Incursión nocturna

Era la primera semana después de las vacaciones de Navidad pero Darren Brackminster ya estaba hasta los huevos de entrenar como poseso. La realidad es que no era tan así, estaba cansado y no sentía ningún músculo de su cuerpo después de más de catorce horas encima de la escoba dándole al bate y mandando bludgers más lejos que un cometa pero era una decisión firme que había tomado como propósito de año nuevo. ¿Por qué? Porque quería entrar en alguno de los dos equipos ingleses de categoría inferior solo para catapultarse en un futuro hasta los Tornados, su equipo predilecto. Eso implicaba disciplina, reducción en sus hábitos alcohólicos y dedicación. Tozudo como cada Brackminster que había nacido en la familia (todos muy puristas pero los condenados eran unos tenaces luchadores de sus ideas y moralidad) no dejaba de entrenar hasta que empezaba a sentir el hombro crujir más de la cuenta, era entonces cuando se tomaba un respiro.

Hacía más de cuatro horas que habían terminado las clases con un partido de práctica y lamentablemente su “equipo” había perdido a pesar de las bajas que provocó Brackminster tras derribar a un par de cazadores de sus escobas. Insatisfecho con el resultado, el bateador se había quedado trabajando en el campo hasta que fue consciente que a las once de la noche y con el frío de enero calándole hasta los huevos, no podía continuar practicando. Fue entonces cuando guardó la bludger en su maletín, fue a darse una ducha a los vestuarios que estaban desiertos y colgándose la mochila con sus implementos para el santo deporte, guardó la escoba en su estuche y encaminó sus pasos hacia uno de los trasladores oficiales para poder irse a su casa a descansar.

Pero en su camino hacia la salida, pasó junto a la facultad de Ogmios. Quedó absorto mirando el edificio durante unos segundos y entrecerró los ojos mirando de nuevo la hora en el reloj deportivo que decoraba su muñeca izquierda. No tenía ganas de ir a casa y había dejado comida a Saluh así que llegados a ese punto, tenía dos opciones: A) ir a molestar a Amy o B) ir a molestar a Barunka (en ese orden por sus iniciales (?)). La cosa es que con Jackson las cosas estaban en un punto frágil y tal vez la incursión nocturna se malinterpretaba hasta terminar tirándose las cosas por la cabeza así que optó por la semiveela porque era la que mejor carácter tenía de las dos (en perspectiva así era).

Entró en Ogmios como un estudiante más porque total que fuera equipado con su escoba y los utensilios de Quidditch no daban pista alguna que era smertios y tras apoyar sus bártulos en un rincón de la sala común, fue a buscar la habitación de Barunka ya que una de las chica indicó donde se encontraba. Eso sí, antes de largarse hechizo su bendito material con un encantamiento antirobo por si los zoólogos les daba por hurgar en sus pertenencias y tenían alma gitana. No tocó la puerta porque hubiera matado la gracia, solo abrió un poco para comprobar como estaba el terreno y cuando localizó a Barunka dormida en su cama, se acercó para meterse en la cama sin quitarse siquiera los zapatos. La abrazó desde atrás y le mordió el cuello - ¿Qué horas son estas de dormir, Jentsch? ¿Me estabas esperando o has sucumbido a alguna tradición arcaica de vejez prematura? - susurró sin quitar la cara de su cuello y estaba buscándose su ruina pero era consciente de ello.

Recibió el manotazo y en respuesta al gesto, mordió su mano como perro. No soltó una carcajada porque no quería despertar a medio dormitorio femenino de Ogmios pero cuando Barunka resaltó si estaba vestido con sus ropas de Quidditch, Darren soltó la cintura de Barunka para abrir los brazos tendido sobe la cama, mostrándole con la acción que estaba totalmente inmaculado. Llevaba ropa limpia y su pelo aún estaba húmedo por la ducha que acababa de darse en los vestuarios de Quidditch así que no podía quejarse, no había razón para ello. Pero para darle el capricho y el placer se quitó el calzado deportivo empleando el pie contrario para lanzar las bambas por cualquier lado - ¿Mejor? - levantó una ceja porque aún seguía flotando en su cabeza la definición de “dama” dada por la propia Barunka - Perdone usted, lady Jentsch, no me percaté que usted era una mujer refinada que no montaba orgías en palacetes reales - se propinó un golpe en la frente, suave pero para gesticular - ¡Como no caí! De verdad…

