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A ver, china
2 participantes
Brigantia86 :: Mundo Muggle :: Gran Bretaña :: Londres
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A ver, china
No quería que el regreso de Sarah Walsh significara nada para él. Su historia era bastante complicada. Nunca habían sido novios oficiales, por ejemplo, pero Kristján le había dedicado su tiempo en exclusividad cuando había estado con ella, no había visto a otras chicas. A pesar de eso no había sido un romance cómodo e idílico, sino todo lo contrario. Después de la boda de Frances todo había ido mal, su viaje con las drogas había empezado sus peores momentos, lo mismo que su adicción al alcohol. Kristján, después de la guerra, se había convertido en un yonqui insoportable que descargaba todas sus frustraciones en Sarah pero al mismo tiempo no habían podido dejarse y habían vivido una relación destructiva en donde ella había salido peor parada que él. Luego había conocido a Whitney, la rehabilitación y todo lo demás, pero Sarah ya se había ido y Kristján sabía que tenía parte de culpa, a menos que ese pensamiento fuera solo algo narcisista e irreal y Sarah solo se hubiera ido por sus huevos.
Egoístamente pensaba que en esos momentos de su vida ya tenía bastante y que estaba lo suficientemente enredado como para que además llegara Sarah a pedirle que tomaran el té en su departamentito nuevo. Kristján no quería tomar el té y tampoco quería verla, pero Sarah le había dicho que necesitaba un favor y al final se había sentido culpable de todo, por lo que aceptó.
A diferencia de cuando le decía a Jessy cada movimiento suyo (aunque fueran verdades a medias, claro estaba) en esa ocasión no le dijo dónde estaría ni con quien, pensaba que era mejor así. Fue hasta Hackney preguntándose por qué Sarah habría escogido un lugar para ese para vivir y por qué mejor no se iba a los dormitorios de la universidad si ya había vuelto a ella, alguien le había dicho ese dato. Los dormitorios de la universidad eran bastante decentes a comparación de lo que podría estar teniendo ahí, a menos que se hubiera vuelto millonaria en China. Ya se lo diría.
No necesitó esperar a que le abrieran la puerta del edificio, estaba vieja, abierta e inútil. La seguridad del edificio dejaba mucho que desear pero para él estaba bien. Subió los escalones hasta el departamento y tocó la puerta. Estaba algo nervioso pero también ansioso por irse y que eso terminara de una vez. Se preguntaba cuánto habría cambiado Sarah en ese tiempo.-Ábreme, soy yo.-Pidió con impaciencia mientras volvía a golpear la puerta con el puño.
Egoístamente pensaba que en esos momentos de su vida ya tenía bastante y que estaba lo suficientemente enredado como para que además llegara Sarah a pedirle que tomaran el té en su departamentito nuevo. Kristján no quería tomar el té y tampoco quería verla, pero Sarah le había dicho que necesitaba un favor y al final se había sentido culpable de todo, por lo que aceptó.
A diferencia de cuando le decía a Jessy cada movimiento suyo (aunque fueran verdades a medias, claro estaba) en esa ocasión no le dijo dónde estaría ni con quien, pensaba que era mejor así. Fue hasta Hackney preguntándose por qué Sarah habría escogido un lugar para ese para vivir y por qué mejor no se iba a los dormitorios de la universidad si ya había vuelto a ella, alguien le había dicho ese dato. Los dormitorios de la universidad eran bastante decentes a comparación de lo que podría estar teniendo ahí, a menos que se hubiera vuelto millonaria en China. Ya se lo diría.
No necesitó esperar a que le abrieran la puerta del edificio, estaba vieja, abierta e inútil. La seguridad del edificio dejaba mucho que desear pero para él estaba bien. Subió los escalones hasta el departamento y tocó la puerta. Estaba algo nervioso pero también ansioso por irse y que eso terminara de una vez. Se preguntaba cuánto habría cambiado Sarah en ese tiempo.-Ábreme, soy yo.-Pidió con impaciencia mientras volvía a golpear la puerta con el puño.
Kristján Sveinsson- Mensajes : 249
Fecha de inscripción : 19/11/2014
Re: A ver, china
Tampoco quería que regresar a Inglaterra y ver a Kristján Sveinsson significara algo para ella. Ninguno de los dos lo había pasado bien en el tiempo en que estuvieron juntos, en esa ambigüedad de nunca ser su novia (que hasta cierto punto también le bajó la moral hasta el suelo) y en esa manera particular que habían tenido de decirse las peores cosas en los momentos menos indicados, realmente cualquiera con dos dedos de frente no volvería a tener siquiera nostalgia por eso. Michael, su hermano mayor, decididamente odiaba a Sveinsson con todas sus palabras diciendo que si se lo encontrara como mínimo le rompería la nariz. Sarah lo pensó así durante mucho tiempo, pero había un factor importante que le tenia qué hacer reconciliarse con su pasado. Escuchó la puerta casi en el mismo momento en que el agua hervía.
Su apartamento era miserable, pero se estaba esforzando por dejarlo bonito y no preocuparse cuando los skinheads racistas le decían por la calle que se fuera de regreso a China a preparar su chow-mein. Le abrió la puerta para verlo, tres años después. Le hubiera gustado sonreírle, pero al menos no le puso cara de fastidio. Le dio una escueta bienvenida y lo hizo pasar, sintiendo lo mismo que sentía las primeras veces que lo veía saliendo de Hogwarts, una estúpida emoción adolescente que ya no tenía nada que ver con el enamoramiento. Se habían quedado demasiados hechos mierda como para siquiera pensarlo. No lo miró a detalle, apresurándose a poner el agua caliente en las hojas de té verde dispuestas en la pequeñísima mesa de segunda mano.
Jinjing estaba ahí, por supuesto. Hablaba sola, bajito, llenaba de colores un cuaderno donde no paraba de dibujar, ocupada en sus asuntos, levantando apenas la vista con el invitado.
-Jinjing, desde ahora sólo hablamos inglés ¿Entendido?- le dijo a la niña que asintió mientras le ponía cara a varios soles en un cielo rayoneado de azul. Se sentó frente a Kristján y lo miró a detalle entonces; esta vez sí pudo sonreír, apenas visible, pero él sabía que eso en ella era ya mucho decir -Me alegra ver que no estás hecho mierda. De verdad- le dijo antes de bajar la vista, dándose cuenta de lo difícil que se presentaba esa conversación, mucho más de lo que había visualizado -Mira, estoy cansada de odiarte. La cosa es que podría simplemente fingir que no existes, pero eso es un poco imposible ahora… no te preocupes, no te traje aquí para confesarte mi amor, los tiempos de creer que eras mi alma gemela por que los dos crecimos en una choza ya pasaron- no pudo evitar aguantarse una risa con eso último. Siempre habían tenido una afinidad que no tenía que ver con carácter, quizás ni siquiera con animal atracción física. Se entendían a un nivel profundo y raro, y por alguna razón sospechaba que esa clase de vínculos no eran fáciles de romper.
Sarah Walsh- Mensajes : 35
Fecha de inscripción : 25/01/2015
Re: A ver, china
No esperaba la mejor de las bienvenidas y de hecho era mucho mejor así para él, así era más sencillo y no comenzaba a hacerse ideas raras de que Sarah lo había citado ahí llevada por una romántica y loca nostalgia romántica, esperando tirarse en sus brazos. Había sido de las bienvenidas más normales que le habían dado nunca pero de todos modos no había esperado besos y abrazos luego de todo lo que había pasado. Él sí la miró a detalle, estaba muy cambiada, ya no parecía una niña como antes, estaba guapísima pero tenía algo diferente y cuando reparó en la criatura que coloreaba supo por qué. Kristján no le prestó mucha atención porque no era fanático de los niños, aunque sí le pareció raro que Sarah se hubiera ido a China a traer gente nueva al mundo. No notó que no era tan china como la misma Sarah, por lo que no se hizo ideas raras de alguna aventura con algún vikingo, porque solo le había echado un vistazo rápido.
