Regalitos tardíos

No era que anduviera de mandadera de Kraul ni nada parecido, era solo que a ese fulano tarado no le confiaba ni que cuidara de una piedra encontrada en el bosque.

Se había enterado del bautizo de la última cría de Frances y Tobias Alechinsky, y no es que fueran los mejores amigos pero cosas se habían vivido y demás. Sin contar que como miembro del comité estudiantil debería tener las mejores relaciones sociales con los demás. (Les gustara o no)

Una noche antes, Fausto le había mencionado que tenía un par de regalos para la pequeña, mostrándole toda una gama de regalos desde lo más extraño a lo más horripilante, entre ellos un horroroso traje de elfo para Halloween que Marie se opuso enteramente.
Al final él se quedó haciendo muecas de disgusto y quedaron que visitarían a los Alechinsky al siguiente dia para ella entregarle un presentito y el sus cosas detestables.
Frances Alechinsky



Sin embargo cuando la cita llegó (si es que se podía llamar cita a algo creado por ese par) Marie lo esperaba en una de las chimeneas del Caldero Chorreante que se activaría en la casa de Frances y Tobias (avisándoles previamente tal cual era la chica Gohile, una persona llena de formalidades y cosas así).

Lo que no esperaba era el mensaje urgente que le envió Fausto alegando que tuvo un asunto con sus prácticas en el Ministerio y que definitivamente no iba a asistir pero que enviaba los regalos para Frances y mil besos para todos.
Frunció el ceño al momento en que lanzaba los polvos Flu a la chimenea aun refunfuñando, ahí Kraul era mas amigo de Frances que ella misma, iba a matarlo, eran por esas cosas que no salían ni eran novios ni nada asi.
Miro su regalo, había comprado un conjunto bastante precioso para la niña y esperaba que le quedase, miro el regalo de Fausto, un traje de banana. Si, de banana.

-Van a correrme al ver esto dios mío… -rodo los ojos antes de entrar a la chimenea.
Viaje corto afortunadamente, y agradeció a los soles que no fuera un viaje en escoba porque le temía a las alturas. Llego pronto sacudiéndose despacio las cenizas, solo esperaba que Tobias no estuviera paranoico y la confundiera con Sandie Gohile y la matara.
-…Hola? -



regalo ridiculo de Fausto

Regalito de Marie

ropita de la ocasion

Ser gemela de alguien era una ventaja y una desventaja en toda la extensión de la palabra. Cuando eran niñas estaba la ventaja de que en algunas cosas eran buenas y en otras malas, asi que algunas veces intercambiaban uniformes y entraban a presentar en clases distintas, sacando las mejores puntuaciones.
Le desventaja era tener una gemela malvada. Y muchas veces Sandie en Howgarts solía imitar a Marie y con ello burlarse, torturar y molestar a personas logrando que Marie solo fuera mal vista por culpa de su gemela.

Por ello estaba acostumbrada a que tras la guerra y las horribles cosas que su contraparte Slytherin había logrado, las personas aún se sintieran incomodas a su lado.
Así que crayones hacia su persona no era lo peor que le había pasado
Giro la cara solo un momento para esquivar un crayón morado y solo sonrió tímidamente, maldijo a Fausto en su cabeza por haberla plantado y no llegar a tiempo, al menos ahí Frances no se hubiera sentido tan incómoda y asustado a su criatura.

-Está bien… la última vez que aparecí así por una chimenea fue una pasta bolognesa. Un crayón no está nada mal… -
Suspiro, tampoco veía ahí a Tobias, asi que podía sentir el mismo pánico de Frances en el momento, siempre creyó que en Howgarts no le caía nada bien a Frances, y no estaba de mas, ella siempre estaba enfrascada en estudios y en ser prefecta y Frances bueno… había otras prioridades para ella.

-El tonto de Kraul… al parecer esta vez sí se pasó de tonto y, resulto que tenía una cosa mas por hacer, probablemente llegara más tarde, a mí me dejo plantada el sinvergüenza en las chimeneas. Pero te envió esto… -Le extendió el ridículo regalo de el disfraz de banana con mucha timidez.
Esperaba no creyera que entre los dos habían comprado aquella horrible cosita. Y pensar que su nena era tan bonita. Ella por su parte había comprado un conjuntito bastante mono y un juguetito mágico, una muñequita bailarina que servía como mordedura, desprendía un suave olorcito a chocolate. Marie se consideraba buena con los niños, le parecían graciosos y bonitos, pero tal vez esa pequeña por ser hija de Frances y Tobias tal vez también la miraría feo y hasta la atacara. Se sintió mal por un momento de pensar eso.

-Ah… No, no somos pareja, bueno… francamente no se que somos ese desvergonzado y yo. –Sonrio suavemente, lo cierto era que había historia entre esos dos, peleas que siempre terminaban en la cama, ella siempre diciendo que no quería volver a verlo y el robándole besos. Tonterias.
–La verdad decidí acompañarlo por si decía alguna desfachatez frente a tu nena y asi te ayudaba a esconder el cuerpo… -bromeo negando con la cabeza y le extendió también su presente. –Espero no haber incomodado… Esto es para tu nena, Aimeé ¿se llama cierto? Es muy bonita… Hola Aimeé… -

Y con suerte no le aventaba ella otro crayoncito