Confrontación

No tenían nada pendiente pero desde hacía meses como que le huía a pasar tiempo con él fuera de una fiesta, una vez se lo encontró en un club muggle y apenas lo saludó en vez de apostarle algunos porros a que se acueste con la chica que ella señalase. No, ya no hacían eso y tampoco le había echado un pleito desde…pues casi desde la escuela.

Luego de la guerra se habían distanciado mucho por algunos años, hasta hacía un año y medio todo seguía igual, fue la frustrada boda de la semiveela la que hizo que lo llamase desesperada porque sentía que sólo él la iba a entender y a decirle la verdad acerca de si su boda era un capricho o qué. Dicho y hecho, acabaron huyendo de la boda para irse a Las Vegas a pasarlo bien y las cosas medio volvieron a su lugar.

El asunto era que con todo y eso ahora sentía la enorme necesidad de hablarle, de gritarle, de exigirle que haga cosas que ella creía que estaban bien. Siempre chocaban por eso, porque ella era una histérica mandona y él tenía peor carácter que un perro de tres cabezas.

Tuvo que citarlo con una excusa, ni modo que le dijese todo por escrito, lo iba a espantar y luego iba a llegar todo alterado, para variar. Le envió una nota pidiéndole que fuese al lago a las cuatro de la tarde porque ella a esa hora terminaba sus clases con criaturas marinas,  en la nota le pedía que lleve en la mente un par de movimientos de lucha islandesa porque estaba oxidada y sentía que hasta Tobías era más fuerte que ella y eso ya era grave.

Cuando acabó la clase se fue a cambiar la ropa de baño con todos los demás para luego regresar a esperarlo al borde del lago mientras se entretenía alimentando a un Kelpie ya domesticado que vivía allí. A pesar de que aún había sol no hacía calor, más bien corría un viento helado que hizo que llevase la capucha puesto y la casaca con el cierre hasta arriba.

¿A qué hora iba a llegar? Con esa excusa debió llegar incluso antes,  no podía entender qué tipo de desconsiderado la dejaba con ese tipo de desgracia encima. Era una exageración, nunca sería tan débil como Tobías, aunque debía admitir que cargar a tres niños a diario debía haberle sacado finalmente algo de músculo.

Kristján no pudo evitar una risa estruendosa al leer el mensaje de Barunka y las razones por las que quería que le ayudara con técnicas de lucha. Él también llevaba bastante tiempo sin practicar nada pero sólo porque el quidditch le quitaba mucho tiempo, no se quejaba porque al final era lo que supuestamente quería hacer de su vida. Iba a convertirse en profesional, así que lo normal era que le dedicara más de la mitad de su tiempo. Entrenar le hacía bien, lo mantenía alejado de pensamientos idiotas o de las ganas de hacer tonterías y salir a drogarse, aunque desde que había vuelto a probar la cocaína, ya no estaba tan seguro de poner mantenerse en pie sin ella.

Después de entrenar se dio una ducha rápida y fue hasta donde estaba Barunka, en el que curiosamente era su lugar favorito de Brigantia, el lago. Solo vio a un hombrecito con la capucha puesta pero supuso que sería ella, un hombrecito no tenía tan buen culo de lejos. Él solamente llevaba una sudadera, sin capucha, aunque sí tenía las manos metidas en los bolsillos. No había ido a Islandia en esas fiestas por empezar recién su relación con Jessy y parecía estarse ablandando sin hacer apuestas de pasar diez minutos desnudo en la nieve con sus hermanas mayores que siempre querían hacerlo sufrir.

Al llegar a su lado le dio un leve empujón y luego la atrajo hacia él para abrazarla bruscamente, como en los viejos tiempos. -De lejos pareces el marica de Vic, eres todo un hombre, jamás podrías volverte una debilucha.-Le dijo por joder. La soltó y la miró con una sonrisa boba. Sabía que ella ya no lo quería igual, que prefería andar por ahí con Syd y que lo había suplantado, pero no cometería el error de decirle algo, de mencionarlo siquiera. Prefería pasar tiempo con ella sin pensar en que las cosas ya no eran como habían sido antes.

-¿Estás lista para recibir una humillación?-No imaginaba que Barunka quisiera hablar cosas serias con él, aunque sí había notado cierta actitud rara respecto a su asunto con Jessy.

La espera le carcomía la cabeza, de verlo a la distancia le hubiese comenzado a  recriminar cosas mientras se acercaba. Pero no fue así, se dio cuenta de que acababa de llegar porque el kelpie se largó como si hubiese visto al demonio, el empujón lo confirmó. Fue mejor que no le dijese nada de que ya tenía un reemplazo, iba a acabar sintiéndose terrible para luego echarle la culpa de todo eso, iban a acabar excavando en lugares muy jodidos.