Darren pasara cuanto pasara, trataba a todo el mundo igual. Podía haber estado desnudo ante ella, montándose una orgía y ver a la chica pidiendo a otra que gimiera ante sus narices que Brackminster iba a continuar tratando a la rubia de la misma manera que siempre con aquella confianza mal sana -Yo vengo a conquistar tu cama. Échate a un lado, mujer, que vengo cansado después de todo el día golpeando bludgers como tu hombre devoto y dedicado - se acomodó junto a la semiveela y estiró un brazo por si quería acomodarse contra él. Si bien había entrado solo para estar con la chica, ahora que estaba allí sentado totalmente cómodo en una cama mullida quería tratar un tema con ella - ¿Has hablado con Amy últimamente? - porque ya que estaban ahí, podía indagar en temas que el día de la orgía pues no se pudieron dar por obvias razones, estaban demasiado metidos en la jodida bacanal.

- Es que está… extraña - quitando el incidente de su casa, llevaba tiempo extraña como cuando huyó de la pista de hielo - Conmigo. ¿Te ha dicho algo?  - porque había cosas que tal vez Jackson no le contaba por ser hombre pero a Barunka que a pesar de tener el carácter de un hombre era una auténtica mujer. Fuera como fuera, mientras hablaban, dejó caer la mano sobre el culo de la semiveela para atraer su cuerpo al suyo mientras él tenía la otra mano tras su nuca y miraba el techo, hablando de forma distraída como quien no quería inquirir en el tema pero soltaba las preguntas como mera casualidad.

Ah, ya estaban otra vez los problemas con los mujeres. Por muy macho que fuera Barunka terminaba en el fondo siendo una señora como otra. Si bien estaban de entrenamientos, alargó la mano para coger con toda su naturaleza la caja de cigarrillos que habían encima la mesita y sacar uno haciéndole una señal de “ahí te robo” antes de llevarlo a sus labios mientras se acomodaba en la cama, sentado con la espalda apoyada contra el respaldo. Buscó el mechero en uno de los bolsillos de su pantalón y encendió el extremo del pitillo dando una calada profunda que supo a gloria después de mil horas entrenando.

Rió mientras expulsaba el humo y sujetando el cigarro entre dos dedos de su mano derecha se rascó con el meñique uno de sus ojos - Lleno de moral, lleno de moral… - torció la sonrisa a la derecha y volvió a dar otra calada antes de mirar a Barunka de reojo - En realidad fue tu culpa que Amy se fuera de la habitación - y la sinceridad ante todo. Bueno, la cosa es que no era enteramente la culpa de Barunka y mucho menos solo de ella pero por convivir quería buscarle los pelos en la lengua a la rubia a ver si terminaban peleando para no perder la costumbre- No se siente cómoda cuando me besas - enarcó una ceja y ladeó la cabeza haciendo crujir su cuello - Pero yo pensaba que eras una mujer de bien que terminarías lo empezado en aquella habitación - propinó una palmada cariñosa sobre el muslo de la chica y se puso en pie para caminar hasta la ventana - Bien te vi poner ojos de semiveela a la rubia de James.

En verdad ni se acordaba. Tenía los pensamientos algo enturbiados de aquella noche pero recordaba haber disfrutado de un buen rato en compañía de todas (sobraba James, sinceramente aunque si se hubiera puesto imbécil, igual le hubiera cerrado la boca con un beso (?)) - No te enfades con ella. No todos tenemos nuestra poca moralidad y de todos modos sabes que me hubiera quedado pero la cosa no estaba como para echar fuegos artificiales. Pero yo pensaba que habríais usado mi palacio del amor para hacer el amor y no para no disfrutar, me cago en Dios. Yo que iba a enmarcar mi cama como “santo sepulcro sexual”.

