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Cry alot - Estudiantes de pociones
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Cry alot - Estudiantes de pociones
Podría decir sin temor a equivocarse que tenía tres días durmiendo solamente de 3 a 4 horas si bien le iba. ¿La razón? El comienzo de semestre de la carrera de ingeniería en pociones. Es que podría sonar simple ¿Qué tenían que hacer? ¿Mezclar pociones y ya? No, había una teoría detrás de todo, había formulas que debían aprenderse correctamente, había largos problemas que debían desentrañar y procedimientos que aprender de memoria.
El primer semestre había llorado. No se avergonzaba en aceptar que sus primeros exámenes finales la hicieron llorar durante horas y decirse a sí misma que no serví para aquello, el segundo semestre no había sido más fácil pero estaba un poco más curtida. Ahora en el tercer semestre nada parecía haber cambiado en lo absoluto.
Ya había perdido la noción del tiempo que llevaba encerrada con Jasmine Hartmann en el laboratorio de pociones. ¿Por qué ella? Porque a pesar de ser hija de muggles parecía ser la única con dos neuronas en el cerebro, capaz de alguna manera ayudarle un poco en lo que ambas debían hacer para poder cursar el semestre siguiente.
Ellie tenía el cabello hecho un desastre, sus gafas de pasta gruesa le colgaban por la nariz, hacia una hora o dos sin querer se le habían caído y por no tirar una bandeja con instrumentos los había pisado y estrellado el vidrio derecho. Tenía ojeras y poco quedaba de aquel semblante veelico que usualmente podía caracterizarla. Tenía unos pantalones que simplemente eran cómodos y una camisa que la hacía ver más como un chico. No había lugar para las buenas apariencias en las aulas de Ogmios, estaba segura que así como ellas sufrían y lloraban por no poder reducir el NPG de una poción había otros, medimagos y zoólogos que también sufrían igual.
Ella casi no hablaba, tenía un nudo en la garganta desde hacía rato que había causado una pequeña explosión en su caldero y había tenido que comenzar nuevamente con cálculos y demás. En esos momentos tenía un libro en la mano izquierda y con su varita hacia trazos en el aire para poder resolver una ecuación. Cuando estornudó y parte del hechizo se borró hubo un momento de silencio en el que solamente se escuchaba el hervir de un caldero al fondo. La varita se le cayó de las manos y ella se dejó caer de sentón al suelo.
Se acabó, mátame, mátame por favor no quiero saber más de esto. Toma mi varita y mátame ahora Hartmann – Pegó las piernas contra su pecho y las abrazó ocultando su rostro entre ellas, estaba entrando en ese estado de pánico que muchas veces había visto en otros estudiantes en su situación.
El primer semestre había llorado. No se avergonzaba en aceptar que sus primeros exámenes finales la hicieron llorar durante horas y decirse a sí misma que no serví para aquello, el segundo semestre no había sido más fácil pero estaba un poco más curtida. Ahora en el tercer semestre nada parecía haber cambiado en lo absoluto.
Ya había perdido la noción del tiempo que llevaba encerrada con Jasmine Hartmann en el laboratorio de pociones. ¿Por qué ella? Porque a pesar de ser hija de muggles parecía ser la única con dos neuronas en el cerebro, capaz de alguna manera ayudarle un poco en lo que ambas debían hacer para poder cursar el semestre siguiente.
Ellie tenía el cabello hecho un desastre, sus gafas de pasta gruesa le colgaban por la nariz, hacia una hora o dos sin querer se le habían caído y por no tirar una bandeja con instrumentos los había pisado y estrellado el vidrio derecho. Tenía ojeras y poco quedaba de aquel semblante veelico que usualmente podía caracterizarla. Tenía unos pantalones que simplemente eran cómodos y una camisa que la hacía ver más como un chico. No había lugar para las buenas apariencias en las aulas de Ogmios, estaba segura que así como ellas sufrían y lloraban por no poder reducir el NPG de una poción había otros, medimagos y zoólogos que también sufrían igual.
Ella casi no hablaba, tenía un nudo en la garganta desde hacía rato que había causado una pequeña explosión en su caldero y había tenido que comenzar nuevamente con cálculos y demás. En esos momentos tenía un libro en la mano izquierda y con su varita hacia trazos en el aire para poder resolver una ecuación. Cuando estornudó y parte del hechizo se borró hubo un momento de silencio en el que solamente se escuchaba el hervir de un caldero al fondo. La varita se le cayó de las manos y ella se dejó caer de sentón al suelo.
