Ups...

Efectivamente Bruce estaba estudiando. Tirado en la cama entre libros viejos y pergaminos a medio escribir, con unas tres tazas de café vacías ocupando espacio vital y unas pintas de domingo que nada tenían que ver con sus camisas diurnas. No sabía quien podía tocar a su puerta, evidentemente, Dan su compañero de cuarto no era. - Amy ... Amy? - No se lo esperaba, pero mientras ella le explicaba quien sabe cuanta cosa, Bruce terminó de abrir la puerta para dejarla entrar, pateando un par de libros y cajas para que pudiera acceder, y haciendo levitar hacia un rincón toda la mugre que ahora se daba cuenta, habían acumulado por semanas. Era un desorden normal para él... su madre lo mataría si viera.

- Joseph te odia?... déjame ver - Le tomó la mano sin ascos y descubrió que no podía ver mucho con tanta sangre, pero no era para alarmarse - no te preocupes... no es tannn grave... Cuéntame que pasó - Le sonrió y miró a todos lados buscando donde acomodarla en medio de sus cosas. Al final decidió sacar todas las ropas usadas que había en su silla, tirarlas en la cama e invitarla a que se sentara frente a su escritorio mugroso. La había incitado a que le relate lo sucedido porque así ella se distraía y él mientras se encargaba de la herida, era una buena técnica para que los pacientes no terminar por desmayarse o huir ante el pánico.

No tenía una botica en su dormitorio, pero alguna que otra cosa llevaba en un maletín de mano típico de su profesión. Bueno, la que prontamente sería su profesión. Tomó el cesto de la basura y mientras escuchaba a Amy, arrojó allí todo lo que estaba sobre el escritorio para hacer espacio. Luego separaría la basura de sus notas, ahora tenía una herida de verdad en frente y eso era mucho más interesante que las ilustraciones de los libros. Tomó un cuenco y lo llenó con aguamenti y tomó una poción desinfectante para verterla ahí. Los cortes como esos, en medio de pellejo animal, siempre podían generar infección del brums o hasta viruela tipo 3. Buscó una toalla y la dejó junto a su varita a un costado.

- te va a arder... -Lle tomó la mano nuevamente y sin pedirle permiso, siempre era mejor el dolor rápido que la agonía, la metió adentro del cuenco que ya empezaba a ponerse rojo, luego blanco y a burbujear. Debía haberle dicho: "no, debes ir a la enfermería, Joseph es buen tipo" pero le gustaba tanto eso de poder hacer algo de medimagia que era como si ella le estuviese haciendo un favor a él y no al revés. - Puedes gritar... pero no saques la mano. - Ahora le tocaba a él hablar así ella se distraía hasta que el líquido volviera a ser trasparente. - No creo que sea nada grave, ahora ya te limpio un poco y con un episkey estará.... aguanta un poco más...-

Cuando por fin el líquido se puso trasparente Bruce, toalla en mano, envolvió la de ella apretando fuerte - Siempre te pasa algo a ti, no? Deberías contratar un seguro... - le sonrió sosteniéndole la mirada, pero la verdad temía por ella, ahora era un corte, pero cuando se enfrentase a dragones, tiburones o perros de tres cabezas, que pasaría?

– No te regaño... temo por ti... - Efectivamente no era la primera vez que charlaban en esos términos, y a como las cosas siguieran así no sería la última. Y casi siempre pasaba lo mismo: Amy se lo tomaba como que él estaba fastidiado de ella, y él no sabía como decirle que solo le importaba mucho que estuviera sana y salva, que no perdiera un dedo alimentando hienas o que un cuervo le quitase sus hermosos ojos. Porqué había elegido esa carrera? Porque simplemente no había estudiado historia o... lo que fuera dentro de cuatro paredes al resguardo de un escritorio, algo que no la pusiera en peligro día a día. Los casos que Bruces había leído a lo largo de sus estudios no hacían nada por mejorar sus esperanzas.

