Los interrogatorios

Ropis

Ellie no estaba quedándose en casa de sus padres desde hacía casi un mes. Desde que todo había comenzado.  Ignoraba sus lechuzas y evadía sus visitas preguntando por ella y por Bastian, no le había dicho a nadie absolutamente que estaba con Abner principalmente para evitar que los involucraran en todo.  Pensó también en dejar la universidad pero habría sido demasiado sospechoso tal cambio en su vida, así que seguía con su rutina normal con excepción de las ocasiones en que Demian le pedía que hiciera algo por él. Casi siempre se trataba de llevarse a alguien, utilizar artimañas y sus dones de veela para desaparecerlos.  Lo hacía porque no tenía opción pero pocas veces se preocupaba por lo que sucedía después.  Con Barunka y Kristján había sido diferente…

Cuando llegó la citación al ministerio de magia ella estaba esperándola, sin embargo aun y con todo tuvo miedo. Dudó en llamar a sus padres para que le dieran apoyo y hasta le pasó por la cabeza por una centésima de segundo llamar a Abner para que la asistiera.  No lo hizo, no quería involucrarlo, no después de la forma en la que se había ido dejándole toda la responsabilidad por algo que ni siquiera podía explicar.  Así que estaba ahí, sola, en un rincón del pasillo hacia Wizengamot, rodeada con más personas de su estatus que lucían tranquilas y algunos, los más cínicos, inclusive hasta ofendidos.

Se había vestido de negro y con una túnica formal de color negro con un vestido abajo.  Se veía sería y elegante, más con el peinado que le daba un aire sofisticado y la blancura de su piel resaltando sobre el vestido que se ajustaba a las formas de su cuerpo. Ellie siempre tenía ese aspecto irreal y fantasioso, tal vez por eso su trabajo era muy fácil raptando personas para la causa.

Tenía el vociferador con la hora de la cita en la mano y esperó pacientemente su turno hasta que escuchó una voz tras ella que la hizo girar.
¿Disculpa? ¿Me hablas a mí? – Le respondió  incluso con altivez, como si nunca en su vida se hubiese dirigido a ella o no pudiera reconocerlo de inmediato.  Miró disimuladamente a su alrededor y vio que con Demian venían dos personas, familiares suyos por supuesto.

Al parecer a los miembros de Wizengamot les gusta hacernos perder nuestro tiempo con tal de remediar la poca falta de talento que tienen los aurores para mantener seguras las calles.  No han encontrado nada, ¿si me lo preguntan? Seguramente Jentsch solamente huyo o se auto secuestro. Siempre ha sido una loca. – Dio un respingo.  Estaba actuando muy bien, Ellie no era una tonta y aun que el imperius hubiese sido obra de Demian, ella no iba a aceptar lo que había hecho así tan fácil, tenía una reputación que cuidar.

No me interesa lo que hayas demostrado. Lárgate de aquí - Se estaba portando como una chiquilla caprichosa, como si en verdad la presencia de Demian le molestara. Lo hacía en verdad, pero no de la forma en la que lo demostraba.  Había personas a su alrededor, escuchándolos.  

Afortunadamente tras un momento de silencio una voz llamó a Holland dentro y Ellie se giró hacia otro lado como si nada. No había pensando en la opción de que alguien la descubriera a ella, sin embargo si Demian era descubierto… ¿la delataría? ¿Quién iba a creerle a él? ¿Qué pasaba si él caía?  Tuvo que recargarse en la pared unos segundos por el mareo de emociones que la abordaron después.  En verdad estaba aterrada pero tenía que fingir.

La citación lo había tomado completamente desprevenido. Para empezar porque él no estaba enterado de nada de lo que pasaba en el mundo y fue de apuro que se puso al día con lo del secuestro (gracias a que su madre si leía los diarios y hablaba con la gente en el hospital, en la calle, en las compras). Se había dedicado a estudiar para lograr la pasantía que pretendía, y a estarse con Sira y lejos del resto del mundo para no tener que soportar las vergüenzas de ciertos incidentes completamente menores y adolescentes pero que a todos interesaban demasiado y que ahora entendían lo vinculaban con todo aquello de una manera absurda.

Tan absurdo que siquiera pensó en comentárselo a sus padres. Y ahora con media docena de magos que entre obtusos y desconsiderados le hacían sudar hasta sus convicciones políticas, hubiera querido ser menos confiado, más asustadizo y haberle llorado a su padre que lo hubiese acompañado, que le hubieses asesorado qué decir, pues a cada palabra sentía que se enterraba más en aquella cuestión en la que no tenía nada que ver!!!