-La rehabilitación me sirvió mucho. Lástima que te fuiste antes de que completara el siglo, habría enmendado las cosas.-Era una mierda que le dijera eso porque no habría enmendado nada, no habría sido capaz aunque Sarah hubiera estado ahí. Se había concentrado demasiado en liberarse de sus demonios volcando todo en Whitney, pensando que la vida sería más positiva si se enfocaba en gente lejos de su círculo. Habría dejado a Sarah fuera, esa era la verdad, pero como ella no lo sabía, Kristján podía mentirle.
También sonrió por la referencia a que los dos habían crecido en ambientes poco favorecidos, aunque a él le gustaba pensar que había sido más que eso lo que los había unido en primer lugar. Seguía siendo una chica sencilla, se notaba en su apartamento.
-¿Por qué es imposible? No me malentiendas, me alegra que hayas decidido dejar de odiarme y también que no finjas que existo.-Le dijo mientras se sentaba en el borde de la cama, más cerca de la niña que seguía coloreando sin ponerle a él mucha atención. Para dejar de ver a Sarah, más por estrategia que por sentirse enloquecer, empezó a mirar los dibujos en los que la niña se volcaba con tanta atención.-¿Y esta es tuya?-La niña, claro estaba. Se parecían mucho entre ellas pero a la vez no.
-La rehabilitación me sirvió mucho. Lástima que te fuiste antes de que completara el siglo, habría enmendado las cosas.-Era una mierda que le dijera eso porque no habría enmendado nada, no habría sido capaz aunque Sarah hubiera estado ahí. Se había concentrado demasiado en liberarse de sus demonios volcando todo en Whitney, pensando que la vida sería más positiva si se enfocaba en gente lejos de su círculo. Habría dejado a Sarah fuera, esa era la verdad, pero como ella no lo sabía, Kristján podía mentirle.
También sonrió por la referencia a que los dos habían crecido en ambientes poco favorecidos, aunque a él le gustaba pensar que había sido más que eso lo que los había unido en primer lugar. Seguía siendo una chica sencilla, se notaba en su apartamento.
-¿Por qué es imposible? No me malentiendas, me alegra que hayas decidido dejar de odiarme y también que no finjas que existo.-Le dijo mientras se sentaba en el borde de la cama, más cerca de la niña que seguía coloreando sin ponerle a él mucha atención. Para dejar de ver a Sarah, más por estrategia que por sentirse enloquecer, empezó a mirar los dibujos en los que la niña se volcaba con tanta atención.-¿Y esta es tuya?-La niña, claro estaba. Se parecían mucho entre ellas pero a la vez no.
Kristján Sveinsson- Mensajes : 249
Fecha de inscripción : 19/11/2014
Re: A ver, china
Ladeó la cabeza con incredulidad cuando le decía eso de que se hubiera enmendado. De haber querido, al menos le hubiera escrito una lechuza para cumplir con el quinto paso de su rehabilitación y pedirle perdón por que estaba segura que se lo merecía. No se creía media palabra de sus buenas intenciones, pero tampoco estaba ahí para ponerse a la defensiva y pelear, se había jurado que no lo haría, aunque estar en paz con el pasado en teoría no se parecía en nada a tenerlo enfrente y no querer soltar recriminaciones. Mientras se sentaba en el borde de la cama se pasó instintivamente los dedos por el antebrazo izquierdo, el que como le había jurado a gritos, se había abierto para desangrarse si acaso ponía un pie afuera del cuchitril donde solían pasar el tiempo. Por supuesto, se había ido, aún después de verla auto-herirse como una psicópata. Estaban muy, muy mal.
-No, la encontré en un repollo y la traje a casa- le respondió con ironía, mirando también a Jinjing, que levantaba la vista de pronto hacia Kristján y le sonreía un instante. Su hija tenía buen carácter, aunque Sarah sentía que quizás era demasiado estricta y jamás la mimaba en exceso o le compraba cosas que no necesitara estrictamente. Así la habían educado, y había estado bien, sobreviviría. -Kristján, es imposible por que ella está empezando a hacer preguntas, y no estoy dispuesta a mentirle-
No quería tener una adolescente descarrilada descubriendo la identidad de su padre biológico y sintiendo que su vida era una mentira. No estaba bien. Tampoco había llevado ahí al islandés para intentar transferirle responsabilidades ni pedirle nada. Nunca le pediría absolutamente nada, salvo la verdad para su hija. Y quizás algún pequeño favor, de verdad quería ir a esa conferencia sobre dragones noruegos en Glasgow y sería imposible asistir con Jinjing. Pero primero el golpe inicial… no le sorprendería ver al islandés enloquecer de escepticismo para decirle que no era suya, que estaba loca y que lo dejara en paz. Había contemplado el peor de los escenarios y lo creía capaz de todo, de alegar aunque estuviera a un lado suyo y sintiera horrible al verlos, sabiendo que sí, carajo, que era su padre. Jinjing hablaba inglés, pero no como para entender más del 10% todo lo que decían, por eso no le preocupaba.
-No soy ningún fanstasma del pasado que regresó a atormentarte y a complicarte la vida ¿Sí? Antes de que vuelvas a pensar que eres víctima de todas las dificultades del mundo. Yo he criado a mi hija sin ayuda, y sigo sin necesitarla, pero no tengo por qué ocultarte lo que quiere saber si me lo pregunta- claro, no era tan ecuánime como para no hacer al menos una pequeña recriminación con regusto al pasado.
Sarah Walsh- Mensajes : 35
Fecha de inscripción : 25/01/2015
Re: A ver, china
No sabía si era correcto reírse por la bromita del repollo. Tenía que decir que entre más pasaban los minutos más incómodo se sentía de ese escenario que no habría querido experimentar ni aunque le pagaran. Se sentía mal consigo mismo por haberle hecho daño a Sarah, por eso odiaba la sobriedad, porque los sentimientos de culpa llegaban más jodidos y de formas más inconvenientes. No iba a pedirle perdón por el pasado, porque era pasado y ya. La miró extrañado cuando hablaba sobre las preguntas, ¿qué preguntas? ¿por qué tendría que mentirle?.
Una gran verdad empezó a crecerle en la cabeza. Volvió a mirar a la niña pero como si fuera una visión del infierno retiró rápidamente la vista. Tenía que estar bromeando, Sarah habría sido incapaz de sostener eso sin decírselo, a menos que se pensara que en verdad la habían pasado mal y que era lógico alejar a todo ser viviente de su presencia cuando era tan tóxico.
-A ver a ver, momento. ¿Estás insinuando que esta niña es mía?-se levantó de la cama como un resorte para alejarse de la niña pero no terminó por completar la huida. En ese momento la niña lo miró pero solamente llevada por el movimiento brusco que había hecho, parecía extrañada. Kristján la vio con atención. No le cupo ninguna duda de que era hija suya, pero eso no quería decir que estuviera listo. Miró a Sarah con incredulidad después.
-No vengas a decirme que has criado a tu hija sola como si YO hubiera decidido dejarte hacerlo, ¿está bien? No me parece justo que aparezcas de repente a hacerme sentir como un hijo de puta irresponsable. No tenía ni IDEA, ¿está bien? Es más, aún ahora sigo sin tener idea, habla claro. ¿Es mía? Tienes que decirlo con todas las letras.-No sabía hasta donde la niña Chinchin o como se llamara entendería el inglés, pero no se preocupó por eso porque estaba entrando en pánico. Como si su vida no estuviera ya lo suficientemente jodida. -Si simplemente te acostaste con algún turista en China mejor dímelo de una vez y deja de torturarme con ideas que no son, te lo suplico.
Kristján Sveinsson- Mensajes : 249
Fecha de inscripción : 19/11/2014
Re: A ver, china
Observó su veloz transformación después de que hubiera, sí, insinuado que Jinjing era nada más y nada menos que su hija. No esperaba que fuera a ser sencillo, ni que se tomara con ecuanimidad una noticia como esa, tan de golpe. Sus reacciones corporales distraían a la niña y tuvo que respirar profundo y levantarse, para que se fuera a “su habitación, que realmente era una especie de closet grande que había adaptado para que tuviera más espacio. Jinjing, los adultos necesitan hablar a solas. A tu habitación se lo dijo en chino, a lo que respondió sólo asintiendo. Era muy distinta a los hijos de Frances, tan independientes y extrovertidos. No fue hasta que vio a su hija en su habitación que atendió el ataque de pánico de Kristján. Tenía un punto, lo sabía.