-No jodas, por lo menos yo tengo pelotas, ese es un eunuco.-se quejó con una gesto de fastidio falso antes de dejarse abrazar como dios manda, claro que contrayendo su rostro como si aquello le causase la misma reacción que comer limón, de todos modos le pasó un brazo por detrás de la espalda para darle unas palmadas sobre las costillas y acomodó su cabeza sobre él un par de segundos, solo un par.-

Iba a escupirle todo de una vez, no aguantaba tener todo eso oprimiéndole el pecho porque sentía que de la nada le iba a gritar diez verdades bien dichas. No sabía  cómo empezar, no sabía si comenzar con lo de Jessy o lo de la coca, sentía que estaba por comportarse como la madre de Kris pero ya, a la mierda, si no le gustaba se podía largar y ella le haría tragar el tranquilizante para Abraxan que llevaba en la mochila. Mejor empezar suave, sólo tenía una toma de eso porque era ilegal usarlo fuera de clase.

-Tú vas a salir mal parado Sveinsson, mejor que no le cuentes a nadie de esto. ¿Qué me has traído algo para comer? No voy a pelear contigo con el estómago vacío.-dicho eso hizo el ademán de volverlo a abrazar para en vez de eso atrapar su cuello en una llave –intento de llave- que él alguna vez le había enseñado y que apenas recordaba, así comenzaba, luego tenía que usar sus piernas para apoyarse en su espalda y así se suponía que lo iba a inmovilizar. Supuso que si lo doblegaba un poco podría continuar.-Ya ríndete, que me dio un calambre.

Al cabo de dos segundos le pareció la peor estrategia del mundo, seguramente ni lo había confundido con lo de la comida, la iba a tirar directamente al suelo…o al lago, lo que le pareciese más humillante con ese frío asqueroso. Barunka, a diferencia del islandés, ya había olvidado lo que era el frío de su tierra natal, con esas cosas cómo no le iban a decir que parecía el marica de Vic.

A Kristján le gustaba la forma de ser de Barunka aunque también al mismo tiempo a veces se fastidiara porque tenía la facilidad de hacerlo enojar con cualquier cosa, porque parecía una loca que no podía parar de decir tonterías. Con todo y eso la quería como si fuese una hermana Le hizo reír que dijera que Vic era un eunuco y mientras alzó las manos para mostrarle que no tenía nada de comida.

-No pongas excusas de niñita llorona, cariño. -¿No podía pelear con el estómago vacío? ¿Qué se suponía que significaba eso? Aunque Kristján no quería luchar con ella de cualquier manera, las primeras veces que le había empezado a enseñar había sido solo con la excusa de manosearla, ahora ya no tenía esas intereses exactamente por lo mismo de que para él era una hermana pero recordaba aquellos buenos tiempos.

Al momento en que ella intentaba hacerle la llave, Kristján se empezó a reír otra vez. Se dejó doblegar unos segundos antes de ser un maldito rastrero y empezar a hacerle cosquillas mientras le gritaba como poseído que mejor se rindiera ella. No paró las cosquillas estúpidas hasta que la tuvo en el suelo.

-Estás acabada, Barunka. Mejor acéptalo antes de que llegue alguien y tenga que explicarles cómo terminaste en el suelo.-A veces la extrañaba demasiado, cuando estaba sobrio y tenía tiempo para pensar en las cosas que valían la pena en su vida. Hasta había pensado que sería una buena idea llevarla a su casa, a que conociera a sus hermanas y a intentar que las cosas fueran como antes pero no, no era capaz de hablarle de frente y decirle mucha cosas para arreglar de verdad lo suyo.

Claro, era de esperarse que acabara siendo vencida de la peor manera. Obviamente se rió como una poseída cuando le hizo cosquillas, quiso patearlo para que se quite pero no lo logró, maldito islandés. Eso no era lucha, ¿acaso no iba a tomar en serio su mentira?

-Haces trampa porque te sabes incapaz de vencerme.-le dijo aun riendo con lo que quedaba de sus carcajadas desmedidas, echada sobre la grama con la cara llena de marcas por la grama que había hecho presión contra su rostro. Le apartó las manos como pudo para tener algo de dignidad aunque qué le podía quedar, hasta se le habían bajado los pantalones y tuvo que hacer una voltereta forzada para acomodárselo.-

Cuando recuperó un poco el aliento se le quedó mirando como buscando una venganza pero era sólo una excusa, como su nota, ella quería hablar con él de algo importante, no ir a jugar junto al lago aunque pareciese un mejor escenario. Tenía malas experiencias con confrontar a Kris y le dio pena tener que hacerlo, lo echaba de menos y sabía que las cosas iban a joderse de nuevo, mejor eso a quedarse viendo cómo se mataba.

-Ya sabes que nunca seré más débil que Tobías, la verdad te pedí que vengas porque tengo que hablar contigo.-dio un par de pasos alejándose de él para apoyarse en el cerco que rodeaba el lago. Torció la lengua dentro de su boca intentando encontrar las palabras, no quería sonar trágica ni detonar con su propio carácter el del islandés.-

Nuevamente le dio una calada a su cigarrillo y evitó mirarlo porque no quería reblandecer su corazón como si fuese el de un pollo.-No tengo pero quiero, me siento como con derecho, ¿sabes? Sí sabes que te quiero, eres el padrino de mi boda, te mataría si tuviese que hacerlo para que no cagues tu vida.-y eso se suponía que era una frase amable.-

A Kristján le incomodaba la mención de Tobias, seguía detestándolo por su estupidez de haberle lanzado un Avada, una que le costaría cara, aunque todavía estaba pensando en la mejor manera de hacerlo sin dejar huella, porque no quería problemas de ningún tipo con Frances. Por esa razón no le incomodó tanto que Barunka dejara claro que quería hablar con él como seguramente hubiera pasado en otras circunstancias sin el nombre de Alechinsky de por medio.

