Enviar o guardar? || FAUSTO KRAUL

23/Diciembre
20:30


Empezaba a nevar, pronto iba a tener que regresar a Alemania, específicamente en unas  horas iba a tomar la chimenea de viaje a donde los Gohile celebraban sus fiestas Navideñas.
No es que la Ex. Prefecta de Gryffindor odiara las celebraciones, o que fuera un “Grinch” pero específicamente Navidad no era la mejor de las cosas últimamente.

Habian pasado muchas cosas, en tan pocos años, la guerra contra el Señor Tenebroso afecto no solo a cierta zona Inglesa, Alemania tuvo sus estragos, la muerte de sus padres y la desaparición de Sandie eran parte de ello, justamente cerca de Navidad.
Y aunque tener ese “espíritu navideño” era algo que perdió completamente años atrás aun conservaba esa costumbre de mandar buenos deseos y cartas felices a las personas que le quedaban.
Eran pocas, pero las necesarias.
Y no le faltaban demasiadas personas, a Zelda la habia visto días atrás para darle el regalo, faltaba enviarles algunos más y cartas llenas de buenos deseos, y aunque ella no era ese tipo de personas que “dejaba todo hasta el último” existía una única y exclusiva persona a la cual dejo hasta el final.
No era porque no quisiera, simplemente no tenía el valor, ni de aceptarlo ni de enviarlo.

Y era algo muy torpe. Una cajita negra con las iniciales F.K grabadas en una forma mágica, aparecían ydesaparecian en un sisear de serpiente, dentro de este, un par de guantes para duelo, y una nota. La miro una vez más, su perfecta caligrafia estaba escrito en una tinta verde Slytherin.

@Fausto Kraul
“Feliz Navidad. Te deseo lo mejor, espero la pases bien”

No venia de parte de quien, y no iba a venir jamas, nunca admitiría que le había regalado algo al idiota de Kraul, el simple echo de pensarlo hizo que negara la cabeza casi histérica. Apretó con fuerza la caja con una mano mientras con la otra sostenía la carta, sus ojos color menta miraban fijamente a una lechuza entre el debate de enviar o no aquel regalo.
-Tal vez… tal vez la nota no es necesaria… -Se dijo a si misma apretando el pequeño pergamino y guardándolo entre su túnica perfectamente cuidada.

Ya llegaba la noche antes de noche buena, por ende, era el dia que tenia planeado  ir a la lechuceria a mandarle la carta navideña a Deimos, su tío favorito, un mago excéntrico al por mayor y que en essos momentos estaba de viaje en tierras caribeñas.
Sin embargo se había preguntado durante largas semanas ¿que se regala a un manufacturero amante del mundo muggle? ¡Pues obvio!  “LA EDICIÓN GIGANTE DE LAS BRUJAS MÁS SEXYS 1985”  compendio ahora con imágenes a color y mostrando los mas sexys atributos, y de verdad era toda  una belleza impresa en papel mágico,  sobre todo porque después de mucho arduo trabajo entre amigos y conocidos, había  conseguido el contacto de Alexinia Marcarova Miss Rusia 1982.

Mientras Fausto subía la torre,  cargando la revista junto con papel de envoltura e hilo venia tarareando villancicos, estaba nevando y hacia bastante frio, pero era ahora o nunca cuando enviaría ese regalo, pero de pronto sus pensamientos de pararon cuando observo que algo estrepitoso bajaba por los escalones,  cuidadosamente coloco sus cosas a un lado y fue desenfundando su varita lentamente mientras se quedaba de cuclillas contra la pared, la guerra lo había dejado bastante paranoico

-uno nunca sabe cuándo le hayan dado ganas de comer lechuzas a un basilisco una creencia firme de los Kraul es que “cuando menos lo esperes algo fantástico y mortal puede ocurrir” – última frase de Arzelia Kraul Exploradora Mágica
Al subir los escalones se dio cuenta que el siseo tenía un patrón repetitivo por lo que desconcertado acelero el paso hasta toparse con ¡UNA CAJA!
Fausto desconcertado se agacho a picar la caja con su varita para voltearla con cautela y darse cuenta que el siseo era causado  por unas letras que aparecían en la caja “F.K.”

¿F.K.? dijo en voz baja y pensativa ¡Oye FK! ¡Se te cayo una caja y te advierto que si es una trampa hare explotar esta torre contigo adentro!, Revélate FK, ¡Rufian obscuro!

Era tan sencillo como solo hacer dos pasos, amarrar la cajita, poner la nota y entregarse a su destinatario. Pero la vida con Marie Gohile nunca era fácil sino al contrario, había todo tipo de trabas que se interponían entre ella y su calculadora manera de ser.
Y asi fue como la cajita se le cayó tras sobresaltarse al escuchar a alguien subir, palidecio entonces al verla caer por la puertecilla de la lechuceria y rodar.
-¡No, no, no, no…! –dijo soltando la gordinflona lechuza que ya tenía amarrada la nota y corriendo detrás de la caja.

Pero se detuvo en seco, al escuchar una voz conocida. Era obvio que si su vida no tenía emociones fuertes no era su vida.
Y se presentaba en forma de Fausto Kraul ahí, el dueño del regalo llego a este, y no tenía ni idea de que era para el.
-Merlín bendiga que seas demasiado idiota Fausto Kraul… -murmuró Marie poniendo los ojos en blanco ante la estupidez que el joven de ojos azules gritaba desde la entrada de la lechuceria.

-¡¡QUE RUFIAN OSCURO NI QUE TRES MANDRAGORAS KRAUL!! ¡Ni se te ocurra lanzar ni un solo hechizo en este lugar! ¿Estas loco acaso? -
Le gritó recargada en la pared lejos de cualquier ataque que al Trainee de Auror pudiera venírsele en la cabeza.