-No vine a hacerte sentir nada, eso lo sentiste tú solo, ya sé que no sabías nada y así lo quise, tenía mis razones ¿Te acuerdas, te acuerdas de ti mismo hace tres años? ¿Qué hubieras hecho al saberlo, eh? Ni siquiera quiero pensarlo. Si te dije que no he necesitado nada no es un reproche para llorarte después; no estoy sola, mi familia siempre ha estado ahí de todos modos. Y sí, es tu hija. ES TU HIJA ¿No la estás viendo?- le dijo entornando los ojos, decidiendo pasar por alto su tontería del turista. No había tenido tiempo, ni ganas, de ponerse a comparar a Jinjing con Kristján, pero en esos pocos minutos de verlos juntos habían sido claros y algo escalofriantes. Incluso en ese momento viéndolo fruncir el ceño podía ver algo de su hija cuando se enfurruñaba.
Respiró profundo, queriendo olvidar la manera en que se hablaban antes, incluso bajó la mirada y cedió, tenía qué hacerlo -No quiero que nos hablemos como antes, si te vas a poner a hacerlo mejor te vas de mi casa y olvidas todo- claro, como si pudiera olvidar que regresaba tres años después a decirle que tenía una hija, pero el punto estaba claro. Tendrían que llevar eso con tranquilidad sí o sí, ya habían tenido suficiente jodidez entre ellos como para dos vidas. Entre la vez de sus amenazas de suicidio, o cuando de verdad lo había lastimado con un hechizo en un arranque de rabia habían llenado. También ella tenía qué pedir perdón por bastantes cosas.
-Lo siento mucho ¿Está bien? no fue ideal, nuestra vida entonces tampoco lo era. Estaba hecha mierda y no sabía qué hacer, y no quería verte nunca más. Pero no se puede vivir así cuando... bueno, cuando una personita ocurre.-
-No vine a hacerte sentir nada, eso lo sentiste tú solo, ya sé que no sabías nada y así lo quise, tenía mis razones ¿Te acuerdas, te acuerdas de ti mismo hace tres años? ¿Qué hubieras hecho al saberlo, eh? Ni siquiera quiero pensarlo. Si te dije que no he necesitado nada no es un reproche para llorarte después; no estoy sola, mi familia siempre ha estado ahí de todos modos. Y sí, es tu hija. ES TU HIJA ¿No la estás viendo?- le dijo entornando los ojos, decidiendo pasar por alto su tontería del turista. No había tenido tiempo, ni ganas, de ponerse a comparar a Jinjing con Kristján, pero en esos pocos minutos de verlos juntos habían sido claros y algo escalofriantes. Incluso en ese momento viéndolo fruncir el ceño podía ver algo de su hija cuando se enfurruñaba.
Respiró profundo, queriendo olvidar la manera en que se hablaban antes, incluso bajó la mirada y cedió, tenía qué hacerlo -No quiero que nos hablemos como antes, si te vas a poner a hacerlo mejor te vas de mi casa y olvidas todo- claro, como si pudiera olvidar que regresaba tres años después a decirle que tenía una hija, pero el punto estaba claro. Tendrían que llevar eso con tranquilidad sí o sí, ya habían tenido suficiente jodidez entre ellos como para dos vidas. Entre la vez de sus amenazas de suicidio, o cuando de verdad lo había lastimado con un hechizo en un arranque de rabia habían llenado. También ella tenía qué pedir perdón por bastantes cosas.
-Lo siento mucho ¿Está bien? no fue ideal, nuestra vida entonces tampoco lo era. Estaba hecha mierda y no sabía qué hacer, y no quería verte nunca más. Pero no se puede vivir así cuando... bueno, cuando una personita ocurre.-
Sarah Walsh- Mensajes : 35
Fecha de inscripción : 25/01/2015
Re: A ver, china
-¿Así lo quisiste? ¿Tenías tus razones? Y quién te dio el puto derecho de decidir cualquier cosa sobre algo que era de los dos. No me vayas a venir con argumentos idiotas de que es tu hija y que la cargaste nueve meses y por tanto tienes todos los derechos, eso es una mierda, no tenías derecho a escondérmelo.-No había visto a la niña irse a su habitación o a su clóset. Encima la idiota le había puesto nombre como de oso panda. En verdad que no tenía derecho. Se desesperó cuando Sarah le decía sobre ponerse como antes, no se estaba poniendo como antes, no estaba ni cerca de estar en la misma situación, pero tampoco podía pretender que estuviera tranquilo cuando le acababa de decir que tenía una hija, hasta se rio por lo tonto que sonaba que olvidara todo.
-No me estoy poniendo como ningún “antes” ok? Estoy sobrio ahora. Y no gracias a ti.-Eso tampoco había sido justo por dos razones, en primer lugar porque Sarah se había esforzado, aunque los métodos no habían sido los correctos en verdad se había esforzado. En segundo lugar porque no estaba completamente sobrio, no había durado ni un mes antes de volver a probar alcohol y drogas, solo que todavía no se descontrolaba de nuevo por completo. Había prometido cuarenta veces a cuarenta personas que no lo haría, pero no era fácil. Ahora la vida parecía querer que viviera drogado para no suicidarse por todos esas cosas. ¿Cómo se lo iba a explicar a Jessy?.
-Definitivamente no se puede vivir así. Si te soy honesto no sé qué decirte Sarah, no entiendo que pretendes llegando aquí tres años después para hacerme sentir miserable por algo que yo ni siquiera elegí.-No se refería a no haber elegido tener una hija, sino a no haber podido elegir hacerse responsable de ella o no, sin importar qué tan mierda hubiera estado hecho en ese entonces, aunque seguramente Sarah había tenido mucha razón en esconderla de él. Volvió a sentarse en la cama y se llevó ambas manos a la cabeza. Era estúpido pero también pensaba en Kit, en que estaba hasta el cuello de eso. Y ahora tenía una hija.
-Es un pésimo momento, en verdad lo es. Pero no voy a huir de mis responsabilidades, lo sabes.-No creía que lo supiera pero ahí estaba, diciéndoselo por si acaso. Con todo lo que estaba pasando, esas turbulencias emocionales hacían ver la aplastante sensación de que podrías morir en una guerra como un juego de niños. Que lo juzgaran todos si querían por pensar eso, pero era mejor vivir al día a día en medio de una guerra contra Voldemort, que preocuparse por todo ese abrumador futuro.
-No me estoy poniendo como ningún “antes” ok? Estoy sobrio ahora. Y no gracias a ti.-Eso tampoco había sido justo por dos razones, en primer lugar porque Sarah se había esforzado, aunque los métodos no habían sido los correctos en verdad se había esforzado. En segundo lugar porque no estaba completamente sobrio, no había durado ni un mes antes de volver a probar alcohol y drogas, solo que todavía no se descontrolaba de nuevo por completo. Había prometido cuarenta veces a cuarenta personas que no lo haría, pero no era fácil. Ahora la vida parecía querer que viviera drogado para no suicidarse por todos esas cosas. ¿Cómo se lo iba a explicar a Jessy?.
-Definitivamente no se puede vivir así. Si te soy honesto no sé qué decirte Sarah, no entiendo que pretendes llegando aquí tres años después para hacerme sentir miserable por algo que yo ni siquiera elegí.-No se refería a no haber elegido tener una hija, sino a no haber podido elegir hacerse responsable de ella o no, sin importar qué tan mierda hubiera estado hecho en ese entonces, aunque seguramente Sarah había tenido mucha razón en esconderla de él. Volvió a sentarse en la cama y se llevó ambas manos a la cabeza. Era estúpido pero también pensaba en Kit, en que estaba hasta el cuello de eso. Y ahora tenía una hija.
-Es un pésimo momento, en verdad lo es. Pero no voy a huir de mis responsabilidades, lo sabes.-No creía que lo supiera pero ahí estaba, diciéndoselo por si acaso. Con todo lo que estaba pasando, esas turbulencias emocionales hacían ver la aplastante sensación de que podrías morir en una guerra como un juego de niños. Que lo juzgaran todos si querían por pensar eso, pero era mejor vivir al día a día en medio de una guerra contra Voldemort, que preocuparse por todo ese abrumador futuro.