-Tranquilízate dime qué es lo que pasa, ¿cómo se supone que estoy cagando mi vida?-Le preguntó frunciendo el ceño, mirándola extrañado por no comprender.

En su propio ensimismamiento no podía imaginar que el asunto de Jessy y de la cocaína fueran un problema como para decirle que estaba cagando su vida, porque solo había sido una línea inocente y desde entonces había consumido muy muy poco, solo para mantenerse activo en el regreso a los entrenamientos y había estado al tanto de las pruebas anti dopaje y sus fechas, estaba siendo responsable, tenía una novia formal a la que no pensaba lastimar a como diera lugar, no había matado a Alechinsky enfrente de sus hijos, ¿qué más podían esperar de él si estaba más tranquilo que nunca?

Miró a Barunka con gesto adusto y grave, no había querido enojarse tan pronto, en especial porque la semiveela ni siquiera le había dicho nada claro todavía pero estaba muy propenso a explotar rápido desde hacía ya un rato. Solamente Jessy parecía comprenderlo, al resto del mundo parecía no importarle nada más que juzgarlo.

-No es que no tengas derecho, eres mi amiga, casi como mi hermana. Pero a veces no sé si tienes muy claro lo que es bueno para mi y lo que no.-Le dijo tranquilo, sin demostrar que estaba enojándose más pronto de lo debido.

Que no le hubiese roto la cabeza a Darren en ese baño era una buena señal pero no bastaba, no le importaba si se follaba a alguien e un cubículo o en un callejón porque quién no lo había hecho, el asunto es que estaba con la muchacha más destructiva de la escuela que si seguía tan desesperada como hace siete años por ser su novia debió por lo menos follárselo antes de dejar que se meta cosas que sólo le cagaban el futuro.

Notó cómo sus pupilas se habían dilatado un poco, aún lo conocía lo suficiente como para prácticamente ver cómo se tensaba su cuerpo, músculo por músculo. Su índice y su anular de la mano derecha comenzaban a bailar un poco, inhaló una vez con fuerza. No estaba furioso, ni siquiera muy molesto o quizá ya sabía disimularlo.

-Tranquilo, no te voy a decir qué hacer y qué no, eres tan libre de hacer lo que quieras con tu vida como lo eres de largarte cuando quieras.-hizo un movimiento con la cara como para mostrarle el camino, no estaba enojada pero comenzaba a contagiarse de esa tensión. En parte era el rencor acumulado por años hablando, porque lo había necesitado y simplemente no estuvo, jamás le reclamó y ahora era el momento menos apropiado.-

Buscó calmarse y como ya quedaba poco más que el filtro de su cigarrillo lo apagó con la lengua, era una de las gracias que le hacía en la escuela, le decía que como era semiveela su lado viperino le dejaba hacer esas cosas. Le hizo un gesto como de camaradas con las cejas y continuó luego de encender su siguiente cigarrillo.

-¿Te acuerdas del año en que acabaste la escuela? Eras un trapo, seguías siendo gracioso y todo pero eras un trapo, apenas te mantenías en pie y no encontrarte con coca en la nariz era haberse confundido de persona.-puso una palma delante en dirección hacia él como pidiéndole que no la interrumpa.-Hazme el favor de no mandar todo a la mierda, una línea es ya no estar sobrio, no te engañes.

Era jodido, ella lo sabía, había pasado con lo mismo pero su proceso fue bastante más corto. La coca que le dio Jessy en el Batcave la había acabado tirando en el inodoro de la casa de Darren porque no iba a ser tan idiota de tenerla guardada hasta cuando le resultase imposible no esnifarla.

-A veces yo no sé si tienes claro lo que es bueno para ti.

Kristján negó con la cabeza a Barunka porque no se iba a largar, estaba ahí para que ella le dijese lo que quisiera, así que ahí se iba a quedar, a escucharla hasta el final. El Islandés ya estaba previendo que la semiveela lanzara un montón de cosas que lo harían enojar pero aún así se quedaría solo para probarle que estaba equivocada.

Apretó los puños al escucharla hablar del pasado. Porque si, habían sido malas épocas en las que había estado peor que jodido, lleno de adicciones a todas las drogas a las que tuvo acceso, más a la cocaína, adicto al alcohol también. Miró a un lado porque le decía la gran verdad de que una línea no era estar sobrio.

-¿Qué quieres que te diga, Barunka? Me jodí, ya lo sé. Y ahora me estoy muriendo por otra puta línea y así hasta que me corran de nuevo de la carrera y me manden de nuevo a rehabilitación.-O peor aún, que ya ni siquiera estuvieran lo suficientemente interesados en él como para volver a correr ese gasto y ese riesgo como cuando Whitney lo había convencido. Había la posibilidad de que si él volvía a caer como lo había hecho al salir de Hogwarts o al empezar la universidad, no le dieran una tercera oportunidad.