Salió de donde estaba, solo para mirarlo fijamente, con esos ojos mentolados enfrentando a los azul cielo de el joven Ex. Slytherin, su mirada viajo desde sus ojos hasta la cajita que llevaba en su mano, antes picada por su varita, un dejo de preocupación paso solo por un instante en su rostro, recuperando la compostura en segundos.
-Esa caja no te pertenece, es un regalo para alguien… -le mencionó suavemente tratando de no caer en la histeria. Que técnicamente la caja SI le pertenecía a el, pero como lo había descubierto pues… Ahora no se la entregaría jamás.
-Regresamela por favor…-le pidió extendiendo la mano hacia el, luchando por no morir de vergüenza en ese momento.

Miro entonces hacia abajo encontrando un regalo, un sonrojo evidente se mostro al ver las ediciones que llevaba consigo y las exuberantes mujeres de la portada.
-¿¡Pe-pero que te pasa con eso!? Sabia que eras un pervertido enfermo de la cabeza pero no imagine a que tanto… ¡Degenerado…! –En definitiva, era mala, muy mala idea haber ido hasta ahí.

Fausto escucho la una voz chillona conocida que lo regañaba en descenso por la torre, al voltear a ver a la persona era Marie, con ella había un pasado recurrente aunque Marie lo negara, y si Fausto jugaba sus cartas bien probablemente un futuro, pero por ahora él se conformaba con solo molestarla, una manera muy poco practica de mostrar su interés pero era la manera Kraul, ya que si lo resiste y sobrepasa todo lo que suceda será por siempre.

Un momento, un momento, controla tus regaños mujer, uno nunca sabe cuándo un mago obscuro está mandando mensajes y siempre es un buen momento para un combate

Fausto observo la caja detenidamente mientras plumas de una lechuza despegando caían por la torre.
“… F.K…”  pensaba mirando las abreviaturas marcadas mientras que mantenía a raya a Marie aun sonriéndole con malicia, con la punta de su varita hasta que todo cuadro, según el en su cabeza.

...em... Marie, ¿le estas entregando un regalo de amor torcido a Frances AlechinsKy!? ¿¡Verdad!? ¿¡VERDAD!? ¡Eres una degenerada pillina!

Fausto se dio la vuelta aun estallando en risas, para encorvarse a abrir la caja mientras le daba la espalda a Marie y guardaba su varita
No se por qué me acusas de pervertido por un regalo a mi tío, EL SI ES UN ENFERMO, buuuueno no clínicamente pero si esta loco. Pero tu mandas cosas pervertidas a mujeres, así que tan pulcra y formal la prefecta perfecta y torcida, atrevida la descaradijirilla

“No quiero volver a verte”
Esas fueron las últimas palabras que Marie le había a Fausto años atrás, cuando estaba ella en sexto grado y el en séptimo, justo después de la fiesta de Graduación.
No porque había sido una situación mala, ella jamás iba a negar que para haber sido su primera vez, había sido maravilloso, pero eran épocas oscuras. Sandie había desaparecido (uniéndose a los mortifagos), y sus padres, ambos miembros del Ministerio estaban luchando incansablemente por la paz en la vida mágica.

Sin embargo cada que veía a los ojos a Fausto tenía ganas de agradecerle porque entre enojos y maneras de molestarla, le daban un poquito de chispa a su vida. Aun y cuando casi le lanza un bombarda cuando lo volvió a ver en Brigantia, (y cuando dos o tres veces más terminaron en situaciones muy comprometedoras) siempre sucedía lo mismo, ella le decía “no quiero volver a verte” y terminaban en la misma manera. Y si había algo que Marie Gohile, la previsora, perfeccionista y estricta Ex.Prefecta de Gryffindor era que siempre tenía todo bien calculado, todo excepto el torbellino Kraul.
Siempre había querido agradecerle, mandarle una carta, un regalo, ahora se daba cuenta porque era tan mala idea, ese Kraul se las olía.
-¿¡Para un combate!? Y se te a ocurrido que simplemente una dama tiene que mandar un rega…- ¿Por qué miraba con tanto detenimiento la caja? Palideció un poco más pero cuando dijo aquello de Frances Alechinsky solo de dio un golpe ligero en la frente con total fastidio.

-¿¡PERO COMO SE TE OCURRE PEDAZO DE MAGO MAL HECHO!? ¿PORQUE LE HABRIA DE ENTREGAR UN REGALO A ALECHINSKY? ¡ES MAS AMIGA TUYA QUE MIA MIL VECES! –apretó los puños haciendo mil ademanes, se había puesto roja de vergüenza y de ganas de matarlo. El muy descarado se dio la media vuelta para abrir la caja, Marie saco la varita e invoco un wingardium leviosa bastante rápido de manera que al moverse la cajita salió impulsada dándole justo en el mentón a Fausto, regreso a las manos de Marie, la cajita estaba a medio abrir y ella echa una furcia.

-¿¡Porque abres cosas que no son tuyas!? ¿No te enseñaron buenos modales, Kraul? ¡Esto no es tuyo…! –Pero antes de seguir insistiendo la mentira, un ulular se escuchó hacia atrás, la Alemana palideció al ver a la lechuza anterior con la nota que había pegado para Fausto indecisa de dársela o no.
Sus ojos color menta viajaron desde la patita de la lechuza hasta la nota que cayo directo a las manos de Fausto, pero por adrenalina o impulso, Marie bajo los escalones torpemente casi cayendo tomando la nota en su mano. Estaba totalmente agitada.