Jodió un poco más a la semiveela abriendo la ventana para que entrara la brisa vespertina y echó la colilla previamente apagada en el alféizar. Expulsó el humo hacia arriba de la última calada y sonrío por las palabras de Barunka. No se tomó el comentario en serio porque entre ambos no había más que amistad a pesar que en ocasiones esa amistad se terciaba a hacer físico su cariño fraternal, al menos por parte de Darren. Si la besaba era por dos motivos: uno porque estaba demasiado buena y dos porque no se iba a negar a una semiveela  pero ahora con los celos justificados de Amy, era casi imposible seguir con las malditas bromas de antaño sin desatar el caos y el terror en Brigantia.

Recibió el palmazo en el culo y se giró con lentitud hacia ella antes de enarcar una ceja - Por mi como si quieren follar en cualquier lugar. Mis amigos tienen mi casa para lo que quieran, incluso consumar su relación de la manera más guarra que puedan imaginarse. No soy tiquismiquis - se acercó a la cama de Barunka y cogió sus tobillos para darle un jalón brusco que la colocó al borde de la cama con Darren entre sus piernas, se agachó para hablarle cerca y como medida de precaución, apresó sus muñecas por si la jodida intentaba sacarle los ojos con sus zarpas de semiveela.

- Siempre puedes tocarte en mi  venerable presencia - movió las cejas y propinó un mordisco en su cuello con la  malicia de dejar una pequeña marca rojiza en su blanca piel eslovaca. - además no mientas mujer - volvió a inquirir cuando levantó la cabeza para mirarle a los ojos- Tu no me tocas NI con un palo y por respeto al palo - y ahora sí,  sonriendo, liberó una de sus muñecas para raudo darle el golpe contra el muslo que antes ella había dado contra su culo  - No seas pajarraca y perdona a Amy. Eso o me das un espectáculo erótico, cosa qué no vas a hacer - era cuanto iba a decirle sobre el tema. Entendía que podía estar cabreada pero Darren no iba a mediar más entre las dos chicas. Era Suiza y siempre decía lo mismo.

Si había un problema entre sus amigos, él se mantenía al margen porque dar una opinión siempre desquilibraba la balanza. Qué Jackson fuera su pareja no iba a hacer que cambiara el asunto, entendía que Amy estuviera recelosa de sus relaciones con las semiveelas pero Darren no iba a truncar una amistad de años por ello y Barunka era especial para él como sabía que para Amy también.

¿Dónde quedaba el maldito sentido del humor en las mujeres? Todas eran iguales exageraban un pequeño gesto hasta niveles exponenciales. Ocurría con Amy. Ocurría con Jessy. ¿Era mucho que Barunka fuera la excepción? Desde luego que sí. Empezó a sentir el dolor de huevos de forma inmediata y apretó los dientes mientras se dejaba caer al suelo y si bien podía haber gritado porque eso se sentía jodidamente mal, empezó a reír como bárbaro a media que incrementaba el dolor. Estaba acostumbrado a recibir golpes con las bludgers que machacaban huesos hasta reducirlos a polvo pero aquello se sentía el doble de mal. Eso sí, Brackminster tenía la bendita suerte (o desgracia) que compensaba el dolor a carcajadas, era una respuesta innata a las situaciones intensas. ¿Se rompía un brazo? JAJAJAJAJA ¿Se rompía una pierna? JAJAJAJAJAJAJA a más no poder. Esa no fue la excepción, menos cuando notaba sus huevos a punto de estallar y no precisamente de placer.

Cuando se acercó a él contuvo la carcajada y apretó la mandíbula, la miró con odio porque sentía que en ese momento podía hacerle cualquier cosa poco agradable pero se contuvo por dos motivos, el primero es que no tenía fuerza y el segundo es que de tenerla aún pesaba más su amistad con ella que aquella puta maldad.  ¿A quien coño le importaba Gene? Había sido un mierda de roce dental sin más maldad que cabrearla pero no cabrearla de aquella manera, joder. Contuvo la respiración mientras recibía el beso en la mejilla con un gruñido de “te odio” y cuando aflojó el hechizo, dejó caer la cabeza hacia atrás mientras soltaba el aire con fuerza, realmente aliviado.

