Markus Dorian ID

Markus es dado a tomarse la vida a la ligera y mostrar seriedad en muy contadas ocasiones. Estas mismas suelen limitarse a escenarios donde el perder una mano a causa de un mordisco o sufrir quemaduras de tercer grado a causa del aliento de un dragón son posibilidades reales. Es abierto, por lo menos en apariencia, pero poco disciplinado  e impulsivo. Tiende a los comportamientos agresivos y no maneja bien las situaciones en las que llegue a sentirse acorralado. Todos estos rasgos están exacerbados por su condición como licántropo.
Aun así, prefiere mantener un bajo perfil. Está consciente de que una oportunidad como la que se le presenta en Brigantia es cosa de una sola vez en la vida, y ya le ha dado bastante problemas a su familia, sobre todo a su hermano, como para no tomarse este empleo como lo que es, una puerta que se le va a abrir una sola vez. Así que por ello aguanta vivir con la cabeza gacha y los colmillos apretados para someterse a cualquier medida que el Decanato solicite para mantenerle controlado. Lo que es indiscutible es que es bueno en lo que hace. Sus tácticas de pedagogía quizá no sean las más convencionales (o correctas, pero qué más da) pero conoce su campo de estudio, no es ningún pobre diablo que no sepa de lo que habla.
De sus lazos, el que comparte con su hermano es el más fuerte de todos. No se le ve muy interesado en formar otros más allá de ese, predispuesto al rechazo que viene de la mano con la admisión en voz alta de su maldición.

No transcurrió mucho tiempo entre el momento que los gemelos Dorian nacieron, y ese en el que sus padres decidieron en inusitada sincronía que con esos dos les bastaba. Cualquier cliché imaginable cuando uno piensa en gemelos, se vio cumplido en ellos, incluido el llevar a su madre al borde de la locura con el continuo cambio de identidad. Porque a día de hoy, con sus personalidades más que definidas – y las cicatrices de antología que Markus lleva bajo la ropa – el diferenciarlos es relativamente sencillo. Pero si se lo proponen, solamente con ánimos de fastidiar, consiguen tal sincronía que ni siquiera su misma madre es capaz de distinguir cual es cual.
Crecieron en una comunidad enteramente mágica, apartada de la influencia muggle. Con su madre pocionista y su padre cuidador de criaturas mágicas, los gemelos aprendieron desde pequeños a manejarse en el campo. A pesar de su status de sangre que puede rastrearse sin problemas a 13 generaciones atrás, no son un nombre de abolengo en la sociedad. Nunca lo necesitaron, de cualquier forma. Eran felices con lo que tenían.
Al cumplir los 11 años partieron a Hogwarts, donde fueron sorteados para la casa Hufflepuff. Markus siempre fue el de la personalidad más dominante y quien terminaba por arrastrar a Marius a cualquier problema en el que estuviera metido, pero pasaron por todo juntos. Por más medida disciplinaria que hubiera el corregirlos resultaba imposible en teoría. Exámenes intercambiados, castigos rotados y la certeza de que cualquier chica que se hubiera llamado “novia” de uno, en algún momento se acostó con ambos. Lo único que parecía mantenerles bien encaminados y fuera de líos era el quidditch. Con la posición de golpeadores, ambos destacaron pronto como el punto más fuerte del equipo de su generación. Los rumores sobre un futuro en las ligas profesionales comenzaron a correr pronto.
Fue en el verano en que festejaban su mayoría de edad. Dándose a la fuga a Francia por un mes (es decir, ¿por qué no?), siendo jóvenes y, básicamente, estúpidos, la historia es que una noche que pretendía ser de fiesta se salió de control y Markus recibió dos heridas: La mordida que estaba destinada para él y la que hubiera sido para Marius de no haber actuado cuando lo hizo. La varita de su hermano consiguió no solo ahuyentar a las licántropas, sino evitar que él muriera. Desafortunadamente, el daño estaba ya hecho.
A paritr de entonces todo fue en pique, y de esa manera comenzó la lista interminable de cosas por las que Markus está en deuda con Marius. ¿Las pruebas con el Puddlemore United que había expresado interés en ellos? Canceladas, porque los licántropos no juegan quidditch profesional, y si Markus no podía jugar, Marius no quería hacerlo.
Convencer a Markus de entrar a la universidad no fue tarea fácil, no solamente por lograr motivarlo a hacerlo, sino el convencer a la institución de que podía mantenerse bajo control sin representar un peligro para nadie. Tras graduarse viajó a América a continuar con estudios de especialización, aprovechándose del ambiente ligeramente más tolerante para los licántropos del que se vivía en Europa. Al regresar al hogar, el ambiente político del país se encontraba en su punto más crítico.
Y si hay una confesión que hacer es que, por un momento, Markus se vio severamente tentado a tomar partido a favor del Señor Tenebroso. La purga de sangre es algo que nunca fue de su interés, pero las promesas hechas a licántropos como él eran demasiado seductoras como para dejarlas pasar. A nada estuvo de tatuarse la Marca, cuando Marius descubrió sus intenciones.
No habla de lo que pasó después ni como Marius lo hizo entrar en razón, pero el resultado de sus escarceos con los Mortifagos y subsecuente arrepentimiento fue la destrucción de la propiedad familiar a causa de un fuego maldito. La pérdida material fue total. La familia logró salir viva, por poco, pero lo consiguieron. Lo siguiente que ocurrió fue que los gemelos enviaron a sus padres a Noruega con la excusa de visitar familia y ahondar en sus estudios sobre dragones. A día de hoy desconocen los acontecimientos que llevaron a la pérdida de todo lo que tenían y el incendio que casi les costó la vida. Aquella es, en definitiva, la deuda más grande que tiene con su hermano.
Los siguientes años resultan completos de explicar, por lo menos hasta el momento en que, gracias a la buena fortuna y la red de contactos hechos a lo largo de los años, Markus consiguió ser considerado para una posición de docente en Brigantia. La oportunidad real no se le daría hasta concluir con un extensivo (y por demás humillante= sistema de entrevistas, pero aquí sigue hasta el momento, así que asume que algo debe estar haciendo bien.  

HABILIDADES
• ESTAS HABILIDADES SE IRÁN COMPRANDO CON EL TIEMPO Y CON LOS PUNTOS DE EXPERIENCIA QUE VAYAN GANANDO MEDIANTE EL ROL, LAS CLASES Y LAS TRAMAS.
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