Kristján Sveinsson- Mensajes : 249
Fecha de inscripción : 19/11/2014
Re: A ver, china
Quería gritar de frustración con las cosas que le respondía Kristján, que parecía no ponerse en su lugar ni por medio segundo y hasta se sentía arrepentida de haberlo involucrado. Pudo haber sido por siempre sólo la madre de su hija y olvidarse del padre hasta que fuera un tema importante en la vida de Jinjing, pero eso era sólo evadirse. Ninguno de los dos quería esa situación, pero estaban ahí, y tenían que encontrar una salida. Lo miró molesta, odiándolo de nuevo, reviviendo el odio con el que siempre lo miraba hacía años cuando le decía que no tenía derecho y quién sabe qué tantas cosas. No quería volver a sentir que era siempre ella la que no daba suficiente.
-¡No! eso no te lo voy a permitir, no me vuelvas a culpar de nuevo por tus problemas, te amaba tanto que no me importaba que me lo dijeras antes pero no me lo volverás a decir jamás, que nunca fui una razón suficiente para que dejaras de destruirte, y que decidieras “cambiar” por una rubia de la que de pronto te enamoraste ¿Entendiste?- se había jurado que no le hablaría como antes, pero de nuevo, en teoría las cosas eran fáciles. Frunció mucho el ceño para no llorar, contando las veces que inhalaba y exhalaba. Inhalaba y exhalaba.
-¿Tú crees que yo lo elegí?- No iba a decirle que había intentado interrumpir el embarazo con su hija a menos de tres metros de distancia. Que él pensara lo que quisiera. -Pobre de ti, claro. Esa siempre es tu conclusión. Esperaba que ya no estuvieras compadeciéndote de tu mismo para variar, pero las cosas no cambian… qué tonta- soltó una pequeña risa amarga, mirando el té que ya se había enfriado a pesar de la calefacción, ese enero estaba particularmente gris y helado y extrañaba el verde de su casa en China.
Se volvió a sentar. No, no sabía qué estaba esperando, quizás nunca volver a sentirse como se había sentido antes, pero pedía demasiado. Quería que Jinjing supiera quién era su padre, que tuviera su apellido y quizás hasta algo de trato con él, por que lo necesitaba (o eso pensaba) ni siquiera le estaba pidiendo dinero ni que "asumiera sus responsabilidades" como tan dramáticamente lo ponía. -Vete ya, no quiero nada de ti. No sé qué estaba pensando-
-¡No! eso no te lo voy a permitir, no me vuelvas a culpar de nuevo por tus problemas, te amaba tanto que no me importaba que me lo dijeras antes pero no me lo volverás a decir jamás, que nunca fui una razón suficiente para que dejaras de destruirte, y que decidieras “cambiar” por una rubia de la que de pronto te enamoraste ¿Entendiste?- se había jurado que no le hablaría como antes, pero de nuevo, en teoría las cosas eran fáciles. Frunció mucho el ceño para no llorar, contando las veces que inhalaba y exhalaba. Inhalaba y exhalaba.
-¿Tú crees que yo lo elegí?- No iba a decirle que había intentado interrumpir el embarazo con su hija a menos de tres metros de distancia. Que él pensara lo que quisiera. -Pobre de ti, claro. Esa siempre es tu conclusión. Esperaba que ya no estuvieras compadeciéndote de tu mismo para variar, pero las cosas no cambian… qué tonta- soltó una pequeña risa amarga, mirando el té que ya se había enfriado a pesar de la calefacción, ese enero estaba particularmente gris y helado y extrañaba el verde de su casa en China.
Se volvió a sentar. No, no sabía qué estaba esperando, quizás nunca volver a sentirse como se había sentido antes, pero pedía demasiado. Quería que Jinjing supiera quién era su padre, que tuviera su apellido y quizás hasta algo de trato con él, por que lo necesitaba (o eso pensaba) ni siquiera le estaba pidiendo dinero ni que "asumiera sus responsabilidades" como tan dramáticamente lo ponía. -Vete ya, no quiero nada de ti. No sé qué estaba pensando-
Sarah Walsh- Mensajes : 35
Fecha de inscripción : 25/01/2015
Re: A ver, china
Kristján en serio trataba de no volverse loco ante la actitud de Sarah y en verdad no sabía qué era lo que quería que le dijera, ¿que saltara de gusto? ¿que lo aceptara con prudencia, rectitud y bondad? Lo estaba aceptando pero no sabía como manejarlo y no podía. No iba ni a tocar el tema de Whitney porque era algo ya enterrado en su vida, algo que no pensaba desenterrar por nada, ni siquiera estaba seguro de que estuviera todavía en la universidad, así que desechó ese tema tal y como lo había sacado.
-No me estoy compadeciendo de mi mismo, ¿está bien? ¿qué quieres escuchar? ¿qué estoy mejor que nunca? Pues lo estoy, mírame, no me drogo, no bebo, estoy rindiendo en el deporte como nunca antes. Lo estoy, solo que no esperes que me tome con tranquilidad que tengo una hija que me escondiste por tres años.-De nuevo estaba diciendo la verdad solamente a medias, porque ya lo había dicho, no estaba completamente sobrio. No mencionó a Jessy de la misma manera en que no mencionó a Kit Hutchins, peor aún, al último no lo iba a mencionar ni aunque le pagaran su peso en oro y diamantes. Pero Kristján quería convencerse de que estaba bien y que no quería agregarse algo más a todo eso.
-Así que deja de comportarte como una histérica, deja de intentar controlar todo, la forma en que reacciono. Si me escondiste que tenía una hija ¿Cómo quieres que adivine lo que quieres de mi? Mejor deja de jugar contigo y ve directo al grano. No me voy a ir, no seas estúpida.- ¿De verdad pensaba que sabiendo que la niña panda estaba en ese closet extraño y que era hija suya, iba a dejar las cosas como estaban? Se pasó una mano por la nuca y después por la cara.
-Lo siento, ¿está bien? no quiero ofenderte, solo te pido que dejes de comportarte como una niña, dime lo que quieres y luego yo te diré lo que quiero, porque no creas que esto se va a quedar así nada más, tengo derecho a conocerla bien.-A la niña, a convivir con ella de ser posible, no iba a hacerse el desentendido, aunque al final todo eso terminara sobrepasando lo que podía manejar.
-No me estoy compadeciendo de mi mismo, ¿está bien? ¿qué quieres escuchar? ¿qué estoy mejor que nunca? Pues lo estoy, mírame, no me drogo, no bebo, estoy rindiendo en el deporte como nunca antes. Lo estoy, solo que no esperes que me tome con tranquilidad que tengo una hija que me escondiste por tres años.-De nuevo estaba diciendo la verdad solamente a medias, porque ya lo había dicho, no estaba completamente sobrio. No mencionó a Jessy de la misma manera en que no mencionó a Kit Hutchins, peor aún, al último no lo iba a mencionar ni aunque le pagaran su peso en oro y diamantes. Pero Kristján quería convencerse de que estaba bien y que no quería agregarse algo más a todo eso.
-Así que deja de comportarte como una histérica, deja de intentar controlar todo, la forma en que reacciono. Si me escondiste que tenía una hija ¿Cómo quieres que adivine lo que quieres de mi? Mejor deja de jugar contigo y ve directo al grano. No me voy a ir, no seas estúpida.- ¿De verdad pensaba que sabiendo que la niña panda estaba en ese closet extraño y que era hija suya, iba a dejar las cosas como estaban? Se pasó una mano por la nuca y después por la cara.
-Lo siento, ¿está bien? no quiero ofenderte, solo te pido que dejes de comportarte como una niña, dime lo que quieres y luego yo te diré lo que quiero, porque no creas que esto se va a quedar así nada más, tengo derecho a conocerla bien.-A la niña, a convivir con ella de ser posible, no iba a hacerse el desentendido, aunque al final todo eso terminara sobrepasando lo que podía manejar.
Kristján Sveinsson- Mensajes : 249
Fecha de inscripción : 19/11/2014
Re: A ver, china
¡Es tu culpa, tú me haces histérica, sacas lo peor de mi! ¡Me detesto a mi misma cuando estoy contigo!, esa hubiera sido una respuesta como las de antaño, y claro que tenía ganas de decirlo. Pero efectivamente, tenía qué recordarse que el tiempo había pasado, que era una mujer responsable, ubicada, una estudiante seria de dragones y además tenía una hija sana, adorable, inteligente. Se lo tuvo qué recordar en vez de escuchar con atención lo que decía, por que era un poco mejor así en vez de escucharle decir que no fuera estúpida. Casi sentía que pensaba en otro idioma y eso la tranquilizaba.
