aunque siempre se apareciera en todos lados como una maldición y hasta Ellie aunque ella nunca llevaba a su niño a esas cosas. Por cierto, estaba bastante feliz de que Sarah hubiera regresado aunque fuera con una chiquilla de Sveinsson en los brazos, era una suerte que Tobias no lo hubiera matado, aunque David habría mentido diciendo que él era el padre si Sarah se lo pedía, por más que no se parecieran en nada.

Divagaba sobre eso mientras terminaba de colgar los últimos globos y Angus le enseñaba sus Transformers a JingJing, aunque David dudaba que a una niña le interesaran esos monos, pero al menos le gustaba ver a su hijo ser compartido, hasta con su ViewMaster. De cumpleaños David le había comprado a Angus una consola de Nintendo con el lanzamiento por adelantado por días de The Legend of Zelda que había conseguido gracias a un contacto de dudoso proceder en el bar. Angus no era un niño muy exigente y por esa misma razón merecía cualquier esfuerzo.

-Tengo miedo que el tipo que me consiguió el videojuego me haya estafado, o que después venga por mi el FBI o lo que sea.-Le dijo a Sarah quien andaba por ahí haciendo cosas de la fiesta. La que también hacía cosas de la fiesta era su ex novia Katherine Garland. Se la había encontrado en la universidad el día anterior y (lo admitía) le había llorado un poco por “no tener quien le ayudara a hacer el pastel” hasta que ella terminó ofreciéndose y él se sintió realizado. Además quería que hiciera migas con Sarah, porque ser amiga de Frances como primer lugar no podía traerle nada bueno a ninguna mujer, ni a Jingjing que era una dulzura.

-¿Qué opinas de Kat? Seguro te caerá bien, háganse amigas, se parecen en algunas cosas.-No sabía exactamente en el qué pero lo dijo de todos modos cuando el último globo estaba puesto. Le había preguntado eso a Sarah en voz muy bajita, para que la semiveela no escuchara. Miró su reloj, faltaba poco para que empezara a llegar la gente. Se invocó una cerveza y le dio un buen trago mientras se sentaba en su sillón como si estuviera muy cansado. -Tu hija es linda, muy bien portada, no sé cómo le haces.

Le encantaba ver cómo Per se ponía en el plan de hermano serio y responsable a su corta edad. Ni siquiera había puesto empeño en que fuera así, él asumía ese papel y le parecía curioso, jamás se le había ocurrido que tuviera qué actuar más como un niño, o menos serio, o como fuera. Le gustaban todos sus hijos, aún Aimée y su herencia de lo peor de Frances y de él en una sola niña que odiaba los cepillos y había jurado jamás cortarse el cabello. Per había viajado en el asiento de adelante del bus “cuidando” a su hermana mientras Tobias llevaba a Hanin en brazos, les gustaba llegar a la manera muggle aunque el transporte público de Londres no fuera precisamente bonito. Tenían que acostumbrarse a ver el mundo como era.

Entre todos le habían comprado un regalo a Angus, el que Aimée insistía en que le daría en mano. Era una serie de ediciones antiguas de C.S. Lewis de las Crónicas de Narniaque le habían provocado una discusión con Frances la noche anterior, que le había dicho que prefería un regalo que Angus disfrutara en el momento en vez de sus locuras de adulto, y él había argumentado que era un libro que disfrutaría, largo etcétera. Por eso no hablaron mucho durante el trayecto.

Realmente no estaban enojados, era casi su estado natural. Tobias sentía que se quería aguantar la risa cuando se bajaban del bus en la parada más cercana a casa de Finnerty y Aimée ya estuviera insistiendo en abrir el regalo ella misma, por que era una grosería esconder las cosas. Sus argumentos nunca tenían sentido. Per se lo había impedido y había terminado por dar el regalo él mismo, a lo que Aimée respondía ya gritando y enojándose, también con Angus.

Saludó a Finnerty, después a Walsh y ¿Esa era la ex novia rusa del lobo? ¿Estaba intentando regresar con ella? Le parecía algo raro que estuviera tan hacendosa con el pastel y todo esto.

