Propósitos de año nuevo

((LIBRE LIBRE LIBRE))

Ya era tarde, pero le había encontrado gusto a eso de saltarse la cena y tomar algo en la cafetería. Por lo general estaba muy llena por las tardes, pero tranquila después de las ocho; era habitual que Bella fuera ahí a hacer tareas y a tomar un té, prácticamente pasando todas las noches ahí, al menos durante el invierno.

No iba a aprovecharse de Augustus y las facilidades que tendría si acaso le pidiera que le ayudara a investigar con sus licencias de “auxiliar del invernadero” o como se llamara su puesto raro de no-maestro pero poco más que jardinero. Le gustaba hacer las cosas por sí misma y tener pesados libros a su alrededor para intentar adivinar de qué se trataba la próxima planta que estudiarían en la semana. Se había vuelto una costumbre para el profesor hacer eso por puntos extra, y ella siempre quería ganarlo aunque en el último semestre sólo había acertado una vez.

Nunca se las había dado de ser demasiado intelectual, era cierto. Estudiaba, se dedicada, se quemaba las pestañas como decían, pero nunca había sido particularmente lista. Todo el mundo que se dedicara iba a saber muchas cosas, y así ocurría con ella. De todos modos, tenía por firme propósito de 1986 dejarse llevar un poco más. Con Hogwarts había tenido suficiente de represión, aunque las cosas ocurrían de manera mucho más lenta de lo que decían y uno no iba a la universidad y se ponía a loquear así nada más.  

Al próximo flyer de una fiesta que le dieran, iría sin importar nada. A la próxima persona que se le acercara casualmente a hablar, le hablaría sin su usual timidez cortante que muchos interpretaban como que era una chica inaccesible y dedicada a lo suyo. Era su gran propósito y no iba a fallar ¿Qué no decían que a los Hufflepuffs les gustaba eso del trabajo duro? Vaya si sería trabajo duro intentar ser una persona distinta de la que había sido en 22 años. Bueno, no tan distinta, sólo... más abierta a cualquier cosa que pudiera ocurrir.