Ya lo tenía: le diría Joseph que le hicieses un certificado de Inaptitud para que Amy no pudiera presentarse a las pruebas más riesgosas. Que idiota, si hacía eso la gryffindor le quitaría el saludo y algo más. Con ese pensamiento estaba colgado de sus ojos hasta que ella lo soltó del brazo y lo hizo volver a la realidad, eso de que había que arreglarle la mano. Se acuclilló frente a ella, le hizo apoyar la mano en su propio regazo y abrió la toalla para ver que tal se veía eso mientras contestaba - Lo hacemos así para ver si ustedes aprenden y dejan de enfermarse... pero tu, no aprendes no? - No la reprendía solo trataba de burlarse un poco para aliviar tensiones, era evidente que él se lo tomaba mucho peor que Amy.

- nada de pociones esta vez... es un corte pequeño, estarás bien... por suerte. - Ahora debía concentrarse, no quería dejarle una cicatriz fea ni hacerle doler. Apoyado en las piernas de Amy, le tomó la mano con mucha delicadeza por la palma dejando los nudillos expuestos bien cerca de su mirada y con la varita en la diestra apuntó, recorriendo con lentitud la herida, murmurando. Bien lento para intentar no dejarle ni la menor marca. No era un episkey tradicional, pero era hechizo básico. Nada saldría mal, de eso estaba seguro. Amy sentiría que le tiraba un poco la piel, y Bruces concluyó haciendo un firulete con la varita como si estuviese cerrando una costura

. - ya está - Bruce levantó el rostro para mirarla a la cara satisfecho, repasando la ya no herida con dos dedos y decidiéndose a soltarla para que ella hiciera la prueba. - a ver... mueve un poco la mano... como se siente? - Su trabajo se veía bien. Solo quedaba asegurarse de que en 5 minutos no se volviera a abrir la herida. - Soy un genio, no crees? debería dedicarme a la medimagia- Dijo todo eso, creyéndose dios por un momento, acariciándole el muslo con la mano no que no estaba retirando la toalla. Es que cuando estaba en su materia Bruce podía volverse todo un descarado, no al estilo de Darren, eso era más que claro.

- Solo quédate cinco minutos moviendo la mano así nos aseguramos de que no se vuelva a abrir la herida... pero no más cuchillos por hoy, por favor. Podría haberse quedado toda la tarde arrodillado a sus pies, pero ya debía llevar bastante cara de idiota. Así que se levantó y empezó a guardar las cosas. -Tus padres te esperan para navidad? Yo salgo mañana para Liverpool... te acuerdas la dirección? podrías pasar a visitarme.

No se tomó más de dos segundos para guardar las cosas, que ya estaba volteado viendo como Amy revisaba sus estanterías. No encontraría nada nuevo pero no la interrumpiría porque  tenerla entretenida le daba la oportunidad de observarla sin ser visto. Amy había estado cien veces allí por lo menos, viendo los mismos libros de estudios mezclados entre todo tipo de cosas que correspondían a su pasión, El quiddicth. Revistas nuevas y de colección, figurillas animadas de jugadores célebres,  merchandaising de los campeonatos locales, un banderín del último mundial, etc, etc, etc. También había una cafetera mágica que largando vapor indicaba que el café estaba siempre listo, una snich de mentiras, envoltorios de ranas de chocolate, pergaminos arrugados con la letra inentendible de Bruce y hasta una camiseta usada que pendía de una esquina. El cuarto era un desastre, por donde se mirase estaba todo tirado.

- recuerdo muy bien a tus primas... - asintió y sonrió, eran extrañas... Extrañas por muggles para él, pero según había vivenciado también eran muy malditas. Bruces tenía sus recelos, pero haber pasado todo un casamiento con Amy, incluidos sus "suegros" y la presión social de toda una familia muggle, no había estado para nada mal, seguro que por los besos y todo eso, cuando no sabía que hacer en medio de ese mundo terminaba besándola y para cuando se dio cuenta estaba coladísimo por ella. Recordar todo eso, hizo que le supiera a poco el beso que hace unos segundos había recibido en la mejilla, observó sus labios semiabiertos tan pálidos, pero de inmediato bajó la vista a sus pies, poniendo uno delante del otro como si sus cordones fueran tan importantes en aquel momento.