-Sé lo que es bueno para mi, no necesito a nadie que quiera decírmelo. Me estoy esforzando aquí, Barunka, aunque te cueste creerlo. Además, ¿qué clase de lecciones quieres darme si tú también consumiste esa noche?-Porque hasta donde él sabía, nadie había tirado nada al inodoro, más que Darren el vómito. Se rascó la nuca y negó con su cabeza repetidas veces.

-No sé qué quieres que te diga para que estés tranquila. No se va a repetir la historia.-¿Cómo lo iba a lograr? No lo sabía, pero ya se las arreglaría.

Si fuese una veela ya estaría hecha un pajarraco, su humor iba de mal en peor, sus manos parecían no poder dejar de moverse y su rostro se contorsionaba varias veces a falta de palabras para reclamarle por algo que cada ciertos segundos creía que no tenía derecho a reclamar.

-No me vengas con esa mierda de que no necesitas que alguien…¿no te das cuenta? Para que lo sepas no me metí la línea, hace un par de años me hubiese follado a Miller por un poco de coca, así de jodido estaba todo.-y no por no pagarla, sino porque Simon era ese tipo de persona, le importaba un carajo cualquiera y si podía denigrar a alguien lo iba a hacer con sus aires de señorito bien portado, no era más que un tipejo engreído.-

¿Era el quinto o sexto cigarrillo que se fumaba? Contó las colillas en el bolsillo de su casaca y eran seis contando el que llevaba en la boca en el momento. Bufó cuando le dijo que no se iba a repetir la historia. No le creía y no iba a tomar ni medio segundo en considerar que de verdad era capaz de evitarlo, era demasiada su ansiedad respecto al tema como para creer en él.

-Hasta te has conseguido una novia que se desvive por complacerte, destruyéndote como hace ella con su vida. ¿Acaso crees que no recuerda de tu rehabilitación o que no sabe lo mal que lo pasé? Si es una puta chismosa, ¡claro que lo sabe! Quiere arrastrar a todos a su hueco, pero no…debe ser que te ama y que por eso te cumple los caprichitos, ¿no?

Tras decir todo eso tuvo que tomar aire, su boca se contorsionaba en una mueca de fastidio, le costaba un poco respirar y tuvo que dar una bocanada de aire exagerada para compensarlo. Lo miraba con los ojos entornados, enojada como si estuviese diciéndole que no era cierto, que mentía y que Jessy era lo mejor que le hacía pasado en la vida. Seguramente estaba negándolo todo en su mente, estaba creyendo que se lo decía porque nunca se llevó bien con Jessy, que era un invento para joder su disque amor.

-Parece que buscases mandar todo a la mierda, casual, como si nada.

Lo admitía, Barunka lo había agarrado sin armas ahora que le decía que no se había metido la línea. No tenía por qué no creerle, aunque le hubiera gustado contestarle que le creyera quien no al conociera, pero él le creía, sabía que ella no mentía con esas cosas, que nunca quería apantallar a nadie o denigrar a nadie aún a costa de la verdad.

Y también admitía que aquello que le decía de Jessy también lo tomaba desprevenido, lo hacía pensar que Jessy lo hacía a propósito por alguna razón, que Barunka tenía razón. Su manera particular de decir las cosas siempre lo hacían dudar y por eso se habían distanciado en primer lugar. No necesitaba que lo hiciera dudar de cosas importantes en su vida.

-Ella no tiene la culpa de nada, no la metas en esto. Si consumí o no consumí no fue decisión de ella, fue mía. La hubiera conseguido aunque ella no me la hubiera dado, si la quiero, la quiero. Punto.-En eso último dicho era difícil saber si decía “la quiero” de la coca o “la quiero” de Jessy.

-Jessy me entiende, Jessy me acepta como soy, no se vuelve loca. ¿Qué hay de Whitney? Whitney no tuvo tanta paciencia, entré a rehabilitación por ella y ¿qué pasó? De todos modos terminamos dejándonos.-A lo mejor ya estaba diciendo tonterías pero quería defenderse de Barunka y su bruta honestidad de alguna manera.

Pronto llegó justo lo que la semiveela temía, que él echara por tierra sus argumentos sólo usando que a Barunka le caía mal Jessy-Sólo lo dices porque no te cae bien, porque no sé qué esperas tú que haga, no sé. No voy a mandar nada a la mierda, te lo aseguro.

Resopló fastidiada ante su negativa, ere un puto cabeza dura que no entendía, no entendía un carajo y ella sentía que se le acababa la paciencia. Imitó ese gesto adusto con el que dijo que la quería, asumió que se refería a Jessy y lanzó un bufido de esos poco respetuosos que tenía en su repertorio de dama.

-Ahhh pues perdón don Kristján Sveinsson por no entenderlo y volverme loca, ¿qué hay que entender? ¿Las necesidades del hombre? ¿El hambre de bienestar que corre por tus venas? O quizá que simplemente prefieres quedarte ciego de lo que sea que te perturbe a darle cara. Perdonarás que sea tan insensible con tus temores y tu soledad.

