confesiones y ....

Ni siquiera la había escuchado, ni mucho menos. Supo que estaba siguiéndola por el sonido de sus pasos pero no se molestó en voltear a verla. ¿Por qué simplemente no la dejaba en paz? ¿No que iba en busca de las termas? No estaban en esa dirección. De cualquier forma estaba resuelta a no dirigirle la palabra más, porque estaba harta, molesta y odiándola y lo mejor era dejar las cosas así.

Cuando escuchó ese deshonesto “lo siento”, abrió y cerró los puños tratando de ejercer un poco de autocontrol. En su cabeza sucedían escenas jocosas, como ella girándose para empujar a Jessy y hacerla caer de bruces en el terreno, ella girándose para insertarle todo el puño de hierro en la cara –no sería la primera vez- o ella girándose para rebanarle el cuello de un diffindo. Pero era madre ahora, no podía andar por la vida haciendo esas cosas, no quería otro problema con otro Andrei por culpa de esa idiota.

Así que sólo se giró para lanzarle una mirada fulminante cuando le preguntaba si quería un cigarrillo. Se le antojaba pero desde que había fumado con James no lo había vuelto a hacer, y no lo haría con esa ingrata.

-¿No te ibas a ir a las termas? Quedan del otro lado, largo. No quiero tenerte cerca.

¿Era eso tan difícil de entender? Siguió su camino sin hacer ni el más mínimo intento por ser amable con Jessy, porque ¿no lo había sido ya lo suficiente? Se guió por lo que alcanzaba a ver de los edificios de la universidad. Estúpido estudio en las grutas, no lo volvería a hacer en la vida.