-¡NO! ¡Y…Y e-esto ta-tampoco es tuyo! –dijo arrebatándole la nota y comenzar a subir despacio hacia atrás los escalones que faltaban de la lechuceria, hasta llegar a piso firme, sin dejar de mirar al Trainee de Auror.
-Coincidencias…-

Una sonrisa se marcó en Kraul mientras entrecerraba los ojos al momento que se sobaba la barbilla del golpe, había dolido ligeramente sin duda,  miro fijamente a la Alemana se acercó serpentinamente

Tienes un punto Gohile aun así la violencia no es la solución a todo… Además este “Obsequio amoroso” que entregas es para F.K. si no es para francés, ¿para quien es?
Kraul abrió los brazos exponiendo las palmas extendidas para recalcar el cuestiona miento cuando un sobre cayó en su posesión, sinembargp antes de aplicar fuerza y tras un movimiento ágil y sutil, Marie le arrebato la nota de sus manos.

¡Hey! ¿Ahora porque me quitas esa nota?, ¡ESA SI ME PERTENECE! una lechuza la dejo caer en mis manos... La mirada de Fausto cambio a molestia mientras un sonido de fastidio exhalo del rostro del mago bueno si eso no es mío entonces con permiso que tengo que mandar un obsequio a mi tío...
Con ello, Kraul se inclinó a recoger sus cosas con la mano izquierda sin dejar de observar a Marie y tras esperar un momento de distraccion hizo un movimiento rápido

¡accio sobre! dijo el mago mientras brincaba con todas sus cosas fuera de la lechuceria. Atrápame si puedes Gohile, si es tan importante persígueme por todo el mundo mágico por el


Asi tal cual, saltando. Sin pensar
ijooole... no lo pensé bien, saltar así como así, Oh Fausto siempre la cagas... Pensó el mago al ver su muerte inminente contra el suelo

Lo miraba casi enfrentándolo, porque la vida de esos dos siempre era estar peleando el uno con el otro como si de verdad se odiaran. Marie sabía que por parte de ella eso no sucedía, simplemente Kraul la exasperaba hasta grados incalculables, desde el primer momento en que lo vio, haciendo desmanes en el colegio, cuando aún ni siquiera había sido prefecta.

Pero más allá de odiarlo, todo era distinto, si lo odiase de verdad las cosas no habrían sucedido como la trama se desenvolvió con el paso del tiempo.
El era un peligro, y ella temía que las cosas no fueran iguales por parte de ambos. De que Fausto de verdad la molestara porque la odiara.

Se rio ligeramente cuando el golpe de la cajita dio contra su mentón y la cara que este puso cuando acariciaba la parte lastimada, musito un “te lo mereces por metiche” en voz baja, aun sosteniendo con fuerza la caja recuperada, como un tesoro mágico. Y es que lo era.
-No te dire para quien es, deja de meterte en mis asuntos Kraul, además ¿que te importa a quien le regale cosas? –preguntó sosteniendo ahora la carta, ahí a espaldas de la entrada de la lechuceria, con miedo de que Kraul se volviera loco y la arrojara de ahí.

Lo que no esperaba, como todo lo que pasaba cuando el Ingles estaba cerca era su movimiento, el conjuro que le arrebato la carta y que la hizo palidecer de nuevo. Abrió mucho los ojos cuando el muy estúpido se lanzó por la escalera y atino a taparse la boca un segundo.
-¿¡PE-PERO QUE!? – ¿Estaba loco?¿De verdad había saltado? Marie saco la varita al instante. –ARESTO MOMENTUM! –el hechizo color purpura salió de su varita deteniendo a Fausto Kraul justo antes de impactarse contra el suelo, Marie deshizo el hechizo a medio metro del suelo para que este cayera, tras invocar un Aparicio frente a el, su rostro estaba en una mezcla de preocupación y pánico.

La cajita se le había caído entre tanto estrepitoso movimiento y se había quebrado de una esquina. Suspiro con un poco de decepción, sentía unas ganas terribles de romperle la caja en la carota.
-Mira lo que hiciste…- dijo quedito levantando la cajita, la apretó un momento más mirándola y después solo tomó esa poquísima fuerza que tenía en arrojársela a la cara a Fausto.

-¡Eres un idiota! ¡Te detesto! Ya ni tanto esmero, toma tarado, Feliz Navidad… -Ya ni siquiera tenía ánimos de discutirle la nota, que también efectivamente como el regalo, era de el.

Se dio la media vuelta después e acomodar su perfecta túnica y su cabello que era un lío por el Aparicio y se dispuso a marcharse muy avergonzada.

Fausto sentía el viento pasar rápido por su cuerpo y con los ojos totalmente abiertos y volteando a todas partes pensaba:

Oh Fausto, lo volviste a hacer, si serás idiota…bueno….viví bien. ¿Me pregunto si alguien me extrañara?, ¿Qué habrá en la caja?, ¿Le alcance a ver bajo la túnica a Marie?...ahorita no importa porque me voy a partir la cabezota… ¡a menos que! Cerró los ojos para concentrarse en aplicar un aparicio cuando sintió un freno en el viento, la velocidad ceso, al abrir los ojos estaba a unos centímetros del suelo y girando la cabeza hacia un lado vio una botas lustrosas.

Fue una fortuna, no estaba muerto pero sí que cayo lentamente en el suelo tras el hechizo, abrió los ojos al verse vivo de nuevo y suspiro casi con suerte.

Se reincorporo mientras escuchaba los gritos de Marie, al quedar frente a ella un impacto le dio de lleno en la cabeza lastimandolo aunque no lo suficiente, al mirarla lo encontro: la caja por la que empezó todo este problema…

Feliz Navidad

Escuhó casi como si fuera desde lejos aquello mencionado por la bruja y en ese momento para Fausto todo se detuvo, la nieve se frenó, el pelo hermoso que ondeaba de la cabeza de Marie hizo pausa.
F.K. era yo, discúlpame Marie dijo el mago alcanzando el brazo de la ex prefecta y dándole un abrazo fuerte y tras ello la sujeto completamente por la cintura, sonrió acercándose despacio a su oído

muchas gracias por el detalle, ahora déjame enmendar mi estupidez y llevarte a cenar a un lugar realmente mágico.
Y con ello aplico un Aparicio directo a Londres Muggle, aunque bastante cuidadoso de no ser visto por alguno.