A esas alturas ya estaba sentado en el suelo con la cabeza prácticamente echada sobre el colchón - Ya me decía mi abuelo que no cabreara a las putas semiveelas - soltó jadeando mientras se recuperaba. Notó la mano sobre sus pelotas y agradeció de corazón el masaje, tanto que cerró los ojos mientras disfrutaba por que estaban aliviado el dolor hasta que se dio cuenta que aquello no. Bajó la mano y cogió la muñeca de la chica (la de la mano que estaba tocándolo) para atraerla a él con furia en la cara, cabreado - No sabes jugar - gruñó y la soltó antes de darle un beso en la frente.

Hacía mucho más para cabear de verdad a Darren. El daño físico pasaba a la larga, era casi peor el daño moral y solo había una manera de joderlo - Mejor sírveme un vodka con hielo - susurró mientras se acomodaba a mano abierta las pelotas, más recuperadas y alargó la mano para coger el paquete de tabaco de Barunka, sacar un cigarro y encendérselo - ¿Y quién te crees que soy? No cerraría los ojos. Nadie me ha cortado las pelotas aún me gusta el porno - buscó el mechero y se encendió el cigarro aún con una mueca de dolor - Pero la quiero y le jodí la vida hace mucho. La dejé por una de tu calaña y mira como me tratáis, malditas harpías…- levantó una ceja con el cigarro en los labios y el humo saliendo por la comisura de los labios. Cogió el cigarro a dos dedos y paseó el extremo cerca de la piel de la mano de Barunka pero sin quemarla, solo para que sintiera el calor - Solo quiero compensarle- volvió a acomodarse con la mano libre que no sujetaba las pelotas con dolor y puso el cigarro en los labios de la chica por si quería darle una calada - y que sea feliz sin preocuparse por si te voy a follar. Que lo piensa.

Brazo sobre su hombro y mano cayendo sobre su torso sin llegar a tocar nada comprometedor mientras dejaba que la colilla del cigarrillo se consumiera entre sus dedos porque estaba demasiado entretenido probando aquel vodka. ¿Qué importaba si era ruso, eslovaco o del supermercado muggle más cercano? El trago supo a gloria y es que desde que Amy se había empeñado en tirar todas las botellas de licor de su casa, iba como alcohólico en celo buscando botella a la que amar aunque se contenía porque estaba empezando a dejar el vicio aunque la cabra siempre tiraba al monte y ahí estaba, enamorándose del maldito vodka otra vez. Paladeó saboreando el amargo trago y llevó el cigarro a sus labios para saborear la nicotina, dejando el vaso de lado.

Estaba dando una calada profunda cuando la pregunta llegó de improviso. Tosió dejando escapar el humo a trompicones por la carcajada que surgió sola y negó con la cabeza mientras recuperaba el aliento, divertido con el asunto. ¿Se habían acostado juntos? Entrecerró los ojos mirando un punto fijo de la habitación, meditando con quien y no quien se habían acostado, había pasado muchas borracheras con Barunka sobretodo después de la guerra. Meditó bastante tiempo y creyó recordar una vez donde estaban demasiado ligeros de ropa años atrás pero igual era solo producto de su imaginación. Una nueva calada y dejó escapar el humo negando con la cabeza - Igual sí. No recuerdo bien. Para hacer memoria debería meterme entre tus piernas y no pienso caer otra vez en la trampa que me rompes las pelotas - enarcó una ceja “ de no” y echó la cabeza hacía atrás, relajado.