Se acabó, mátame, mátame por favor no quiero saber más de esto. Toma mi varita y mátame ahora Hartmann – Pegó las piernas contra su pecho y las abrazó ocultando su rostro entre ellas, estaba entrando en ese estado de pánico que muchas veces había visto en otros estudiantes en su situación.
Última edición por Ellie Morgan el Dom Ene 04, 2015 10:58 pm, editado 1 vez
Ellie Morgan- Mensajes : 216
Fecha de inscripción : 22/11/2014
Re: Cry alot - Estudiantes de pociones
La diferencia entre no dormir porque no quería y no dormir porque no podía estaba causando grandes estragos en Jasmine, justo como ocurría cada semestre, puntual como reloj, al llegar a la horrible y llena de desesperanza etapa de cierre: LOS FINALES.
Cuando Dorian había dado las instrucciones de lo que constituiría ese último proyecto, el que iba a valer un 75% (¡un 75! ¡Había que ser infeliz!) de su nota final, por poco se quiebra. Y es que en vez de ponerse a llorar ahí mismo en el aula pegó tres brincos y corrió con las zancadas más largas que había dado en toda su vida a abalanzarse sobre Ellie, porque era un trabajo en equipo, y honestamente no confiaba en nadie más. Literalmente había tenido que moverse como galgo de carrera para esquivar a esos que venía con toda la intención de pedirle a ella que trabajaran juntos, y abrirse pasos a codazos para llegar hasta la semiveela. A lo mejor hasta le había tumbado un diente a alguien de paso, ¡pero qué mas daba! Morgan sería su pareja y a quien amenazara con quitársela lo haría estallar, LO HARIA.
Asi que cada dia al terminar con la jornada de clases se atrincheraban en el la biblioteca y de la biblioteca al laboratorio y del laboratorio a caer rendidas en donde fuera. Porque claro, el trabajo de Dorian no era el único que tenían que terminar, estaban todos los de las demás materias que cursaban. Y era una pesadilla. Una llena de dolor y ganas de mandar todo a la mierda. Ahhhh pero la princesita pelirroja quería tener su licencia de pocionista y todo, cómo no, así que se había ido a anotar voluntariamente a esa tortura...
Estaba hecha un reverendo desastre. A ella el caldero no le había explotado tal cual, sino que la mezcla había terminado reaccionando de tal forma que al llegar al punto de hervor se había vuelto una cosa viscosa muy inestable que había provocado una burbuja enorme, y como no, esta le había reventado encima, bañandola toda de ese moco extraño. Tan solo había abandonado el laboratorio para irse a cambiar de ropa. Obvio que con aquel ritmo que habían estado llevando poco tiempo le había quedado para lavar ropa. Terminó poniéndose unos leggigns y un sweater que mas bien usaba para salir a correr y un gorro ridículo que le habían obsequiado una vez. Por nunca usarlo era el único que le quedaba limpio, y con el cabello corto era más friolenta todavía, amen de la hielera de laboratorio donde estaban.
Regresó con Ellie tan pronto pudo, trayendo comida (porquería chatarra, en esas condiciones quien se va a preocupar por lo sano) consigo y un enorme termo bajo el brazo. Hasta se había puesto el parche y dejado la cuenca de su ojo descansar, porque de tanto que llevaban despiertas estaba agotada y el ojo de cristal ya le empezaba a molestar.
Acababa casi de llegar e instalarse de nuevo frente al caldero, justo a tiempo para ver como la ecuación luminosa de Ellie se desvanecía a causa del estornudo. Su rostro se deformó en una mueca de un noooooooo mudo y alargado y viendo que no había más que hacer dejó sus hombros caer en derrota. Iba a llorar. IBAN a llorar.
- No Ellie, NO, REACCIONA, no te dejes ir, ¡no vayas a la luz! - Se acercó con el termo en la mano y la tomó de los hombros sacudiéndola un poco. - ¡No me dejes sola que sin ti esta vida no tiene sentido! - Ni siquiera se dio cuenta del cristal roto de sus anteojos. Es decir, si, lo veía y lo veía muy bien, ¿¿¿pero con tanto número y ecuación en la cabeza quien demonios iba a andar acordándose de reparos y esas mierdas???? - Mira, bebe, bebe mucho. Lo necesitamos. Esta frío. - Le acercó el termo. ¿Lo que había dentro? Una mezcla de coca-cola potenciada con cafeína y mezclada con cuanta pócima revitalizante había tenido en su inventario. Ahí nadie dormía. Ahí nadie se rendía. Tonight they dine in hell.
