a la hoguera!

- por menos de esto...- le arrojó un libro al pecho riendo -  mataban a la gente....- tiempo pasado e Inglaterra siempre había sido un páramo especial, pero aun así estaban en "guerra fría" significase lo que significase eso y que el comunismo era el peor de los males que hubiera azotado a la tierra, se escuchaba desde antes de que ellos hubiera nacido, mundo bipolar... Para colmo Yuri ruso! Ellos eran magos e iban a empezar a tener que luchar por sus propios problemas raciales, pero el comunismo era el tema candente en el resto del mundo, aunque uno solo fuera a un pub muggle a tomar una pinta, desde terminada la segunda guerra mundial.

Jessy sabía que El capital era de Yuri porque ya lo había estado observando leyendo esas cosas, hablando de esas cosas. A ella en su ingenuidad despreocupada le hacía gracia festiva tener un compañero tan cercano maldito judio comunista ruso, todos los clisé como decían los films americanos. No se tomaba nada de eso con seriedad, por ignorancia política, porque su carácter era liviano de costumbre y porque mejor pasar de todo, con la frente en alto, los brazos cruzados sobre el pecho, haciéndose la linda en faldas escolares y pensando en fiestas de alcohol como digna reina rubia de 15 años.

- Marie - la odiosa prefecta perfecta- estuvo ordenando la sala común y había cosas tuyas tiradas por todos lados... Te hice un favor, sino iba al cesto de basura. Ahora agradéceme. Y se rió, antes de extenderle una grageas de todos los sabores.

Sucedía que Jessy por más rubia que fuera, estaba atenta a todo lo que pasa al rededor, por eso sabía que el libro era de él y demás cosas... Y... tenía una familia muy particular donde su asquerosamente rico padre se jactaba de curiosear el mundo muggle como el propio, atestando el hogar familiar con juguetes de todo tipo. Hasta ahora el teléfono y el proyector donde ver películas eran lo mejor, pero el cubo rubik tenía fascinada a media familia también, Por otro lado una hermana suya se había largado de la magia para hacerse abogada en el Londres muggles y por otro ella misma desde hacía un año se escapaba de Hogwarts para ir a vagabundear por los bajos... pero esa era otra historia de borracheras punks y malas compañías que por suerte aun no eran vicio, pero estaban a punto de traspasar la linea... una linea blanca y polvorienta que se aspiraba con libras esterlinas.

Negó y se mordió el labio como si desestimara su tonta lucha de clases pero a la vez se dejó caer en el sillón a su lado, porque si le gustaba escucharlo hablar de esas cosas y mientras él caía en la trampa de llevarse una grajea a la boca, ella se descostillaba de la risa, dejando en claro que las compraba para eso mismo que acababa de suceder. Ella no comía ni eso ni casi nada últimamente. Menos dulces, porque el azúcar engordaba horrible. - Claro que puedo creerlo... pero justamente ese es el truco de estos dulces.... los niños mantiene la esperanza, de algún día, alguna vez, les tocará un sabor magnífico... y por tal siguen comprándolas, una y otra vez, y así el negocio nunca se agota - puro capitalismo - igual las ranas! millones de cromos diversos, siempre hay alguno imposible de conseguir... y cuando el mercado casi se agota, lanzan una edición especial, por tiempo limitadísimo! - Idem! marketing y estrategias de venta a lo mágico, claro! Y no lo decía por darse aires de politiquería barata conocedora de las leyes de oferta y demanda. De hecho si alguien le decía que eso era política, se le reiría...

Como fuera, se puso de lado como para mirarlo bien a la cara y quitarle el libro que antes le había entregado - y de que se trata esto?... si es muy aburrido ni me digas... mejor invítame a la fiesta que habrá mañana en la sala de menesteres. - Él era de séptimo seguro que sabía cual era la contraseña para entrar ahí. Y si no sabía pues...

- Claro! - por eso no las comía y mil motivos más. pero sobre todo una verdad... - las compro solo para ver a la gente escupir... Tu lo haces bien cochino! - Sumó recordando su actitud y mirando de reojo el tarro de basura que había sido víctima de su saliva. Se sentía muy bien echarse unas risas simplonas de vez en cuando. Pero eso Jessy siempre terminaba prefiriendo su sala común a cualquier otro lugar, las serpientes eran detestables, ahora más que nunca aunque ella los odiaba desde antes de nacer, los hufflepuff insufribles tontos bonachones, los ravenclaw... bueno, eran los chicos más guapos pero estaban mal de la cabeza, nunca se sabía con qué iban a salir.

Bajó la vista como interesadísima, en lo dura que podía ser la vida dentro de esas páginas porque sentía que él la estaba mirando y hasta se dio el lujo de tironear un poco del libraco para no hacerle nada tan fácil, tentar la suerte de tenerlo un poco más cerca, un poco más lejos, dejarlo ganar al final y con suavidad deslizar sus dedos desde el volumen su pierna, para luego llevársela al cabello, a acomodarse un mechón cualquiera y terminar alzando los ojos para mirarlo con descaro cuando Yuri pedía razones. - chiquilla? - se rió y miró al rededor, a ver cuanta gente había por ahí, a ver cuan descarada podía volverse con tal de coquetearle al ruso.