- Si, yo golpeé a Sveinsson... fue una tonta pelea en la cafetería. Nada importante...

- Los testigos no dicen lo mismo. Usted lo llamó sangre sucia y amenazó a la señorita - el mago bajó la vista a unos papeles - Jackson - Cuchicheos entre los magos, porque al parecer ellos tenían claro que la muchacha también era hija de muggles y Bruces llegó a escuchar la palabra anónimos seguidas de miradas que lo condenaban y quiso interrumpir...

- Amy es mi amiga... fue una tonta pelea... Yo no tengo nada que ver con los secuestros, yo no.. - Y lo volvieron a interrumpir.

- La señorita Janey, estudiante de medimagia, mismo semestre que usted. Hija de muggles.... - muchas coincidencias. Por favor que no supieran más nada. eso pensaba Bruces. Cómo es que de buenas a primeras el ministerio cuando quería sabía un montón de cotilleos estúpidos pero nunca lograban dar con las cosas importantes? - Va a negar que días antes de su desaparición también con ella tuvo una discución en plena clase? que continuó en los pasillos ? Tenemos testigos-

Lo estaba amenazando? con testigos? 6 magos a él? un pobre estudiante que nada tenía que ver con todo aquello. Evidentemente estaban buscando un culpable. Una escusa fácil. Un perejil!. Necesitaba un abogado urgente.

Ellie ni siquiera se dignó a darle otra mirada a Demian, se cruzó de brazos y se recargó sobre la pared cercana solamente esperando y manteniendo su mente lo más serena posible. No estaba nerviosa, más bien se veía hastiado por tener que estar en ese lugar, de la misma forma que había estado desde que puso un pie ahí en el ministerio de magia. Cuando vio a Reghan llegar fue que se enderezó y como si el auror tuviera alguna consideración de la cual Demian carecía, a este si le sonrió de una manera tímida, como si fuera con él y no con el ex mortifago con quién compartía un secreto.

Juro que esta vez no fue culpa mía… -Bromeo casi susurrando, para que no pensaran que no se tomaba las cosas enserio. Era solo que simplemente parecía ridículo que fuera ella quién había sido citada ahí. Sus padres y ella misma habían estado en un juicio así años atrás, tenía algo de experiencia en ellos. No habían descubierto nada a pesar de las exhaustivas visitas a su casa y la vigilancia impuesta 24 horas al día. Esta vez no sería tampoco la excepción y ella estaba confiada de eso.

Mi turno entonces. – Rodó los ojos y caminó hasta el tribunal de Wizangamot. No tenía una apariencia altiva ni mucho menos, solamente la de alguien que estaba cansada de esos procesos.

“Ellie Morgan, ¿Cuál era su relación con Barunka Jentsch y Kristján Sveinsson?” – Preguntó uno del os hombres después de las presentaciones formales. Ellie estaba sentada en medio de todos con una mirada entre tranquila y melancólica.

Son buenos conocidos, en realidad jamás pasé mucho tiempo con ellos. Barunka es amiga de varios allegados y así fue como la conocí a Kristján lo conozco de la misma forma. Tengo entendido que la primera estuvo en Hogwarts pero jamás crucé palabra con ella, el segundo no estoy muy segura de sus orígenes.

“Pero estabas en la fiesta la última noche que se les vio, hay testigos que dicen te vieron con Jentsch antes de que desapareciera, Explícalo”

Como ya dije, ambos son amigos de algunos amigos míos. Estaba en la fiesta por que unos días antes tuve problemas personales y Barunka se enteró, me pidió que fuera a la fiesta de Kristján para relajarme, no soy del tipo de personas que asiste a esos eventos. Creo que esa fue la primera vez que crucé palabras con él. De igual manera al llegar, fui a saludar a Barunka pero un idiota alcoholizado le arrojó pintura, la acompañe a cambiarse a su habitación pero ella parecía tener otras intenciones conmigo. Quiso llevarme a otro lugar pero me negué así que ella desapareció enojada. Si le preguntan a los asistentes de la fiesta corroborarán que salí de la habitación momentos después. Estaba tan abochornada por la situación que tuve que irme. Ni siquiera bebí alcohol esa noche.

“Si no hubo alcohol de por medio, sabes a qué hora sucedió eso? ¿Cómo se encontraba Jentsch?”