Lo miraba incrédula en ese momento, no lo juzgaba directamente porque había pasado por eso y él mejor que nadie sabía todas las inseguridades que tenía gracias a su madre, pero vamos, estaba ahí con la paciencia del mundo poniéndoselo en frente para ayudarlo pese a su carácter de mierda y el imbécil le venía con que Jessy la santa. Jessy la todo, menos la santa. Comenzaba a entender un poco por dónde iba que se hubiese aferrado a Luttrell pero aún así no era bueno.

-Pobre Kris, el olvidado, al que nadie quiere ayudar nunca. ¿Y yo que soy? Aj, no sé ni para qué me esfuerzo, sólo vas a lograr que me enferme con tu estúpida idea de que estás solo y que encontraste a quien te va a acompañar por siempre porque nadie más lo hará..

Echó todo el cuerpo hacia atrás sobre la valla y acabó del otro lado luego de una vuelta más bien torpe tras la que acabó acuclillada del otro lado, el que estaba ya al lado del lago. ¿Le había dado en la nariz? No, ni lo había tocado. Sólo lo había mirado con furia antes de levantarse de nuevo, su cajetilla había caído por algún lado pero no iba a buscarla estaba enojada y eso sólo le iba a quitar peso a todo lo que le había dicho.

Una parte de ella le dijo algo así que ella se estaba buscando una pelea de lo que pudo ser una plática algo menos punzante, que por cobarde se había ido al otro lado de la cerca. -Todo debe ser como dices Kris, que lo hago porque no me agrada, así como destruí el matrimonio de Frances y Tobías porque él nunca me agradó, ¿no? Por eso sigo sin pisar su casa. Se ve que resolviste el rompecabezas Sveinsson. Ya, ¿vas a escuchar o vas a seguir alucinando?

Kristján detestaba que en muchos puntos Barunka tuviera razón, por eso se enfocaba en aquellos en los que no lo tenía. Jessy no era el motivo por el que hubiera vuelto a consumir y hasta se sentía culpable de que pareciera que la usaba para financiar o conseguir sus vicios. No eran así las cosas, aquella noche solo se le había parecido fácil y adecuado, sus ganas habían mandado todo a la mierda pero no era culpa de Jessy.

-No vengas a decirme que tú estás aquí, ¿en verdad lo estás? Porque hasta donde recuerdo preferiste olvidarte de mi para cuidar del pobre Syd, que con su cara de perro se gana el cariño de cualquiera, ¿no? Incluso el tuyo. Así que no me vengas con mierdas de que estás aquí para mi, eres la menos indicada, huiste de mi. – Terminó reprochándole aunque no hubiera querido sacar a colación ese tema de celos y desilusión que le dejaba claro a Barunka que cuando se trataba de relaciones personales era bastante debilucho, aunque nunca fuera a admitir eso. No quería dárselas de víctima pero ella lo había orillado a eso.

Se hubiera carcajeado con su torpeza y su vuelta de gimnasta mal pagada pero estaba tan enojado que sólo esquivó sus pies que salieron volando. No pudo reírse porque las cosas estaban poniéndose cada vez más serias y cuando mencionó lo del matrimonio de Frances y Tobias lo tomó como un insulto directo, aunque no tuviera nada que ver y ni siquiera lo estuviera diciendo en el sentido en el que él lo quiso ver. -Bueno ya podrían dejar todos de mencionar ese incidente, ¿no?- Parecían todos tomarlo como el clímax de sus vicios.

-Te estoy escuchando, Barunka. Aquí sigo sin mandarte a la mierda. Ve al grano, ¿qué quieres que haga?

-Carajo, a ti siempre te voy a querer más, siempre. ¿Fue Syd mi padrino? Ya te había cambiado cuando estaba por casarme y te llamé a ti, ¿no? Fuiste al único al que le dije, a ver si eso te da alguna pista.-le hubiese dado un golpe por hablar idioteces pero ya estaban separados por aquel pedazo de madera enclenque.-En serio Kris, ¿esperabas que me quedase viendo cómo te matabas? No podía con eso, tenía miedo, sentía que iba a acabar matándome si algo te pasaba.

Y eso era cierto, había pasado varios meses asustada por eso, porque Jessy iba detrás de Kris sin resultados, ella eligió dejar que se volviese loco solo porque no iba a aguantar ser tan cercana a él cuando comenzaba a estar más muerto que vivo. Quizá sí debió quedarse a su lado, meterlo a la ducha fría cada que acababa borracho, buscarle un hospital en cada sobredosis, pero no lo hizo, no era el único con problemas, además él también estaba metido en su propia mierda sin buscar mirar hacia ningún otro lado, ni debía recordar todo ese periodo de tiempo.

Buscaba justificarse porque le había jodido que le dijese aquello, quería pensar que ella hizo lo que debía pero el que el islandés sintiese que lo había dejado simplemente la hirió muy en el fondo. Afortunadamente él siguió hablando porque no quería ahondar más en eso, no en ese momento, quizá nunca.

