Brackminster, Darren

Es la oveja negra de la familia Brackminster. Nadie nunca ha tomado en serio las decisiones de Darren y tampoco es que él tenga especial interés en ser tomado en cuenta. Hace lo que quiere, cuando quiere, sin dar explicaciones ni atender a hipotéticas deudas familiares. Es como es, alguien auténtico, tal cual se muestra es en realidad Darren, no busca esconder cuan de desvergonzado puede llegar a ser y cuantos vicios tiene porque siempre ha sido así desde que tuvo uso de razón.

Suele divagar en sus ideas, es un poco incoherente cuando habla pero intenta usar su lógica, una lógica que no siempre debe ser la de los demás. Las ideas que tienen son bizarras, extravagantes y normalmente suelen ir relacionadas con su capacidad de acción-reacción, tal como pasan las cosas por su mente, así las hace. Posee un humor ácido siempre lleva pintada una sonrisa jocosa en sus labios y es algo difícil quitársela aunque cuando se levanta con el pie izquierdo o cuando verdaderamente esta enojado, la tierra puede temblar porque no tendrá consideración con nadie, puede llegar a ser frío y algo despiadado aunque eso solo ocurre de año bisiesto en año bisiesto. Nunca miente, se le hace muy difícil esconder cosas que tienen importancia y esa característica tan particular le ha metido en muchos problemas porque aunque él no quiera siempre hay alguien que no se toma muy bien su sinceridad.

Es superficial en exceso aunque no clasista. Tiene criterios estéticos pero no sociales, mientras el interlocutor o el objetivo a conquistar sea agradable a la vista, puede proceder de donde quiera así venga de clase pura, sucia o sea el mismísimo Voldemort reencarnado. Es excesivamente mujeriego, adora las mujeres y se enamora de ellas con facilidad pero el amor es tan fugaz como una estrella, puede pedirle matrimonio a una tras una noche de pasión  y poner la excusa más estúpida del mundo a la siguiente para romper el compromiso. Es ingenioso y embaucador, si bien auténtico en personalidad, sabe comprar el oído de las féminas usando ciertos métodos que ha ido perfeccionando a lo largo de los años.

No es responsable y mucho menos ordenado. Su vida es una entropia constante en la que él se siente cómodo. Adora beber, fumar (no siempre cosas lícitas) y apostar hasta sus riñones. Tiene una hija de pocos meses que vive con su madre y el esposo de la señora (si, el condenado dejó embarazada a una señora casada) de cuya existencia Darren no es participe aunque si viera un día a la niña sería capaz de sumar dos más dos.

Puede hablar muy bien o parecer el más vulgar de los hombres, todo depende de las compañías y cuanto quiere sacar de ellos. Es leal en sus ideales y firme de pensamiento, se considera honrado por esa parte ya que defiende su punto de vista a cosciencia, el muchacho puede encetar un debate político si alguien toca demasiado sus pelotas.

Darren brilla por su pereza y vagancia, cansado por los excesos nocturnos, suele pasar todos las mañanas de resaca y durmiendo, eso sí, cuando se pronuncia "Quidditch", él emerge desde las profundidades como la persona más divertida, risueña, burlona y simpática que puede habitar en los límites de la nación.

Darren Dyonisus Brackminster nació veinte años atrás en el seno de una familia de magos de sangre limpia y conservadores de ideales. Fue el primogénito y el heredero de la fortuna que habían amasado los Brackminster ya que cuatro años después nacería August y doce después, Erik. Los padres de los Brackminster siempre delegaron la crianza de sus hijos a elfinas y elfinos así como a otros miembros de la familia, por ejemplo, la abuela materna de los niños. Por eso Darren siempre define su niñez  como un período tranquilo y feliz, la ausencia de sus padres implicaba que no tenía que escuchar los ideales retrógrados de su familia. La carencia de figura paterna no hizo que Darren fuera un niño desdichado, todo lo contrario, siempre caracterizado por su aire jovial y despreocupado, era el alma de donde fuera llenando todo con su simpatía y desvergüenza sin tener que rendir cuentas a nadie. ¿Cómo echar de menos a unos progenitores intransigentes que no quería que fuera a jugar con las vecinas del lado porque un familiar suyo se había casado con una sangre sucia? Él estaba mejor cuando ambos hacían sus maletas y desaparecían por Red Flú a cualquier parte del mundo.

Tal vez venía codificado en sus genes pero Darren pronto empezó a no ver el mundo con los mismos ojos que Jev y Vee. Fue precisamente en su año en Hogwarts donde fue admitido como todo mago a los once años cuando empezaron las disputas familiares. Los Brackminster siempre habían acudido al colegio de magia y hechicería pero todos los miembros (a excepción de alguna oveja descarriada Ravenclaw) habían pisado la sala común de Slytherin pero en cuanto colocaron el sombrero sobre la cabeza de Darren, este grito un “Gryffindor” que ensordeció el gran comedor. Los padres del muchacho tomaron esa elección como una profunda ofensa y decepción para la familia, ¿qué explicarían en sus reuniones sociales cuando preguntaran el motivo de tal deshonra para los Brackminster? En Navidad, nada fue igual y menos cuando Darren empezó a explicar que había conocido hijos de sangre sucia que no parecían cumplir ninguna de las premisas que sus padres se empeñaban en enumerar cada vez que los cuatro se sentaban en la misma mesa. Vee, que estaba embarazada por aquellos entonces de Erik, tachó a su hijo de desagradecido y alegando encontrarse mal, hizo que Darren volviera a Hogwarts ante de lo previsto.

El hecho de ser rechazado por su propia madre y ratificar ese hecho con la colaboración de su padre para que regresara a la escuela, no fue motivo de preocupación para Darren. Por supuesto que dolía no sentirse querido pero también era lo suficiente cabezón para cerrarse en banda con su postura, si ellos no querían ver su perspectiva y mucho menos entenderla (además de no aceptar su casa) era su problema. A partir de entonces, decidió no volver a su casa por Navidad en los siguientes cursos. Si bien no tenía más remedio en verano que volver con su familia, Darren se ocupaba de desaparecer del radar paternal y fugarse a casa de las vecinas más cuando comprobó que su ausencia no ejercía ningún tipo de enfado o desasosiego en sus padres. Los años fueron pasando y a pesar que Darren no era el más inteligente de su curso, sinceramente ni el décimo más inteligente, aprobaba con aceptables la mayoría de asignaturas. También fuera que no ponía empeño en aprobar, prefería dedicar su vida a una afición que descubrió el primer año en clase de vuelo: el Quidditch. Tras realizar las pruebas pertinentes, entró como bateador del equipo en su tercer año en Hogwarts. Desde entonces, estuvo siempre implicadísimo en el equipo y prefería dejar los estudios de lado que perderse una práctica.

Logró finalizar sus estudios con aceptable  y decidió matricularse en Brigantia para perfeccionar sus aptitudes como bateador cursando la carrera de Quidditch Profesional al mismo tiempo, cogiendo un trabajo a tiempo parcial en Diagón en la tienda de uno de sus tíos, logró independizarse de sus padres.  En su primer año como estudiante, durante una de las numerosas fiestas a las que acudía solo por el placer de disfrutar, conoció a Julia una mujer casada. No pasaba buenos tiempos con su marido así que los halagos y la atención de Brack, provocaron que terminaran encamados. Sin premeditarlo, Darren dejó a Julia embarazada. Julia que no quería romper su matrimonio, decidió no decirle nada a Darren y otorgó la paternidad de la pequeña a su esposo, desapareciendo del radar de Brackminster por completo.

HABILIDADES
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