Estaba altamente enojada, la mayoría de las veces solía ser demasiado detallista con las cosas, y en este caso se esmeró demasiado en que todo saliera a la perfección, pero tratándose de Fausto Kraul, parecía que siempre, todo era para nada.

Iba a dirigirse directamente hasta su dormitorio, terminar de empacar un montón de cosas y llegar a casa de los Gohile lo mas pronto posible. Ciertamente no estaba de su mejor humor solo de pensaren pasar Navidades y Noche Buena cerca de la familia Gohile, pero era mucho mejor que pasarlo en Alemania del Norte, con los Schiller, quienes eran estrictos y ultraconservadores. Mejor pasarlo con los conservadores aburridos de los Gohile que al menos no juzgarían cada movimiento que esta hiciera.
Y entre un cúmulo de cosas que pasaban por su cabeza no estaba contemplando volverle a hablar o mandarle ni un pedazo de cordial saludo a Kraul.

Rodo los ojos más exasperada aun cuando escucho la voz de Kraul diciendo lo obvio, inclusive se cuestionó como demonios había pasado los EXTASIS y el entrenamiento de Aurores ese sujeto.
-No acepto tus disculpas, eres un… -un gritillo ahogado salió de sus labios una vez más cuando este la tomo del brazo, estuvo a un paso de meterle una buena bofetada, (Y se preguntaba al momento ¿porque siempre parecía que sus pláticas o estadías a su lado empezaban con bofetadas?

-Sueltame, es mas que obvio que debes enmendar tu estupidez, pero…. –


Y ahi estaba ese condenado efecto Kraul, no podia por mas que quisiera dejar de ver eso ojos, se quedo un segundo mirandolo... Y entonces el conjuro una aparición conjunta, Marie solo atinó a rodear con sus brazos el cuerpo de Fausto y cerrar los ojos, aterrada de aparecer en alguna cosa espeluznante digna de un Kraul o aun peor, que todo saliera mal.

Pero cuando su cabeza dejo de dar vueltas abrió los ojos, no se soltó del Ex. Slytherin, contrario a eso lo agarro mas fuerte al ver en donde estaban, su rostro palideció levemente.

-¿El mundo… muggle?

Lo soltó de inmediato después de verlo irritada y entre dos sentimientos, emoción y un enojo fingido, pero era Marie Gohile, y había un carácter firme que demostrar.
Estaban en un pasillo solo, pero mas alla se podía detectar sonido, movimiento, vio muchas luces, dio apenas dos pasos y encontró algo parecido a una feria navideña, el London Eye emergia desde abajo perdiéndose hacia arriba. Marie abrió mucho los ojos, pero apenas dio un paso el sonido estrepitoso de un claxon por un automóvil a gran velocidad le hizo casi gritar y hacerse hacia atrás chocando de nuevo con Fausto Kraul

-¿¡Q-QUE DEMONIOS ES ESO…!? ¿¡DONDE ESTAMOS!? ¡ESTO PODRIA TOMARSE COMO UN SECUESTRO KRAUL! –

La transportación se concluyó y el bullicio del mundo muggle se hacía presente, Una mescolanza de aromas inundaban el ambiente, el grito de susto de Gohile marcaba una sonrisa en Fausto que sabía la aventura que estaba por vivir la prefecta perfecta jajaja no te asustes Marie, esto no es un secuestro y eso es un vehículo motorizado no es un animal, es una maquina pero estoy seguro que si le llegases a hacer algo al vehículo, estaremos en problemas con el Ministerio de Magia.

Sutilmente Kraul tomo el mentón de Marie mientras que le apuntaba hacia el London Eye Mire Prefecta aquello es una rueda de la fortuna y hacia haya nos dirigimos. Tu sígueme y hazme un favor… Fausto movió la mano que le sostenía el mentón a la Auror en entrenamiento para verse frente y casi rosarse los labios déjame mostrarte un mundo realmente mágico.[/golor]

En un movimiento ágil ya estaban entrecruzados de los brazos cual pareja de novios, poco a poco avanzaron hacia la rueda, Fausto tenía unos cuantos euros en su bolsa que había ahorrado de sus propinas en el bar y sus apuestas en las peleas clandestinas en el mismo lugar. Planeaba gastarlos todos en la mujer que amodiaba demasiado. primero lo primero Marie, ¡VAMOS A DESVESTIRTE! Yyyyyyyyyy luego a ponerte unas bonitas ropas muggle.

Recordaba vagamente la clase que tomo de Ciencias Muggles respecto a cierto transporte que hacia un ruido espantoso y contaminaba más que un tren, o eso parecía ser.
Lo que si estaba segura eran dos cosas: nunca había ido más allá de lo superficial del mundo muggle (como la división del caldero chorreante en Londres) y que no termino el curso de Ciencias Muggles.

Miro los automóviles pasar a gran velocidad, los Thestrall, los Caballos alados eran rápidos, pero esas bestias de metal, los automóviles, eran horribles. Claro que estuvo tentada en sacar la varita pero se detuvo, había una ley y un estatuto.