Cuando Dorian había dado las instrucciones de lo que constituiría ese último proyecto, el que iba a valer un 75% (¡un 75! ¡Había que ser infeliz!) de su nota final, por poco se quiebra. Y es que en vez de ponerse a llorar ahí mismo en el aula pegó tres brincos y corrió con las zancadas más largas que había dado en toda su vida a abalanzarse sobre Ellie, porque era un trabajo en equipo, y honestamente no confiaba en nadie más. Literalmente había tenido que moverse como galgo de carrera para esquivar a esos que venía con toda la intención de pedirle a ella que trabajaran juntos, y abrirse pasos a codazos para llegar hasta la semiveela. A lo mejor hasta le había tumbado un diente a alguien de paso, ¡pero qué mas daba! Morgan sería su pareja y a quien amenazara con quitársela lo haría estallar, LO HARIA.
Asi que cada dia al terminar con la jornada de clases se atrincheraban en el la biblioteca y de la biblioteca al laboratorio y del laboratorio a caer rendidas en donde fuera. Porque claro, el trabajo de Dorian no era el único que tenían que terminar, estaban todos los de las demás materias que cursaban. Y era una pesadilla. Una llena de dolor y ganas de mandar todo a la mierda. Ahhhh pero la princesita pelirroja quería tener su licencia de pocionista y todo, cómo no, así que se había ido a anotar voluntariamente a esa tortura...
Estaba hecha un reverendo desastre. A ella el caldero no le había explotado tal cual, sino que la mezcla había terminado reaccionando de tal forma que al llegar al punto de hervor se había vuelto una cosa viscosa muy inestable que había provocado una burbuja enorme, y como no, esta le había reventado encima, bañandola toda de ese moco extraño. Tan solo había abandonado el laboratorio para irse a cambiar de ropa. Obvio que con aquel ritmo que habían estado llevando poco tiempo le había quedado para lavar ropa. Terminó poniéndose unos leggigns y un sweater que mas bien usaba para salir a correr y un gorro ridículo que le habían obsequiado una vez. Por nunca usarlo era el único que le quedaba limpio, y con el cabello corto era más friolenta todavía, amen de la hielera de laboratorio donde estaban.
Regresó con Ellie tan pronto pudo, trayendo comida (porquería chatarra, en esas condiciones quien se va a preocupar por lo sano) consigo y un enorme termo bajo el brazo. Hasta se había puesto el parche y dejado la cuenca de su ojo descansar, porque de tanto que llevaban despiertas estaba agotada y el ojo de cristal ya le empezaba a molestar.
Acababa casi de llegar e instalarse de nuevo frente al caldero, justo a tiempo para ver como la ecuación luminosa de Ellie se desvanecía a causa del estornudo. Su rostro se deformó en una mueca de un noooooooo mudo y alargado y viendo que no había más que hacer dejó sus hombros caer en derrota. Iba a llorar. IBAN a llorar.
- No Ellie, NO, REACCIONA, no te dejes ir, ¡no vayas a la luz! - Se acercó con el termo en la mano y la tomó de los hombros sacudiéndola un poco. - ¡No me dejes sola que sin ti esta vida no tiene sentido! - Ni siquiera se dio cuenta del cristal roto de sus anteojos. Es decir, si, lo veía y lo veía muy bien, ¿¿¿pero con tanto número y ecuación en la cabeza quien demonios iba a andar acordándose de reparos y esas mierdas???? - Mira, bebe, bebe mucho. Lo necesitamos. Esta frío. - Le acercó el termo. ¿Lo que había dentro? Una mezcla de coca-cola potenciada con cafeína y mezclada con cuanta pócima revitalizante había tenido en su inventario. Ahí nadie dormía. Ahí nadie se rendía. Tonight they dine in hell.
Jasmine Hartmann- Mensajes : 140
Fecha de inscripción : 19/11/2014
Re: Cry alot - Estudiantes de pociones
Estaba cansada, en verdad. Aun no se recuperaba de la faena que había sido el final de semestre y ahora a las primeras semanas ya estaban de vuelta en ese tormento de dios. ¿Por qué era tan terca de seguir en ello? Porque así era ella, jamás iba a admitir que aquello la sobrepasaba y que sufría lágrimas de sangre por pasar esas materias. Era una persona orgullosa que nunca se dejaba vencer, aun que en esos momentos pareciera lo contrario.