-Buenas noches ¿Hay cerveza para los adultos?- preguntó sacando una él mismo del refrigerador y mirando de reojo a la hija de Walsh, de la cuál se había enterado hacía poco, por que Finnerty no había sido discreto con él, aunque si le contaba un par de cosas era por que sabía que Tobias no era muy comunicativo con prácticamente nadie. Se sintió fatal de haber estado a punto de dejar a la chiquilla huérfana de padre; sintió la garganta tan seca que casi se terminó la cerveza de medio trago.  -¿Lista para una fiesta infantil con Aimée en ella? Lo pasarás genial- le dijo Tobias a Katherine, señalando a su hija del medio.

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ropita

Había decidido ir a la fiesta de Angus principalmente por que Bastian había visto la invitación y de inmediato se emocionó por ir a una fiesta con otros niños de su edad. Fuera de la guardería a la que asistía casi no convivía con otros pequeños, sus abuelos no confiaban en los niños muggles del vecindario y desde que ella estaba en la Universidad sus salidas al parque o lugares no mágicos eran muy contadas.  Bastian había conocido a Per y a Angus hacia algunos años y ahora que descubría que el primero era su primo directo pues estaba mucho más encantado, a Aimée en realidad le temía y con Hanin era un poco indiferente puesto que era una bebé aun y él no tenía el sentido de responsabilidad de hermano mayor que Per había desarrollado.

Entraron por medio de una aparición conjunta al callejón diagon y luego salieron al Londres muggle para tomar un taxi, no quiso arriesgarse a aparecerse en el lugar porque no sabía exactamente donde se encontraba y con Bastian era peligroso, también le parecía peligroso subirse a un auto muggle pero era algo diferente y de lo que podía ocuparse.  Le dio un papel con la dirección al hombre y en el camino estuvo escuchando la historia del regalo de Angus que Bastian había elegido unos días antes, era una colección de soldados cascanueces encantados que se movían, tocaban sus trompetas y tambores y también peleaban los unos  contra otros si se les daba la orden indicada. Por supuesto todo eso eran historias fantasiosas de un niño para el muggle en el volante que de igual manera no les prestaba mucha atención por estar idiotizado a  Ellie por el retrovisor.  

Llegaron al lugar y Ellie le dio un puño de dinero al hombre que seguramente cubría más de la cuota del taxi pero como no tenía ni idea mejor se los dejó todos.  Bastian bajó primero con la caja de regalo que era el suyo y Ellie con otro que era algo simple y sin chiste, ropa y zapatos principalmente, le gustaban las cosas útiles que los niños usualmente detestaban para regalo.

Fue Bastian quién entro primero corriendo hacia donde los otros niños estaban y le dio el regalo a Angus para después saludar a Frances con una empatía que ni siquiera ella que era su madre sabía de dónde había sacado, era bueno para recordar los nombres de las personas pero esperó a que ella llegara con los adultos para tomar valor y acercarse a Sarah y saludarla también.

Perdón, estaba emocionado por llegar…   Buenas noches.- Por muy contrario a Bastian ella era una persona un poco reservada. Recordaba de vista a Sarah y a Katherine por que estaban en su facultad, pero ni idea de que fueran también allegadas a la familia de Finnerty.  - ¿Están horneando algo?  Huele bien…. -  Y ahí iban todas sus dotes sociales.  Esperaba que nadie preguntara por Abner, no quería tener que inventarse excusas ridículas de por qué no estaba hablándole precisamente en esos momentos, aun que la verdad fuera de Frances o Tobias, dudaba que alguien ahí lo hiciera.

Ropa
regalo

No estaba saliendo con Kat, estaba saliendo con Jasmine y sin embargo, era Kat la que hacía el pastel. Extrañaba a Jasmine pero si la pelirroja tenía cosas que hacer, él no iba a imponerse en el camino de su felicidad intelectual. -No, fue mi novia hace un tiempo pero ya no. Sólo preguntaba, estaría bien que fueran amigas, ya te dije.-Se carcajeó fuerte por el asunto de las citas a ciegas, él también lo había intentado alguna vez pero prefirió guardarse ese detallito y no decirle que él también había tenido su época de ser una depresión de persona. -Bah, claro que sí, aunque si resulta todo un fiasco, ya sabes dónde encontrarme.