Volvió a ver a Fausto un poco menos asustada aunque irritada por su risa, estaba nerviosa, si el Ex. Slytherin se le perdía ella no sabría qué hacer en ese mundo.
-No pienso hacer nada de eso, pero pobre de ti donde me abandones en una zona llena de muggles… ¿Donde estamos? -

Sintió entonces la mano de Kraul tomar su mentón, fue cuestión de segundos que le miro y después enfoco sus ojos mentolados hacia una cosa que parecía una rueda gigante iluminada, su corazón latía con una especie de emoción y miedo, y lo peor era que se estaba dejando guiar por el dueño de los ojos azules.
-Como que una rueda de la fortuna, ¿tiene que ver con el destino o adivinación o algo así? –Se sentía estúpida haciendo tantas preguntas, pero cuando inclusive volvió a verle todo se le detuvo en seco, la respiración de Fausto golpeaba suavemente sus labios, no dijo nada, únicamente le miro desafiante, donde se atreviera a besarla, ella… probablemente consideraría como iba a matarlo.

-¿Magico en el Mundo Muggle? Eso suena un poco… Irónico… -le respondió de la misma manera, rozando aquellos labios sin besarlos, un jueguito tonto que se tenían esos dos desde el Colegio.
Era extraño, y era evidente que Gohile únicamente hacia esas cosas con Fausto, donde cualquier persona tratara de hacerlo ella le podía reventar la boca de un buen hechizo.

Suspiro resignada, no podía volver después de todo, iba a seguirle el juego tan solo un poco más que todo porque tenía una curiosidad digna de todo Gryffindor para ver la mencionada Rueda.
-Entonces… ¿que hay en la rueda afortunada…? –le pregunto una vez más caminando a su lado, se percató cuando menos lo esperaba que venía tomándolo del brazo, pero antes de decir alguna observación  linda Fausto salió con sus acertados comentarios.  

Se sonrojo soltándose un momento de el, negó con la cabeza varias veces tras fruncir el ceño.
-¿¡Porque siempre sales con tonterías como esas!? ¿¡Como que me desvista!? Además… ¿¡donde planeas según tu conseguirme ropa muggle…!? –Ella nunca vestia de esas maneras, en realidad nunca había usado ropa muggle.

Respiro hondo, ella deseaba pasar ese día con Kraul aunque lo negara, pero vestir ropa muggle era algo vergonzoso, jamás lo había usado del todo.
-Vale… solo por hoy.  –Dijo haciéndose la digna y tomándole la mano con la suya para que el le llevara.

Excelente, empecemos por lo primero hay que buscarte algo para sustituir esa túnica de bruja que de seguro no traes  nada abajo como todos los magos de hogsmeade caminaron por las calles de Londres mientras observaban como la el lugar se volvía más íntimo mientras que la gente comenzaba a retirarse a sus hogares y solo la vida nocturna se hacía presente-

Fausto volteo hacia un aparador donde un hermoso abrigo está desplegado contorneando una silueta femenina parecida a la de Marie, el hombre hizo un movimiento suave para abrazar a la prefecta y apuntándole al aparador dijo suavemente Mira Marie, ese abrigo se ve que es para ti es sexy y también parece de policía así como lo serás tu algún día. ¡Vamos! caminando hacia la tienda el fingiendo que observaba el paisaje veía de reojo a esa mujer que empezaba a conocer las maravillas del mundo muggle, era una fascinación para los Kraul como esos seres a los que se les prohibió la magia por alguna mística razón habían podido progresar tanto hasta el punto de poder curar enfermedades, transportar muchas cantidades de gente en aviones mientras que el mundo mágico se mantenía aislado de todo avance.

Marie, para ti ¿Qué define la voluntad? le pregunta Fausto desde el área de descanso de la tienda mientras que esperaba a que Gohile se probara el abrigo.

No entendia Fausto Kraul, eso sin duda alguna era un echo, de que estaba loco y tocado de la cabeza nadie podía negarlo, sin embargo no quería apartarse de su lado. De ser cualquier otra persona que la llevara sin mas al mundo muggle lo habría matado o alejado de su vida. Pero el era un punto y aparte.

Pudo haberle sonreído a su comentario de que “no traía nada debajo de la túnica” pero solo se sonrojo como una tonta y negó con la cabeza casi histérica.

-Pues te equivocas, no soy tan conservadora ¿sabes? Tambien llevo cosas debajo de la túnica!! –Que si bien era cierto, tenia un gusto culposo de coleccionar ropa interior bonita y gracias al cielo aprendió a usar bonitos vestidos debajo de sus túnicas y ropa decente. –Aunque mi tio, Andrew Gohile le fascina no llevar nada debajo de sus túnicas, pero el es exageradamente conservador…-

Sabia que Kraul era sangre pura, como en su mayoría lo eran todos los Kraul, con una historia amarga y llena de los llamados traidores a la sangre, pero aun asi, Fausto vestia como un muggle completo. Pasando desapercibido por los trasuntes de la zona.

No se percato de sus miradas, pero si se sobresalto tras el abrazo de Fausto, sintió su rostro caliente y probablemente sus mejillas se habían sonrojado, evitando mirarlo y prestando atencion al vestido. Era precioso de eso no había duda, pero ella no iba a permitir que el le comprara las cosas. Tampoco era una atenida.
Le sonrio sin duda, mas abierta y honestamente cuando el dijo aquella cosa referente a a “la policía” lo miro con una sonrisa agradecida, fuera o no fuera ese un cumplido Kraul podía interpretarlo como quisiera.
Asi pues entro al probador y comenzó a cambiarse cuando escucho su pregunta, se miro un momento al espejo, de verdad le quedaba encantador el vestido.

Salio del vestidor, probando aquel vestido-Abrigo, el color solo logro enmarcarle mas su mirada la cual clavo en su compañero de facultad.
-¿La voluntad…? …No lo se, creo que es la capacidad de elegir por uno mismo… como esas cosas que les da fuerza y valor a cada uno y a sus decisiones… -Ahora que lo pensaba, jamas había entablado conversaciones de ese tipo con Fausto, la mayoría de las veces o estaban discutiendo y matándose el uno al otro en peleas o en la cama en momentos poco directos para hablar.