Se lo tenía merecido por idiota: teniéndola siempre a dos pasos no hacía más que quedarse apoyado contra el escritorio charlándole de cualquier cosa. - bueno, me pagarás la consulta con un chocolate caliente y yo aceptaré tus clases de patín a cambio de... que puedo regalarte? - recién ahí volvió a mirarla, se rascó la nuca y dio un paso al frente para ir a ordenar alguna cosa del otro lado de la habitación que igual no medía más que cinco pasos. Tomó un bollo de ropas usadas que estaba sobre la cama y tiró al cesto, una a uno como jugador de Basquet  - una pregunta... porqué no te quedas todas las vacaciones con tus padres?... digo, ya sé que tus primas y tal pero... No te reclaman? ya que estás todo el año aquí y ellos no pueden venir a verte... - Y es que Bruce con la madre que tenía ni imaginaba no volver para navidad, Vivian era capaz de ir a buscarlo a la uni y llevárselo de la oreja. Amy la había visto varias veces era muy cariñosa, muy metida a gusto de Bruce, y tenía esas manías de toquetona al igual que su hermano mayor.

- Todo necesitamos vacaciones... mira que a mi me gusta estudiar, pero quedarse aquí.... - eso sonaba muy criticón, se dio cuenta tarde pero lo hizo así que volteó a mirarla y alzó las manos en señal de disculpa - no tengo porque meterme. Ya se. - ladeó una sonrisa y en eso vio una tanda de calzones por guardar justo al lado de Amy. Que vergüenza, no sabía si eran de él o de Dan pero como loco tomó la varita abrió un baúl y empezó a lanzar dentro todo lo que estaba a su paso. Si al menos tuviera un poco del descaro de Alfred, solo un poco - bueno y entonces yo te mando una lechuza y quedamos en un día, nos encontramos en el ice park a las afueras de hosmeade y luego tomamos un chocolate y luego podemos ver si hay alguna fiesta en la casa de los gritos... Dicen que van a inaugurar un pub ahí... no se muy bien, eso dice Alf, que este invierno explotará Hosmeade... -

- Que si. te regalaré algo - Y ya a la segunda vez no le pasó tan desapercibido que Amy no estaba muy bien que digamos. Siguió ordenando las cosas pero con un ojo puesto en la morocha. No quería acosarla porque si ella se sentía mal se lo diría, no? Acaso no había acudido a él por una cortadura. Debían ser sus paranoia de querer buscar cualquier escusa para cuidarla, tocarle la mano, la frente... Definitivamente los calzones pasaron a ser su última preocupación cuando Amy le preguntó si no tenía algo para comer, y de inmediato olvidó lo que ella recién la había contado sobre fiestas de navidades y vacaciones con calor

Se puso a revolver sus cajones del escritorio buscando alguna rana de chocolate y maldiciéndose de no encontrar ninguna, se fue a sentar junto a Amy. - Se suponía que tenía una caja de ranas de chocolate aquí mismo - Ya no le importaban los planes que tanto había pensado para ellos, ahora quería encontrar la bendita caja, por obsesivo y por demente de querer darle lo que ella le había pedido. Que clase de medimago no tenía un poco de chocolate al alcance?

Sentado junto a ella, se puso bordó con el chiste y por no mirarla a la cara, por no saber ni qué responder a eso, ahí la vio!!! asomada en el cajón de la mesa de noche: la caja de ranas de chocolate que su madre le enviaba todas las semanas. SI! Con aire triunfalista y una sonrisa en los labios, mientras Amy hablaba de Hosmeade, se estiró sobre ella hasta llegar al otro extremo abrir el cajón y sacar la bendita caja que aun tenía unos cuantos ejemplares con sus cromos. - acá están malditas... - Casi podía decirse que se había olvidado de que Amy estaba allí, que siquiera sabía que estaba con medio cuerpo sobre ella, hablando barbaridades de las ranas a sus pechos. Levantó la vista y le sonrió, irguiéndose de a poco como pidiendo disculpas.