No quiso agregar nada sobre Sveinsson. David era de los que siempre querían pensar lo mejor, a excepción de cuando el tema lo involucraba a él mismo. Podía ser el caso de que la niña mejorara a Kristján. No le quiso decir que en gran parte seguía siendo un poco el de siempre, que buscaba coca que consumir y que se encontraba borracho en los lugares más inesperados. Lo único que David sabía era que si de alguna manera lastimaba a Sarah, no iba a necesitar una imperdonable para ponerlo en su sitio.

Se quedó mirando a Kat y a Sarah hasta que llegaron Tobias y Frances. Como siempre que aparecían, de inmediato se escuchaba más bullicio aunque David sospechaba que todo era obra directamente de Aimée. Saludó a ambos y sonrió a Kat desde la distancia aunque no se atrevió a ir directamente con ella otra vez. Por suerte llegó Ellie, con quien tenía mucho que no hablaba, David pensaba que se pasaría la vida evitándolo.

-Hola Ellie, que bueno que viniste. ¿Te doy una cerveza? Yo necesito otra.-No le iba a preguntar por el hermano de Frances porque no le incumbía. Antes de que le respondiera, le pasó una cerveza del refrigerador y abrió otra para él.-¿Se conocen?-Se refería a ella y a Sarah, o a ella y a Kat, daba igual.-¿Cómo va el departamento de pociones?-Era una manera de preguntar por Jasmine con bajo perfil.

Seguro que puse cara de no tener idea de lo que Sara hablaba cuando mencionó el mooncake, pero no me atreví a preguntarle directamente qué era. Jinjing era una niña muy bonita, lo había pensado desde que la vi y me imaginaba al padre que debía tener para haber sacado esa combinación sin imaginarme que era ese islandés del que todo mundo parecía tener una opinión muy forjada e incambiable.

-Sí puede ser.-Sarah era agradable, no podía visualizar que hubiera sido más huraña años antes. Yo también había sido así durante algunos años, cuando todavía no me acostumbraba a mi hogar, ni a mis padres, mucho menos a mi nuevo nombre, ni sabía si quería acostumbrarme a ello en realidad. Durante mucho tiempo había deseado regresar al orfanato por pura tontería, por pensar que ahí pertenecía. Estaba divagando.

Iba a decirle a Sarah alguna cosa sobre enseñarle lo que quisiera de repostería cuando llegaron Tobias y Frances, los amigos de David que tenían tres hijos y que como conjunto me intimidaban un poco, por eso me puse medio tímida cuando Tobias se acercó a saludarme y a preguntarme por la cerveza, que de todos modos tomó él mismo. Estaba bien porque si se la hubiera dado yo me hubiera empezado a sentir como anfitriona y no quería malentendidos con David y todo el asunto de su novia, todo mundo sabía lo que significaba actuar como si se fuera dueña de la casa, yo solo era la niña del pastel.

Me reí por la manera en la que me introducía a su hija Aimèe y miré a la niña con curiosidad.-Nací lista, he tenido toda la semana para prepararme psicológicamente. David me advirtió.- Aproveché que Tobias estaba ahí para hacer a un lado mi inseguridad respecto al pastel, y le corté un pedazo pequeñito. Como era mágico, volvió a quedar completo, eso sólo sucedería dos veces, así que esa esquina no volvería a reaparecer. Era un hechizo de mamá, para que alcanzara para todos. -Tienes que probar esto y decirme si sabe bien, sino no podré estar tranquila

Sonreí a Ellie cuando llegaba. La había visto por el campus algunas veces y me parecía muy muy guapa. No me despertaba inseguridad pero notaba que era ese tipo de semi veelas que siempre lucían impecables, no como yo, que siempre parecía regalar lo que tenía para los demás. Seguro hacía un rato Sarah había parecido estrella de cine y en ese mismo instante Tobias parecería aspirante a modelo de Calvin Klein o algo parecido. No todas controlábamos lo que teníamos igual.