-¿Y tu que opinas? -
Se quedo ahi de pie con el abrigo-vestido mirandolo, la chica que atendia llego hasta ellos interrumpiendo, haciendole mil cumplidos a Marie, mencionando que "era una suerte que su novio sabia elegir buena ropa" a lo que la Ex. Prefecta se sonrojo murmurando varios "no, no somos... " creando solo el espacio perfecto para que la chica de la tienda le sonriera coqueta a Fausto Kraul.

Fausto observaba al probador con ansias mientras deambulaba por la sección de ropa interior hasta toparse con un brasiere muy llamativo el cual se colocó delicadamente la cabeza mientras escuchaba lo que Marie decía sobre la voluntad.

yo opino igual, donde hay voluntad, hay valor y ambición lo cual puede llevar a una persona a hacer grandes cosas hizo una pausa a lo que hacía para enfocarse en la gente pasando, el ruido de los carros, el calor que emanaba del lugar gracias a la calefacción en mi familia somos muy entusiastas de la inteligencia y el progreso. Muchos de los Kraul eran inventores que se aislaban voluntariamente de la magia para poder pensar como muggles y así poder hacer mejores inventos

El Joven recordaba sus anécdotas familiares cuando escucho la pregunta de Marie y volvió su mirada a probador para ver a Marie modelarle el abrigo te vez…perfecta la conversación hubiera continuado con el coqueteo cuando fue interrumpidos sus comentarios por la empleada del lugar que soltaba la pregunta que pauso un escalofrió recorrer el cuerpo de Fausto pero manteniendo la calma le devolvió la sonrisa a la encargada y dijo mirándola suavemente No, no somos pareja pero dime preciosa ¿crees que alguien como yo tendría oportunidad con alguien tan resplandeciente como ella?

Conocia de la Familia Kraul, no solo por los rumores que se mencionaban respecto que eran considerados traidores a la sangre tras la batalla contra el Señor Oscuro, si no que habían grandes creaciones de manufactura lidereadas por ellos. Sin embargo nunca había tratado de indagar ni un poco en la familia. Con conocer a Fausto le bastaba en esos momentos
-Tengo entendido… que los Kraul es una familia longeva, de mucha historia hacia atrás… Pero desconozco gran parte de ustedes. –Aunque claro estaba, eran mas conocidos que los Gohile. O al menos en Londres. Los Gohile era una familia poderosa en Alemania. Mas alla de su jurisdicción solo era un apeido mas.

Cuando salio del vestidor y Fausto dijo aquello Marie no se había detenido en mirarle, estaba demasiado apenada por lo que la chica de la tienda había dicho que cuando miro a su compañero decir aquel halago y aquellas últimas palabras se giró con una sonrisa.
Sonrisa la cual desapareció cuando lo vio con el sostén en la cabeza.

Su sonrojo fue aún más evidente.

-¿¡Pero que… te pasa estas loco!? –sin embargo no pudo mas que sonreir abiertamente ante tu estupidez.
La joven coqueta que atendia la tienda no hizo mas que asentir a las cosas de Fausto y retirarse dejándoles el precio de abrigo, Marie orgullosa como era había insistido en pagar, pese a que no tenia ni una moneda muggle.

-Aceptame su costo en galeones… -le dijo aun sonriéndole, el abrigo le había gustado, de eso no cabia duda.
-Bueno y entonces, ¿vamos a ir a la rueda afortunada o que? –Le volvió a tomar la mano esta vez estrechándola entre las suyas, casi involuntariamente. Estaba intrigada, intrigada y emocionada aunque aun sentía un poco de timidez cuando estaba cerca de aquel chico. Si Zelda la viera le pegaba un grito en el cielo.

Marie espero a que Fausto pagara aquello (y se aseguro que lo hiciera y no saliera corriendo) se miro una vez mas, el vesitillo y las leggins térmicas que llevaba debajo hacían un juego perfecto. Como si fuera ese vestido único para ella.

Lo miro una vez mas mientras caminaban, de reojo y simulando ver otras cosas. No alcanzaba a entender cual era la relación entre ellos dos. Pero no quería echar a perder ese instante.
¿Oye… puedo preguntarte algo un poco… estúpido? Pero no ahorita, recuerdame esto en un momento mas, no quiero arruinar el momento -

Era cierto que los Kraul llevaban mucho tiempo en las comunidades mágicas pero la mayor parte de los miembros de la familia su vida es corta y abrupta Si, mi familia lleva muchos años fascinada con la voluntad humana por lograr las cosas, la magia facilita bastante el trabajo y el esfuerzo peeeeero como casi no duramos en esta tierra preferimos vivir las emociones completas jajaja.

Fausto seguía deambulando entre la ropa colocando vestidos frente a él y volteando al espejo comento a si mismo ¿sería buena idea llevar este tipo de moda a Madame Malkin? cuando escucho el regaño de Marie desde el probador el cual hizo que tirara la ropa que se estaba colocando y volteara de inmediato ¡QUE! Yo no hice nada, solo estaba esperando a que salieras…tardas mucho después la justificación fue interrumpida ante la silueta de la ex gryffindor modelando el abrigo realmente fue hecho para ti y por los galeones no te preocupes de rato encontraras algo para mí del otro lado .

El brazo de Marie agarraba al de Fausto junto con el comentario que solo un mago haría creyendo que una rueda de la fortuna era un ente mágico jaja rueda de la fortuna y si, pongámonos en camino Kraul hizo una pausa a su caminar y miro a su acompañante con intriga sobre que querría preguntarle si tiene que ver con los reportes mal acomodados del departamento de aurores te juro por merlin que yo no fui le dijo el comentario para aligerar el ambiente.

Y aunque más de una vez había imaginado que la moda muggle llegaría a la vida mágica, los tiempos pasaban y no estaba por ahí mirando las jersey y los pantalones en Hogsmeade tan fácilmente.
Su familia era conservadora, pero ella en cambio estaba algunas (solo algunas veces) dispuesta a hacer unos cambios no tan radicales en su aspecto físico. Estaba segura que Sandie nunca andaría de esta manera.