La hora no la se con exactitud, pero regresé a la universidad alrededor de las 12 por lo que debió suceder poco antes. Barunka estaba muy enfadada, también había bebido, si fue mucho o poco no lo sé. No conozco que tan buena resistencia tuviera al alcohol, pero se apareció muy bien después de dejarme en la habitación.

Hubo un momento de silencio en el tribunal, luego solamente unos cuchicheos. En realidad la historia de Ellie era bastante creíble, era una joven retraída, centrada en sus estudios que nunca había causado un solo problema en la sociedad mágica… sin embargo…

“Tenemos entendido que hay parientes suyos que fueron condenados por participar en las filas de quién no debe ser nombrado hace años…. ¿Ha mantenido contacto con ellos?”

La pregunta por si era estúpida, claro que solamente buscaban desubicarla. Un no rotundo querría decir que estaba preparada para esa pregunta por lo cual se diría que estaba mintiendo.

Son familiares de mi madre – Dijo al final – Muchas de esas personas quieren verme muerta por dos cosas. Primero porque no comparto su opinión sobre la casta de las sangres y segunda porque soy una mestiza, mi abuela era una veela y tampoco estoy a su altura. Por lo tanto los detesto. No habría una sola razón por la cual yo quisiera involucrarme con ellos. – Su actuación había sido buena, incluso se había notado realmente ofendida al decir esto, claro que eso era en gran parte por que si lo sentía, sentía en esos momentos un gran odio no solamente a esos parientes si no a su madre también por obligarla a estar en ese lugar.

“Muy bien, llamen al siguiente…”

Con esas palabras ella se levantó de la silla y acomodando su túnica se dirigió a la salida. No sabía si había logrado convencer a todos, pero nuevamente, no tenían una sola prueba contra ella. La única persona en el mundo que podría hundirla en verdad era Abner Burroughs y confiaba en verdad de que no lo haría.

Bruce también quiso decir que su novia podía constatar todo, que él también quería re hacer su vida luego de auqel insulto injustificado, que todo devía ser una mala broma del destino. Pero nada de eso y otras verdades se le courriweron a tiempo, y no es como si auqellos magos que lo jusgaran estuvieran esperando la palabra adecuada para excusarlo, sino todo lo contrario.

Abatido y sin entender muy bien lo que seguía se dejó arrastrar por un auror hasta quién sabe donde. Incluso al pazar por un banco casi se sentó pero entendí que seguían camino hacia lo desconocido y en un rápido movimiento se puso a la par del auror hasta entrar en el ascensor para que los hechizos de sujeción no hicieran mella en él. - un patronus?... - repitió desorientado, con los hombros deprimidos y exhalando el respirar...- a mi padre: Dr. Richard Mayer

No tenía más que decir. Ya no era menor de edad, y aunque en otra circunstancia recurrir a su padre le hubiera dado vergüenza, en ese momento aquello le tenía sin cuidado. Miraba el suelo del cubículo, sus zapatos y los del auror nada más, cuando algún otro agente entró al ascensor y lanzó palabras que al nada tener que ver con Bruces poco llamaron su atención. Aunque...

dos segundo después entendió - ASKABAN!? Iré a ASKABAN!? pero si yo no he hecho nada!!! - Gritó como niño, como un loco nuevo, hasta que tropezó con sus propios cordones y cayó de culo al suelo del cubículo. Ahí pensaba quedarse hasta que el recorrido en ascensor terminase... y si era posible un poco más también. Ser un prófugo tampoco tenía mayores sentidos.... Así que llegados al hall descendió u arrastró los pies hasta la desaparición.

Había salido bien librada del juicio, en realidad no había razones para que las personas de wizengamot dudaran de ella, no al menos como con Bruce que si conocía bien a Kristján y que incluso había tenido un altercado con él hacia cuestión de meses. ¿Qué sucedía con ella? Holland la había elegido específicamente por algo al momento de reclutarla, el imperius hacia realmente su trabajo pues en cualquier otra circunstancia ella jamás habría siquiera pensado en dañar a Barunka o al Islandés, si bien era verdad que no los conocía bien, apreciaba a personas que los querían como a nada y verlos sufrir era lo peor que podía existirle.