El único lugar en el mundo donde no querría estar en circunstancias normales era en una fiesta en el lugar donde vivía David Finnerty, pues eso significaba que iba a ver a un montón de gente molesta en donde sólo una o dos personas le caían de verdad bien, aunque hubiera actuado hacia un tiempo como si esas personas fueran su familia. Pero las personas que realmente le importaban de ese grupo eran bien pocas, mucho menos luego de que Syd se hubiera largado un tiempo a Estados Unidos para superar su desamor. Con eso la cantidad de amigos de verdad que tenía se reducía a casi nada, menos si se contaba que Frances, en ese mismo momento, le estaba dando una puñalada por la espalda. Cantidad de amigos en ese lugar, cero.

Pero el único lugar en el mundo en donde estaba su hija era precisamente ese. Y quería verla porque había pasado toda la semana pensando en ella y en cómo se desarrollaría con otros niños y en sí le daría gusto verlo. Así que el único lugar donde no querría estar, era el único lugar en donde deseaba estar de verdad, así de complicado.

Había comprado unos hot wheels para Angus que había medio envuelto con ayuda de magia. Detestaba ya a Finnerty pero el niño no tenía la culpa y esa ya era una mentalidad que sólo un padre podía tener, parecía un chiste. Alguien le abrió la puerta y lo primero que vio fue a Aimée y a Krista (en su mente era Krista, no le iba a decir ese ridículo nombre de Jinjing)  jugando, aunque Aimée llevaba el claro liderazgo. Antes se sentía muy ajeno a esas escenas pero ahora era distinto.

Saludó a Finnerty con un movimiento de cabeza y fue directo hasta Frances y Sarah. Iba a preguntar qué estaban tomando pero recordó que ante Sarah, era abstemio, aunque eso no quitó que le diera a Frances una botella, no de vodka islandés, pero sí de whisky barato, era parte del ritual. -¿Cómo están?-También dirigió su pregunta a Kat y a Ellie, pero se sentía demasiado incómodo y se le notaba bastante. Otra vez estaba en un pozo sin fondo porque ¿de qué otro modo iba a sobrevivir a eso sin un trago? Y no pudo ni siquiera meterse una línea porque ya todos lo conocían muy bien cuando estaba limpio y cuando no lo estaba, en especial Sarah y hacer una tontería era demasiado arriesgado.

El problema con Ellie en sociedad es que se le había enseñado de una manera diferente, a ser políticamente correcta y siempre mantener un cierto estatus, por eso aun en reuniones como esas sentía que debía cuidar sus palabras o acciones, no se daba cuenta que entre esas personas nadie iba a juzgarla o a verla mal por decir lo que pensaba o hacer lo que quisiera hacer. Le sonrió con un poco de pena a David y tomó la cerveza aun que no estaba segura de hacerlo, no le gustaba cuando estaba con Bastian por que no solamente debía cuidar de ella si no de él. Solo la mantuvo en sus manos y saludó amablemente a Katherine en la cocina y a Sarah que estaba cerca. Tal vez les dijo un pequeño “hola” pero quedó opacado por la pregunta de Finnerty.

Las cosas van bien, tenemos un trabajo extremadamente pesado y de hecho Jasmine esta cubriendome en el laboratorio, mañana tendré que llevarle algo de café y pastel, fue una promesa… - No era mentira, apenas había podido lograr ese tiempo para darse una escapada a la fiesta y porque a la pelirroja le parecía imposible decirle que no a una madre con su hijo y se lo agradecía mucho, pues Bastian a pesar de la forma en la que Aimée lo olisqueaba parecía estar pasándolo bien.

Oh, todo está perfecto, tranquila –No agregó más por no ponerse en evidencia. Desvió mejor su atención también a la declaración que David iba a hacer, ella no tenía ni idea de nada de lo que hablaban pero cualquier cosa que le evitara un momento incomodo era mucho mejor. Cuando Kristján llegó ella solo alcanzó a saludar rápido con la cabeza antes de que se fuera con Sarah a fumar y mejor animó a David para que les contara lo que fuera que iba a decir según Tobías.