Tragó saliva y dejó las ranas al lado de Amy, ya abriéndole una y dándosela. Se quedó con el cromo y  dijo - lo quieres, es Dumbledor, lo tengo 17 veces... - Pero lo importante era que no se había movido más de lo necesario, era como un flashback de mil pasados, Amy acostada en su cama, tan cerca de sus manos, con esos labios hermosos que parecían siempre preparados para besar. Sentía sus ojos gigantes mirándole demasiado, así que bajó los suyos como si no quisiera molestarla mientras masticaba y vio su blusa algo levantada. Se la acomodó hasta hacerla coincidir con la cintura del pantalón, pero cuando estuvo todo bien tapado le acarició el costado con su vista clavada en ese gesto de nada y la mente en cualquier sitio.

Ahora si! necesitaba tragar saliva o respirar, cerró los ojos y volvió a ser él. Un delirio de 5 segundos. Le tomó la pierna y le desató los cordones, le quitó un zapato y luego el otro mientras decía - Si tienes baja presión, hay que levantarte los pies...  si no almorzaste debe ser eso.... igual es raro que una chica sana por no comer se maree... - Arrumbó todas las mantas de la cama desecha bajo los pies de Amy para que quedaran en alto, mientras hablaba y hablaba - cuantas horas pasaron desde que comiste?... Quizá estés anémica... no has dejado las carnes, no?... es la primera vez que te pasa? Cómete otra rana, mejor asegurarse. -

Porque tantos chistes sobre chicas en su cama? tenía que entender algo especial sobre eso? Esta vez no tuvo tiempo de hacerle una escena como la anterior porque aquello de que no comía desde el desayuno era para reto. Lo desaprobaba completamente y así negaba con la cabeza al tiempo que se buscaba una rana para si mismo. - no son preguntas al azar, varias compañeras tuyas de zoología han entrado en la moda vegetariana... - y eso también lo desaprobaba Bruce. - que le pasó a tu día que se te ha olvidado comer? - y ya iba a largarle todo un discurso sobre como el cuerpo transformaba los alimentos en energía y con esa energía era que uno podía desde abrir los ojos hasta conjurar, pero al mirarla vio que llevaba chocolate en los labios, se le rió en la cara.

Era tan guapa que hasta el labial de chocolate le quedaba bien. - te quedas así hasta que te estalle la cabeza, o se te pongan violetas los pies - Era broma pero mejor decírselo con seriedad. Le tomó el rostro a dos manos, con una presionando en su frente a ver si tenía temperatura. Recorrió sus mejillas hasta llegar a los ganglios presionando y tomando el pulso en su cuello (ese era el verdadero dato científico de la cuestión) y con cara de satisfecho terminó por repasarle los labios con dos dedos para quitarle el chocolate.

- Ya - No tenía nada o eso quiso creer. Aunque no pareciera, Bruces prefería mil veces que Amy estuviera sana, pero era ella la que se metía a su cuarto a mostrarle lo dañada que estaba cada dos por tres. O se doblaba un tobillo, o se cortaba la mano o se desvanecía en su cama. Ella era la chica en su cama en mil posiciones. Quizá si fuera un poco menos confiado hubiera pensado que eran todas escusas de Amy para estarse con él todo el rato, para que Bruce se preocupase por ella y la acosara con pociones y atenciones.