-El asunto es que ya basta, ¿no? Basta de echarte tú solo esta mierda, si quieres hacer que lo tuyo con Jessy funcione pues bien, acaba siendo su niñero y deprímete a su lado, sólo aprende hasta qué maldito punto vas. --sacó otro cigarrillo, ¿quería que le dijese que ella era una puta idiota? ¿Qué nunca lo iba a hacer realmente feliz? ¿Qué sólo era una groupie más y que lo iba a llevar a su punto más bajo? Que la odiaba porque ella no podía ser su novia, que él merecía a alguien mejor. No, no se lo dijo.-

-Sabes que no va a durar para siempre, ella es inestable como yo o hasta más, ni siquiera se trata de su sangre sino de todos esos problemas que tiene. Piensa un poco en ti, tienes un talento más grande que tus huevos y no, hay que jugar a los niños suicidas porque es más divertido.se acercó todo lo que pudo a él sin llegar a cruzar la cerca y le dio una sonora cachetada al islandés.-Ya despierta Kris, esto no dura para siempre, ¿cuántos años te quedan para ser profesional? ¿Diez, siete? No aguantarías otra rehabilitación, sabes que ya deberías estar en la liga, no aquí-

A Kristján le dieron ganas de abrazar a Barunka por lo que acababa de decirle sobre tener miedo de que se estuviera matando, porque le parecía la cosa más sincera y más tierna que le hubiera dicho jamás de alguna retorcida manera. Fue uno de esos momentos de debilidad en los que lo único que se desea es pedir honestas disculpas, especialmente porque sabía que él también la había dejado en momentos bastante difíciles y que había tenido muchas fallas como amigo con todo el mundo por estar hundido en su propia mierda. Habían sido muchos años complicados de porquería y autocompasión y quería dejar todo eso muy atrás, aunque le costaba empezar a enderezarse y a remediarlo.

-¿Y por qué en lugar de decirme que mi relación está condenada al fracaso no me ayudas a buscarle solución?-Sonaba estúpido ya que lo pensaba bien, pero estaba desesperado porque lo que menos quería era tener dudas respecto al bien que Jessy y él podían hacerse mutuamente. Lo de la coca había sido un terrible error, uno muy grande y entre más se lo repetía Barunka,más le calaba. Pero no quería tampoco escuchar peroratas interminables acerca de la mala idea que era tener una relación con ella, ni quería pensar que no podía durar para siempre porque Jessy era inestable, él también lo era.

-No estoy jugando a los niños suicidas. La quiero, quiero hacer bien las cosas. Joder, me quedan muchos años como jugador de quidditch, no me voy a preocupar por eso.-Pero sí sabía que de no ser por sus adicciones ya estaría en la liga, haciendo y deshaciendo, que se había atrasado por una necedad y que ningún club se iba a arriesgar a contratarlo siendo joven y atolondrado. Apretó los puños y luego miró a Barunka acusadoramente.

-No voy a joder mi carrera, no más. Pero tampoco quiero que pienses que sabes todo acerca de mi y de Jessy, no estamos condenados a irnos al carajo, parece que piensas que estar juntos nos hace un daño irreparable.

Contener su temperamento le costaba mucho, demasiado a veces, mantener cerrada la boca hasta parecía ser doloroso para la semiveela. Pero acabó aguantando sus manotazos de ahogado y esperando con paciencia a que acabase de hablar.

-Es tu vida.-le dijo como toda sentencia haciéndose creer que se iba a desentender de eso, de él y lo que tuviese que ver con su relación. No iba a poder y seguramente le iba a salir con una idiotez cuando estuviese borracha y se lo encontrase en una fiesta, o iba a ir a interrumpir su boda si es que llegaban a algo así de grave.-

Suspiró largamente porque ya le iba a decir otro par de cosas como que claro, él pensaba con la verga y por eso no entendía nada, que debía ser bien bonito follarse a la huesuda de Jessy y que eso no era amor ni nada. Pero se contuvo, con esfuerzo lo logró aunque parecía que acababa de darle un enorme dolor de cabeza. Claro que sabía todo de ambos, o eso pensaba, probablemente se equivocaba pero la conocía mucho más que él.

Cómo iba a saber el islandés algo de Jessy, al ser ella su eterna fanática siempre le mostró lo mejor, lo lindo, pues que se jodiese cuando quedasen semimuertos por alguna sobredosis. Iba a matar a Jessy si la veía dándole coca de nueva, ahí sí le iba a sacar cada puta pestaña. Obviamente no le dijo a Kris de sus planes, iba a acabar más encaprichado.

-Llévame a comer a algún lugar caro en el que pueda deslumbrar con mis modales y mi olor a sirenas, o mejor, a uno de esos donde te sirven como a camionero. Nadar me da hambre, discutir mucho más.-mientras le decía eso le tomó el rostro entre las manos para mostrarle la seriedad con la que hablaba, luego le dio un beso sonoro en la mejilla porque aunque se lo iba a dar en los labios acabó por pensarlo dos veces, no por pudor, era porque con esa boca besaba a Jessy y Barunka era una tonta que sentía que era como semi besar al diablo, debía saber a vómito.-

-Vamos, ¿no? Estás flacucho.-no iba a decir por qué seguramente ya ni salía a comer.-

Parecía que la tempestad había pasado. Kristján entendía que se preocuparan por él pero no por eso le parecía normal dejar que se metieran en su vida. Había pasado muchos años siendo independiente, con sus padres en Islandia pensando que todo era tranquilo para su hijo. Habían sabido de la guerra por los juicios, porque habían tenido el descaro de citarlos, y su mamá había llorado durante días por lamentarse de no saber lo que pasaba en verdad con su hijo, aunque ahora las cosas estaban de nuevo tranquilas. Con esa crisis tenía suficiente como para permitir que alguien más le pusiera cuidado a lo que hacía, ya fuera de forma positiva o negativa.