Bueno ¿Y cuáles son las noticias? Suena interesante. – Le había dado un pequeño trago a la cerveza solamente por convivir y hacer como que si bebía, luego se mantuvo a la expectativa.

Francky había sido quien le extendió la invitación, aceptó por pasar un buen rato, tener algo que hacer con uno de sus primos y  porque David le agradaba, era una buena persona. Así que llegó al lugar con su Primo Evan de la mano, quien llevaba el regalo para Angus, un simpático set de tres dragones miniatura que se movían por si solos como una mascota, pero se podían petrificar para guardarse. Con él iban Blue y su hermana menor, quien estaba más interesada en hablar con Evan que con ellos.
 
"¿Quieres saludar a los demás Evan?" le preguntó su primo, quien estaba mirando a todos con sus grandes ojos, observando detalles que probablemente James estaba pasando por alto, "Creo que deberías darle el regalo a Angus."
 
"Si, es para él, así que tengo que dárselo," dijo el niño con un tono un poco más serio de lo necesario para su edad, probablemente pasaba demasiado tiempo con sus abuelos.
 
James giró los ojos y llegó a Evan a donde estaba Angus para que le diera el regalo, saludó a David y le agradeció la invitación.
 
"Hey, mira, ahí está Francky…" dijo James con una sonrisa pícara en los labios y se acercó a su no-crush mientras se amigo se quedaba detrás, probablemente para alcanzarlo en un momento y decirle que dejara de ser inoportuno y no molestara a Francky, quien por cierto estaba cargando a uno de sus hijos. 

Rayos, todos decidieron casarse y reproducirse en época de guerra, ¿Qué demonios?

Jessy llegó justo después de los James por chimenea, haciendo parecer que se habían puesto de acuerdo para viajar todas las J con un mismo puñado de polvos flu. Pero no! de inmediato se alejó de ellos, en especial de James P. Ni por confusión que la asociaran con esa lacra social. Tampoco fue hasta los niños porque le daba cierta vergüenza meterse entre ellos, tan felices y compañeros jugando por allí solo para entregar el regalo que correspondía, y quedar como señora mayor que importunaba. En cambio de eso, se acercó a David a darle el beso en la mejilla correspondiente y el mismísimo regalo. - Sigues teniendo televisión, no? - Y le entregó la consola envuelta en papel de regalo muy monona con un moño dorado gigante  - Es para Angus, no vale que lo uses tu... Pero probé el Super Mario y es adictivo... - Confesó sonriendo sin detenerse a pensar si sabría David de que demonios le estaba hablando... Como fuera ya lo descubriría y dentro de dos semanas Jessy tendría que llegar con otra consola para que ambos cachorros tuvieran juguete.  

Más allá de todo, no podía no presentarse allí. Angus había sido el primer niño del grupo y Jessy aun recordaba la primera vez que lo había tenido en brazos cuando a Frances se le dio por partirle la cara al padre. Esas cosas de todos los días, esas anécdotas que nunca iban a olvidarse.... Y esperaba estar en lo cierto, al creer que ella no necesitaba la escusa patética de presentarse con un niño ajeno como los James. Una cosa es que los hijos estuvieran de moda, bien, se podía entender, pero alquilar un niño para demostrar quien sabe que... Allá ellos! seguro había detrás fundamentos super nobles sobre convivir y blablabla. Patéticos ¬¬ . Y no se cortó ni un pelo en mirar bien feo al James P... Otra costumbre. Con alguien había que llevarse mal.

Y a todo eso... Que era eso de cervezas y licores? Padres modernos, que usaban a sus hijos como escusa para emborracharse! Y la piñata? y las golosinas? y todas esas cosas de niños? Un payaso gnomo que animase el evento? Un castillo inflable? o ponys para montar? Música infantil? confeti?... Al menos había un pastel de cumpleaños! Y parecía mucho pedir, aunque estaba bien bonito, el pastel, Katherina, hasta Tobías... También los saludó a ellos con sendos besos y a Frances y Ellie con la manito, las cuñaditas... no iba a ir a molestarlas, no aun. Además no estando borrachas ni eran tan divertidas seguro!