Le tomó de las manos y la ayudó para que se pusiese en una posición más cómoda. - o no tienes nada, o estás en las drogas... - quiso bromear. Pero era también una manera de tantear el terreno. Todos los días aparecía un nuevo yonki en la universidad. Y Amy por lo que había dicho se juntaba mucho con Jessy, Jass, Frances, que eran de lo peorsito... También con Sveinsson y Brackmister... se le crispó el rostro de solo pensalo y de inmediato le miró el estómago y luego a los ojos y luego ya estaba casi furioso, pero era parco y podía disimular en la voz - tercera opción... embarazo. - Y ahí si la mandaba a internar a San Mungo... o algo.

Ahora que lo escuchaba de boca de ella, si que sonaba algo fuerte pero no había sido su intensión inicial, y bien ella podría habérselo tomado a broma, no? Bruce también se levantó de la cama y quiso esconderle las zapatillas o algo, pero aquello estaba demasiado infantil como para que su cuerpo respondiera a su cabeza. Pero cuando ella dijo que se iba, así con esos ánimos enfados sí que reaccionó. - no, espérate - le tomó de la muñeca e impidiéndole avanzar se puso entre ella y la puerta.

- No fue para tanto. No se porque reaccionas así. - quizá si había sido para tanto pero no iba a admitirlo. Apoyó la espalda contra la puerta y sentenció -...Fue solo... un comentario desafortunado.- Y ahí estaban discutiendo, como de costumbre últimamente, por una idiotez. - No se que esperabas que dijera.... Acudes a mi por cada cosita de nada, me pides que te ayude, que esto, lo otro... pero claro, cuando cumplí y ya no soy útil, tu buscas cualquier escusa para largarte... - cuando Amy necesitaba un hechizo para su mano sangrante, bien! ahí estaba Bruce, cuando quería algo que comer bien, ahí Bruce buscando algo... Ahora ya estaba satisfecha: lo mandaba a volar. Y él no podía siquiera asomar una pregunta indirecta sobre la vida de Amy? Bruce sabía que Amy tenía una vida aparte de él... demasiada para su gusto, pero eso no importaba, se jodía por idiota.

Y si con sus palabras estaba tratando de arreglarlo, ahora terminaría de cagarlo todo. - No te pido explicaciones. Ni son necesarias.... todo ogmios lo vio - Y si, se refería a la escena desatada de morreos en la sala común entre Amy y Kristjan.- Y no me digas que si él te hubiera jodido en cualquiera de las "opciones" - las drogas o el embarazo - me lo hubieras dicho... Si no te lo pregunto directo, acaso me lo dirías?... - Claro que tenían una buena relación pero ni los embarazos ni los problemas con drogas eran temas que la gente hablase porque si. Además ese ni era el punto, ni Bruces pensaba que Amy en verdad podía estar pasando por nada de eso. Solo era su necesidad imperiosa de saber que Amy estaba bien.

Tenía ganas de gritarle tantas cosas. Pero Bruce no gritaba. Así que simplemente resopló y se afianzó en su sitio, como si estuviera esperando una disculpa. Disculpa que él debía darle a ella, pero que ahora se daba cuenta ella le debía a él. Al fin y al cabo, esa tarde demostraba claramente que Amy lo usaba para pasar el rato cuando no tenía nada o nadie mejor, porque sucedía que a él no debía de darle todas las explicaciones, que por ejemplo a un sanador de la enfermería si debían darle.

Él había estado en el baile, y había presenciado no solo esa escena sino muchas más que se dieron a lo largo de la noche entre las personas más diversas, por ejemplo Amy morreándose con Brackminster. Pero no sabía que a Amy le había afectado tanto el tema, no sabía que lo de Kristjan había sido tan importante para ella, evidentemente porque de algún modo pensaba que salía con él porque sí como cualquier otro. Y a este punto viéndola tan afectada no sabía qué hacer.