Entonces ahora era un hombre modelo, era el hombre que siempre había querido ser ¿Entonces por qué decía que era el peor momento? Pues claro, por que eso siempre ocurriría en el peor momento. En la cúspide de su carrera o en la más frustrante depresión, su noticia lo hubiera arruinado.
-Qué bueno por ti, que estés mejor que nunca. Yo también estoy bastante bien, ya no… ya volví a comer como la gente normal y esas cosas. Mira, en todo caso es mejor que lo supieras ahora y no cuando estabas hecho mierda ¿No?- esa pregunta ni siquiera necesitaba respuesta -No esperaba que enloquecieras de felicidad, no me tomes por ingenua, y te conozco- sí, al menos en eso último no iba a poder contradecirla. Se bebió el té frío de un trago por que sentía la garganta seca. Desvió la mirada cuando le pedía disculpas y después entornó los ojos, con eso de que tenía derecho. Pues sí, lo tenía, podría comportarse como una perra y chantajearlo, pedirle cosas a cambio o simplemente privarlo de su hija. Pero no. Quería hacer las cosas bien aunque tuviera qué pasar por esa desagradable conversación en el camino.
-Quiero que Jinjing tenga tu apellido.- le soltó sin mayores ceremonias -En esta sociedad de mierda sigue siendo un estigma tener el mismo apellido de tu madre, por que todos saben lo que eso significa, y será duro para ella, si viene a estudiar acá… es bruja- no pudo evitar sonreír al decir lo último. Sonreír de veras mientras la veía en su cama, hablando sola con su par de muñecas sin saber nada de lo que se trataba ahí, su habitación tenía un filtro sonoro mágico de afuera hacia adentro, que había comprado en Diagon hacía poco. Su sonrisa se desvaneción pronto y volvió a mirar a Kristján, entornando la mirada con algo de desconfianza, casi miedo -¿Lo que tú quieres? ¿Qué es lo que tú quieres?-
Entonces ahora era un hombre modelo, era el hombre que siempre había querido ser ¿Entonces por qué decía que era el peor momento? Pues claro, por que eso siempre ocurriría en el peor momento. En la cúspide de su carrera o en la más frustrante depresión, su noticia lo hubiera arruinado.
-Qué bueno por ti, que estés mejor que nunca. Yo también estoy bastante bien, ya no… ya volví a comer como la gente normal y esas cosas. Mira, en todo caso es mejor que lo supieras ahora y no cuando estabas hecho mierda ¿No?- esa pregunta ni siquiera necesitaba respuesta -No esperaba que enloquecieras de felicidad, no me tomes por ingenua, y te conozco- sí, al menos en eso último no iba a poder contradecirla. Se bebió el té frío de un trago por que sentía la garganta seca. Desvió la mirada cuando le pedía disculpas y después entornó los ojos, con eso de que tenía derecho. Pues sí, lo tenía, podría comportarse como una perra y chantajearlo, pedirle cosas a cambio o simplemente privarlo de su hija. Pero no. Quería hacer las cosas bien aunque tuviera qué pasar por esa desagradable conversación en el camino.
-Quiero que Jinjing tenga tu apellido.- le soltó sin mayores ceremonias -En esta sociedad de mierda sigue siendo un estigma tener el mismo apellido de tu madre, por que todos saben lo que eso significa, y será duro para ella, si viene a estudiar acá… es bruja- no pudo evitar sonreír al decir lo último. Sonreír de veras mientras la veía en su cama, hablando sola con su par de muñecas sin saber nada de lo que se trataba ahí, su habitación tenía un filtro sonoro mágico de afuera hacia adentro, que había comprado en Diagon hacía poco. Su sonrisa se desvaneción pronto y volvió a mirar a Kristján, entornando la mirada con algo de desconfianza, casi miedo -¿Lo que tú quieres? ¿Qué es lo que tú quieres?-
Sarah Walsh- Mensajes : 35
Fecha de inscripción : 25/01/2015
Re: A ver, china
¿Era mejor que lo supiera en ese momento? No sabría decirlo con seguridad, porque aunque se pintara como un tipo feliz con una novia estable que había seguido el camino del bien lejos de drogas, alcohol y muertes, seguía teniendo muchas cosas muy jodidas en su vida. Hasta había llegado a pensar que había altas probabilidades de que estuviera, tal cual, deprimido, pero no quería caer así de bajo con el tema, estaba bien, se lo repetía a él mismo todos los días. Escuchó atentamente lo que Sarah tenía que decir. No parecía descabellado aunque sí iba a ser difícil explicarle a todo mundo lo que había pasado y creía que la sorpresa no sería grata para nadie.
-Está bien.-No tenía que pensarlo mucho y tampoco salió con la típica patanería de preguntar si de verdad era suyo. Si Sarah lo decía, él lo creía, no pensaba que fuera una treta para nada, en primera porque él no era nadie y en segunda porque no creía que estuviera usando eso para volver a estar con él. No era una mala película, era la plana realidad.
-Está bien, no será problema para mi. Será Kristjánsdóttir, acuérdate que soy islandés, no puede llevar el Sveinsson.-Sabía que con Sarah no tenía que ponerse en el plan “no sabes nada de mi así que te explicaré todo con manzanas” pero no había podido evitarlo, se sentía atacado de alguna manera, saber que tenía una hija había resultado demasiado violento.
-Pues conocerla, pasar tiempo con ella. No creo que darle mi apellido sea suficiente para nadie. Eso es lo que quiero, es muy simple.-No le estaba diciendo que quería la custodia o alguna locura parecida porque para empezar a él ni se la darían, pero sí que quería hacer las cosas lo mejor posible. Estuvo a punto de decir “que conozca a Jessy” pero se lo ahorró por su propia seguridad e integridad física.
Volvió a mirar hacia donde estaba la niña. Le alegraba saber que era bruja, su melliza y sus hermanos no habían tenido la suerte y era bueno saber que había pasado algo bueno a ella, aunque por Sarah y su familia fuera más probable que sucediera el milagro. ¿De verdad quería empezar una vida como padre de familia? La respuesta era no, pero no tenía otra opción, o más bien sí la tenía pero no quería portarse como un infeliz.
-Seguramente no seré el mejor padre, lo sé, pero al menos quiero conocerla y que me conozca, no solo ser un dato en su perfecta vida contigo.
-Está bien.-No tenía que pensarlo mucho y tampoco salió con la típica patanería de preguntar si de verdad era suyo. Si Sarah lo decía, él lo creía, no pensaba que fuera una treta para nada, en primera porque él no era nadie y en segunda porque no creía que estuviera usando eso para volver a estar con él. No era una mala película, era la plana realidad.
-Está bien, no será problema para mi. Será Kristjánsdóttir, acuérdate que soy islandés, no puede llevar el Sveinsson.-Sabía que con Sarah no tenía que ponerse en el plan “no sabes nada de mi así que te explicaré todo con manzanas” pero no había podido evitarlo, se sentía atacado de alguna manera, saber que tenía una hija había resultado demasiado violento.
-Pues conocerla, pasar tiempo con ella. No creo que darle mi apellido sea suficiente para nadie. Eso es lo que quiero, es muy simple.-No le estaba diciendo que quería la custodia o alguna locura parecida porque para empezar a él ni se la darían, pero sí que quería hacer las cosas lo mejor posible. Estuvo a punto de decir “que conozca a Jessy” pero se lo ahorró por su propia seguridad e integridad física.
Volvió a mirar hacia donde estaba la niña. Le alegraba saber que era bruja, su melliza y sus hermanos no habían tenido la suerte y era bueno saber que había pasado algo bueno a ella, aunque por Sarah y su familia fuera más probable que sucediera el milagro. ¿De verdad quería empezar una vida como padre de familia? La respuesta era no, pero no tenía otra opción, o más bien sí la tenía pero no quería portarse como un infeliz.