Y más allá junto a la ventana Kristján y Sarah. Hace mil años que no veía a la ahora madre de la hija del islandés, pero no fue difícil reconocerla, seguía siendo tan asiática como siempre, aunque no estaba tan delgada como la recordaba... Entonces, si Sarah estaba ahí, la niña panda también, y fue imposible para Jessy no girarse con disimulo de observar a los niños en general para ver específicamente a JinJing, como si por verla con sus propios ojos eso se tornase de una vez y para siempre en algo real y de un solo flash de iluminación mental pudiera entender lo que significaba que tu novio tuviera una hija con alguien más. Pero esas cosas no sucedían así de fácil... Así que con la sonrisa en los labios que le había dejado descubrir lo bellísima y tiernita que se veía la bebé nueva del grupo, buscó los ojos de Kris para avisar desde lejos que ya estaba ahí. Ni modo que fuera a molestarlo cuando hablaba "a solas" con Sarah.

Y volviendo a la realidad... - Quién tiene noticias?... ey! y tu amigo Jude no viene? o no lo invitaste porque no tiene hijos? - Hablaba a David claro!

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Porque las niñas tenemos que vestirnos y los niños no?

Si él había decidido llevar a su hermana a ese lugar había sido por dos razones grandes. La primera porque era una fiesta infantil y su hermana aun que no era un bebé y le juraba que estaba lo suficientemente grande para ir a esas cosas, él sabía que se divertiría. La segunda era por qué sus padres habían salido por un viaje de  negocios, la niñera les había cancelado y no querían encargarle a su hija menor a un elfo domestico, no confiaban en ellos, eran muggles a fin de cuentas.  Afortunadamente Evangeline era completamente autosuficiente como para arreglarse  y peinarse por ella misma, él no habría sabido cómo hacer una trenza italiana o lo que fuera que se hizo en el cabello, estaba en esa edad en la que le importaba mucho verse bien, lo cual a él le parecía incluso adorable.

Aparecieron casi al mismo tiempo que los Lovecraft y Eva estaba justamente platicando con el pequeño porque le gustaba pedirle que cambiara el color de su cabello de maneras incesantes, seguramente ya tenía cansado al pobrecillo. La niña guardó silencio al ver a las otras personas  y automáticamente se acerco a su hermano como para decir que venía con él.

Hey, ¿Qué tal? ¿Ya empezó la fiesta? – James saludó a todos con una mano y le dio unas palmaditas a Eva para que se acercara con los otros niños a darle el regalo a Angus, era una escoba voladora para niños y un bate, la pobre pequeña apenas podía maniobrar con ella y el bolso que había rogado por llevar, solo para sentirse mayor. Estaba por acercarse cuando Jessy entro también por la chimenea y al entrar viéndolos raro la semi veela pequeña la vio también con cara de gentuza.

“Buenas tardes señora” – Le dijo con tono irónico a la rubia que los pasaba de largo y luego alzó una ceja para acercarse a los niños y darle a Angus su regalo. James solamente sonrió acercándose a donde Frances y los demás estaban. Le gustaba ver a Frances con el bebé en brazos, como que ser madre le iba bien.  Tomó al otro James por el hombro de alguna manera para calmar sus ímpetus con la mujer casada y su esposo en la cocina.

Íbamos al llegar antes pero el tráfico en las chimeneas estaba mortal.  ¿Era necesario lo de los hijos? Porque si es así necesito apresurarme para alcanzarlos. ¿Me dan una cerveza?

Eva y sus caras a Jessy
Eva y su vestido

Su incomodidad no se debía a presentarse ahí como nuevo honorable miembro del círculo de padres jóvenes que durante la guerra y la postguerra habían decidido que era buena idea vivir la vida en libertad total, se debía a que no quería, por decisión propia, tomar enfrente de Krista y eso le costaba mucho más trabajo del que cualquiera podría imaginarse, pero se estaba esforzando, que le dieran un poco de crédito.

Acompañó a Sarah a ese lugar apartado, pasando junto a los niños saludando a su hija con la mano y una sonrisa, lo mismo hizo con Aimée. El reproche de Sarah sobre la honestidad lo hizo bufar, pero no le dijo nada de inmediato y la dejó hablar.