- no eres estúpida – se coló entre sus palabras dando un paso hacía ella pero sin saber muy bien que hacer o si estirar las manos para abrazarla o si dejarla ir en paz. Cuando vio que ella tomaba el pomo, puso una mano, por sobre sus cabezas, en la puerta para impedirle que pudiera abrirla. No quería que quedaran las cosas así, porque… porque la quería y era su amiga y él le había hecho pasar un momento de mierda. Y verla mal hacía que sus desencantos para con las actitudes de Amy hacia él, le dieran igual. Si quería usarlo pues, él sería su medimago y se callaría la boca. Solo tenía que hacer eso, ser su amigo y dejar lo demás.

Bajó la mano hacia el hombro de Amy y le dio la vuelta para abrazarla contra él. No quería voltearla para que le mirase a la cara y se sintiera peor por estar llorando o algo de eso, todo lo contrario buscaba darle un espacio entre sus brazos para volver a ser la persona que debía ser, dejando atrás esos comentarios fruto de los celos y las frustraciones. – yo soy un idiota… - con una mano le acomodó el cabello – tomaré el bate de Chuck Blackstone – un famoso jugador de antaño del que Bruce tenía allí mismo el bate autografiado – y le partiré la cabeza, para compensarte… aunque de seguro él y sus amigos me mandan a la enfermería a mi. Mejor le pido a Alfred que lo haga… y nosotros nos vamos a cenar a un lugar bonito donde haya un show de ñomos de jardín o algo. –

Al fin y al cabo, si que eran amigos, porque por más malo que estuviera el momento le había confesado a él sus frustraciones. Entonces aun se podían arreglar las cosas. Siempre y cuando Bruce se controlase y dejase de actuar como el novio celoso que no era. Quería decirle algo bonito, pero no sabía qué ya había metido la pata demasiado. – eres la mejor chica del planeta! Yo no me enamoro de cualquiera… bueno no ahora, a antes me refería… ya sabes. Antes. – eso no había sonado también como cuando lo pensó en su cabeza. – perdona a este idiota, no sabe lo que dice. – y con eso también se refería a antes… o a ahora también. Bueno, ya! Que le perdonara.

Como podía sacarse así y tratarla mal si lo mejor era abrazarla con confianzas y oler su perfume? Y Amy tenía razón, eso se estaba poniendo raro, llegar al punto de no saber que decir, ponerse nervioso y arruinarlo con reproches velados hacía el final. Acaso no era por eso que se había alejado de ella en una época, porque no terminaba de saber como actuar?. Bueno, ahora ya eran adultos, había que comportarse y volver las cosas a su cause. Actuar con naturalidad y decir lo que pensaba como buenos amigos que eran, pero con el cuidado que él sabía tener usualmente y que esa tarde había perdido.

Pero porque diablos se había sacado así? Quizá por todo lo de la semana anterior, quizá por haber vivido lo de Kristján en primera persona, sentado en un sillón de la sala común sin poder hacer nada. Quizá por haberla visto luego en el baile a los besos con Darren y sentir una puntada en el estómago por no haberla invitado él... Pero era un gran idiota si eso le afectaba cuando de alguna manera él mismo había terminado la relación amorosa en su momento... Ahora se jodía. Y ella parecía tenerlo tan claro, diciendo que lo había obligado a ser su novio. Le tomó la mejilla con una mano y la miró a los ojos para interrumpirla y aclararle las cosas. Pero apenas si musitó un no dudoso, pues no quería meterse en una discusión justo cuando lograban volver a la tranquilidad.

Además no iba a poder aclararle nada, si seguía mirándole los labios como obseso patán y lo único que lograría un beso sería que ella en verdad se creyera que él la pensaba una fácil o alguna de esas mierdas. Le había estado criticando su actitud de andarse con cualquiera y ahora él iba a robarle un beso? No! Era una idiotez. Respiró y apoyó su frente sobre la de ella y asintió - ya me olvidé de todo. - Quizá era buen momento para soltarla. Si, eso tenía que hacer, alejarse un paso y quitarle las manos de encima. - Vamos a comer? - sonriendo se despegó de ella y se dio la vuelta para abrir la puerta

- solo por aclarar... - carraspeó - si estaba loco por ti.... - abrió la puerta y la miró mucho más relajado. Había un momento para todo y tampoco quería que Amy se quedase con la sensación de que para él ella era una chica más, que todo había sido una farsa obligada por ella o esas cosas. No había sido así - quizá otro día debiéramos hablar de como arruiné todo... solo para... no sé... dejar eso atrás también y seguir con nuestras vidas... - se asintió a si mismo convencido y agregó - en un futuro será una anécdota muy graciosa que contarle a los nietos o algo...