Ellie salió con la frente en alto del tribunal de Wizengamot, tranquila como si en verdad no tuviera nada que ocultar, incluso se tomó el tiempo para saludar a una vieja amiga de la familia que había sido llamada para declarar también, no era una ex mortifaga como muchos de los ahí presentes, solo una vieja compañera de casa de algunos y veterana de Slytherin. La plática fue cordial y sin ningún objetivo más que el de añoranza, mientras tanto Ellie buscaba a Holland con la mirada, solo para saber que todo había terminado bien también, aun que no verlo encadenado como a Bruce había sido una buena señal. Ahora, sobre Bruce, Ellie creyó que era una buena idea avisarle a Alfred, así que antes de continuar su camino le mandó un patronus al mayor de los Mayer diciéndole rápidamente de lo acontecido.

Al final terminó frente a las puertas del ascensor esperando a que este llegara, las piernas ya estaban temblándole por tener que soportar la carga de la culpa y las mentiras por tanto tiempo. Justamente cuando sentía que no podía más, el ascensor se abrió y se encontró frente a frente con Abner ante su mirada de sorpresa.

¿Qué hacía ahí? ¿Iba a acusarla? Por alguna razón su mente pensó que lo último que hacia ahí era para ver si ella estaba bien, se moría por preguntarle como estaba, ¿Cómo estaba Bastian? ¿La extrañaba? Pero no lo hizo…. Apretó los puños con fuerza y entro en el ascensor sin decir una palabra, luego presionó el botón del ascensor que iba hacia la entrada del ministerio.

¿A qué departamento vas? – Preguntó secamente sin mirarlo a los ojos, tal vez iba hacia cooperación mágica, tal vez iba a otro lado. A saber. El punto era que hablara de una vez.

Ellie permaneció en silencio después de aquella pregunta, estar frente a Abner no era igual que estar frente a Wizengamot, no sentía que tuviera que fingir frente a él, pero lo hacía. La respuesta que obtuvo de su parte si la descolocó, se mordió el labio inferior y suspiró profundamente tratando de traer la calma a su interior.

¿Es necesario? No creo que sea lo más correcto que hablemos en este lugar. – No, no se refería precisamente al elevador, se refería al ministerio de magia en general. No podía decirle muchas cosas a Abner, como por ejemplo lo que había hecho o quién se lo había mandado o el poder que Holland tenía sobre ella. No era igual que hacía años.

Ellie se acerco a él, no lo pensó en realidad pero quería verlo a los ojos. Quería darle una tranquilidad que tal vez no existía. No quería verlo martirizarse por lo que pasaba, pero Abner no era un estúpido para creer así nada más las mentiras y ella no iba a retar su inteligencia tratando de que fuera así.

No. Te dije que había sido solamente una vez. Ni siquiera me interesa dirigirle la palabra. – No era mentira esto último, al menos no por algo que no implicara un tapujo social que pudiera ayudarle. Ellie tomó a Abner de la túnica para que se girara a verla y luego acarició sus labios con el pulgar.

¿Sabes que no quiero que salgas lastimado en todo esto, verdad? - Eso era verdad, no quería lastimarlo, ni a él, ni a Frances, ni tampoco a Gene. Barunka solamente era un escalón y no había pensado en las implicaciones con los Burroughs que tendría y aun si lo hubiese hecho, nada habría podido evitar que hiciera lo que hizo.

Si, tenía razón.  Ellie se había hecho a un lado para evitar enfrentar lo que podría ser el sufrimiento de la familia de Abner (y la suya también por conexión) pero no era igual ni siquiera en un solo detalle a lo que había pasado hacia 6 años.  Esta vez le dolía, había un sentimiento de desesperación en ella a cada momento y no sabía ni siquiera por qué.  Había dejado su casa y había dejado a Bastian, los había dejado a ambos precisamente porque no quería que se vieran involucrados en nada, en absolutamente nada de ello.  

Si era muy tarde, Ellie apretó los labios con fuerza y lo siguió sin responder nada. No habría logrado nada tratando de escapar de ahí, se mordió el interior de la mejilla para no soltar ningún comentario hasta que estuvieron dentro del a oficina de Abner, ahí si se soltó y luego se abrazó a si misma solamente observando el lugar mientras él ponía aquellos hechizos de protección.  Nunca había estado ahí, dio un respingo cargando con las palabras de Abner sobre ella.

¿Cómo eres exactamente mi tapadera? No sabes nada Abner, no puedes encubrir nada si no lo sabes y no estás ahí. – Le respondió tratando de sonar tranquila, no lo estaba, en ninguna forma. – Eres un recurso, en efecto, por eso no quiero que estés cerca de mí, no quiero que te utilicen, por que se que podrían hacerlo.

No estaba diciéndole nada en realidad. No podía aun que quisiera, sus labios estaban sellados y detestaba esa impotencia.

