What the hell!!!

Comúnmente tras las clases me encuentro en el salón de Convivencia con mi gato Blue o molestando a mi primo por el campus, esta era una tarde diferente, había tenido mi primera borrachera y aún a media tarde me encontraba con una resaca mortal que me ponía muy intolerante, por primera vez el ruido de los cuchicheos y de las estupideces que provenían de la boca de algunos me tenían con los nervios de punta y como si fuera poco entró al salón aquella mujer que siempre me hacía cara de asco o me mojaba, hechizaba, tiraba al lago... ¡Mató a mi micropuff! emitiendo sus quejas de siempre y sus "OSH" de todos los días. Estaba harta de Barunka.

La escuche alrededor de cinco minutos y desvié su mirada un par de veces, pero la última me levanté hacia otro lugar en donde por fortuna le daría la espalda y dejaría de ver su espantosa cara.

Continué con mi lectura en un sillón viendo hacia la ventana, al fin disfrutando de mi revista cuando escuché una indirecta mas, y de pronto y sin quererlo en absoluto me quejé en voz alta de la rubia. -What the.... no complete la frase en voz alta y solo con voz muy bajita continué, dándome cuenta de mi error...-hell-

Esperaba no se pusiera muy furiosa no por miedo, mas bien por que sería muy muy incómodo tener una discusión en este estado.

Tenía amigotes en todos lados y en su carrera también los había grandes y ruidosos, justo como los que le agradaban. Estaba sentada sobre el respaldar de uno de los sillones de la sala de convivencia riéndose de las payasadas de Edward Dalton que lo único que tenía elegante era el apellido, sus padres vivían engañados creyendo que algún día encabezaría sus empresas cuando en realidad se la pasaba comprimiendo latas de cerveza contra su cráneo para ganar alguna apuesta tonta de la rubia.

Y no sólo estaba él, estaba su clase entera de Mejoramiento Ganadero, todos aún trogloditas porque la clase los dejaba entre aburridos y llenos de adrenalina, no había mejor incentivo para hacer el tonto y cuando a Barunka se le metía el demonio era un santo el que se lo quitaba de encima.

Estaba cerca Ciel y como el idiota de Gregory Stucchi ya estaba cayendo con su halo de semiveela tonta no se le ocurrió mejor idea que tomarla como punto y el resto simplemente le siguió la broma porque para eso eran los amigos, ¿no?

Gregory acabó recibiendo un par de zapatazos por parte de sus compañeros y sin saber que había obtenido un oído de tísico gracias a la reacción apenas aprendida tras una borrachera Barunka le echó un comentario para avivar el fuego. Algo así como que si quería mejor ella la empujaba al lago y que Greg la rescatase, al fin y al cabo la loca de Ciel siempre creía que la buscaba para matarla. Era una tarada.

No creyó que la fuese a escuchar y menos que tuviese pelotas para responderle, le hubiese dado igual de no estar con el grupo de testosterona más candelero de la escuela que evidentemente le hizo unas pifias a modo de burla.

- ¿Esperan que la golpee o que le escupa? No soy un hooligan, animales.-volteó a ver a Ciel como quien no se creía el atrevimiento sólo por seguirles el teatro.-¿Dijiste algo o me pareció?

-Que carajo- Wooow esa había sido mi primera grosería, al menos en voz alta, rayos, sentía la adrenalina por todas mis venas.

-Evidentemente no, si hubiera querido hablar contigo, hubiera usado tu nombre- Le contesté evidentemente fastidiada.

-Por el momento, espero respetes, estoy haciendo tarea, no quiero discutir ¿Ok?

La sangre me galopaba fuertísimo, esa chica siempre estaba molestandome cuando me encontraba alrededor, yo nunca le había hecho nada así que me sorprendía su actitud. Sus amigos me intimidaron un poco pero por otro lado, sus compañeros jamás me habían faltado al respeto, parecía como si la rubia fuera la única con algo sin sentido contra mí.

Me volví en mi silla dandole la espalda y volviendo a mi lectura aún con las mejillas sonrosadas y la sensación de incomodidad que me provocaba el escuchar las estupideces que siempre profería Barunka sobre mí.