Mordisqueó el filtro del cigarro mientras jugaba con el pitillo entre sus labios escuchando a Barunka pero mirando hacia el techo pero otra vez casi se ahoga con la carcajada ante “ninguna de tus mujeres sabe escupir” - Realmente eso es lo que me enamoró de ti. Ver como lanzabas el escupitajo tan lejos que te creías tener estómago de hombre - levantó el brazo para que pudiera reptar y cuando quedó sobre su estomago, estiró por completo las piernas y puso una mano sobre el cabello rubio de la semiveela, acariciando con los dedos su cabeza mientras recibia el botellazo que aplacó con la mano del cigarrillo. Propinó otro trago a la botella congelada y exageró su cara de satisfacción. Todo el día jugando para al fin poder saborear el rico alcohol. Por eso necesitaba a sus amigos, ellos no le negaban el alcohol mientras Amy (que procuraba por su salud, ya que conocía su ligero problema de hígado) sí.

- ¿Necesito acaso mejor razón para venir a verte? -movió las cejas - Siempre serás una de mis chicas pero en versión semiveela y harpía. La única que me hincha las pelotas para no follar pero me compensa con vodka - se encogió de hombros - Y no quiero que porque Amy se sienta incomoda perdamos la amistad. Más si tu estás cabreada con ella por la estupidez de la orgía que bien podías haber continuado con aquellos dos aunque eventualmente hubieras dado la patada a James, tenías cara - dio un nuevo trago y puso lo que quedaba del cigarro en los labios de la rubia - Como fue… -meditó, recapitulando - Ah si, “gime para mi o te como” o algo así… joder, memorable, de película porno  - quedó un momento reflexionando mientras seguía rascando la cabeza de la rubia- ¿Por qué mierdas siempre me hechizáis y os perdono? - en alusión del petrificus de su casa y la hinchada de huevos. Tenía un carácter demasiado liviano y despreocupado, estaban empezando a burlarse de él

La mención homoerótica con Blue sacó una carcajada en Brackminster que estaba acostumbrado a los rumores de ese calibre con tanta ducha junta entre los de Quidditch pero la verdad era que podías tirar tranquilamente un jabón al suelo, nadie iba a encularte o esa era la confianza que tenía Darren con sus compañeros. Sin contar que él estaba convencido de su heterosexualidad hasta el punto que podía bromear con el otro lado porque sabía que nunca iba a caer - Mi amor por James es algo que sale de tu comprensión. Es puro y profundo - hizo una pausa y agregó tras darle el último buche a la bebida, relamiéndose los labios - Y no es miedo. Es odio por las putas harpías pajarracas que estáis hecha - en general no se fiaba más de las semiveelas a excepción de un par que por amistad estaba cerca de él pero Darren había dejado su adicción con aquellas criaturas místicas e intentaba mantener sus impulsos a ralla a pesar que las condenadas usaran su poder.

Continuó rascando la cabeza de la rubia y alargó la mano para dejar la botella encima de la mesita de noche, había prometido a Jackson que haría algo con la bebida y estaba cumpliendo a su modo. Poco a poco pues no estaba dispuesto a afrentar el mono de la abstinencia de golpe, mejor paulatinamente que dañaba menos. Cuando regresó los ojos miel al rostro de la semiveela se había quedado por completo dormida, torció los labios y la dejó encima suyo mientras tiraba la cabeza hacia atrás, bastante cansado por el maldito día. Terminó quedándose medio dormido con un brazo por encima de la chica y ni fue consciente que en su pequeña siesta una chica de Ogmios entraba buscando a Barunka, encontrándolos de aquella guisa.

Tan solo con el sonido de la puerta cerrándose, Darren regresó al mundo no onírico. Bostezó y pasó una mano por la cara intentando despejarse. Miró a Barunka profundamente dormida y la movió encima de la cama para que se acomodara. La tapó para que no cogiera frío a pesar de ser que sus raíces valkirias debían protegerla del frío y tras darle un sorbo más a la bebida de vodka, salió de la habitación de la chica, cerrando la luz y yendo a por sus cosas. Pensó en ir a buscar a Amy pero no quería recibir un escobazo así que fue hacia la sala común, cogió sus cosas y se desapareció hacia su casa.