Se miró en el espejo antes de salir de la tienda, pensó en su hermana un momento, Sandie era mil veces mas bonita hasta donde ella creía, y seguramente si sonriera mas seguido se hubiera visto preciosa en ese abrigo.

Le permitió a Fausto pagarle el abrigo, de igual manera ella no podía costearlo con dinero mágico.
-¿Algo para ti? –esta vez sí se permitió una sonrisa más cálida y negó con la cabeza. –Solo si esta vez no lo vas a romper como tu regalo de navidad, descarado… -
Que si bien aún llevaba Kraul entre sus cosas su regalo, no esperaba que lo abriese justo en esos momentos pero era algo hecho con cariño.

Puso sus ojos en blanco cuando este dijo lo de los reportes, algunas veces de verdad aquel aspirante a auror se pasaba de idiota. Siempre quería creer que lo hacía en broma.

-No, no era nada de eso… sin embargo más te vale que acomodes esos archivos o el profesor de entrenamiento de aurores te dara un pase directo a detención… de nuevo –
Camino con el un tramo mas mirando el mundo muggle, mas de una vez tomo las fuerte la mano de Kraul señalando cosas que ella no conocía como anuncios gigantes de cines, o autobuses como el Noctambulo pero que de verdad manejaban como el mismo satanás.

Le llamo la atención una parejita de novios que venían abrazados y compartiendo un Walkman, Marie no tenía idea de porque el chico le ponía orejeras a la muchachita y esta lo comenzaba a besar.
-Sería una especie de amortentia muggle… -le había preguntado a Fausto sin tener idea de que ahí producían música.
Y entonces llegaron hasta el inicio de lo que parecía una feria que si bien, tal vez para Fausto era una cosa muy común, Marie tenía los ojos muy abiertos y miraba todo como un niño pequeño en una dulcería.

-Esto es… es como magia en el mundo muggle… que es eso? Y eso de alla… y… -siguio apuntando los diferentes juegos de la feria local, los pajaros y las escopetas, la casa de los espejos, y a unos metros, la dichosa rueda de la fortuna.

-¿Y como se suben a ese lugar? ¿Algo los lleva hasta arriba? –Volvio a estrechar su blanquísima mano con la de Fausto por miedo a perderse sobre todo, una bruja como ella en el mundo muggle y mas que nada en ese lugar, era peligroso.

El hecho de ver la expresión de Marie alegre y confundida a la vez hacia que se reflejara una sonrisa en Fausto mientras caminaban por el lugar, aunque Londres tenia tonalidades grises y de momentos podría ser monótono no dejaba de entretener a un mago gracias a su sin igual danza de colores, sonidos, olores y movimientos; muchas cosas que admirar en la isla inglesa pero de todas las cosas que se exponían en el lugar para ese mago era la compañía de la noche, aquella mujer en la que puso su interés desde la primera vez que se conocieron.
Marie menciono lo del regalo que le había entregado a fausto, ese evento que causo este momento que compartían juntos Es cierto Gohile, mira vamos a ese lugar por un pan dulce, siempre que paso por ahí su olor me enamora y tomemos algo caliente para poder abrir mi regalo que de nuevo te pido disculpas por el mal entendido pero me alegro que haya sucedido ya que gracias a eso estamos aquí
La dama observaba fascinada la feria y hacia las preguntas correctas para un extranjero jajaja que perceptiva prefecta, eso que tiene la pareja de haya es un walkman, un cachivache que emite música por medio de energía hacia tus oídos y por lo que se ve ellos están escuchando una dulce melodía. Los muggles tienen magia ya que nunca paran de inventar cosas que les solucionen desde los problemas más fuertes como las enfermedades hasta las más simples como protegerse del frio. Así han sido desde el principio de la historia, que dicha la de ellos ser tan fuertes y tan vulnerables a la vez ya que su naturaleza es sobrevivir en un mundo que tiene todo en contra ellos. al llegar a la cafetería/panadería fausto se puso en la puerta y abriéndola cortésmente le dijo después de usted mi dama, está lista para embutirse el buche de pan y chocolate caliente jajaja

Ese dia se di cuenta de dos cosas indudables: Fausto era demasiado apuesto, y hablaba demasiado.
Tanto que ni siquiera se dio cuenta cuando cambiaron el destino, Marie miro una vez más la “rueda afortunada” (que no importaba cuantas veces el trainee de auror le dijera su nombre real era de por más complicado aprenderlo)

El pequeño puesto parecido a una cafetería estaba frente a la feria del puerto, Marie aun observaba con asombro todos y cada uno de los lugares a su alrededor.
Seleccionó con su finísimo dedo pulgar un café negro sin azúcar y una tarta de manzana, pues le recordaba demasiado a un postre de Alemania. Aun inclusive los llamaba “Apfelstrudel” causando la mirada extraña de las personas.
-Porque no lo pides para llevar, podemos degustaros en el camino, no olvides que me vas a llevar a esa cosa que gira… -le apuntó a la rueda de la fortuna, Marie Gohile no era una persona caprichosa, pero era curiosa a mas no poder y su no se subía a ese juego iba a desesperarse.

Probablemente era lo que Fausto Kraul quería.

-Los muggles son sorprendentes, si te soy sincera pocas veces he visitado esta sociedad, mi familia es conservadora… Sandie me hubiese matado si me viera por estos lares… -
Perdió su mirada un momento en la ventana del lugar, su gemela estaba un poco sacada de la realidad, sabia también que un tiempo se obsesionó con Fausto Kraul, pero no sabía si él estaba enterado de aquello, después de todo estaban en la misma casa en Howgarts.