-¿Qué quieres que te diga, Sarah? En ese momento sólo importaba quedar como alguien responsable. Tranquilízate, no es nada.-Le dijo minimizando todo el asunto mirando a su alrededor con fastidio antes de enfocar la vista en el cigarrillo solo para acentuar el hecho de que ni se le antojaba, se le antojaba un buen trago al whisky que le había llevado a Frances, se le antojaba una línea de coca, pero no un cigarrillo.

-Todo está bien, no hay nada de qué alarmarse. ¿Qué importa si no soy abstemio totalmente? No soy un adicto, bebo tanto como bebes tú, seguramente.-Vio llegar a Jesse, a James el que le caía bien y a James el que le caía mal, saludó desde la distancia a la primera y le dejó entender con sus gestos que iría pronto a saludarla.

-Ahora ¿podemos volver a la fiesta o vas a seguir comportándote como una maniática. Lo único que quiero hacer es pasar tiempo con mi hija, a eso vine, porque detesto a la mitad de los presentes, así que no me lo hagas difícil.-Estaba siendo un poco imbécil y lo sabía, pero no podía ser de otro modo porque se estaba defendiendo, aunque nadie lo había atacado.

Justamente cuando David iba a dar su grandiosa noticia, empezaba a llegar más gente, Angus y él tenían que hacerse cargo de más regalos y el niñerío empezaba a hacer más ruido. David estaba a punto de dejar que Angus abriera su regalo y todos se fueran a su habitación a conectar el Nintendo y se fueran a hacer cosas de niños mientras los adultos se quedaban en la sala, pero ese pensamiento solo fue de padre primerizo dando su primera supuesta fiesta infantil.

-Ah, vaya…-Nada más eso le contestó a Ellie respecto a Jasmine. Le gustaba que Ellie estuviera ahí con el primo pero también le daba algo que Jasmine no estuviera ahí con el suyo. Se tuvo que recordar a él mismo que la pelirroja tenía obligaciones que estaban muy aparte de ellos dos.-Bueno, parece que Bastian la pasa bien, me alegra que vinieras, además le haces bien a la vista.-No estaba coqueteando con la cuñada de Frances, estaba dándole un halago sincero.

A la llegada de Jessy y su regalo solo soltó una carcajada, pero no le dijo lo que había pasado, porque no quería que se sintiera mal. Guardaría esa segunda consola para cuando la que le había dado él se descompusiera, estaba más que bien. -Sí, lo invité, pero siempre es un impuntual de porquería, no confiaría. Es más, deberíamos comer el pastel antes de que Tobias termine con él.-Le sonrió a Kat a la que le seguía agradeciendo infinitamente que lo hubiera salvado de hacer él el pastel o comprar uno que no supiera bien o cualquier otro error de padre soltero.

No estaba deliberadamente haciendo caso omiso de lo que había dicho Tobias sobre la noticia por hacerse el misterioso, pero estaba saludando a todos, recibiendo regalos y poniendo atención a Angus a la vez. -Ah sí, la noticia, empezaré a jugar con los Cannons como cazador…titular…y todo. Igual no se emocionen tanto, les doy un año, después me sacarán. Sólo necesitan un empujón publicitario y qué mejor que un licántropo reconocido públicamente. Pero aprovecharé para conseguirle muchos autógrafos a Angus.-Y también para demostrar que esa bueno a pesar de que tenía una maldición. Que lo perdonaran por ser negativo pero David sabía a lo que le apuntaba, no le valía de nada hacerse ilusiones, sólo si lograba pasar ese año. -Bueno acábense las papas y luego ya partimos el pastel. También tengo comida china de anoche.

La verdad ella no sabía que Jasmine y David tenían “algo” porque por cruel que fuera se interesaba muy poco por la vida intima de Jasmine, era su compañera de pociones y la veía y respetaba como tal, pero tampoco eran muy apegadas fuera del aula de clase. Le dio una sonrisa amable a David por el cumplido y luego solamente se quedó ahí viendo como llegaba más y más gente a donde todos estaban. Ella tenía la vista en los niños y como es que Bastian seguía huyéndole a Aimée pero afortunadamente habían llegado más niños para que pudieran socializar sin que las cosas terminaran en tragedia.