-Seguramente no seré el mejor padre, lo sé, pero al menos quiero conocerla y que me conozca, no solo ser un dato en su perfecta vida contigo.
Kristján Sveinsson- Mensajes : 249
Fecha de inscripción : 19/11/2014
Re: A ver, china
Exhaló como si se quitara un peso de encima cuando, al fin, dejaban de discutir. Era sólo el principio, regresar a Inglaterra era una complicación en todo sentido y lo sabía, pero podía permitirse sentir que al menos no era un patán de mierda que le hubiera dicho que esa niña no era suya a la primera de cambio. Sí, lo habían pasado muy mal, se habían dicho las cosas más espantosas que se podían decir, pero sabía quién era él, sin cocaína ni neurosis (de ambos). Y seguía pensando que era un buen tipo y ahora, de verdad, hubo una razón para de verdad reconciliarse con su pasado. Se rió, ya sabía que Jinjing iba a tener un apellido imposible de pronunciar e imposible de concebir, chino-islandés, que todo era inusual en su vida. Pero iba a hacerlo bien.
Después de todo, ese era el verdadero momento en que tendría que arreglarse con él. Si estaba dispuesta a dejar que su hija tuviera un padre, o que al menos lo conociera, no podía vivir peleándolo cada que se lo encontrara, ni ironizando sobre su vida. Tenía qué madurar, por más que significara dejar de ser orgullosa. Se acercó a él, desarrugándole la camiseta como hacía antes, mucho antes, cuando eran amigos sin más y se preocupaban uno por el otro. Como si volviera a ese momento, dejando lo demás. Le dio un abrazo sentido que no le pareció que quedara raro después de su acalorada discusión. Lo quería, después de todo. Nadie odiaba sin sentir algo muy profundo por el otro.
-Es adorable, y cariñosa, no se parece a mi- claro, por que ella era todo lo contrario. Era demasiado tarde para plantearse cambiar. Se quedó callada con un “más bien es carismática como tú en la escuela, qué horror” para ir con calma. Lo quería, creía que era después de todo un buen tipo pero era difícil confiar en él si lo había conocido como un adicto peligroso. Ella no era una santa, tenían demasiadas cosas que superar. -Esto no tiene por qué joderte la vida. No estoy diciendo que no vaya a afectarte… pero no pienses en eso cuando la veas ¿Sí? ni mucho menos en que serás un mal padre, dios…- no te estoy pidiendo que la críes los tres años que vienen. Tenía qué moderarse. Con un movimiento de varita anuló el filtro de la semi-habitación de Jinjing, y se secó las lágrimas que ni se había dado cuenta que habían salido al final, después de darle ese abrazo. La llamó. Quizás su presencia pusiera las cosas en perspectiva. -¿Recuerdas lo que me preguntaste, en Dajikou? Te dije que tu padre vivía en Inglaterra- le explicó Sarah a una Jinjing tan seria como podía ponerse, aún con una muñeca en el brazo -Bueno, él es tu padre, Jinjing. Se llama Kristján-.
La niña se parpadeó varias veces, muy concentrada y empezó a sonreír poco a poco. Se lo había preguntado varias veces a Sarah antes de ir allá, que si todos los niños tenían una madre y un padre por qué a ella le faltaba uno. No le faltaba uno. Sarah puso los ojos en blanco y sonrió a medias cuando Jinjing lo abrazaba como si le hubiera comprado un oso nuevo. Hola papá desconocido por tres años y medio, te quiero, si, mamá me ha cuidado estos años bla bla bla qué importa. Así de fácil. Ya podía sentirse orgulloso de que no se hubiera quedado parada con cara de espanto.
Después de todo, ese era el verdadero momento en que tendría que arreglarse con él. Si estaba dispuesta a dejar que su hija tuviera un padre, o que al menos lo conociera, no podía vivir peleándolo cada que se lo encontrara, ni ironizando sobre su vida. Tenía qué madurar, por más que significara dejar de ser orgullosa. Se acercó a él, desarrugándole la camiseta como hacía antes, mucho antes, cuando eran amigos sin más y se preocupaban uno por el otro. Como si volviera a ese momento, dejando lo demás. Le dio un abrazo sentido que no le pareció que quedara raro después de su acalorada discusión. Lo quería, después de todo. Nadie odiaba sin sentir algo muy profundo por el otro.
-Es adorable, y cariñosa, no se parece a mi- claro, por que ella era todo lo contrario. Era demasiado tarde para plantearse cambiar. Se quedó callada con un “más bien es carismática como tú en la escuela, qué horror” para ir con calma. Lo quería, creía que era después de todo un buen tipo pero era difícil confiar en él si lo había conocido como un adicto peligroso. Ella no era una santa, tenían demasiadas cosas que superar. -Esto no tiene por qué joderte la vida. No estoy diciendo que no vaya a afectarte… pero no pienses en eso cuando la veas ¿Sí? ni mucho menos en que serás un mal padre, dios…- no te estoy pidiendo que la críes los tres años que vienen. Tenía qué moderarse. Con un movimiento de varita anuló el filtro de la semi-habitación de Jinjing, y se secó las lágrimas que ni se había dado cuenta que habían salido al final, después de darle ese abrazo. La llamó. Quizás su presencia pusiera las cosas en perspectiva. -¿Recuerdas lo que me preguntaste, en Dajikou? Te dije que tu padre vivía en Inglaterra- le explicó Sarah a una Jinjing tan seria como podía ponerse, aún con una muñeca en el brazo -Bueno, él es tu padre, Jinjing. Se llama Kristján-.
La niña se parpadeó varias veces, muy concentrada y empezó a sonreír poco a poco. Se lo había preguntado varias veces a Sarah antes de ir allá, que si todos los niños tenían una madre y un padre por qué a ella le faltaba uno. No le faltaba uno. Sarah puso los ojos en blanco y sonrió a medias cuando Jinjing lo abrazaba como si le hubiera comprado un oso nuevo. Hola papá desconocido por tres años y medio, te quiero, si, mamá me ha cuidado estos años bla bla bla qué importa. Así de fácil. Ya podía sentirse orgulloso de que no se hubiera quedado parada con cara de espanto.
Sarah Walsh- Mensajes : 35
Fecha de inscripción : 25/01/2015
Re: A ver, china
Cuando Sarah se acercó a él, Kristján tuvo miedo de que fuera a matarlo, o al menos a pegarle y hasta repasó mentalmente todo lo que había dicho para encontrar qué había dicho mal, si acaso lo había hecho. Pero en vez de golpe recibió un abrazo que al menos sintió bastante sincero. Le correspondió acariciando su cabello negro y corto. Él también la quería, habían vivido momentos muy jodidos pero también habían tenido buenos momentos y ella siempre había sido una buena amiga, aunque la palabra amiga se quedara muy corta con respecto a lo que había significado ella en su vida en verdad. La quería aunque no como para lanzarle un desmaius a la pequeña panda y luego tomar a su madre ahí en esa cama pequeña como un loco, lo que sentía por Sarah había cambiado.
-Tenemos que ponerle un nombre medio, un nombre islandés, en honor a mi abuela.-No pensaba que Sarah fuera a aceptar eso, pero no perdía nada con mencionarlo, él no le decía nada respecto a que le hubiera puesto a su hija el nombre de un panda chico de zoológico sin preguntarle nada a él.
Se puso muy nervioso cuando Sarah llamó a la pequeña, más nervioso que nunca, ni siquiera se había sentido así en su primer partido de quidditch. La observó acercarse, toda callada como un ratón, menuda y bonita. Iba a matarlos a todos cuando cumpliera 14 años. A todos. Y jamás se hubiera imaginado ser capaz de generar ese tipo de pensamientos. La veía seria, obediente, hasta estaba parada derechita. No se parecía en nada a los niños que había conocido antes. Se quedó callado mientras Sarah lo presentaba y al sentir el abrazo de la niña sintió que se derretía como un desgraciado. Estaba hecho un puto flan.
La abrazó también, pensó que su cuerpo era demasiado pequeñito y demasiado frágil. Temió romperla. El instinto lo hizo darle un beso en la cabeza y luego la tomó por los bracitos y la alejó un poco para inspeccionarla. -Eres la niña más bonita que he visto nunca.-Que no lo escuchara su ahijada Aimée porque cometería asesinato en primer grado. Podía decir en base a esas experiencias que tenía suerte con los niños. Sí, todo bien, primero una novia estable, luego un amante homosexual, después una hija que le derretía el corazón, estaba hecho todo un hombre moderno y sensible. Necesitaba beber algo.