Sacudió un poco la cabeza para quitarse aquellos pensamientos y suspiró, claro que aún le dolía recordar a su gemela que ahora estaba del bando incorrecto de la balanza.
-¿Que vas a pedir? Tienes que enseñarme como tener dinero muggle… -Miro su bolsillo mágicamente alterado, solo tenía galeones y después enfoco sus ojos en los de el fijamente. Zelda se burlaría si le dijera que de verdad podría mirarlos todo el día.

-Si… si el regalo no te gusta puedes regresarlo o algo asi… -

Fausto estaba pidiendo un pan dulce y un té cuando lo que Marie decía cobraba sentido, él había prometido llevarla a la rueda pero por su naturaleza distraída pensó que comer antes de subir a las alturas realmente era una opción.
Disculpa Gohile tienes razón, lo comeremos en el camino ahora dirijámonos hacia la rueda de la fortuna fausto el dio un trago a su té quemándose un poco la lengua pero sin emitir ningún sonido simplemente le dio una mordida a su pan.

Caminando hacia la rueda de la fortuna Marie le comentaba sobre su regalo a fausto, se llevó la mano a la chamarra y saco el regalo. Se colocó los guantes inmediatamente y con su mano derecha le agarro la barbilla en la entrada a la rueda de la fortuna uno debe de agradecer los obsequios del corazón sin importar que sean, pero en tu caso diste justo en el blanco, te prometo que con estos guantes no habrá quien me derrote en combate le planto sorpresivamente un beso de agradecimiento en esa área entre la mejilla y el labio muchas gracias, ahora vamos a la rueda que tenemos que ver todo Londres al mismo tiempo

-Nunca comprendí el sabor del Té, es la cosa mas sin sabor del universo… -se encogió de hombros cuando salieron de aquella tiendita de reposterías y bebidas, el calor del strudel de manzana en su mano era reconfortante con el frio Decembrino. Inclusive sus mejillas estaban ligeramente sonrojadas. Le dio un trago a su café negro mirando aun a Kraul y su té.

Caminaba despacio, tampoco tenia mucha prisa después de todo, teia todo empacado para irse a Alemania por una semana de festivididades y volveria para Enero. Aunque deseaba no irse, inclusive podría hasta pedirle asilo a Zelda una vez mas.
Fausto se caló los guantes, Marie le sonrio honestamente, un brillo en sus ojos de noto cuando el dijo que los usaría, no sabia si era el mejor regalo que le hubiera podido comprar, años atrás también le había mandado un regalo, de una manera anónima.

Su cercanía con la de el la dejo en pausa por un segundo, cuando el depositó aquel beso tan peligrosamente cerca de sus labios apretó un poco el strudel que traía en su mano izquierda y contuvo la respiración.
No podía acertar definitivamente que demonios eran ellos dos. Pero estaba bien con eso, definitivamente.

-Bien, pues… Mas vale que nadie te derrote, no dejes en vergüenza a la Facultad o yo misma te quitare los guantes para usarlos y patearte tu trasero Ingles… -respondió tratando de verse igual de imperturbable como minutos atrás.
Pasaron hasta adentro de la rueda de la fortuna, Marie la miro hacia arriba. Un hombre le cobro unos cuantos peniques a Fausto y subieron a un cubículo para dos personas, Marie frunció el ceño aun sin comprender del todo. Cuando inicio la marcha se tensó por completo

–Un momento… ¿se trata de… subir y dar una vuelta? – ¡Oh! No lo había visto de esa manera… Y ahora que la ex.prefecta de Gryffindor recordaba le temía terriblemente a las alturas. Razón de más por la que jamás se subía a una escoba.
-Bueno… por lo menos tenemos el Aparicio… Y nuestras varitas ¿no? –le dijo a Fausto casi palida acercándose a el, no iba demostrar miedo, aunque cuando la Rueda de la Fortuna y con sus sonidos mecánicos empezó a elevarse Marie cerro los un momento y suspiro largamente. Cuando los volvió a abrir encontró una vista bastante perfecta de Londres, Londres con un atardecer muriendo a la orilla de la ciudad y las luces comenzando a encender, sonrió abiertamente dejando el viento invernal mecer su perfecto cabello. –Es… es hermoso… -mencionó mirando todo el lugar.

Definitivamente, era un día inesperado con Marie, una vez mas, ella había encontrado la manera de quedarse en los pensamientos de Kraul y el hecho de haberlo acompañado al mundo muggle (lo cual era un gran paso para la prefecta porque sin duda alguna se veía lo mundano no era su fuerte)

Una brisa placentera recorría la cabina alejando el bullicio del sonido del puerto para tomar altura y dejarlos en un estado de contemplación absoluta.
de verdad que la vista es hermosa decía al no dejar de mirar a la bella dama presente. ¿El panorama? Si, eso tambien lo era, pero Marie resaltaba, siempre, desde que la conocio.

Me gusta pasar tiempo contigo Gohile, me haces sentir tonto la mayor parte del tiempo, pero creo que tras esa capa ñoña que te cargas eres una joven “cool” desviando la mirada hacia los guantes mientras apretaba lentamente la mano de la ex Prefecta de Gryffindor, escuchaba lo que decía sobre el combate y la universidad y una risa suave se dejo salir de sus labios cuando ella menciono el comentario de darle una patada.

no soy el mejor estudiante de la universidad pero sé que a una vez cruzando esa línea y obteniendo mi placa podre hacer que el orden al Londres Mágico para proyectarlo en este mundo…el muggle

Fausto se acercó un espacio cerca de Gohile y viéndola con curiosidad.
un amigo me conto sobre las conexiones entre las personas y para saber qué tan fuerte es esa conexión debes de acercarte un 80% a la persona y esperar a su reacción
El habia dado el primer acercamiento, no sabia cual seria el de la prefecta.