-Vamos al Leo Burdock’s, está en Dublín, así no viajamos tanto hasta Londres. Sólo Fish & Chips, no te mereces que te lleve a ningún lugar elegante con esas pintas. -Le dijo con fingido desdén aunque tuvo unos segundos para ponerse idiota por tenerla tan cerca con su encanto de semiveela que parecía no poder evitar. Hasta pensó que iba a besarlo pero el beso no llegó y no supo si sentirse aliviado por no caer en sus encantos o decepcionado porque ella no había caído en los suyos. Ja. Cuando se le puso a una distancia prudencial dejó de pensar idioteces.

-Nunca he estado más nutrido en toda mi vida.-En Hogwarts había sido más delgado, pero ahora su cuerpo estaba tomando otra forma. Idiota como era no había tomado con malicia lo de decirle que estaba flaco para hacer relación con Jessy, ni siquiera se le pasó por la cabeza. Lo único que en ese momento quería era que las cosas fueran como antes con Barunka, que fuera su amiga de siempre.

-¿Traslador o vamos afuera y nos aparecemos desde el exterior? ¿Cómo van las cosas con el hermano de Frances, ya se arreglaron?-Si cambiaba de tema hacia ella a lo mejor con suerte ya no volverían a tocar sus propios asuntos.

Afortunadamente ambos se reservaban ciertas cosas que en voz alta podían sonar mal, a Barunka siempre le resultó difícil ser clara con sus sentimientos y más cuando se le salía lo pajarraca que llevaba en la sangre. Era gracioso cómo aquello de pajarraca no sólo era de forma literal, siempre le pareció que parecía un poco polluelo y que su forma de enfadarse sonaba como un sinfín de cacareos combinada con un aleteo sin sentido que sólo buscaba disimular su desventaja.

No es que siempre estuviese en desventaja pero sentía que iba perdiendo empuje con el tiempo, según iban pasando los minutos de discusión se iba poniendo irracional e iracunda al punto en el que olvidaba por lo que inicialmente discutía. Para lo único que no tenía cabeza de pollo era para el alcohol, tenía testigos.

Si él le hubiese dicho de los segundos idiotizado se hubiese burlado de él por siempre, él mismo le había dicho que había ahogado a su semiveela interna por darle tanto ron y que ahora era como cualquier mortal, además es raro cuando te dicen “oye sí funciona, a ver otra vez para comprobar” o cuando simplemente te cuentan que sí eras como esas gatas.

Le restó importancia a eso de que estaba en su mejor momento, le puso los ojos en blanco y le tiró una cachetada de ida y otra de vuelta como quien lo manda a callar por loco.

-Me aguanta las babosadas que hago y me quiere, creo que es sólo para hacer rabiar a doña Pola. Es una loca, no me sabe apreciar, creo que es porque nos vio follando en su mesa de té sobre el mantel de quinientos años bordado por fénix ciegos o esas ridiculeces que tienen en las casas de familia rica.-aunque su familia tenía dinero eran gente sencilla, hacían varitas y les gustaba el trabajo rudo y bien hecho, en su casa nunca hubo cucharas para cada bocado pero sí bastante carne congelada para nutrirla.-

Aquella inseguridad de que Gene no la quería bien no la decía sólo en broma, la idea sí le había cruzado por la cabeza pero no iba a decir más al respecto. Pensó en cómo ir a comer porque de verdad ya le había dado hambre.

- ¿Acaso eres buscador ahora? Pfff, pensé que me ibas a llevar cargando como hipogrifo. Me avergüenzas Kris, pero hay que aparecernos mejor porque ya estás delicado, la última vez que hice un traslador llegué con un corte nuevo.-le dio la espalda y dio una palmada en su propia espalda.-Súbete, te voy a mostrar porque tengo más novias que tú.-no iba a poder cargarlo si se seguía riendo de esa forma.-

Kristján tenía la teoría de que todos los Burroughs eran unos hijos de puta de algún modo u otro, por eso no estaba muy de acuerdo con el asunto de Gene, pero no diría nada mientras Barunka se mantuviera en esa posición de ser soltera a pesar de la existencia de Burroughs y hacía bien porque seguro era igual de cabrón que su hermana. No le iba a decir eso a la semi veela en alto para que le rompiera la cabeza por siquiera sugerir algo así, pero lo pensaba.