Había dejado disimuladamente la cerveza que David le había dado, no tenía muchas ganas de beber pero se le había hecho una descortesía negarse. Fue justo cuando se puso al lado de Frances que el licántropo soltaba la noticia de su nuevo empleo y en verdad se alegró por él, esperaba que tuviera un buen futuro y todas esas cosas, si bien no era fanática del quidditch ella pensaba que las personas debían hacer las cosas para las que eran buenos y le constaba que Finnerty lo era, por los partidos de la escuela principalmente.

Está bien puedo cuidarme de los animales de felpa, hace años que no cargo un bebé ¿Puedo? – Lo decía sinceramente, extendió los brazos para robarle a la bebé a Frances (no de manera literal) y la cargo acercándola a ella y jugando también con el pingüino que la niña tenía.

Notó que más personas llegaron tras ello y el lugar comenzaba a llenarse, como se sentía un poco sofocada entre tantas personas mejor decidió ir hacia donde estaban los niños aun con la bebé en brazos y así de igual manera podía prestarles atención.

Ya suponía Jessy que acertaría con el regalo, Que era una genia, no? Eran por eso las carcajadas? Intercambió miradas con David y Tobías, confiadísima sin saber todo lo que se cocía al rededor del nintendo, ella y su ignorancia completamente alagadas. Y de todos modos aunque hubiera sabidose repetida, solo era una gran y buena señal de que había pensado igual que el padre de Angus que lo conocía desde nacer. Así que, o se equivocaban los dos, o acertaban ambos. Sin más opciones y todas eran buenas... Y así se suponía que tenía que ser la vida: sin dramas, solo alegrías, un poco de semiveeles dando vueltas para embellecer el ambiente.... Y obviar de dirigir la palabra a Frances y James P. para evitarse problemas innecesarios.

- Los cannons? guau! - era uno de esos equipos buenos, no? al menos muy renombrado - David, deberías pensártelo al revés... Tu tendrás publicidad. Tu eres el perro... Cuando quieran deshacerse de ti, solo debes lograr que los periódicos y demás, monten todo un escándalo anti discriminación y saldrás ganando. Tienes que jugar tus fichas a eso... - Y demostrar que en verdad era bueno y no una figurita de colección difícil de conseguir... pero eso ya era otro tema, del que Jessy no podía opinar.

Si que la vida de todo mundo estaba cambiando ese año, quizá el 86 sería la cúspide de la buena fortuna o... la demostración de que estaban todos mal paridos y por más cosas bonitas el universo se les iría al diablo a la primera decepción... Para ejemplo Ellie que se alejaba hacia los niños y el recordatorio mental de la noche compartida. Y de algún modo, aunque Jessy fuera una pesimista consagrada, fuera porque se estaba tomando en serio los consejos de todo dios o fuera porque podía usar sus manos para agarrar las de Kristján que volvía de su ventana indiscreta, no pensaba arruinarse nada pensando disparates, ni tomando alcohol que era casi lo mismo. Creía suponer lo importante, complicada, exaltante, etc, etc, etc, que sería para el islandés esa noche y emborracharse no era una opción para ninguno de los dos.

Saludó a los Hutchins, a los cuales había convocado con la mente casi, casi, y apoyó con un asentimiento del rostro la moción de pedir comida de verdad, aunque ella ni iba a probar bocado, (solo se guardaría un lugar para lo dulce, la torta de la hermosa Kat), todo eso antes de inclinarse sobre el oído de Kris y susurrarle - llegué muy tarde? tuve que ir a buscar las llaves del piso nuevo, te va a encantar... y por cierto, ya vi a Jin, es preciosa... - Y no le soltaría en todo el rato que pudiera, a ver si a él también le funcionaba eso para no tentarse de tomar un vaso desde temprano. - que decía Sarah? le preguntaste si Jin puede pasar tu cumpleaños contigo?