¿Crees en verdad que no siento nada? ¿Te ha ayudado esa mentira a sentirte mejor? ¿Así me puedes odiar más fácil? – Tenía una sonrisa sarcástica en los labios, se acercó a él con los brazos cruzados.

Sabes la respuesta a esa pregunta. ¿Por qué? No puedo decírtelo. ¿Qué sucede con ellos? Tampoco.  No eres un idiota Abner, la culpa la tengo yo por no salir a tiempo de todo esto.  Debí aceptar estar contigo cuando tuve la oportunidad. Ahora todo se fue al demonio….  Díselo…  a Gene, al departamento de seguridad.  No voy a pedirte esta vez que guardes el secreto Abner, no tienes ninguna obligación conmigo.

Y en realidad quería que terminara todo eso.  Su voz salía fuerte y segura, por dentro tenía mucho miedo.

¿Qué la conocía? No, en verdad Abner no la conocía, Abner no sabía ver más allá del enojo y los celos que en esos momentos nublaban su mente, de haber sido así habrían visto que detrás del férreo semblante de Ellie su mirada reflejaba terror, sus ojos gritaban en silencio por ayuda, por querer escapar de esa prisión donde la tenían encerrada. Ella se llevó una mano a la cabeza tratando de negar también una y otra vez mientras sus voces volvían a encontrarse como lo hacían tras cada pelea, siempre uno tratando de superar al otro. No esperaba el hechizo que fue conjurado inmediatamente después, eso sí era una sorpresa.

Escuchó el hechizo y se giró justo para sentir como la soga salía apresándole con fuerza el cuello, cayó hacia atrás en un sonido hueco y como acto involuntario tomó las cuerdas con sus manos tratando de conseguir respirar de manera desesperada.

No ……puedo…….

Cerró los ojos y con una de sus manos buscó desesperadamente la varita entre sus ropas. Pero no podía, las extremidades se le entumecían, ni siquiera podía pensar coherentemente por la respiración y la falta de aire en sus pulmones. Terminó dejando de luchar en el suelo.

Stockell….. –Dijo en el tono de voz más audible que tenía. – En una bodega…….. está protegida con magia.

Y ella también pensaba que ahí iba terminar todo, había cerrado los ojos resignada con que ese sería el final, que él iba a dejarla morir y sentía que tal vez eso era lo mejor.  Luego ya no estaba pensando, su mirada se nubló unos segundos antes de sentir que la soga se aflojaba de su cuello y el aire inundaba de pronto sus pulmones haciéndola toser una y otra vez.  Sus ojos se habían puesto rojos por la presión y luego por las lágrimas que estaban reuniéndose en su interior.

No lo sé… - Se puso de pie con la respiración agitada, en su cuello aun podía sentir la piel arder donde la soga había apretado momentos antes, un puñado de puntos rojizos se apoderaron de la blancura del mismo una vez que el hechizo desapareció. –Y nunca lo vas a entender por qué ni siquiera yo lo sé…  no sé por qué hago esto.

Pero él no iba a escucharla, nunca más. Se mordió el labio inferior para evitar que temblara por el enojo y la impotencia que la estaba deteniendo en esos momentos de huir. Aun con todo y la amenaza no podía dejar las cosas así.

Perdóname… - Pero antes de que algo más sucediera, desenfundó su varita apuntando a Abner y fue en un rápido hechizo que lanzó un obliviate hacia él. Fue una estela de luz que le dio directamente y ella permaneció unos segundos con la mano temblando frente a él.  Lo había hecho, había borrado no solamente la información que le había dado, el hechizo o incluso las últimas palabras que le dijo. Lo había borrado todo, absolutamente todos los recuerdos desde que él había aparecido en la puerta de su casa meses atrás.  Era lo mejor.

Bajó la varita después de volver en si y se dirigió rápidamente hacia el escritorio de Abner, ahí donde tenía las plumas y los papiros.  Tenía poco tiempo antes de que volviera en si así que en un pedazo de pergamino puso un rápido recado y lo guardó entre los papeles.

Siempre voy a amarte, solo a ti… - Susurró al Abner que aun estaba cegado por las luces del obliviate y salió de la oficina lo más rápido que pudo echando abajo los encantamientos que el mismo Abner había puesto.  Estaba segura que no volvería a verlo y una parte de su corazón estaba destrozado al saberlo.  


*Nota:

"Encontrarás a Barunka y Kristján en una bodega oculta con magia en Stockell. No son los únicos y no estarán solos... No mueras, por favor."