-Tenemos que ponerle un nombre medio, un nombre islandés, en honor a mi abuela.-No pensaba que Sarah fuera a aceptar eso, pero no perdía nada con mencionarlo, él no le decía nada respecto a que le hubiera puesto a su hija el nombre de un panda chico de zoológico sin preguntarle nada a él.
Se puso muy nervioso cuando Sarah llamó a la pequeña, más nervioso que nunca, ni siquiera se había sentido así en su primer partido de quidditch. La observó acercarse, toda callada como un ratón, menuda y bonita. Iba a matarlos a todos cuando cumpliera 14 años. A todos. Y jamás se hubiera imaginado ser capaz de generar ese tipo de pensamientos. La veía seria, obediente, hasta estaba parada derechita. No se parecía en nada a los niños que había conocido antes. Se quedó callado mientras Sarah lo presentaba y al sentir el abrazo de la niña sintió que se derretía como un desgraciado. Estaba hecho un puto flan.
La abrazó también, pensó que su cuerpo era demasiado pequeñito y demasiado frágil. Temió romperla. El instinto lo hizo darle un beso en la cabeza y luego la tomó por los bracitos y la alejó un poco para inspeccionarla. -Eres la niña más bonita que he visto nunca.-Que no lo escuchara su ahijada Aimée porque cometería asesinato en primer grado. Podía decir en base a esas experiencias que tenía suerte con los niños. Sí, todo bien, primero una novia estable, luego un amante homosexual, después una hija que le derretía el corazón, estaba hecho todo un hombre moderno y sensible. Necesitaba beber algo.
Kristján Sveinsson- Mensajes : 249
Fecha de inscripción : 19/11/2014
Re: A ver, china
-¿Quieres que le pongan un apodo por tener nombres impronunciables, verdad?- bromeó Sarah, sabiendo que ni Jinjing, ni Kristjánsdóttir ni el nombre islandés de la abuela de Kristján serían una cosa fácil de decir. Pero le daba igual, tendrían que ir al Ministerio, firmar un par de cosas. Se sentía orgullosa de si misma, había estado a punto de intentar matarlo con un cuchillo de cocina. No sería la primera vez.
Lo quería, y sí, de una manera distinta. Estaba segura que el raro cariño que pensó que ya ni siquiera se tenían no tenía ya nada que ver con el pasado ni con querer arreglar las cosas follando. Volvió a negar con la cabeza cuando veía como Jinjing lo veía, pero pensó que era mucho mejor así, antes de que ya se preguntara dónde mierda había estado en todos los años, o por qué no vivía con ellas, cosas así. En ese momento, todo era más sencillo. La vio sonreír después de que le dijera que era la niña más bonita que había visto y hasta ella se sintió como una tonta sonriente, por eso se dio la vuelta para hacerse la tonta. Sacó una cerveza del refrigerador y la destapó, dándole un trago que le supo a gloria mientras los miraba, recargada en la estufa.
-¿Y vas a vivir con nosotras? Puedes dormir en mi cama ¿Puede dormir en mi cama? Cabemos los cuatro- con “los cuatro” no se refería a ella, sino a sus dos muñecas. -No, Jinjing, Kristján vive en otra parte, tiene una novia, y también estudia y está ocupado. ¿Recuerdas lo que te dije de las familias? Bueno, nuestra familia es diferente- La niña asintió, seguía curiosa con él, le miraba la ropa, la cara, sonreía y empezaba a ponerse como loca, a ir y venir de su habitación, enseñándole dibujos y hablando lo que hablaba de inglés, que era limitado. Incluso decía algunas palabras en chino, hasta que Sarah la detuvo.
-¡Jin! estás agobiando a nuestro invitado. Tranquilízate- le dijo aunque no sonaba como madre superiora represiva realmente. -Perdón, no te ofrecí por que, bueno, dijiste que no bebías ¿Quieres otra cosa?-
Lo quería, y sí, de una manera distinta. Estaba segura que el raro cariño que pensó que ya ni siquiera se tenían no tenía ya nada que ver con el pasado ni con querer arreglar las cosas follando. Volvió a negar con la cabeza cuando veía como Jinjing lo veía, pero pensó que era mucho mejor así, antes de que ya se preguntara dónde mierda había estado en todos los años, o por qué no vivía con ellas, cosas así. En ese momento, todo era más sencillo. La vio sonreír después de que le dijera que era la niña más bonita que había visto y hasta ella se sintió como una tonta sonriente, por eso se dio la vuelta para hacerse la tonta. Sacó una cerveza del refrigerador y la destapó, dándole un trago que le supo a gloria mientras los miraba, recargada en la estufa.
-¿Y vas a vivir con nosotras? Puedes dormir en mi cama ¿Puede dormir en mi cama? Cabemos los cuatro- con “los cuatro” no se refería a ella, sino a sus dos muñecas. -No, Jinjing, Kristján vive en otra parte, tiene una novia, y también estudia y está ocupado. ¿Recuerdas lo que te dije de las familias? Bueno, nuestra familia es diferente- La niña asintió, seguía curiosa con él, le miraba la ropa, la cara, sonreía y empezaba a ponerse como loca, a ir y venir de su habitación, enseñándole dibujos y hablando lo que hablaba de inglés, que era limitado. Incluso decía algunas palabras en chino, hasta que Sarah la detuvo.
-¡Jin! estás agobiando a nuestro invitado. Tranquilízate- le dijo aunque no sonaba como madre superiora represiva realmente. -Perdón, no te ofrecí por que, bueno, dijiste que no bebías ¿Quieres otra cosa?-
Sarah Walsh- Mensajes : 35
Fecha de inscripción : 25/01/2015
Re: A ver, china
Se rio porque sabía a lo que se refería. Nadie en ese lugar había pronunciado bien su nombre nunca aunque fuera uno de los más sencillos del mundo, aunque al menos a él le había ido bien con el “Kris” y con el “islandés”, o en su defecto con el “puto yonqui”, no se podía quejar. Pero Jingjing lo tendía más complicado, culpa de su madre. Quería decírselo pero seguramente lo tomaría muy mal aunque, ¿por qué ella podía tener un nombre normal como Sarah Walsh y había decidido condenar a su hija?
¿Qué iba a hacer él con una hija? Aunque Sarah le había dicho que no necesitaba nada, quiso ponerse idealista e imaginar que ahora tenía grandes motivaciones para hacer las cosas bien, para ser un gran jugador de quidditch y pronto comenzar a ganar dinero mientras hacía rendir el dinero de la beca o hasta buscar un trabajo de medio tiempo. O mejor seguir robando y hacer las cosas como las sabía hacer. Escuchó el sonido de la botella siendo destapada como si se le hubiera reventado un globo en el oído. Miró hacia donde estaba Sarah un segundo antes de enfocar su atención en …era raro decirlo así…su hija, que además empezaba con las preguntas incómodas sobre vivir con ellas y dormir ahí.
-Eso, vivo en otra parte pero cuando quieras puedes ir a conocer y hasta podemos hacer una pijamada.-No tenía ningún piso propio, vivía en la universidad y los fines de semana se iba a casa de amigos, así había sido siempre. Sintió el peso de la adultez cayendo sobre sus hombros de pronto y le dieron náuseas. Trataba de no mirar a Sarah y su apetecible cerveza y mejor se concentraba en las chucherías que traía Jingjing de su habitación, en algún momento hasta jugó con uno de sus peluches dándole besitos en la cara a la niña con él. Y él que tanto se burlaba de Frances.
-No, está bien, no me agobia. Y no, no quiero nada. ¿Un lavabo y un baño, a lo mejor?-Un lavabo que no estuviera afuera a la vista de todos, quería mojarse la cara un momento para espabilar. No iba a tomar ni un trago de alcohol enfrente de Sarah, al menos no tan pronto.