- Ni que fuera una historia triple X - se rió de buena gana mientras avanzaban por los pasillos - No podríamos darles mal ejemplo somo dos personas de bien y siquiera arruinamos la boda esa aunque tu tenías ganas de hacerlo... se te notaba en los ojos - la miró enfadoso tratando de imitar la cara de Amy esos días - además yo... ya tengo el título, "cómo sobrevivir a un casamiento muggle y no morir del ridículo en el intento" - y acompañó con gesto de la mano que no tomaba a Amy como si subrayara un cartel frente a ellos.

Amy pensaba en los físico, y Bruce en lo muggle como principal motivo del rompimiento de sus relaciones "amorosas". Evidentemente había más de una razón para que aquello no hubiera funcionado y capaz era una buena forma de empezar un nuevo año aclarar todo eso. Pero aunque ya estuvieran de buen humor y fueran amigos y blabla, Bruce seguía siendo muy quedado como siempre y llevaba el recelo de haber metido la pata con sus palabras minutos antes en su cuarto... Confiaba en que ella sabía que no había sido fácil para él salir a ese mundo con casi 20 años, no saber nada de la vida en general y de la muggle menos que menos y tener que presumir ante parientes y suegros todo un fin de semana, para luego al si estar de novios de verdad, terminar teniendo la mayoría de las citas también en ese mundo solo porque siendo tan quedado dejaba que Amy organizase todo... Y también quería darle todos los gustos, embobado como estaba con ella.

La guerra había caído para su vida en ese momento en que los adolescentes se rebelan y exploran el universo. O sea que de esa exploración nada para Bruce, mientras sus compañeros luchaban y se enfiestaban o incluso escondían en el mundo no mágico, él estaba en una burbuja Hogwartsriana y familiar protegido de todo mal. Para colmo con Alfred internado por meses en San Mungo después de un enfrentamiento estúpido, menos ánimos de andar haciéndose el vivo o salir a la vida. Y lo dicho, nunca había sido un niño intrépido, divertido, explorador o cualquiera de esas cosas. Era un brujo ñoño del montón, que gustaba de pasar desapercibido.

- si... no fue el momento de seguro... - compartió buscando donde sentarse, para terminar eligiendo un sitio en las largas mesas, frente a una fuente de frituras y un pollo descuartizado. - Igual, si no hubiera sido por ti, nunca hubiera conocido tanto del otro mundo, te debo algo por eso... - se rascó la nuca y recordó - cuando llegamos al lugar había tantos coches aparcados, que en un momento pensé que la boda sería dentro de ellos... viste como las carpas mágicas que una vez que entras son gigantes o no se... Suerte que no lo dije en voz alta - tomó unas papas y se las tragó casi sin masticar,

- ahh... el autocine, eso si que fue loco... tienen un fetiche con los autos o algo... hay coches por todas partes... - Lo del auto cine había sido el desconcierto total. Bruce jamás había visto una película, menos en una pantalla gigante, no entendía de donde venía el sonido pues no había un tocadiscos en ningún lado ni una banda tocando en vivo y luego cientos de metros de puro coche, coche, coche... todos los modelos que uno se pudiera imaginar... LOCO - Suerte que ahí estaban quietos - Y se rió. Es que también casi lo habían atropellado en otra cita, la vez que Amy lo llevó al partido de fútbol? El fútbol si lo conocía pero el ambiente era.... extremo!

Mil anécdotas que contar a futuros nietos. Y todavía no hablaban de sexo. ese era otro cantar.