Karma

por **Alexander Smith** Dom Abr 12, 2015 5:55 pm

Mientras que Alex estaba dichoso de la vida porque la universidad mágica era facilísima en comparación a lo que a él le había costado académicamente Cambridge, aparecieron unas escalofriantes fotografías de estudiantes maniatados colgados de la nada y velados por una marca tenebrosa... Le costó sus horas anoticiarse de que eran Barunka y Sveinsson, que estaban desaparecidos desde la fiesta de la pintura y que al ser ellos tan famosos (incluso para que Alex los conociera claramente) media universidad estaba revuelta por el suceso...

Y Alex por su parte, había dejado la universidad. No era por cobardía su elección, aunque no era el estereotipo de hombre valiente, era su testarudez: se había dicho a si mismo que si los magos seguían con esos problemas arcaicos, él se borraba del mapa como la vez anterior, y pues ahí estaba cumpliendo con su autopalabra. Ya había hablado con sus colegas para retomar la ayudantía en la universidad muggle, ya había vuelto a su cuartucho de investigación en los sótanos del gran edificio y ahora estaba buscando un piso propio, quizá a compartir con un viejo amigo con el que en algún momento habían tenido el plan, quizá solo si encontraba una renta que fuera del acceso de sus ahorros. Salirse de la casa de sus padres y hacer su vida, rehacer su vida muggle, empezando con la independencia posteargada y seguir por... recomponer las cosas con Anne.

Debo llamarla!- En su ex novia estaba pensando cuando le llegó el patronus extraño de Lyn... No dudo en responderle de inmediato, que se apareciera allí mismo en cuanto pudiera, que la esperaría fuera la hora que fuera... Pero mientras eso sucedía se quedó pensando en como casi ni habían hablado nada desde la fiesta. En como aunque hubiese ido con él, se había largado con su novio aunque llorando, dejándolo tirado a su suerte. En como le esquivó las explicaciones, aunque si le interesó saber que había hecho él en la fiesta.... Y un par de cosas más, que no lo había situado en el lugar más cómodo del mundo. Ella no le debía nada, menos explicaciones, pero de alguna manera la relación era asimétrica y... Alex siquiera sabía como plantear su disconformidad.

Dejarlo pasar, era lo que había que hacer, eso era lo que Alex pretendió sin mayores esfuerzos. Nadie decía que aunque se conocieran de siempre tendrían una relación para siempre. Pues entonces, tanta reflexión mental solo servía para darse cuenta que el patronus de Lyn lo había logrado era sorprenderlo.

por **Aislynn Breen** Lun Abr 13, 2015 10:10 am

Llevaba rato sin poder dormir, dando vueltas en su cama de Cerridwen sin lograr conciliar el sueño. Apartó las sábanas y miró a su alrededor para ver a su compañera de habitación totalmente sumida en los brazos de Morfeo. Había enviado un patronus a Alex horas antes, diciéndole que quería ir a verlo ahora que había abandonado de nuevo Brigantia para sumirse en el mundo muggle. Alex no era un hombre de guerras y casi que prefería que se alejara del panorama mágico, más contando con su sangre sucia que podía acarrearle bastantes problemas teniendo en cuenta que quienes habían vuelto a poner el asunto patas arriba odiaban su condición. Pero desgraciadamente Aislynn no era así, ella había nacido con la sangre irlandesa y creía que debía luchar por los suyos, no culpaba a Alex sino que cada quien tenía su percepción y consciencia del mundo. Era cuestión de opiniones y caracteres, ella había sido educada (pese a que su padre estaba casi al borde del ataque al corazón) para ser fiel a lo que sentía y así se estaba comportando.

Chasqueó la lengua y cogió los pantalones que estaban encima de la silla, se los puso y sin cambiarse la camiseta de Batman que usaba para dormir, colocó su chaqueta de cuero negra y su varita para salir por la puerta mientras se calzaba las zapatillas. Fue directa al traslador ubicado en su sala común y puso rumbo a Inglaterra. Apareció en Londres y estuvo vagando un rato por las calles hasta que cogió una desviación hacia un solitario y poco concurrido callejón para desaparecer a casa de Alex, apareciendo a los pocos segundos de sentir el jalón en el ombligo en el hall de su casa. Era consciente que los padres del chico eran muggles pero según le había dejado dicho en el patronus no estaban en casa así que, ni protocolo social debería intervenir - ¿Alex? –inquirió buscándolo por el piso de abajo, primero el salón, luego el comedor y por último la cocina. Como no lo encontró, decidió subir y ver si estaba metido como una rata de biblioteca en sus libros.

De hecho tocó su puerta con los nudillos pero al no obtener respuesta, abrió, total ya había confianza después de toda una vida juntos. Asomó primero la cabeza y al ver que estaba dormido (no acompañado o algo), entró cerrando tras ella – No me la estarás jugando… - murmuró casi ronca por el bajo tono que usó para hablar. Era capaz de hacerse el dormido y luego atacarla, ya no se fiaba de nadie – Alex – movió su brazo con suavidad y se acuclilló a su lado a la altura de su rostro para peinar con una mano el pelo del chico, apartándolo de su frente – Alex – le dio con el dedo índice en la mejilla – AlexAlexAlexAlex – y continuó dándole con el dedo hasta que soltó una carcajada ronca, era divertido – Soy el fantasma de las navidades pasadas y vengo a llevarme tu alma... Aunque me la vendiste con 12 años... Sería lícito llevarme mi propiedad.

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