-Tú eres un fénix ciego. Ya sé de qué mesa hablas, pero nunca logré follar ahí, eres astuta, Jentsch.-¿Existía la posibilidad de que el famoso Eugene solo estuviera con Barunka para hacer rabiar a su mamá? Kristján no apostaría mucho por eso tampoco, aunque no confiara en el tipo.-Haría falta más que una Barunka para que Gene le ganara la partida a su hermana de “molestemos a mamá con nuestras parejas sexuales”, a menos que sea un mediocre, así que no creo que esté contigo solo por eso.

Se rio con ganas por la insinuación de que ella lo cargara. Sería muy machorra pero era una debilucha sin remedio así que nada más le dio palmadas en su espalda de señorita.-Soy un hombre comprometido ahora, ya no competiré contigo por las mujeres, son todas tuyas, las que se dejen.-Pasó por enfrente de ella para que caminaran en dirección a una de las salidas de la universidad. El ambiente seguía raro porque acababan de pelear, pero era bueno a la vez que tuvieran la facultad de hacerlo a un lado para ir a comer fingiendo que nada pasaba.

-Hablando de buscadores, ¿por fin pudiste montarte decentemente a una escoba o sigues siendo una piltrafa en el aire?-Cuando le preguntó eso alargó la mano para despeinarle la cabeza y seguirla molestando. Estaban bien, o eso quería pensar.

Faltaba eso, que él fuese más gente que ella y se guardase sus opiniones más jodidas. No, es que el mundo estaba de cabeza, él era ahora el estable –tampoco es que estuviese altísima la valla- que le daba lecciones de comportamiento entre amigos y todo. Pero como no sabía nada de lo que iba pasando en su cabeza porque al final el islandés era muy bueno –o cobarde- como para soltárselo no tenía ni que sentirse mal por sus críticas destructivas hacia Jessy o por esa necesidad de hacerle una trepanación craneana para que entienda.

Era amor duro, como el que sentía por Gene que hacía que muriese de celos cuando siquiera consideraba pagarle con la misma moneda pero hasta debía ser en mayor medida el que iba dirigido al islandés porque lo conocía desde hacía mucho más y confiaba diez veces más en las mentiras de Kris que en lo que le dijese Gene porque era demasiado correcto y eso no le daba buena espina, o podía ser simplemente que estaba paranoica por su temor a amar o esas tonterías que le decía Kim cuando salían.

Le tiró un golpe –en donde cayese- por aquello de si se podía montar ya en una escoba, no había recordado que ella misma fue buscadora por una época y finalmente olvidando todo el asunto de arreglarle la vida a su modo encontró algo más en lo que enfocar su mente y su furia.

-Te puedo vencer cuando quiera. Ya sé qué vas a hacer para compensarme el coraje que me has causado.-se acomodó el cabello simplemente soltándolo mientras iban hacia la salida, colocando las manos en los bolsillos porque comenzaba a sentir más frío.-He tenido la mejor idea de todas, un equipo de Quidditch sólo formado por semiveelas.

Hasta usó un tono de voz especial para decírselo, como si así sonase más real, como si así fuese una mejor idea todo aquello.

-Piénsalo. Todos los demás estarían idiotas por meterles mano después del partido y no notarían nada, tú sabes de eso, has tenido tus tropiezos con semiveelas. Dime que es una buena idea, apadrínanos. Nos vas a entrenar, ¿cierto? ¿O tengo que estar condenada a perder por pedírselo a Syd para que nos explique la historia del Quidditch?

Kristján le puso cara de que estaba loca porque él no le había causado ningún coraje, se los había causado ella sola. Se rió cuando le dijo lo de la mejor idea de todas y lo hizo con ganas. Como si el efecto de semiveela durara para siempre y durara igual en todos los hombres. En los más curtidos eran solo efectos de unos cuantos segundos y con el tiempo se aprendía a luchar contra eso, no como si los jugadores de quidditch fueran a caerse de sus escobas por manosearlas.

-Sí, definitivamente la mejor idea de todos los tiempos, deberían darte un premio, ¿cómo no se le ha ocurrido a las Hollyhead Harpies?-Dijo con todo el sarcasmo posible. Sus tropiezos con semi veelas, debía decirlo, no habían sido exactamente tropiezos, ni por ser semi veelas, pero la veía tan ilusionada que no quiso partirle el corazón diciéndole que estaba mal de la cabeza.

-Syd qué puede saber de quidditch, pobre idiota.-Ese pobre idiota era de sus mejores amigos pero no por ello iba a expresarse de él con flores.-Yo las entrenaré si me dices quienes son las semi veelas que están en el equipo, no todas valen la pena, qué tal que todas son muchachitos mugrosos como tú.-Le dio un empujón cariñoso. A lo lejos ya veía la entrada/salida de Brigantia.

-¿Para qué quieren hacer un equipo de semi veelas de todos modos? Aquí solo se toman en serio a los que están en la carrera. Aunque bueno, si yo las entreno a lo mejor encuentro que hay algún talento oculto ¿conoces a Abby?, es semi veela, juega quidditch y es muy buena. A menos que todo su equipo sea así, están condenadas al fracaso.-Nunca se había distraído en los partidos por una chica guapa, precisamente porque el amor por las semi veelas, o por cualquier chica lo suficientemente buena, era un mal controlable si se tenía voluntad.