¿Qué iba a hacer él con una hija? Aunque Sarah le había dicho que no necesitaba nada, quiso ponerse idealista e imaginar que ahora tenía grandes motivaciones para hacer las cosas bien, para ser un gran jugador de quidditch y pronto comenzar a ganar dinero mientras hacía rendir el dinero de la beca o hasta buscar un trabajo de medio tiempo. O mejor seguir robando y hacer las cosas como las sabía hacer. Escuchó el sonido de la botella siendo destapada como si se le hubiera reventado un globo en el oído. Miró hacia donde estaba Sarah un segundo antes de enfocar su atención en …era raro decirlo así…su hija, que además empezaba con las preguntas incómodas sobre vivir con ellas y dormir ahí.
-Eso, vivo en otra parte pero cuando quieras puedes ir a conocer y hasta podemos hacer una pijamada.-No tenía ningún piso propio, vivía en la universidad y los fines de semana se iba a casa de amigos, así había sido siempre. Sintió el peso de la adultez cayendo sobre sus hombros de pronto y le dieron náuseas. Trataba de no mirar a Sarah y su apetecible cerveza y mejor se concentraba en las chucherías que traía Jingjing de su habitación, en algún momento hasta jugó con uno de sus peluches dándole besitos en la cara a la niña con él. Y él que tanto se burlaba de Frances.
-No, está bien, no me agobia. Y no, no quiero nada. ¿Un lavabo y un baño, a lo mejor?-Un lavabo que no estuviera afuera a la vista de todos, quería mojarse la cara un momento para espabilar. No iba a tomar ni un trago de alcohol enfrente de Sarah, al menos no tan pronto.
Kristján Sveinsson- Mensajes : 249
Fecha de inscripción : 19/11/2014
Re: A ver, china
Sarah empezó a ponerse un poco paranoica con aquella repentina apertura. Sí, era necesaria y tenía además qué entender que no iba a poder controlar la relación que tuviera Kristján con su hija, ni tenerlos bajo observación todo el tiempo. Su apellido implicaba también un voto de confianza que era la prueba más difícil, especialmente por que era demasiado difícil considerar confiar en un drogadicto, en rehabilitación, pero el título nunca se quitaba por doloroso o cruel que sonara.
No le quedaba más, era su padre. Jinjing la miró con los ojos muy abiertos y volvió a hacer las cosas a ritmo normal aunque seguía como loca con el islandés. No sabía todo lo que le pasaba por la cabeza, pero esperaba que tampoco estuviera abrumado pensando que se había terminado su estilo de vida (fuera cual fuera) y que le esperaba una vida adulta de responsabilidad y privaciones. Pensarlo así sería espantoso, y tenía la teoría de que los niños podían sentir cuando sus padres los trataban como si fueran una carga, aunque no lo dijeran o mostraran abiertamente. Se preocupaba demasiado.
-¿Te sientes bien? Estás pálido- Sarah se le acercó con gesto concentrado y le puso una mano en la frente, estaba toda hecha una madre preocupona, eso era algo que jamás hubiera hecho de no tener a Jinjing. -El baño está ahí. No te preocupes, tiene seguro- le dijo con cierta ironía antes de indicarle dónde estaba.
-¡No, no te vayas!- le dijo Jinjing abrazándose de él de nuevo y Sarah negó con la cabeza. Tres años y medio y sus daddy issues ya estaban bien presentes. Así eran las cosas. Sarah la miró significativamente, dejando claro que no tenía siquiera qué decirle nada para que se comportara. Lo soltó lentamente y bajó la mirada. Esperaba que Kristján no pensara que era una Madre Superiora que le pegaba con una regla de madera para meterla en cintura.
No le quedaba más, era su padre. Jinjing la miró con los ojos muy abiertos y volvió a hacer las cosas a ritmo normal aunque seguía como loca con el islandés. No sabía todo lo que le pasaba por la cabeza, pero esperaba que tampoco estuviera abrumado pensando que se había terminado su estilo de vida (fuera cual fuera) y que le esperaba una vida adulta de responsabilidad y privaciones. Pensarlo así sería espantoso, y tenía la teoría de que los niños podían sentir cuando sus padres los trataban como si fueran una carga, aunque no lo dijeran o mostraran abiertamente. Se preocupaba demasiado.
-¿Te sientes bien? Estás pálido- Sarah se le acercó con gesto concentrado y le puso una mano en la frente, estaba toda hecha una madre preocupona, eso era algo que jamás hubiera hecho de no tener a Jinjing. -El baño está ahí. No te preocupes, tiene seguro- le dijo con cierta ironía antes de indicarle dónde estaba.
-¡No, no te vayas!- le dijo Jinjing abrazándose de él de nuevo y Sarah negó con la cabeza. Tres años y medio y sus daddy issues ya estaban bien presentes. Así eran las cosas. Sarah la miró significativamente, dejando claro que no tenía siquiera qué decirle nada para que se comportara. Lo soltó lentamente y bajó la mirada. Esperaba que Kristján no pensara que era una Madre Superiora que le pegaba con una regla de madera para meterla en cintura.
Sarah Walsh- Mensajes : 35
Fecha de inscripción : 25/01/2015
Re: A ver, china
Tenía que controlar esa ansiedad antes de que lo matara o lo delatara ante Sarah. Empezó a repetir, como nunca había hecho antes, aquél mantra de AA que solían decir al final de cada reunión, a la que nunca faltaba para que su padrino no estuviera dándole la lata siempre, aunque mentía siempre que iba, porque ni de chiste estaba sobrio. “Living one day at a time; enjoying each momento at a time; accepting hardship as a pathway to peace; taking, as Jesus did, this sinful world as it is, not as I would have it”. -Estoy bien, estuve unos cuantos días enfermo hace poco y puede que recaiga, pero nada que una poción no cure.-Le dijo tomando su muñeca para quitarle suavemente la mano de su frente y que no notara que estaba sudando frío. Un día a la vez.
-No tardaré nada, nada, lo prometo.-Dijo no sin cierto nerviosismo, acariciando el cabello de su hija, aunque ese título todavía le sonara raro y poco apropiado para él. No podía creer la facultad que tenía Sarah para hacer que se portara bien. Los hijos de Frances también se comportaban cuando ella o Tobias los detenían, pero las formas de Sarah parecían distintas, demasiado en control. Habría querido tener la facultad de la pequeña Panda para aprender las cosas que tenía que dejar de hacer y la voluntad para no hacerlas.
Fue hasta el baño, muy pequeño, y le echó el seguro antes de echarse agua en la cara y respirar tan profundo como le fue posible en esas circunstancias. Se aferró al lavaba con fuerza y después repitió la operación. Se dio unos cuantos segundos más antes de secarse la cara con papel, tirarlo al inodoro, jalar la palanca y volver a salir, no sin antes volver a respirar. Sonrió a la niña antes de volver a sentarse en el mismo lugar donde había estado y mirar a Sarah.
-Creo que será mejor que me vaya, si la enfermedad vuelve no quiero ser foco de infección en tu casa. -Tenía demasiada cosas que procesar.-Dime cuándo podemos salir todos juntos, al…zoológico o a esas cosas que les gustan a los niños.
-No tardaré nada, nada, lo prometo.-Dijo no sin cierto nerviosismo, acariciando el cabello de su hija, aunque ese título todavía le sonara raro y poco apropiado para él. No podía creer la facultad que tenía Sarah para hacer que se portara bien. Los hijos de Frances también se comportaban cuando ella o Tobias los detenían, pero las formas de Sarah parecían distintas, demasiado en control. Habría querido tener la facultad de la pequeña Panda para aprender las cosas que tenía que dejar de hacer y la voluntad para no hacerlas.
Fue hasta el baño, muy pequeño, y le echó el seguro antes de echarse agua en la cara y respirar tan profundo como le fue posible en esas circunstancias. Se aferró al lavaba con fuerza y después repitió la operación. Se dio unos cuantos segundos más antes de secarse la cara con papel, tirarlo al inodoro, jalar la palanca y volver a salir, no sin antes volver a respirar. Sonrió a la niña antes de volver a sentarse en el mismo lugar donde había estado y mirar a Sarah.
-Creo que será mejor que me vaya, si la enfermedad vuelve no quiero ser foco de infección en tu casa. -Tenía demasiada cosas que procesar.-Dime cuándo podemos salir todos juntos, al…zoológico o a esas cosas que les gustan a los niños.
Kristján Sveinsson- Mensajes : 249
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