- no sé si quiero acompañarte... no te lo has ganado... solo la contraseña.... luego nos vemos ahí y si te aplicas puedo hacerte un rato de compañía... - Se negaba a ir con él? De palabras no más, por dentro no podía creérselo que él hubiera propuesto aquello. Aunque, al fin y al cabo ella era la rubia hermosa, sin necesidad de sangre de veela, el era un ruso cualquiera, un jugador de quidditch más, quizá el más guapo pero... YA!

Sabiendo que no había nadie importante rondando, como la jefa de casa o Marie misma, se tomó todos los atrevimientos que le eran costumbre, porque Jessy ya tenía su fama y si hasta había estado con Jude y toda la sala común lo sabía, y se apoyó en un hombro de él para sentarse sobre sus piernas, falda corta incluida no importaba - Cuántas razones necesitas..? - le dijo mirándolo a los ojos, con una mano en cada hombro de él. Aunque qué tipo de razones era más adecuado al caso.

No, claro que No. Jessy no tenía novio, ni nada que se le pareciera, (si un mellizo gryffindor que por suerte no estaba por ahí), siquiera podía soportar la idea de que alguien le pusiera límites y controles a su vida, aunque fuera a ganancia de un noviazgo de cuento. Además la rubia cargaba con un carácter espantoso que alejaba a medio mundo y se sabía encaprichada en secreto con un muchacho que no había forma de que la viera como otra cosa más que una gran amiga para follar a veces. Y para Jessy, que todo era o blanco o negro, o él o nadie.

Ahora, a lo que diversiones se refería, muchos chicos, quizá demasiados para tener 15 años. Pero para los jugadores de quidditch guardaba un lugar especial. Su odio a aquel deporte era inversamente proporcional a su adoración por los jugadores: los aires competitivos, los rostros ganadores, el físico increíble, la fuerza que tenían, sus espaldas en comparación a su cuerpo minúsculo... sobretodo los brazos de golpeadores, así como Yuri. Y si él jugaba con la tela de su falda, pues ella estaba entretenida "arreglándole" el cuello de la camisa.

Entonces... por lo que decía él quería ir a la fiesta con ella, eso le desbastaba el plan de tener que convencerlo... Pues mejor! menos trabajo! Y más hacerse la digna, si! aunque estuviera sentada sobre sus piernas, eso no garantizaba nada. - Sería muy fácil seducirte...- y llevó dos dedos a la corbata gryffindor aflojando el nudo - ... requerimientos: para empezar, ni se te ocurra ir a la fiesta oliendo a entrenamiento, eso ya es un buen punto.... ni a poción asquerosa... dos: hablas demasiado sobre comunismo, eres aburrido...- mentira, le encantaba escuchar esas cosas aunque al final se sentía un poco tonta. - tres... - le pasó una mano por la mejilla, el mentón y hasta el otro lado inspeccionando, pero terminó dando el visto bueno . - afeitado: mejor.. Besar a chicos con barba era un bajón! por más pubers que casi fueran. Luego quedaba la propia piel toda picosa y había que usar mil pociones.

- crees que puedas con algo de eso o fue mucho para ti?

Quiso sostenerle indefinidamente la mirada. Oh si, claro! esas condiciones mínimas debía reunir o no había más que hablar. No porque le acomodara el cabello bonito iba a repensar las exigencias, aunque el gesto le hizo pestañear suave por puro instinto. Pero se recompuso en su actuación inventada para el momento, en cuanto la llamó malcriada.- Por supuesto, siempre se hace lo que yo quiero...- ya le gustaría a Jessy que fuera así, aunque la realidad estaba un poco lejos de eso. Si bien no podía quejarse de su suerte, había mucha semiveela con dotes encantadores y mejor carácter que dominaban el colegio.

Como si aquello fuera una conversación realmente seria, Jessy entrecerró los ojos para atender a su petitorio. Abrió la boca indignada por el primer punto en cuestión (pero lo dejaría terminar de hablar), levantó un pulgar a lo del cabello pues eso no era problema y se quedó muda por la última cosa. Si hubieran estado a  más distancia podría haberse hecho la inalcanzable de inmediato, mirado hacia otro lado y completado un "ni en tu sueños". Pero estaba sentada sobre sus piernas, mirándolo a los ojos y lo imposible era contener las ganas de besarlo de inmediato. Para qué esperar a la fiesta?

- ...ahora no llevo labial - Bajó la mirada a sus labios y se inclinó muy de a poco para besarlo ella misma. Algo de miedo al rechazo la hizo arrepentirse a último momento. Qué tal si todo era una broma?  En vez de a su boca se posó en su oído, sonriendo esquiva y le susurró - debemos buscar alcohol para mañana, cocinas o escapada a Hosmeade? - No podían caer con las manos vacías, era de mala educación. Y Jessy necesitaba una buena escusa para bajarse de las piernas de Yuri y no terminar mandando a la mierda todo respeto por la sala común.