Siguió sentada en el suelo abrazando sus piernas y pegando el rostro contra sus rodillas cuando Jasmine se acerco a ella para darle ánimos que ninguna de las dos sentía. Si alguien le dijera hace algunos años que estaría así, hombro con hombro sufriendo en un salón de clases con una sangre sucia como Jasmine, se hubiera reído en la cara de quién lo mencionara, ahora aquello no le parecía tan ridículo, al contrario, ella era una de sus únicas esperanzas para salvar el semestre que recién comenzaba, pocas como ella no eran un lastre en los pupitres escolares.
Ya no quiero, ¿por qué nos torturan así? No puedo, simplemente no no no – Se estaba portando de una forma infantil, pero es que sus neuronas estaban acabadas. Se quitó los lentes enojada y se quitó la banda que le sujetaba el cabello dejándolo caer por sobre sus hombros para que no pareciera más un nido de pajarracos. Tomó de lo que Jasmine le ofrecía, al principio con algo de recelo pero en cuanto sintió la mezcla recorrerle la garganta y tras unos segundos de que la poción hiciera efecto, inmediatamente abrió los ojos cual platos y se puso de pie en un salto.
¿Qué era eso? ¿Qué…? Wow… es excelente. ¿Dónde están mis gafas? Ah sí… - Hablaba rápido y se movía como desesperada. Tomó las gafas que había dejado en el suelo y tras un reparo volvió a colocárselas en el rostro.
Ahora que estaba más consciente de lo que hacía inmediatamente fue a la formula de la pared y como si su cerebro hubiese sido iluminado por algo mucho mayor, sacó su varita y comenzó a escribir lo faltante hasta terminar. Sin embargo seguía sintiéndose muy ansiosa.
Jasmine, he terminado… ¿Has terminado tu? ¿Qué quieres hacer ahora? – No sabía que quería hacer, quería hacer muchas cosas, tenía las ridículas ganas de saltar de un acantilado o algo así con mucha adrenalina. Era por la mezcla de cosas que se había tomado.
Siguió sentada en el suelo abrazando sus piernas y pegando el rostro contra sus rodillas cuando Jasmine se acerco a ella para darle ánimos que ninguna de las dos sentía. Si alguien le dijera hace algunos años que estaría así, hombro con hombro sufriendo en un salón de clases con una sangre sucia como Jasmine, se hubiera reído en la cara de quién lo mencionara, ahora aquello no le parecía tan ridículo, al contrario, ella era una de sus únicas esperanzas para salvar el semestre que recién comenzaba, pocas como ella no eran un lastre en los pupitres escolares.
Ya no quiero, ¿por qué nos torturan así? No puedo, simplemente no no no – Se estaba portando de una forma infantil, pero es que sus neuronas estaban acabadas. Se quitó los lentes enojada y se quitó la banda que le sujetaba el cabello dejándolo caer por sobre sus hombros para que no pareciera más un nido de pajarracos. Tomó de lo que Jasmine le ofrecía, al principio con algo de recelo pero en cuanto sintió la mezcla recorrerle la garganta y tras unos segundos de que la poción hiciera efecto, inmediatamente abrió los ojos cual platos y se puso de pie en un salto.
¿Qué era eso? ¿Qué…? Wow… es excelente. ¿Dónde están mis gafas? Ah sí… - Hablaba rápido y se movía como desesperada. Tomó las gafas que había dejado en el suelo y tras un reparo volvió a colocárselas en el rostro.
Ahora que estaba más consciente de lo que hacía inmediatamente fue a la formula de la pared y como si su cerebro hubiese sido iluminado por algo mucho mayor, sacó su varita y comenzó a escribir lo faltante hasta terminar. Sin embargo seguía sintiéndose muy ansiosa.
Jasmine, he terminado… ¿Has terminado tu? ¿Qué quieres hacer ahora? – No sabía que quería hacer, quería hacer muchas cosas, tenía las ridículas ganas de saltar de un acantilado o algo así con mucha adrenalina. Era por la mezcla de cosas que se había tomado.
Ellie Morgan- Mensajes : 216
Fecha de inscripción : 22/11/2014
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